sábado, 28 de julio de 2012

Carta del Cardenal Bertone a los Obispos de Perú




Vaticano, 11 de julio de 2012

Excelencia Reverendísima,

Deseo informarle que en fecha de hoy ha sido enviado al Rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), a través de la Nunciatura Apostólica de Lima, el Decreto por el que se prohíbe a dicha Universidad seguir utilizando en su denominación los títulos de Pontificia y de Católica.

Deseo también subrayar que, sin embargo, el mencionado Centro, como persona jurídica publica de la Iglesia, continúa vinculado como antes a la legislación canónica en materia de entidades eclesiásticas, administración de bienes y Centros de enseñanza superiores, y que sigue teniendo el deber de acomodar sus Estatutos a la Constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae.

Para el bien de la Universidad y por la responsabilidad que tiene la Iglesia en el campo educativo, esa Conferencia Episcopal debe sostener tanto la posición de la Santa Sede como la del Arzobispo de Lima, desautorizando con vigor cualquier intervención contraria e invitando al Episcopado del País a una acción colegial y leal. En caso de eventuales dudas, Usted y los demás Obispos tendrán la amabilidad de consultar al Sr. Nuncio Apostólico en Lima.

Le ruego que evite que esa Conferencia Episcopal sea instrumentalizada por el Rectorado de la Universidad, como lamentablemente ha sucedido con el Comunicado del 17 de abril de 2012, tal y como puede comprobarse a través de la carta abierta que con el título “Carta de la PUCP al Cardenal Tarcisio Bertone”, del 9 de mayo pasado, el Rectorado ha divulgado en el Diario “La República”.

El citado Comunicado no era lo que esta Secretaría de Estado, a través del Sr. Nuncio Apostólico, había solicitado a la Conferencia Episcopal. Al contrario, al invitar a reanudar el diálogo a las partes encontradas, tal Comunicado colocaba en plano de igualdad las diversas posiciones y al sufragar la tesis del Rectorado de la Universidad de dar al caso una “solución integral” hacia propia la propuesta del Rectorado, asumiendo una posición contraria a la justicia y poniendo en dificultad a quienes, en esta materia, se limitan a exigir a la citada Universidad el cumplimiento de la ley canónica y de una voluntad testamentaria.

Lamentablemente ese Comunicado ha contribuido a la desinformación de los fieles sobre lo que está sucediendo y por eso será conveniente que la Conferencia, y en particular su Presidente, repare la desinformación causada.

Por último deseo señalar a Vuestra Excelencia que considero inapropiada la participación de cinco miembros de la Conferencia Episcopal, que además no habían sido elegidos por la Asamblea Plenaria de los Obispos del Perú, en un organismo previsto por unos Estatutos que no han sido legítimamente aprobados.

El Santo Padre espera que, en lo sucesivo, la Conferencia Episcopal preste un decidido y claro apoyo a las decisiones tomadas por la Santa Sede con respecto a la situación de la PUCP y se eviten nuevas incomprensiones y divisiones. Lo que está en juego es el reconocimiento de la libertad y autonomía de la Iglesia para llevar a cabo su propia y específica misión en todos los ámbitos de la sociedad, también en el campo educativo.

Por lo tanto, es de suma importancia que los Obispos estén unidos entre ustedes y con la Sede de Pedro para hacer frente a las cuestiones urgentes que afectan a la vida de la Iglesia, y por tanto a aquellas que atañen a la PUCP.

No quiero por último dejar de manifestar también la perplejidad que recientemente han causado algunas iniciativas promovidas por esa Universidad, tales como: los reconocimientos al Sr. Gregorio Peces-Barba y al Rev. P. Gastón Garatea Yori, SS.CC., y la programación de un ciclo de lectura del libro “Teología de la Liberación: perspectivas”, del P. Gustavo Gutiérrez, organizado por el Centro de Estudiantes de Humanidades, con el respaldo y participación del Departamento de Teología de la PUCP.

Copia de la presente Carta se envía para conocimiento a todos los Obispos peruanos.

Confiando en el interés que Vuestra Excelencia y todos los miembros de esa Conferencia Episcopal prestaran a los referidos asuntos, por el bien de la Universidad y de la enseñanza católica en ese País, agradezco su colaboración y aprovecho la ocasión para renovarle los sentimientos de consideración en el Señor,

Tarcisio Cardenal Bertone

Secretario de Estado de Su Santidad


NOTICIAS GLOBALES, 26-7-12

jueves, 26 de julio de 2012

Círculo Católico de Obreros - Córdoba






SEMINARIO

“ESENCIA Y CARACTERÍSTICAS DEL TRABAJO”

* Exposición sobre la encíclica Laborem exercens: Dr. Mario Meneghini

* Análisis del tema entre los asistentes

Lugar: Av. Colón 1067 (Parroquia María Auxiliadora)
Fecha: sábado 4 de agosto, desde las 10 horas.



