miércoles, 17 de octubre de 2018

Cardenal Sarah


 «diluir» la enseñanza de la Iglesia no atraerá a los jóvenes

Infocatolica, 17/10/18

(Cindy Wooden)

Solo porque algunos jóvenes no están de acuerdo con la enseñanza moral católica, incluso en el área de la sexualidad, no significa que las enseñanzas de la Iglesia no estén claras o deban cambiar, dijo el Cardenal Robert Sarah al Sínodo de los Obispos.

La Iglesia y sus pastores deben «proponer valientemente el ideal cristiano correspondiente a la doctrina moral católica y no diluirlo, ocultando la verdad, para atraer a los jóvenes al seno de la Iglesia», dijo el cardenal al sínodo el martes.

El Cardenal Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, resaltó cómo, en la preparación para el sínodo, algunos jóvenes pidieron a la Iglesia que presentara con claridad su enseñanza sobre «algunas preguntas que son particularmente cercanas a sus corazones: la libertad en todo el mundo,  y no solo en las relaciones sexuales, la no discriminación por orientación sexual, la igualdad entre hombres y mujeres, incluso en la Iglesia, etc. »

Otros, sin embargo, «exigen no solo una discusión abierta y sin prejuicios, sino también un cambio radical, un real y verdadero cambio de sentido por parte de la Iglesia en su enseñanza en estas áreas», dijo.

La enseñanza de la Iglesia no puede ser compartida por todos, dijo el cardenal, pero nadie puede decir que no está clara. Sin embargo, puede haber «una falta de claridad por parte de algunos pastores para explicar la doctrina» y eso requiere «un examen profundo de conciencia».

El cardenal Sarah señaló la historia del evangelio del joven rico que le preguntó a Jesús qué debía hacer para obtener la vida eterna; Jesús le dijo que vendiera todo lo que tenía y lo siguiera.

«Jesús no redujo los requisitos de su llamado» y tampoco la Iglesia, dijo el cardenal.

De hecho, dijo, una característica de los jóvenes es su idealismo y sus grandes metas, no solo con respecto a sus ambiciones profesionales y personales, sino también en las áreas de «justicia, transparencia en la lucha contra la corrupción (y) en el respeto por la dignidad humana.»

«Subestimar el saludable idealismo de los jóvenes» es un grave error y una señal de falta de respeto, dijo. También «cierra la puerta a un proceso real de crecimiento, maduración y santidad».

Por otro lado, dijo el cardenal, «al respetar y promover el idealismo de los jóvenes, pueden convertirse en el recurso más valioso para una sociedad que quiere crecer y mejorar».

lunes, 15 de octubre de 2018

Sobre Romero y Pablo VI



 y su común afinidad por el Opus Dei

Por INFOVATICANA | 15 octubre, 2018

Sin duda alguna, las superestrellas entre las siete personas canonizadas por el Papa Francisco este domingo pasado han sido el Papa Pablo VI y el arzobispo Oscar Romero de El Salvador; en cierto modo, ambos parecen ser dos tipos de santos muy diferentes.

Pablo VI fue un gran conocedor del Vaticano, un hombre del sistema; Romero, por el contrario, fue un hombre del pueblo asesinado por defender a los pobres.

Sin embargo, hay muchas cosas que los unen, empezando por el hecho que fue Pablo VI quien nombró obispo a Romero y después le trasladó a San Salvador, creando el marco para el resto de su dramática vida y muerte.


Aparte de cuestiones tan obvias, hay una más oculta que dice algo importante sobre la Iglesia católica: ambos eran admiradores, cada uno a su modo, del Opus Dei.

El Opus Dei es una institución (técnicamente, una “prelatura personal”) fundada por el sacerdote y santo español san José María Escrivá en 1928, que incluye tanto a sacerdotes como a laicos, a hombres y a mujeres. Aunque su idea central es que la vida ordinaria y diaria de cada uno sea un camino personal a la santidad, a lo largo de los años se ha visto como una fuerza predominantemente conservadora en el catolicismo, lo que hacía improbable que ni Romero ni Pablo VI fueran candidatos a ser sus fans dada la reputación de cada uno de ellos.

Y sin embargo, Romero casi no encuentra palabras para manifestar la estima que sentía hacia el Opus.

