viernes, 29 de noviembre de 2019

El Papa autoriza decretos



para un nuevo santo y 19 beatos, entre ellos 17 mártires

Aica, 29 Nov 2019

El papa Francisco recibió el 28 de noviembre al prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, cardenal Angelo Becciu, y autorizó la promulgación de nuevos decretos que darán a la Iglesia 1 nuevo santo, 19 beatos -16 de los cuales son mártires de la Guerra Civil española y 1 asesinado por odio a la fe en Polonia- y el reconocimiento de las virtudes heroicas de 6 siervos de Dios.

El Papa reconoció el milagro realizado por la intercesión del beato Luigi María Palazzolo, sacerdote, fundador de las Hermanas de los Pobres – Instituto Palazzolo, por lo que será proclamado santo. Nació el 10 de diciembre de 1827 en Bérgamo (Italia) y murió allí el 15 de junio de 1886. Será declarado santo.

Beatos y mártires

El pontífice también reconoció el milagro atribuido a la intercesión del venerable Siervo de Dios Olinto Marella, sacerdote diocesano. Nació el 14 de junio de 1882 en Pellestrina (Italia) y murió el 6 de septiembre de 1969 en San Lazzaro di Savena (Italia).

Asimismo, el milagro atribuido a la intercesión del venerable Siervo de Dios Giuseppe Ambrosoli, un sacerdote profeso de los Combonianos Misioneros del Corazón de Jesús: Nació en Ronago (Italia) el 25 de julio de 1923 y murió el 27 de marzo de 1987 en Lira (Uganda).

Francisco autorizó el reconocimiento del martirio de los Siervos de Dios Gaetano Giménez Martín y 15 compañeros, sacerdotes y laicos, asesinados por odio a la fe, durante la guerra civil en España, en 1936. También el martirio del Siervo de Dios Giovanni Francesco Macha, sacerdote diocesano. Nació el 18 de enero de 1914 en Chorzów (Polonia) y asesinado, por odio a la fe, en Katowice (Polonia) el 3 de diciembre de 1942.



Virtudes heroicas

El Papa reconoció las virtudes heroicas de los siervos de Dios:

-Ovidio Charlebois, de la Congregación de los Oblatos Misioneros de María Inmaculada, obispo titular de Berenice, vicario apostólico de Keewatin. Nació el 17 de febrero de 1862 en Oka (Canadá) y murió el 20 de noviembre de 1933 en Le Pas (Canadá).

-Michael Wittmann, obispo titular de Miletopoli y auxiliar de Ratisbona; nació el 22 de enero de 1760 en Finkenhammer (Alemania) y murió el 8 de marzo de 1833 en Regensburg (Alemania).

-Olinto Fedi, sacerdote diocesano, fundador de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción. Nació el 3 de octubre de 1841 en Signa (Italia) y murió allí el 23 de enero de 1923.

-Giacomo Bulgaro, religioso profeso de la Orden de los Frailes Menores Conventuales; nació el 29 de enero de 1879 en Corticelle di Pieve (Italia) y murió el 27 de enero de 1967 en Brescia (Italia).

-Giovanna Maria Battista Solimani (siglo: Maria Antonia), Monaca, fundadora de las Monjas Romitas de San Juan Bautista y de los Misioneros de San Juan Bautista. Nació el 12 de mayo de 1688 en Génova (Italia) y murió allí el 8 de abril de 1758.

-Ana de Jesús de Lobera (siglo: Anna), una profesa monja de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Nació el 25 de noviembre de 1545 en Medina del Campo (España) y murió el 4 de marzo de 1621 en Bruselas (Bélgica).+

martes, 12 de noviembre de 2019

Cardenal Burke:



«Se ha producido un colapso de la autoridad magisterial central del Romano Pontífice»

El cardenal estadounidense Raymond Burke ha concedido una entrevista a Ross Douthat, del New York Times, en la que aborda su postura ante la deriva a la que el papa Francisco está llevando a la Iglesia. El purpurado advierte que aunque no piensa formar parte de ningún cisma, el propio Pontìfice lo encabezaría si aprobara algo contrario a la Tradición en la exhortación sobre el Sínodo para la Amazonia.

(NYT/InfoCatólica) 12-11-19

Extractos de la entrevista de Ross Douthat al cardenal Burke:

Empecemos con un tema personal, en lugar de con uno teológico. Cuénteme cómo llegó a ser sacerdote.

Bueno, crecí en una pequeña vaquería en el campo de Wisconsin. Mis padres eran buenos católicos. Era una cosa normal en aquellos tiempos: todos los niños pensaban alguna vez en ser sacerdotes.