Videla, la ética periodística y la Iglesia durante el proceso



 Dr. Diego García Montaño

En los últimos días, se ha podido conocer por distintos medios un reportaje que concediera Videla  a la Revista: “El Sur” (Río Cuarto, Córdoba).
Se trata de una entrevista llevada a cabo durante tres días, bajo el título de: “La Confesión” por Adolfo Ruiz, en el año 2010, cuando el ex presidente de facto se encontraba encarcelado en Córdoba.
Pero, ¿por qué recién se publica esta conversación,  que tiene casi dos años?
Al parecer, Videla puso varias condiciones para que la entrevista pudiese ser difundida, entre otras, que recién se publicara después de su muerte.
Las explicaciones dadas por el director del medio gráfico, Hernán Vaca Narvaja, de por qué incumplió con la palabra empeñada, son poco creíbles.
Primero dice que lo hizo porque fue el propio Videla quien no respetó el pacto, al haber hablado para otros medios; pero en otra parte, Vaca Narvaja dice que es por: “…Pedido de nuestros lectores y atento a la repercusión nacional que ha tenido la nota…”[1]. ¿Y la ética periodística? Bien, gracias…

Hacemos estas prevenciones para que las tengamos en cuenta al momento de poder fiarnos, o no, sobre lo que declara  Videla.
Pero supongamos que creemos de buena fe, que todas las expresiones del ex presidente fueran ciertas. La pregunta que nos surge es la siguiente: ¿Qué es lo que ha provocado tanta movida mediática?
Aparentemente, lo novedoso sería que Videla declaró que la Iglesia estaba al tanto de los desaparecidos, desde un primer momento. ¿Y?... ¿qué es lo “novedoso” del tema?
De hecho, de la larga entrevista sólo una respuesta del militar va dirigida a la conducta de la Iglesia en esos tiempos. 
Refiriéndose a los desaparecidos, contesta: “En mi vida lo he hablado con muchas personas. Con Primatesta muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos… Con el nuncio apostólico Pío Langhi ( Laghi, debería decir). Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció su buenos oficios…”.

Fin, no hay más nada. Pero y entonces… ¿qué es lo impactante?

Bueno, aquí la cosa ya requiere un poco más de esfuerzo intelectual. La exégesis que se pretende hacer con las manifestaciones de Videla, es que la Iglesia y la Junta Militar formaban una especie de asociación ilícita para encubrir y silenciar la cuestión de los desaparecidos.
El tema de siempre, de aquellos que nos quieren hacer ver la historia con su visión tendenciosa: La Iglesia fue cómplice del Proceso. Eso dice la “memoria” de ellos, a la que tanto apelan, pero, ¿qué dice la historia?
A esta altura del relato y si es que no lo hemos aburrido mucho, le proponemos algo: que tampoco nos crea a nosotros, si le parece,  pero sí a los documentos de la Iglesia que le presentaremos a continuación.
Nos hemos tomado el trabajo de reproducir algunos escritos, todos oficiales, públicos y publicados en su momento por la Conferencia Episcopal Argentina[2].
Señalamos solamente aquellos informes eclesiales que van dirigidos a Videla, ya sea a modo particular, o como miembro de la Junta.

En 1975 (gobierno peronista), y con motivo de la proximidad de la Navidad, le solicitan[3]: “…se otorgue: 1) a los familiares de los presos, un tiempo más amplio de visita; 2) puedan los detenidos recibir obsequios… 3) quienes lo soliciten puedan recibir los sacramentos…”.

En mayo de 1976, a tan solo un mes y medio del golpe de Estado, dicen:[4] “El Estado no puede renunciar a su deber de ejercer la autoridad legítima y necesaria, aún en el plano coercitivo… El bien común y los derechos humanos son permanentes, inalienables y valen en todo tiempo-espacio concreto, sin que ninguna emergencia, por aguda que sea, autorice a ignorarlos…
Hay hechos que son más que error: son pecado y los condenamos sin matices… es el asesinar-con secuestro previo o sin él- y cualquiera sea el bando del asesinado…
Además, se podría errar: si en el afán por obtener seguridad,…se produjeran detenciones indiscriminadas,…ignorancia sobre el destino de los detenidos…”.

7 de Julio de 1976[5]: “…las gentes se preguntan, a veces sólo en la intimidad de su hogar o círculo de amigos... ¿qué garantía, qué derecho le queda al ciudadano común?
Reiteran asimismo el pedido: “…sobre la situación de los presos y la posibilidad de alguna información que tranquilice a sus familias… haciéndonos portavoces de mucha gente que no sabe o no se atreve a dirigirse a los jefes del país”.