Esto es lo que escribió en su diario el 6 de septiembre de 1979: “El Opus Dei lleva a cabo un trabajo silencioso de profunda espiritualidad entre la gente trabajadora, los estudiantes y los obreros. Creo que es un tesoro inconmensurable para nuestra Iglesia; la santidad del trabajo en los laicos, cada uno en su profesión”.

Es bien sabido que el confesor personal de Romero durante quince años fue un sacerdote del Opus Dei: primero el padre Juan Aznar y, después, el padre Fernando Saenz, que sería nombrado obispo de San Salvador tras la muerte de Romero. (En círculos católicos, para quienes no lo saben, los sacerdotes del Opus Dei generalmente tiene una muy buena reputación como confesores).

El 12 de julio de 1975, tras la muerte de Escrivá, Romero escribió a Pablo VI pidiendo “en  nombre de la mayor gloria de Dios y por el bien de las almas” que se abriera la causa de beatificación de Escrivá.

En esa carta, Romero expresó su “profunda gratitud hacia los sacerdotes del Opus Dei, a quienes he confiado, con mucho provecho y satisfacción, la dirección espiritual de mi vida y la de mis sacerdotes. … Monseñor Escrivá, al que conocía personalmente, podía entrar en diálogo continuo con el Señor con gran humanidad. Se veía inmediatamente que era un hombre de Dios; su actitud era de una total delicadeza, afecto y buen humor”.

El antiguo secretario de Romero, el padre Jesús Delgado, dijo una vez, en un evento romano, que contrariamente a la impresión popular, los libros que Romero poseía sobre el Opus Dei estaban desgastados de tanto leerlos, mientras que los que tenía sobre la teología de la liberación estaban prácticamente nuevos. (Delgado fue expulsado del sacerdocio hace dos años tras ser acusado de abuso sexual; pero esto no impugna su recuerdo sobre las preferencias literarias de Romero).

De hecho, Romero pasó la mañana del 24 de marzo de 1980 -el día de su asesinato-, en un retiro del Opus Dei; una de sus maneras preferidas de pasar los fines de semana en San Salvador era estar con los jóvenes del Opus Dei.

En lo que respecta a Pablo VI, la historia es algo más complicada.

Según un miembro senior del Opus Dei, Escrivá siempre dijo que monseñor Giovanni Battista Montini, el futuro Papa Pablo VI, había sido el “primer amigo del Opus Dei en Roma” durante el periodo en el que Montini fue el sustituto del Papa Pío XII en los años 30 y 40.

Sin embargo, es legendaria la negativa del Papa Pablo VI de conceder una audiencia a Escrivá en el último periodo de su papado, como también el desdén demostrado ante las peticiones del Opus Dei para que se revisara la cuestión de su estatus canónico. (El Opus Dei quería una categoría canónica que protegiera su identidad única como institución mixta de clero y laicos, de hombres y mujeres, un paso que no llegaría hasta el año 1982, siendo Papa Juan Pablo II).

Personas informadas atribuyen esta actitud fría de Pablo VI hacia Escrivá por la influencia de monseñor Giovanni Benelli, su asesor principal, posteriormente hecho cardenal. Actuando a instancias de Pablo VI, Benelli deseaba crear un partido político católico en España al estilo de la Democracia Cristiana en Italia, que marcara el inicio del futuro después de Franco. Escrivá se negó a que el Opus Dei formara parte de esto, ya que creía que un único partido católico no era una buena idea para la Iglesia y, además, no quería influir en las preferencias políticas de sus miembros. Benelli lo consideró como una deslealtad.

Sin embargo, Benelli en una ocasión dijo que lo que san Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, había sido para el Concilio de Trento, en el siglo XVI, Escrivá lo era para el Concilio Vaticano II, indicando que fue el santo que tradujo el concilio a la vida de la Iglesia.

Respecto a Pablo VI, cualesquiera que fueran sus acciones como Papa, es un hecho que utilizaba los escritos de Escrivá para sus oraciones privadas, y que nombró al padre Alvaro Portillo, que sucedería a Escrivá en la dirección del Opus Dei, como miembro de varias comisiones clave del Concilio Vaticano II durante los cuatro años en que hubo sesiones.

Todo esto tal vez sugiera dos cosas.