Cuando estaba en el segundo curso de educación primaria, en 1955, a mi padre le diagnosticaron un tumor cerebral canceroso y le operaron en la Clínica Mayo, pero realmente no había mucho que pudieran hacer. Permaneció en casa durante los últimos meses de su vida y un sacerdote solía venir a confesarle y traerle la Sagrada Comunión. En aquellos días, cuando el sacerdote venía a una casa a dar la Comunión, iba a la puerta y le recibía con una vela encendida. Tuvimos una pequeña procesión hasta el dormitorio donde estaba mi padre en su lecho de enfermo y el sacerdote escuchó la confesión de mi padre y después nos invitó a entrar para que estuviéramos en el rito de la Sagrada Comunión. Esto me causó una tremenda impresión. Solo con el correr de los años comprendí por completo el significado del sufrimiento y la muerte de mi padre, pero en la medida en que un niño podía hacerlo entendí lo que estaba sucediendo. Vi que este sacerdote traía lo que me parecía la ayuda más importante para mi padre.

Así que la idea simplemente fue creciendo en mí. Cuando estaba en octavo curso, pregunté a mi madre si podía ir al seminario menor de la diócesis. Ella se preocupó un poco. Yo era el más joven de seis hermanos, no era muy fuerte y el seminario era algo así como una escuela militar. Pero me dijo que sí.

Volviendo al Santo Padre, usted ha dicho que le han acusado de ser el enemigo del Papa. ¿Cree usted que Francisco le considera un enemigo?

No lo creo. Nunca me lo ha dicho. No me encuentro con él muy a menudo, pero cuando le he visto nunca me ha regañado ni acusado de tener pensamientos o actitudes de enemistad hacia él.

Pero sí que le degradó.

Sí.

Sin embargo, desde el Sínodo de la Familia, usted ha criticado acciones específicas y tendencias generales de este pontificado.

Sigo diciendo que ese es mi deber como cardenal. Siempre intenté hablar directamente con el Papa sobre ello. No me gusta jugar con la gente y fingir que pienso una cosa cuando pienso lo contrario. Nunca critico al Papa personalmente, pero cuando vi lo que me pareció una dirección nociva de la Iglesia, cuando vi todo este debate en el Sínodo de la Familia que cuestionaba los cimientos de la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad, tuve que alzar la voz, porque era mi deber.

¿Cómo resumiría su crítica de la forma en que el Papa está gestionando los debates que ha abierto?

Supongo que podría resumirse así: se ha producido un colapso de la autoridad magisterial central del Romano Pontífice. El Sucesor de Pedro desempeña una misión esencial de enseñanza y gobierno y el Papa Francisco, en muchos sentidos, se ha negado a ejercer esa misión. Por ejemplo, la situación en Alemania: la Iglesia Católica en Alemania está en proceso de convertirse en una iglesia nacional, con prácticas que no están en consonancia con la Iglesia universal.

El cisma nunca puede ser la voluntad de Cristo. Cristo nunca puede querer que se produzca una división en su Cuerpo. Hay gente que viene y me dice ‘Mire, cardenal, ya es hora, tenemos que hacer un cisma’. Y yo les digo ‘No, no es posible. Nuestro Señor no puede querer eso y yo no voy a formar parte de ningún cisma’.

¿Cree que Francisco es el Papa legítimo?

Sí, sí. La gente me ha presentado todo tipo de argumentos, cuestionando la elección del Papa Francisco, pero yo le nombro cada vez que ofrezco la Santa Misa y le llamo Papa Francisco. Para mí no son meras palabras. Creo que es el Papa. E intento decírselo siempre a la gente, porque tiene usted razón: también yo he notado que la gente cada vez responde de forma más extrema a lo que está pasando en la Iglesia.

Sobre el Sínodo de la Amazonia

En relación al reciente sínodo amazónico, el cardenal dice:

Si bien el documento final es menos explícito en adoptar el panteísmo, no repudia las afirmaciones del documento de trabajo que constituyen una apostasía de la fe católica.

El documento de trabajo no tiene valor doctrinal, pero ¿qué pasaría si el Papa aprobase ese documento? La gente dice que, si no lo aceptara, estaría en un cisma, pero yo mantengo que no sería yo quien estaría en un cisma, porque el documento contiene elementos que se apartan de la Tradición apostólica. Así que, en mi opinión, es el documento el que es cismático, no yo.