15 de noviembre de 1976[6]: “…parecería que las personas constituidas en autoridad civil o militar han perdido la serenidad de discernimiento ecuánime…
El problema de los derechos humanos: se reciben pedidos por presos o secuestrados; se habla de personas con problemas de conciencia porque han debido intervenir en torturas; la ignorancia sobre el destino de las personas;…”.

17 de marzo de 1977[7]: “… las inquietudes que de todas partes nos llegan desde hace tiempo… la situación de no pocos ciudadanos a quienes el reclamo de sus parientes y amigos presenta como secuestrados o desaparecidos, por la acción de personas que dicen ser de las Fuerzas Armadas o policiales;… los casos que nos son presentados, de abusos contra la propiedad en las operaciones de represión: desaparecen todo tipo de objetos que nada pueden tener que ver con una adecuada averiguación policial… el fin no justifica los medios”.

Podríamos seguir reproduciendo documentos, pero pensamos que con los hasta aquí expuestos, son más que suficientes como para tener una idea de cual fue el papel y la postura oficial de la CEA en aquellos años difíciles.
Paradójicamente, en el imaginario popular y como lo hemos dicho antes, la Iglesia es catalogada como cómplice del Proceso.
Mientras Sábato almorzaba con el “culto, modesto e inteligente”[8] de Videla en mayo de 1976, el episcopado ya denunciaba el la cuestión de los desaparecidos.

Remitiéndonos a nuestra actualidad, sería auspicioso que la CEA se expresara una vez más y como lo hiciera en aquellos años,  para poner de manifiesto la situación de injusto encierro que viven hoy los cerca de mil presos políticos detenidos, integrantes del las FF.AA. y de Seguridad, incluidos algunos miembros de la propia Iglesia.
Casi todos mayores de 70 años, para ellos lo único que existe es la venganza revanchista, disfrazada de Themis.
Para ellos, ni Derechos Humanos ni soluciones humanitarias. Solamente prisiones preventivas indefinidas, anulaciones de leyes, desconocimiento del principio de inocencia, de la irretroactividad de la ley penal, etc.
Para ellos, ni la esperanza de una muerte digna.

Documento de Trabajo 4/12

www.ctedrajuanpablomagno.blogspot.com


[1] Ver: revistaelsur.com.ar, edición del 24/07/12.
[2] Conferencia Episcopal Argentina: “Iglesia y Democracia en la Argentina”, Buenos Aires, 2006, pp. 625 y sgts.
[3] 14 de diciembre de 1975: “Carta al Comandante en Jefe del Ejército Argentino solicitando-con motivo del Año Santo- cierta dulcificación de la penas a los detenidos”.
[4] 15 de mayo de 1976: “Carta Pastoral de la Conferencia Episcopal Argentina”.
[5] “Carta de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina a la Junta Militar sobre el incalificable asesinato de una comunidad religiosa”.
[6] “Reunión de la Comisión Ejecutiva de la CEA con la Junta Militar
[7] “Carta de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina a los miembros de la Junta Militar sobre inquietudes del pueblo cristiano por detenidos, desaparecidos, etc.”.
[8] Expresiones de Ernesto Sábato al diario: “La Nación”, 20 de mayo de 1976.

sábado, 21 de julio de 2012

Universidad





Vaticano retira títulos de Pontificia y Católica a universidad peruana


La Santa Sede, con Decreto del Emmo. Secretario de Estado, en base a específico mandato Pontificio, ha decidido conforme a la legislación canónica retirar a la Pontificia Universidad Católica del Perú el derecho a usar en su denominación los títulos de ‘Pontificia’ y de ‘Católica’.

La mencionada Universidad, fundada en 1917 y erigida canónicamente con Decreto de la Santa Sede en 1942, a partir de 1967 ha modificado unilateralmente sus Estatutos en diversas ocasiones perjudicando gravemente los intereses de la Iglesia.

A partir de 1990, la Universidad ha sido requerida por la Santa Sede en múltiples ocasiones a adecuar sus Estatutos a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae (15 de agosto de 1990), sin que haya respondido a esta exigencia legal.

Tras la Visita Canónica realizada en diciembre de 2011 y la entrevista del Rector con el Emmo. Cardenal Secretario de Estado en febrero de 2012, tuvo lugar un ulterior intento de diálogo en vista de adecuar los Estatutos a la ley de la Iglesia.