La primera: que Romero y Pablo VI tenían unas mentes suficientemente abiertas y unos corazones suficientemente grandes para no ser rehenes de la división izquierdas vs. derechas que a menudo aqueja a la vida católica, y que pensaban con profundidad y de manera creativa sobre lo que era verdaderamente importante.

Segunda: que es parte del legado de ambos que la Iglesia de principios del siglo XXI, a menudo muy dividida, se beneficie pensando en lo que ha significado ver al Papa Francisco elevarlos a los altares.

Publicado por John R. Allen Jr. en Crux; traducido por Elena Faccia Serrano para InfoVaticana.

viernes, 12 de octubre de 2018

El Papa proclamará




7 nuevos santos, entre ellos Pablo VI y el arzobispo Romero

Aica, 12 Oct 2018

El papa Francisco proclamará santos a siete beatos, entre ellos el papa Pablo VI y el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, en una ceremonia prevista para el próximo domingo en la Plaza San Pedro del Vaticano, en la que se espera la presencia de 70.000 peregrinos.

También serán canonizados la monja española-boliviana Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús, los sacerdotes italianos Vincenzo Romano y Francesco Spinelli, la monja alemana María Caterina Kasper y el laico italiano Nunzio Sulprizio.

En rueda de prensa, el prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, cardenal Angelo Becciu, señaló que Pablo VI, el pontífice que concluyó el Concilio Vaticano II, será canonizado en el año en el que se cumple el 40 aniversario de su muerte.

El purpurado italiano recordó que el sucesor de san Juan XXIII fue un hombre "humilde", que siempre se guió por su afán caritativo y de ayuda a los demás, y que se caracterizó por tener una gran "serenidad interior".

Tras definir a Pablo VI como "una luz que se encendió y que no se apagará nunca", consideró que fue un hombre que "cambió el modo de ver la Iglesia”.

En tanto, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, definió a monseñor Romero, asesinado en 1980 mientras celebrada misa, como "un hombre tímido", perfeccionista y de ideología conservadora, que ayudó a los pobres y necesitados.

El purpurado salvadoreño recordó que la beatificación de monseñor Romero, en mayo de 2015, provocó un "terremoto" en El Salvador, por lo que estimó que la canonización del domingo será "un tsunami" con la presencia de miles de peregrinos salvadoreños.

El cardenal Rosa Chávez anticipó que el lunes está previsto que el papa Francisco reciba en audiencia en el Aula Pablo VI a los obispos y fieles salvadoreños que participarán de la ceremonia del domingo, e indicó que en esa oportunidad se le pedirá formalmente que haga una escala en ese país en su camino hacia Panamá, donde en enero del próximo año presidirá la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

"Esperamos que el Papa nos confirme que viene a El Salvador. Recemos para que sea así", pidió.+

Nazaria Ignacio March


 la primera santa sindicalista




 es canonizada por el Papa Francisco en Roma el 14 de octubre de 2018

Ecclesia

España estará singularmente presente en las canonizaciones del 14 de octubre a través de Nazaria Ignacia March (1889-1943), madrileña de origen, estrechamente vinculada con América Latina y fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia (MCI). La próxima santa Nazaria Ignacia March fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992. Su memoria litúrgica se celebra el 6 de julio, fecha de su muerte, acaecida en Buenos Aires, en el año 1943. Está enterrada en Oruro (Bolivia).

            Con la superiora general de esta congregación desde 2013, Daniela Pérez Ortiz, conversamos ahora. Daniela, nacida el 10 de enero de 1947, en Sacecorbo (Sigüenza-Guadalajara), profesó en las MCI el 8 de diciembre de 1965. Entre otros destinos, ha estado en Roma, Camerún, Madrid y Málaga. Ha servido, sobre todo, en la formación de religiosas y en la educación. Fue maestra de novicias y consejera general. Esta entrevista publicada integramente en el número de ECCLESIA del 4 y 11 de agosto de 2018

