MOTU PROPRIO
DEL SUMO PONTÍFICE
BENEDICTO
XVI
PARA LA APROBACIÓN Y PUBLICACIÓN DEL
COMPENDIO
DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
A los Venerables
Hermanos Cardenales, Patriarcas, Arzobispos, Obispos,
Presbíteros, Diáconos
y a todos los Miembros del Pueblo de Dios
Hace ya veinte
años comenzaba la preparación del Catecismo de la Iglesia Católica, a petición
de la Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos celebrada con ocasión
del vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Agradezco
infinitamente a Dios Nuestro Señor el haber dado a la Iglesia este Catecismo,
promulgado en 1992 por mi venerado y amado Predecesor, el Papa Juan Pablo II.
La gran utilidad y
valor de este don han sido confirmados, ante todo, por la positiva y amplia
acogida que el Catecismo ha tenido entre los obispos, a quienes se dirigía en
primer lugar, como texto de referencia segura y auténtica para la enseñanza de
la doctrina católica y, en particular, para la elaboración de catecismos
locales. Pero una ulterior confirmación ha venido de la favorable y gran
acogida dispensada al mismo por todos los sectores del Pueblo de Dios, que lo
han podido conocer y apreciar en las más de cincuenta lenguas a las que, hasta
el momento, ha sido traducido.
Ahora, con gran
gozo, apruebo y promulgo el Compendio de este Catecismo.
Dicho Compendio
había sido vivamente deseado por los participantes al Congreso Catequético
Internacional de octubre de 2002, que se hacían así intérpretes de una
exigencia muy extendida en la Iglesia. Acogiendo este deseo, mi difunto
Predecesor decidió su preparación en febrero de 2003, confiando la redacción
del mismo a una restringida Comisión de Cardenales, presidida por mí y ayudada
por un grupo de expertos colaboradores. Durante el desarrollo de los trabajos,
el proyecto de este Compendio fue sometido al juicio de los Eminentísimos
Cardenales y los Presidentes de las Conferencias Episcopales, que en su inmensa
mayoría lo han acogido y valorado favorablemente.
El Compendio, que
ahora presento a la Iglesia Universal, es una síntesis fiel y segura del
Catecismo de la Iglesia Católica. Contiene, de modo conciso, todos los
elementos esenciales y fundamentales de la fe de la Iglesia, de manera tal que
constituye, como deseaba mi Predecesor, una especie de vademécum, a través del
cual las personas, creyentes o no, pueden abarcar con una sola mirada de
conjunto el panorama completo de la fe católica.
El Compendio
refleja fielmente, en su estructura, contenidos y lenguaje, el Catecismo de la
Iglesia Católica, que podrá ser mejor conocido y comprendido gracias a la ayuda
y estímulo de esta síntesis.
Entrego, por
tanto, con confianza este Compendio ante todo a la Iglesia entera y a cada
cristiano en particular, para que, por medio de él, cada cual pueda encontrar,
en este tercer milenio, nuevo impulso para renovar el compromiso de
evangelización y educación de la fe que debe caracterizar a toda comunidad
eclesial y a cada creyente en Cristo de cualquier edad y nación.
Pero este
Compendio, por su brevedad, claridad e integridad, se dirige asimismo a toda
persona que, viviendo en un mundo dispersivo y lleno de los más variados
mensajes, quiera conocer el Camino de la Vida y la Verdad, entregado por Dios a
la Iglesia de su Hijo.
Leyendo este
valioso instrumento que es el Compendio, gracias especialmente a la intercesión
de María Santísima, Madre de Cristo y de la Iglesia, puedan todos reconocer y
acoger cada vez mejor la inagotable belleza, unicidad y actualidad del Don por
excelencia que Dios ha hecho a la humanidad: Su Hijo único, Jesucristo, que es
«el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6).
Dado en Roma,
junto a San Pedro, el 28 de Junio de 2005, víspera de la Solemnidad de
los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, año primero de mi Pontificado.
BENEDICTUS PP. XVI
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