Recientemente, mediante dos cartas dirigidas al Emmo. Secretario de Estado, el Rector ha manifestado la imposibilidad de realizar cuanto se le requería, condicionando la modificación de los Estatutos a la renuncia por parte de la Archidiócesis de Lima al control de la gestión de los bienes de la Universidad.

La participación de la Archidiócesis de Lima en el control de la gestión patrimonial de esta entidad ha sido confirmada en varias ocasiones con sentencias de los Tribunales civiles del Perú.

Ante esta actitud por parte de la Universidad, confirmada además por otras iniciativas, la Santa Sede se ha visto obligada a adoptar las mencionadas medidas, ratificando en cualquier caso el deber que sigue teniendo dicha Universidad de observar la legislación canónica.

La Santa Sede seguirá atentamente la evolución de la situación de esta Universidad, deseando que en un futuro próximo las Autoridades académicas competentes reconsideren su posición con el fin de poder revisar las presentes medidas.

La renovación requerida por la Santa Sede hará que la Universidad responda con más eficacia al cometido de llevar el mensaje de Cristo al hombre, a la sociedad y a las culturas, según la misión de la Iglesia en el mundo".

ROMA, 20 Jul. 12 / 06:40 pm (ACI/EWTN Noticias).-

miércoles, 18 de julio de 2012

Informe





Presentación del informe Moneyval

Aica, 18-7-12

El actual sistema de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano es ‘largely compliant’ “ampliamente conforme” con respecto a los estándares internacionales. Lo informó, hoy, monseñor Ettore Balestrero en su calidad de subsecretario para las Relaciones con los Estados, y de Jefe de la delegación de la Santa Sede en la Sesión Plenaria de Moneyval, en la que el pasado 4 de julio se discutió y aprobó el Primer informe de Evaluación sobre las medidas de prevención del lavado de dinero y del financiamiento del terrorismo adoptados por la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano.

Monseñor Balestrero hizo pública las observaciones principales incluidas en el Informe de Evaluación, compartiendo algunas observaciones sobre el punto de partida, el recorrido realizado y el que todavía deberá realizar la Santa Sede en un encuentro con la prensa, donde también participó el portavoz vaticano padre Federico Lombardi SJ.

Moneyval es la herramienta de control primario del Consejo de Europa en la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo (Anti-money-laundering and combating financing of terrorism).

El 6 de abril de 2011, el Comité de Ministros aceptó la solicitud presentada en febrero del mismo año por el Secretario de Estado Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, al Consejo de Europa, mediante el que se pedía la inclusión del Estado de la Ciudad del Vaticano, como sujeto de evaluación. El Estado de la Ciudad del Vaticano se comprometía entonces para una visita por parte de Moneyval en noviembre de 2011.

En este marco, como fue especificado en la evaluación por parte de Moneyval, efectuada por la Secretaría de Estado, la Santa Sede está convencida de que el propio compromiso en el plano moral debe estar acompañado por la conformidad y por la efectiva actuación de los estándares internacionales para la lucha al blanqueo y al financiamiento del terrorismo.

En su presentación Monseñor Balestrero puso en evidencia el objetivo, que es el de hacer concreto el compromiso moral, aludiendo a que para la Santa Sede el recorrido representa antes que nada un compromiso moral y no estrechamente técnico.
Como -en este sentido- afirma el papa Benedicto XVI en el Motu Proprio del 30 de diciembre de 2010, “muy oportunamente la comunidad internacional se está dotando cada vez más de principios e instrumentos jurídicos que permitan prevenir y contrastar el fenómeno del lavado de dinero y del financiamiento del terrorismo”.

Al respecto el Jefe de la Delegación de la Santa Sede para la Sesión Plenaria de Moneyval destacó que a la luz de las palabras del Santo Padre es justo que la Santa Sede comparta estos esfuerzos, adoptando y “haciendo propias” tales reglas, útiles también “al desarrollo de la propia misión”.

En el encuentro con la prensa se puso de relieve que el Estado de la Ciudad del Vaticano dispone de un pequeño territorio con poca población y un nivel bajo de criminalidad, y que carece de una economía de mercado. No es un centro financiero y sus actividades en este ámbito se desarrollan como soporte de las obras de caridad y religión.

Sin embargo, al mismo tiempo la Santa Sede goza de una reconocida autoridad moral y está en profunda conexión con los países más próximos y con aquellos lejanos en el mundo.

La Santa Sede, junto con la responsabilidad sobre la misión de la Iglesia universal, también tiene la tarea de guiar y orientar a las organizaciones católicas presentes en todo el mundo aun cuando tales organizaciones tengan sede legal en las respectivas jurisdicciones de pertenencia y por tanto, dijo el representante vaticano, deben respetar la normativa en materia de prevención y contraste del lavado de dinero y de la financiación del terrorismo en vigor en las mismas jurisdicciones.