PREGUNTA: Una definición sobre Nazaria Ignacia. Tu definición.
RESPUESTA: Nazaria es para mí una persona privilegiada con muchos dones naturales  que, como dice la parábola de los talentos, los supo desarrollar y ponerlos al servicio de los demás. Generosa, de corazón noble, valiente ante las dificultades y dispuesta a afrontar toda clase de riesgos.
Con capacidad de liderazgo desde pequeña  y respondiendo siempre a lo que el Señor le pedía. Espiritualmente  una persona elegida por Dios ya desde niña para ser un instrumento en sus manos.
Fiel a la voz del Señor en todo momento y considerándose feliz en hacer la voluntad de Dios tanto en los momentos fáciles, como en aquellos que llevaban consigo dificultades. Una mujer de perdón hasta la heroicidad y de un gran amor.
«Nazaria, tú, sígueme»


P: Cuéntanos telegráficamente su corta vida, ciudades y hechos que la configuraron.
R: Nació en el centro de Madrid el 10 de enero de 1889, fue bautizada en la iglesia de San José de la calle Alcalá, en una familia acomodada, honrada pero poco creyente. Después tienen dificultades económicas y deciden mandarla a Sevilla con la abuela materna, católica practicante de la que recibirá una buena educación en la fe. Allí pasa su infancia, interna en el Colegio del Espíritu Santo, donde se motivaba y cultivaba el espíritu misionero. En Sevilla y en el colegio tuvo experiencias espirituales muy fuertes que después ella nos ha dejado consignadas por escrito, decidiendo ser misionero Jesuita.  Cuenta que la víspera de su primera comunión, estando de rodillas rezando por la noche, oyó la voz del Señor que le decía, «Nazaria, tú, sígueme», a lo que ella contestó: «Te seguiré, Señor, lo más cerca que pueda una humana criatura».

P: Y la familia de Nazaria con ella, se va a América. Dinos.
R: Su padre decide buscar en América el futuro de su familia y viajan en barco a México, donde Nazaria conoce a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y se comunica con ellas durante el viaje.  Una vez en México decide pedir la admisión en esta Congregación, que después de vencer resistencias familiares y otras dificultades lo consigue (7 de diciembre de 1908). Más tarde la envían al noviciado de Palencia y al terminar (15 de octubre de 1911) es enviada con un grupo de Hermanitas a la fundación de Oruro (Bolivia). Nazaria vive feliz esta etapa  atendiendo a los ancianos y pidiendo limosna por las calles para sostener el asilo.
Poco tiempo después siente que le falta algo en su seguimiento al Señor, se siente impulsada a hacer algo más y lo comunica. Empieza una lucha de años, porque al mismo tiempo que quiere a la Congregación de las Hermanitas siente que el Señor le pide algo distinto. Es en el año 1920 cuando en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola se le revela con más claridad el proyecto del Señor para ella.

P: Y ¿qué pasó el 16 de junio de 1925?
R.: Después de cinco años de búsqueda, luchas y discernimiento con los obispos de Oruro, de la Paz y del nuncio, sale de la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Fue el 16 de junio de 1925, con un permiso de seis meses para reformar un beaterio y al mismo tiempo con el desafío de tener en seis meses diez compañeras para iniciar la obra que quería fuera misionera.

«Te seguiré, Señor, lo más cerca que pueda una humana criatura»

P: Y después  funda una nueva congregación, ¿no?
R: Superados los dos escollos, en efecto, inicia su obra con un programa realmente atrayente: «Este es nuestro espíritu, guerrero, fiel, nada de cobardías, todo amores. Amor sobre todo a Cristo, y en Cristo a todos. Repartirse entre los pobres, dar la mano a los caídos, enseñar a las hijas del pueblo, partir su pan con él; en fin dar toda su vida, su ser entero por Cristo, la Iglesia y las almas». Y también «haceos como el Dios de las personas necesitadas, de las infortunadas, imitando la bondad y la misericordia de Dios, pues el hombre nada tiene tan divino como hacer el bien».

P: ¿Qué es la congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia?
R: La Congregación de las MCI es un Instituto Religioso de Derecho Pontificio, aprobado definitivamente en el año 1947 con espiritualidad ignaciana, con el fin específico de colaborar con la Iglesia en la obra de predicar el evangelio a toda criatura, especialmente a los más pobres.

