A QUIENES RECEN EL ROSARIO
En el año 1475 el
fraile Dominico francés, Alano de Rupe, conocido actualmente como el beato
Alano, puso por escrito los acontecimientos milagrosos de que había sido
protagonista unos años antes: especialmente lo que la Virgen había prometido «a
todos los que recen devotamente mi Rosario».
El Rosario se
mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción
empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de Rupe y le dijo que
reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían
volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del
Rosario y reiteró las promesas dadas a Santo Domingo referentes al Rosario.
Las 15 promesas de
Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:
1. Quien rece
constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi
especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi
Rosario.
3. El Rosario es
el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate
las herejías.
4. El Rosario hace
germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina.
Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y
los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se
me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con
devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá
oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es
pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la
vida eterna.
7. Los verdaderos
devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que
rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia
y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien
pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de
mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se
pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en
sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado
a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en
muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan
Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al
Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Tras «entregar»
las quince promesas, la Virgen se despidió de Alano pidiéndole un gesto de
obediencia: «Predica cuanto has visto y oído. Y no temas, porque yo estaré
siempre contigo y con todos los devotos de mi Rosario. Castigaré a los que se
opongan a ti.
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