En este apartado monseñor Balestrero pone el acento en que la Santa Sede se sirve de la propia autoridad moral para solicitar la máxima conciencia con respecto a los demasiados frecuentes crímenes transnacionales de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.

Sobre el recorrido realizado, el representante de la Santa Sede ante la Moneyval aludió a los últimos 19 meses que fueron un período de intenso trabajo y aprendizaje. Antes de iniciar este camino existía un buen número de medidas en vigor. Antes que nada, se mantuvo firme la determinación en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

Además en el ordenamiento jurídico estaban presente numerosos elementos necesarios para hacer frente a tales fenómenos criminales. Fue casi a finales del año 2010 que se adoptó la Ley número 127 en materia de prevención y contraste del lavado de dinero y del financiamiento al terrorismo, entrada en vigor el 1º de abril del año 2011, y en el mes de junio del mismo año se hizo operativa la Autoridad de Información Financiera.

En febrero de 2011 se hizo la solicitud a Moneyval de la evaluación sobre las medidas de prevención en materia. Y, en noviembre del mismo año tuvo lugar la primera visita de los auditores de Moneyval, los mismos que fueron reputados como el más sólido equipo de evaluadores que Moneyval haya jamás reunido.

A la luz de todo esto considerando las primeras observaciones formuladas por los evaluadores en noviembre de 2011, se hizo evidente que la primera versión de la Ley número 127, si bien representa un importante paso hacia una normativa interna eficaz, contenía una serie de lagunas y límites que necesitaban ser colmados. En enero de 2012 la Santa Sede modificó esta Ley para hacer, entre otras cosas, más efectiva la cooperación entre las autoridades internas competentes en la prevención y contraste del lavado de dinero y de la financiación del terrorismo. El nuevo texto legislativo subraya en particular, la importancia de asegurar un sistema interno sólido y sostenible.

Actualmente, con la reforma realizada, en el sistema de prevención y financiamiento han sido introducidos algunos elementos enunciados en ocho puntos, mientras que por otra parte la Santa Sede actuando también por cuenta del Estado de la Ciudad del Vaticano, con fecha del 25 de enero de este año, ratifico tres Convenciones: la Convención de Viena contra el tráfico ilícito de estupefacientes y de sustancias psicotrópicas del 1988; la Convención de Nueva York para la represión de la financiación del terrorismo de 1999, y la Convención de Palermo contra la criminalidad organizada transnacional del 2000.

Estas convenciones son directamente aplicables en el ordenamiento jurídico interno, mientras el área de la cooperación internacional ha sido minuciosamente verificada. Los evaluadores han relevado que el actual sistema de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano es largely compliant “ampliamente conforme” con respecto a los estándares internacionales.

Sin embargo subsisten áreas que necesitan ser mejoradas. En este sentido el Estado de la Ciudad del Vaticano está consciente de que la normativa interna en materia de prevención y contraste al lavado de dinero y financiación del terrorismo puede todavía ser mejorada. Es así que el representante vaticano ante la Moneyval indicó en Rueda de Prensa que tras las modificaciones legislativas del pasado mes de enero muchas cuestiones fueron afrontadas, también gracias al diálogo continuo con los evaluadores. Otras cuestiones serán afrontadas a la mayor brevedad y dando prueba de efectividad.

En general, las conclusiones son la siguientes: con referencia a los resultados de la evaluación, la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano hacen saber a través del Jefe de la Delegación de la Santa Sede en la Sesión Plenaria de Moneyval, monseñor Ettore Balestrero que se reforzará el sistema en su conjunto, en particular entre las 16 Recomendaciones GAFI esenciales para la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, existen 7 áreas a las cuales la Santa Sede debe y quiere prestar particular atención.

El Informe publicado, indica monseñor Balestrero, representa una piedra angular en el constante compromiso de conjugar la responsabilidad moral con la excelencia técnica.

“Por tanto –concluyó en su presentación- realizamos un paso definitivo echando los cimientos de una “casa” es decir de un sistema de lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, que sea sólido y sostenible. Ahora queremos construir cumplidamente un “edificio” que demuestre la voluntad de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano de ser un “partner” confiable en la comunidad internacional”.+ 

domingo, 15 de julio de 2012

El amor a Dios y al prójimo son indivisibles





Con ocasión del nombramiento de monseñor Gerhard Ludwig Müller, hasta ahora obispo de Ratisbona, como nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, no han faltado voces que se han rasgado las vestiduras por el nombramiento de alguien que fue alumno de Gustavo Gutiérrez, padre de la teología de la liberación, y coautor con él del libro De parte de los pobres: Teología de la liberación. A este respecto, puede resultar esclarecedor este artículo que monseñor Gerard L. Müller publicó, el 6 de diciembre de 2011, en el diario católico alemán Die Tagespost, artículo recientemente difundido, traducido al italiano, por el diario vaticano L’Osservatore Romano, bajo el título Examinadlo todo y quedaos con lo bueno