P: ¿Por qué este nombre?
R: El nombre encierra el espíritu de la Congregación que Nazaria quiso fundar. 
MISIONERAS por el deseo que sintió desde pequeña en anunciar el Amor de Dios a todas las personas especialmente a los más pobres, porque como la Iglesia, existimos para evangelizar.
CRUZADAS habla del carácter de la Misionera, puede evocar beligerancia, pero en ella ese espíritu «guerrero« es el del Amor, nos deja este lema: UNA CRUZADA DE AMOR EN TORNO A LA IGLESIA. Nazaria tenía como inspiradora a Santa Catalina, por su amor y cercanía a los Pastores.
DE LA IGLESIA por el amor entrañable a ella, nuevo pueblo de Dios y la adhesión filial a sus Pastores, sucesores de los Apóstoles.

P: ¿Cómo definirías la identidad y la misión de una misionera cruzada de la Iglesia?
R: Nazaria decía que la Congregación debían componerla «almas de fuego y corazones de apóstoles, valientes y esforzadas que busquen la mayor gloria de Dios». Eligiendo seguir al Señor «lo más cerca que pueda una humana criatura». En la práctica pobres mujeres conscientes de sus debilidades y fortalezas que se han sentido llamadas por Dios a anunciar el Evangelio, misioneras de por vida anunciando con el testimonio de la vida y la Palabra el proyecto de salvación de Dios para todos sin exclusión.

P: ¿Cuál es el mapamundi de la de la presencia de la Congregación en cuántos lugares y servicios?
R: Estamos en cuatro continentes y 21 países, somos una congregación pequeña, pero muy extendida. Tenemos  71 comunidades.  Las obras y los servicios son variados, Nazaria dijo que la Congregación no  puede ceñirse a un solo campo de acción. Según las necesidades de la Iglesia y del lugar, se crean los servicios que pueden responder. En todas las presencias hay un común denominador: la comunión con la Iglesia local y la colaboración en las actividades de la Parroquia. Casi todas nuestras presencias están en lugares marginados. Tenemos Hogares de acogida para niñas en riesgo de calle o en la calle, para aquellas que han sufrido violencia de todo tipo. Dispensarios o centros de salud y comedores populares en África y América. Algunas residencias de estudiantes. Ofrecemos acogida de migrantes y refugiados, como ejemplos la atención a los que viajan en el tren de la «Bestia» rumbo a EEUU, pasando por México y las escuelas y colegios de España donde se acogen a un gran número de migrantes. Se visitan las cárceles, se realiza promoción de la mujer. También algunas comunidades están dedicadas solo y exclusivamente a la Pastoral.

La santa que bajó a la calle
P: ¿Qué era para Nazaria bajar a la calle?
R: El tema de «bajar a la calle» lo escribe en noviembre de 1933 en la revista que ella inició y que se llamaba «El Adalid de Cristo Rey», en el contexto de la celebración de la fiesta de Cristo Rey, declarada por el Papa Pío XI el 11 de marzo de 1925. Con el deseo de que Cristo reine en la sociedad dice: «Esta es nuestra misión hermosísima, hacer conocer al hombre el mensaje de Dios, de Dios que le ama. Para esto es menester ir al hombre, bajar a su nivel para desde él tomarlo y llevarlo a Dios, a Jesucristo… me parece andamos perdiendo lastimosamente el tiempo “si no bajamos a la calle”, es a esto a lo que nos empuja nuestra vocación de acción social para encontrarnos con el otro, para tomar al hombre desde donde está y llevarlo a Dios. En la calle encontramos lo que no hace falta, lo inútil, lo sucio, y ahí entre todo eso… están las perlas que Jesús busca, los hombres que Él tanto ha amado. Pero no se puede bajar a la calle de cualquier manera, con una mano siempre en Cristo y la otra en el trabajo de llevar los hombres a Dios.  Sirviendo de canal entre Dios y las personas, de lazo de unión entre Cristo y sus semejantes. Nazaria nunca separó la fe de la acción social, la contemplación de la acción».