Pero ¿cómo puede pasar eso? Está dando a entender que, en ese caso, el Papa estaría a la cabeza de un cisma.

Sí.

¿No contradice eso profundamente la forma en que los católicos entienden el Papado?

Por supuesto, exactamente. Es una contradicción completa. Y ruego que no suceda. Y, para ser sincero, no sé cómo afrontar algo así. Hasta donde puedo ver, no hay ningún mecanismo en la legislación universal de la Iglesia para afrontar una situación de ese tipo.

jueves, 7 de noviembre de 2019

La naturalización de lo antinatural




El relativismo y el subjetivismo dominan en una especie de moral existencialista e individualista, ajena a la dimensión social del ser humano. El favor oficial promueve estas nuevas orientaciones culturales.

Monseñor Héctor Aguer
Infocatólica,  06/11/19

Uno de los datos definitorios de la cultura que va imponiéndose globalmente es la negación del concepto y la realidad de la naturaleza. Esta negación es de carácter metafísico, con una proyección inmediata en la antropología, en la concepción del hombre. El Diccionario de la Real Academia nos ilustra así: la naturaleza es «la esencia y propiedad característica de cada ser». Según la nueva visión de las cosas, no hay nada que sea dado, lo recibido, aquello que nosotros no construimos y que constituye la identidad nativa de cuanto existe. Precisamente, se llama constructivismo la teoría gnoseológica y sociológica que afirma que la realidad -incluso el ser humano en su original bipolaridad de varón y mujer- es producto de la evolución de la cultura, del ingenio y la industria del hombre. En términos teológicos equivale a la negación de la Creación, es una rebelión contra ella, no recibimos nada, ya que todo es fruto del devenir histórico; lo hacemos nosotros.

El ejemplo más claro de esta posición es la ideología de género, que altera íntimamente la realidad humana; de acuerdo con esta ficción ideológica en la que culmina la revolución sexual desarrollada en las últimas décadas y acelerada recientemente, no existe una naturaleza de la persona varón y una naturaleza de la persona mujer. La famosa feminista Simone de Beauvoir, en su libro «El segundo sexo», afirma que «mujer no se nace, se hace»; más aún, según ella, la mujer sería un «producto intermedio entre el macho y el castrado».

El reemplazo de «sexo» por «género» se ha hecho corriente en el lenguaje, sobre todo por influjo de un periodismo ignaro e ideologizado, y por quienes repiten como loros lo que se pone de moda. Paradójicamente, en una época en la cual se diviniza al cuerpo y se le rinde culto, también se lo desprecia y contradice; la realidad biológica impresa en el cuerpo sería inconsistente. El género se elige según la inclinación subjetiva y el cuerpo es acomodado a la percepción interior mediante cirugía o ingesta de hormonas. Puede verse en internet un caso en el cual la confusión llega a un extremo irrisorio -mueve más bien a llanto que a risa- un hombre, que es en realidad una mujer, embarazado por una mujer, que en realidad es un hombre. La exhibición filmada de conductas contra la naturaleza alcanza un grado de perversión sorprendente para las personas normales en lo que se llama «fisting»; por delicadeza me abstengo de explicar en qué consiste.

El «colectivo» que reúne a personas cuyas conductas son hechas públicas y reivindicadas como derechos, intenta que se reconozcan como naturales y legítimas múltiples combinaciones caprichosas en nombre de la no discriminación. Cabe aquí una digresión sobre este punto. El verbo «discriminar» tiene dos sentidos. El primero es positivo: «separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra»; al discriminar no se infiere agravio ni trato de inferioridad a nadie; no es posible pensar ni hablar sin discriminar. El segundo sentido designa una actitud inaceptable, ya que todas las personas merecen ser respetadas, no deben ser víctimas de desprecio y exclusión.

Los cristianos hemos de rezar y hacer objeto de nuestro amor a quienes han sido absorbidos por la manera de pensar y de vivir «contra naturam». Ahora bien, quienes niegan que exista la categoría de lo natural, suelen acusar falazmente de discriminadores a quienes afirman que existe una naturaleza humana de la cual se siguen determinados comportamientos objetivos, que son los propiamente humanos. El INADI funciona según este lamentable criterio. Quienes profesan la ideología de género discriminan malamente a la única discriminación válida en este ámbito, la que establece la distinción original recogida en las primeras páginas de la Biblia: «Dios creó al ser humano a su imagen.. varón y mujer los creó» (Génesis 1, 27). La Sagrada Escritura asume un dato del sentido común: el varón, «ish» en hebreo, es para la mujer, «ishshá», y viceversa (Génesis 2, 18. 21-25); sus cuerpos ajustan el uno en el otro, y también sus almas.