La Instrucción Libertatis conscientiae, publicada hace veinticinco años por la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmada por el entonces Prefecto y hoy Papa Benedicto XVI, contiene la valoración doctrinal de la teología de la liberación que se ha desarrollado en Iberoamérica. Sus reflexiones sobre la teología de la liberación desentrañan la tendencia, evidente en ella, a politizar la teología y a reducir la Iglesia a actividades terrenas.

Toda concepción de una teología de la liberación permanece católica sólo si su hermenéutica total es la revelación de sí por parte de Dios en su Hijo Jesucristo, que ha sido transmitida a la Iglesia con el sentido de la fe de todos los fieles y con el magisterio episcopal y papal para una exposición auténtica. La Congregación para la Doctrina de la Fe se propone impedir a las teologías de la liberación que se conviertan en ideologías políticas y que, por tanto, pierdan su carácter teológico. En realidad, la fe, la esperanza y la caridad son virtudes divinas, dones de la gracia, pero que deben necesariamente desembocar en la responsabilidad respecto al mundo y la Historia, en la opción a favor de los pobres. El amor a Dios y el amor al prójimo son indivisibles.

De este planteamiento completamente orientado a Dios de la imagen cristiana del hombre queda excluida cualquier ideología de auto-redención del hombre. Esto se refiere a las ideologías progresistas de carácter capitalista y marxista, que son esencialmente ateísticas, porque niegan a Dios y lo desacreditan como alienación y dependencia. Estos sistemas hostiles al hombre sustituyen el dominio de Dios por el dominio del hombre sobre el hombre. Los ateísmos políticos desembocan necesariamente en el totalitarismo, y por tanto en la supresión de la libertad y en la destrucción de la dignidad del hombre. Esto se comprueba en el desarrollo histórico del comunismo, pero también de sistemas económicos neoliberales, en los que el dinero se convierte en un fin en sí mismo.

Dios es pura libertad
El mundo creado y el futuro inmanente del mundo no pueden ser el fin último del hombre, ni pueden constituir su vocación a la salvación eterna y a la alegría. El entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, con ocasión de la concesión del Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Lima, en 1986, planteó la siguiente pregunta: «Entonces, ¿el concepto cristiano de libertad significa que el hombre se retira resignado a su finitud y desea ser sólo hombre? Absolutamente no. A la luz de la experiencia cristiana de Dios, es posible ver que la arbitrariedad absoluta de poder hacerlo todo no tiene como modelo a Dios, sino a un fetiche. El Dios verdadero es pura libertad. Ser esta imagen de Dios, llegar a ser parecidos a Él, es la vocación del hombre.

Una mirada a las Sagradas Escrituras nos enseña que la historia de la Alianza es una historia de liberación, con una opción cada vez más evidente de Dios a favor de los pobres, los que sufren y los explotados, de modo que de la soteriología debe deducirse también una ética. La Iglesia «indica de manera positiva los fundamentos de la Justicia en el orden temporal», y «es fiel a su misión cuando denuncia las desviaciones, esclavitudes y opresiones de las que son víctimas los hombres». Pero la Iglesia condena también los métodos que responden a la violencia con violencia, al terror con terror, a la privación de derechos con privación de derechos.

Cristo, ayuda para los pobres
Ante todos los males materiales y espirituales que afligen a grandes sectores de la Humanidad en sistemas injustos, la Iglesia pone en marcha la opción preferencial por los pobres, no para alimentar conflictos, sino para superar las barreras entre las clases y para hacer de la solidaridad, de la dignidad del hombre y de la subsidiariedad los principios del orden social. Hay que añadir, por supuesto, que hay estructuras de pecado, pero esto no excluye la responsabilidad individual de cada uno. Nadie puede excusarse afirmando que ha sido el sistema quien le ha obligado a explotar y aniquilar a otras personas para ganarse la vida.

La praxis liberadora de los cristianos, que resulta tanto de la liberación del pecado como del anuncio de la gracia, supone igualmente la mejora constante de las condiciones de vida materiales y sociales, y del mismo modo considera también las relaciones personales entre las personas con el amor de Cristo como parte central del modo de ser cristiano. Este esfuerzo es necesario para la Iglesia y es una ayuda para los pobres y los que sufren en el mundo.