P: Muy similar, Daniela, a lo que ahora nos dice el Papa…
R: Sí, sí. Ella estaría feliz con el lenguaje del Papa Francisco: la Iglesia en salida, las periferias geográficas y existenciales. Nazaria acogió y vivió con los que no son útiles a la sociedad, pero que son las perlas que Dios prefiere

P: En 1933 funda el primer Sindicato Obrero Femenino en Oruro (Bolivia)
R: Una de las preocupaciones más importantes de Nazaria fue la situación de la mujer, marginada por ser mujer y por ser pobre y sin cultura. Ella estaba segura del potencial de la mujer  y por eso se empeña en formarla y  hacerla consciente de su rol en la familia y en la sociedad.

jueves, 11 de octubre de 2018

La diócesis de San Rafael


 conmemoró el 50º aniversario de Humanae Vitae

Aica,  11 Oct 2018

Con el lema “La mirada de Dios sobre el matrimonio, el amor y la vida”, se llevó a cabo los días 5 y 6 de octubre en San Rafael, Mendoza, un Presimposio y un Simposio, respectivamente, en homenaje a Pablo VI, al cumplirse 50 años de la publicación de su encíclica Humanae Vitae.

El viernes 5, ante un público de 450 jóvenes en edad escolar y universitarios, se llevaron a cabo ocho exposiciones con la metodología storytelling, desarrolladas por jóvenes provenientes de distintas agrupaciones parroquiales o movimientos apostólicos, nucleados por la Liga de Agrupaciones de Inspiración Católica en Argentina (Laica), que busca la potenciación de líderes laicos en sus agrupaciones.

La primera exposición fue sobre Pablo VI, el homenajeado, testigo directo de la Humanae Vitae. Cada exposición duró 10 minutos, y destacaron las figuras de Jerome Lejeune, Juan Pablo II, Thomas Hilgers, John y Evelyn Billings, Juan Claudio Sanahuja, Kimberly Hahn y Gianna Beretta Molla.ç

Para terminar, y acercar a los jóvenes expositores con su público, brindaron una entrevista en vivo sobre el escenario, donde se les animaba a contar cómo había sido la preparación de los temas y testigos, y qué consejos les darían a sus oyentes para preparar en un futuro alguna exposición.

El sábado 6, la jornada comenzó con unas palabras a cargo del magíster José María Randle, Presidente de Laica y de la Comisión Organizadora. En esta ocasión hizo referencia al mensaje dado por Juan Pablo II en la ciudad de Rosario en 1987, dedicado a la labor laical en Argentina.

Seguidamente, el obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig, habló sobre la importancia de la Humanae Vitae para la Iglesia, destacando la figura de Pablo VI como mártir de la verdad. Remarcó cómo a lo largo del Magisterio de la Iglesia, desde los inicios hasta Francisco, la anticoncepción es intrínsecamente mala y trae graves consecuencias para el amor de los esposos.
A continuación, tuvo lugar la ponencia de la licenciada Mónica del Río, quien destacó los ataques contra la Encíclica desde sus orígenes hasta el día de la fecha, centrando su exposición en el debate actual de la Educación Sexual Integral.

En tercer lugar, tuvo la palabra el presbítero licenciado Carlos Biestro, quien demostró el valor y la inmutabilidad de la Ley Natural en la obra creadora, especialmente en el matrimonio, como díada de amor en un Amor Trino.

Por último, el doctor Jorge Randle expuso sobre la racionalidad de la apertura a la vida y la sacralidad esponsal, haciendo un recorrido por el magisterio de la Iglesia, y autores como Fromm y Wojtyla.

Para finalizar, se hizo entrega de la mención "Defensores de la Vida Pablo VI" a la mejor exposición del Presimposio, obteniéndola María Paz Piastrelini (Voces del Verbo) con su exposición sobre Juan Pablo II. El segundo lugar fue para Hernán Yone y Luisina Vidable (Acción Católica General Alvear) con Gianna Beretta Molla y el tercer puesto fue para Lourdes Montoro (Cruzados de Jesús) con Jerome Lejeune. +

Continúa la persecución a los católicos chinos



Aica, 11 Oct 2018

El acuerdo “provisorio” entre China y la Santa Sede, que fue firmado el 22 de septiembre pasado, parece no poner freno a la persecución y a la violencia contra los católicos. Este jueves 11 de octubre, informa la agencia católica AsiaNews, en Lingkun, en el distrito de Yongqiang, la cruz que coronaba el campanario de la iglesia católica fue arrancada y el muro de seguridad, que se levantaba delante del edificio sagrado, fue demolido.