Como ya se ha indicado, de la naturaleza proceden los comportamientos acordes, que configuran un orden propiamente humano, del que se siguen la ley natural y el derecho natural, que ha sido expuesto por eminentes juristas. Que muchas personas incurran en comportamientos antinaturales, no invalida la realidad objetiva. Para ser concretos, estas afirmaciones que son -como se ha dicho- de dimensión metafísica, caben en un argumento muy sencillo e irrefutable: el miembro viril no ha sido hecho para introducirse en el ano de otro varón, y para ser succionado por este; si tal cosa ocurre se frustra su finalidad, pues el semen, poblado de millones de semillas de vida, tiene por destino la vagina de la mujer. Así puede juzgarse de otras combinaciones antinaturales. Las conductas que encuentran sentido como expresión física del amor se degradan en la búsqueda prevalente de un placer egoísta, que Freud calificó acertadamente de perverso e impúdico.

La propaganda gay es apabullante y va trastornando el cerebro de multitudes, de jóvenes especialmente, que suelen razonar así: «yo no lo hago, personalmente no me gusta, pero cada uno es libre de vivir como le parece; si les gusta, para ellos es bueno». El relativismo y el subjetivismo dominan en una especie de moral existencialista e individualista, ajena a la dimensión social del ser humano. El favor oficial promueve estas nuevas orientaciones culturales. El presidente de la Nación, hablando en una reunión de mujeres del G20 se jactó de haber habilitado el debate sobre la legalización del aborto, y afirmó que en la Argentina «rige transversalmente la perspectiva de género». Con todo respeto: es probable que no sepa bien de qué se trata. La perspectiva es una manera de ver o representarse las cosas desde un punto; en cambio, el discurso sobre el género es una ideología, un conjunto completo de afirmaciones que pretende interpretar reductivamente toda la realidad humana, y que reemplaza las nociones de naturaleza y de sexo. No me pasó inadvertido este detalle: para la reciente elección, la propaganda del partido o alianza oficial exhibía, subrayando el nombre de la agrupación, una franja con los colores del arco iris. ¿Un alarde de exquisitez estética, o un pícaro guiño al sector del electorado que enarbola esos colores como bandera?.Otra ridiculez de la política argentina: la izquierda asume las reivindicaciones de la burguesía, ¿sabrán qué piensan los pobres?.

Los medios de comunicación son un factor principal en el intento de cambiar la mentalidad de la gente, a pesar de que el uso anárquico de «las redes» altera un tanto el panorama, para bien y para mal. Otras conductas destructivas son difundidas elogiosamente, como si fueran lo normal, lo que ahora se acostumbra, lo natural. Por ejemplo, se exponen a la curiosidad pública, con lujo de detalles y actualización permanente, los amoríos fugaces de gente de la farándula. Basta desplegar la Sección Espectáculos de algunos diarios, o conectarse con el demonio de la mañana que anda suelto en un canal de televisión.

Otro de los principales responsables: el showman con probables posibilidades políticas, que también exhibe en el espectáculo la vida privada de sus bailarines, y promueve entre ellos superficiales emparejamientos; que semejante engendro tenga buen «rating» mide hasta qué nivel hemos caído. No voy a acudir, para explicar este amplio fenómeno, a una teoría de la conspiración, pero -insisto- tales hechos revelan la dimensión de la decadencia cultural en la que se ha precipitado nuestra sociedad. Si argumentamos que también ocurre en otros lugares, podríamos aplicarnos el refrán: «mal de muchos, consuelo de tontos».

Por fortuna, gracias a Dios, queda gente que se sobrepone a semejante desmadre. La naturaleza vuelve por sus fueros, como en algunos casos de hombres convertidos en mujeres, a fuerza de aplicaciones hormonales; con el tiempo asoman pertinazmente rasgos de la virilidad. Así también, no se podrá abolir totalmente la realidad; muchas familias «normales» -padre, madre, hijos, matrimonios que duran para siempre-. en silencio, no sin luchas, van edificando el futuro de una sociedad digna de la condición humana.

Finalmente, remito a los lectores a mi artículo «Su dios es el vientre», publicado en InfoCatólica el 22 de mayo pasado, del cual esta nota es continuación y complemento. Aunque todavía queda mucho por decir.

+ Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata

sábado, 2 de noviembre de 2019

Oración por el Papa



Autor: Santiago MARTÍN, sacerdote

Católicos-on-line, noviembre 2019

El año 2010 fue un “annus horribilis” para el Papa Benedicto XVI. Los medios de comunicación liberales, que son la inmensa mayoría, se pusieron de acuerdo para pedir su dimisión, alegando que no había actuado don diligencia contra algunos sacerdotes pederastas. La inmensa mayoría de los católicos calló y fuimos muy pocos los que alzamos la voz en defensa del Papa. Entre otras cosas, puse en marcha una vigilia mensual de oración por el Papa, en la que además de rezar meditábamos sobre textos del Pontífice.

Cuando en 2013 presentó la dimisión, antes de saber quién iba a ser el sucesor, pedí a todos que no se volviera a repetir lo sucedido y que nunca más dejáramos sólo al Pontífice ante los ataques que previsiblemente iban a tener lugar. Por eso, los franciscanos de María hemos seguido haciendo las vigilias de oración por el Papa. Además, ha sido y es una característica del actual vicario de Cristo pedir que se rece por él.

Ante la grave situación que vivimos, con una confusión como no se producía desde hace siglos, he pensado que hay que intensificar la oración por el Vicario de Cristo. Me ha gustado mucho una que ha compuesto un religioso dominico, Fray Nelson Medina, al que no conozco personalmente, pero al que leo con gusto. Espero que no le moleste que difunda una parte de su oración. Dice así:

“Señor Jesucristo, apelando a tu Sagrado Corazón y a la eficaz intercesión de tu Santísima Madre, que ha sido saludada como Madre de la Iglesia, esto te pedimos para el Papa Francisco:

- Que tus Llagas Santas, Jesús, no se aparten de sus ojos; que simplemente no pueda olvidar el precio de amor que has pagado para que el demonio sea derrotado, los ídolos derribados, la muerte vencida, el pecado perdonado, y se abran las puertas de la gloria eterna a quienes creen y confiesan la fe.

- Que sus oídos sientan una alarma fuerte cada vez que las trampas del enemigo quieran persuadirlo de mezclar las aprobaciones del mundo o las presiones de la sociedad con la grandeza y pureza del Mensaje de Salvación que tú le has encomendado como Sucesor de Pedro.

- Que su boca reciba una gracia renovada, de modo que su palabra, apartándose de toda ambigüedad, defienda con claridad la sana doctrina, mientras sigue llamando a todos a la unidad en Cristo, para la gloria de Dios Padre.

- Que sus pies se orienten sin cesar hacia tu gloria, Jesús: buscándote en el silencio del Sagrario; reconociéndote en el testimonio de las Escrituras; predicando tu Evangelio con palabra diáfana y ardiente; y siempre sirviéndote, especialmente en los más pobres, es decir, los que menos saben de ti, Señor, puesto que no hay mayor miseria que ignorar cuál Dios nos ha amado tanto.

- Que su mente reciba una gracia singular del Espíritu Santo para reconocer y discernir, según el carisma propio de San Ignacio de Loyola, cuáles inspiraciones son de Dios, cuáles vienen de los intereses puramente humanos y mundanos, y cuáles tienen su raíz en el espíritu de las tinieblas, que ronda buscando a quién devorar.

- Que sus manos realicen cada vez mejor la labor de cuidar el rebaño tuyo, Jesucristo, de modo que sea físicamente incapaz de firmar o apoyar lo que ensucia, confunde, degrada o niega la fe, la que defendieron los mártires, y en cambio tenga pulso firme para guiar el timón y conducir de nuevo la nave de la Iglesia a su ruta propia, más allá de los escollos e intereses de este mundo que pasa.

- Y finalmente, te pedimos, Señor Jesús, que el corazón del Papa sea sumergido en el fuego de tu propio Corazón, de modo que pueda corregirse de sus faltas, ya que todos las tenemos, y pueda predicarnos con fuerza y mucha luz sobre las raíces de nuestros pecados, y de los males que hoy se ciernen sobre la Tierra”.

Recemos por el Papa. Y esto lo pido a todos. También a los que no les gusta lo que está haciendo. No le dejemos solo, como muchos hicieron con Benedicto XVI. Si defendemos la fe católica contra sus enemigos es porque creemos en ella y, si creemos en ella, debemos creer en el poder de la oración. Los otros, los que quieren cambiarla, ya no creen. Ese es su problema y su desgracia. No caigamos nosotros en la misma trampa. Recemos, hablemos con amor cuando hay que hablar, aunque nos cueste el honor y la vida y, sobre todo, confiemos en Dios y en su divina misericordia.