+ G.L. Müller
Alfa y Omega, NÚMERO 794 / 12-VII-2012


viernes, 13 de julio de 2012

Sobre la teología del Arzobispo Muller




 habla Mons. Nicola Bux


Andrea Tornielli ha entrevistado a Mons. Nicola Bux sobre el nombramiento del Arzobispo Müller como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y, en particular, sobre aquellas citas de sus escritos que han sido objeto de polémicas en estos días. A continuación, nuestra traducción de la entrevista.
***
El nombramiento del obispo de Ratisbona, Gerhard Müller, como nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha sido precedido y seguido por la difusión – primero a través de emails anónimos y luego en artículos en la web, incluido el sitio italiano de la Fraternidad San Pío X – de pequeñas extrapolaciones de sus escritos que demostrarían posiciones discutibles en materia de fe. ¿Las cosas son realmente así? Vatican Insider ha entrevistado sobre esto al teólogo Nicola Bux, consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
*
En su libro de dogmática, Müller escribe que la doctrina sobre la virginidad de María “no concierne tanto a específicas propiedades fisiológicas del proceso natural del nacimiento…”.

El Catecismo de la Iglesia Católica precisa que el aspecto corporal de la virginidad está todo en el hecho de que Jesús haya sido concebido “sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo”.

Es una obra divina que supera toda comprensión y posibilidad humana. La Iglesia confiesa la virginidad real y perpetua de María pero no profundiza en los particulares físicos; ni parece que los concilios y los padres hayan dicho de manera diversa.

En esta línea, me parece, debe entenderse lo que ha escrito Müller, el cual no sostiene una “doctrina” que niegue los dogmas de la perpetua virginidad de María, sino que pone en guardia contra un cierto, por así decir, “cafarnaísmo”, es decir aquella manera de razonar “según la carne” y no “según el espíritu”, ya surgida en Cafarnaúm entre los judíos al final del discurso de Jesús sobre el pan de vida.
*
En el 2002, Müller, en el libro “Die Messe - Quelle des christlichen Lebens”, hablando del sacramento eucarístico escribe que “el Cuerpo y la Sangre de Cristo no indican componentes materiales de la persona humana de Jesús en el curso de su vida o de su corporeidad transfigurada. Aquí, Cuerpo y Sangre significan la presencia de Cristo en los signos del medio constituido por pan y vino”.

Precisamente en Cafarnaúm los términos usados por Jesús, carne y sangre, fueron mal entendidos  en modo antropomórfico y el Señor tuvo que reiterar su sentido espiritual, que no quiere decir que su presencia sea menos real, verdadera y sustancial. Puede verse al respecto el Catecismo de la Iglesia Católica. San Ambrosio dice que no se trata del elemento formado de la naturaleza, sino de la sustancia producida por la fórmula de consagración: la misma naturaleza es transformada, por eso Cuerpo y Sangre son el ser de Jesús. El concilio Tridentino dice que en la Eucaristía está presente “sustancialmente” nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero hombre. Está presente sacramentalmente con su sustancia, un modo de ser misterioso, admisible por la fe y posible por parte de Dios.

Santo Tomás había dicho que el modo de la “sustancia” y no el de la “cantidad” caracteriza la presencia de Cristo en el sacramento de la Eucaristía. El pan y el vino, en cuanto especies o apariencias, median nuestro acceso a la sustancia, algo que ocurre sobre todo en la Comunion. De todos modos, el concilio Tridentino no ve contradicción entre el modo natural de la presencia de Cristo en el Cielo y el sacramental de estar en muchos otros lugares. Todo esto ha sido reiterado por Pablo VI en su lamentablemente olvidada encíclica Mysterium Fidei. No bastan los sentidos sino que se requiere la fe. Es misterio de la fe.
*
Sobre el protestantismo y la unicidad salvífica de Jesús, en octubre de 2011 Müller declaró: “El bautismo es el signo fundamental que nos une sacramentalmente en Cristo, y que nos presenta como una Iglesia frente al mundo. Por eso, nosotros como católicos y cristianos evangélicos estamos ya unidos incluso en lo que llamamos la Iglesia visible”.

San Agustín ha defendido, contra los donatistas, la verdad que el bautismo es un vínculo indestructible, que no destruye la fraternidad entre los cristianos, incluso cuando son cismáticos o heréticos. Lamentablemente hoy en la Iglesia se teme el debate, sino que se procede por tesis y ostracismos de quien piensa en forma diversa. Me refiero a la teología, ciertamente, que puede ser opinable.

Sin embargo, también el desarrollo doctrinal se beneficia del debate: quien tiene más argumentos, convence. En las acusaciones a monseñor Müller se sacan las frases del contexto: así es fácil condenar a cualquiera. Un verdadero católico debe confiar en la autoridad del Papa, siempre. En particular, pienso que Benedicto XVI sabe lo que hace. Y quisiera renovar a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X precisamente la invitación a confiar en el Papa.
*
Ha sido dicho que el nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe no habría sido hasta ahora muy favorable al Motu Proprio Summorum Pontificum…

Yo estoy seguro que comprende las razones que han llevado al Papa a promulgarlo y que trabajará según el espíritu y la letra del Motu proprio. En cuanto a las extrapolaciones de las que hemos hablado, las cosas escritas por monseñor Müller pertenecen a su etapa de teólogo y un teólogo no produce doctrina, al menos inmediatamente. Como obispo debe, en cambio, defender y difundir la doctrina, no suya sino de la Iglesia, y creo que lo ha hecho. Como Prefecto continuará haciéndolo, bajo la guía del Papa.
***
Fuente: Vatican Insider

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo, 5-7-12

jueves, 12 de julio de 2012

Cardenal pide renunciar a desobedecer




El Arzobispo de Viena (Austria), Cardenal Cristoph Schönborn, solicitó a un grupo de sacerdotes renunciar a un manifiesto denominado "Llamado a la desobediencia" o de lo contrario abandonar sus cargos administrativos en la Iglesia Católica.

Los sacerdotes firmantes de ese manifiesto buscan, entre otras cosas, la abolición del celibato y la ordenación de mujeres. Los presbíteros son encabezados por el P. Helmut Schüller, Vicario General de la Arquidiócesis de Viena entre 1995 y 1999 y ex director de Cáritas Austria.

Según informó la agencia Reuters, el Arzobispo de Viena indicó a los presbíteros que firmaron el manifiesto, organizados en un grupo llamado Iniciativa de Sacerdotes, que no nombrará a estos al puesto de decano, ni renovaría las asignaciones de quienes ya tuvieran puestos.

"Usted puede fácilmente permanecer como miembro de Iniciativa de Sacerdotes. Sólo debe distanciarse del ‘Llamado a la desobedicencia’ en una forma apropiada", indicó el vocero de la Arquidiócesis de Viena, Nikolaus Haselsteiner.

Haselsteiner explicó que "en una compañía cualquiera, un jefe de departamento puede decir que no le importa lo que dice el director ejecutivo".

El líder de Iniciativa de Sacerdotes, P. Helmut Schüller, dijo que su grupo representa el 10% del clero de Austria, mientras que otros informes indican que no superarían el 7.5%.

El grupo disidente ha insistido en dar la Santa Comunión a protestantes y católicos divorciados vueltos a casar, a pesar de la enseñanza católica de la necesidad de que quienes comulguen estén propiamente preparados. La organización ha pedido el fin del celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres como sacerdotes.

El P. Peter Meidinger, un decano en la arquidiócesis, dijo que él se había retirado del "Llamado a la desobediencia" tras conversar con el Cardenal.

El sacerdote indicó que el manifiesto usó la palabra "desobediencia" en el sentido de "desobediencia cívica", un concepto que, en sus palabras, es usado "cuando los líderes simplemente no están preparados para escuchar a la gente".

En una entrevista con ACI Prensa, el pasado 14 de mayo, el Cardenal Schönborn criticó el llamado a la desobediencia porque "no puedes construir una vida en la Iglesia sobre la base de la desobediencia".

El Cardenal dijo que no ha habido aún sanciones contra la Iniciativa de Sacerdotes porque confía en "la posibilidad del diálogo personal", pero también indicó que los sacerdotes tendrán que decidir por ellos mismos.

El Arzobispo de Viena señaló que "prácticamente no hay sacerdotes jóvenes" entre los grupos católicos disidentes, y criticó "una cierta nostalgia" entre los presbíteros viejos que parecen pensar que si la Iglesia fuera "un poco más liberal", entonces los templos estarían llenos otra vez y tendrían la aceptación popular que una vez tuvieron.

El Cardenal dijo que este tipo de pensamiento es "un sueño" y "una ilusión".

El 5 de abril de 2012, en la Misa Crismal, el Papa Benedicto XVI criticó duramente al grupo de sacerdotes y su llamado a la desobediencia, indicando que esta es "sólo un afán desesperado de hacer algo, de trasformar la Iglesia según nuestros deseos y nuestras ideas".

Benedicto XVI señaló en esa ocasión que para una nueva fecundidad en la Iglesia "es necesario estar llenos de la alegría de la fe, de la radicalidad de la obediencia, del dinamismo de la esperanza y de la fuerza del amor".

Washington, 03 Jul. 12 / 04:28 am (ACI/EWTN Noticias).-