La iglesia forma parte de la parroquia de Yongqiang, perteneciente a la diócesis de Wenzhou (Zhejiang). La comunidad católica de Wenzhou cuenta con aproximadamente 130.000 fieles y es guiada por monseñor Pedro Shao Zhumin, obispo reconocido por la Santa Sede, pero no por el gobierno. Es la primera vez en 4 años que una iglesia es atacada en Wenzhou. En 2014, más precisamente en Zhejiang, comenzó la campaña de destrucción de cruces e iglesias, que luego se propagó por muchas otras provincias de China.

La cruz de Lingkun no es la primera en ser destruida luego de la firma del acuerdo chino-vaticano. Tal vez la primacía la tenga la localidad de Zhumadian, en la provincia de Henan. El 3 de octubre pasado, una cuadrilla de obreros guiados por el vicejefe provincial del Frente Unido, destruyó una cruz porque “se veía demasiado”, alegando que incluso podía verse desde el tren de alta velocidad. “Es demasiado visible. Tiene que ser destruida”, habría declarado el funcionario del Frente Unido, organismo que supervisa las actividades religiosas.

La diócesis de Zhumadian fue suprimida por las autoridades provinciales. Ésta congrega a más de 60.000 fieles y actualmente está sin obispo, pero cuenta con un administrador, el presbítero Cosmas Ji Chengyi. La violencia desatada contra las iglesias de Henan se explica por el hecho de que la provincia tiene un alto porcentaje de cristianos. Según algunas estimaciones, católicos y protestantes constituirían entre el 10 y el 15% de la población, una de las más altas de China, junto con Zhejiang.

Hace algunos días -señala AsiaNews- en Hubei, se llevaron a cabo asambleas de revisión de la labor desarrollada por el Frente Unido y la Asociación Patriótica orientada a “reeducar a los sacerdotes” y a seguir obstaculizando el acuerdo, reafirmando la sumisión ideológica al Partido comunista chino. +

viernes, 5 de octubre de 2018

Mons. Chaput




Infocatolica, 4/10/18

Mons. Chaput, arzobispo de Filadelfia, ha condenado el uso de la terminología LGTBI dentro de la Iglesia, recordando que las personas no se definen solo por su identidad sexual. A su vez, ha lamentado la ausencia de la enseñanza católica sobre la sexualidad humana en el Instrumentum Laboris del Sínodo.

Discurso completo de Mons. Chaput

Hermanos

Fui elegido para el consejo permanente del sínodo hace tres años. En ese momento, se me pidió, igual que a los otros miembros, que sugiriera temas para este sínodo. Mi consejo entonces fue centrarnos en el Salmo 8. Todos conocemos el texto:

«Cuando veo los cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas, que Tú pusiste, ¿qué es el hombre, para que de él te acuerdes, y el hijo de Adán, para que te cuides de él?»

Quiénes somos como criaturas, qué significa ser humano, por qué deberíamos imaginar que tenemos alguna dignidad especial, estas son las preguntas permamentes detrás de todas nuestras ansiedades y conflictos. Y la respuesta a todas ellos no se encontrará en las ideologías ni en las ciencias sociales, sino solo en la persona de Jesucristo, redentor del hombre. Lo que, por supuesto, significa en primer lugar que debemos comprender, al nivel más profundo, por qué debemos ser redimidos

Si carecemos de la confianza para predicar a Jesucristo sin vacilación ni excusas a cada generación, especialmente para los jóvenes, entonces la Iglesia es simplemente otro proveedor de piedades éticas que el mundo no necesita.

En este sentido, leí el capítulo IV del Instrumentum, p. 51-63, con gran interés. El capítulo describe bien los desafíos antropológicos y culturales que enfrentan nuestros jóvenes. De hecho, la descripción de los problemas de hoy y la necesidad de acompañar a los jóvenes cuando enfrentan esos problemas son puntos fuertes del texto en general. Pero creo que el p. 51 es engañoso cuando habla de los jóvenes como los «vigilantes y sismógrafos de todas las edades». Esto es una falsa adulación, y enmascara la pérdida de la confianza adulta en la belleza y el poder continuos de las creencias que hemos recibido.

En realidad, los jóvenes a menudo son productos de la época, formados en parte por las palabras, el amor, la confianza y el testimonio de sus padres y maestros, pero más profundamente hoy en día por una cultura que es a la vez muy atrayente y esencialmente atea. .

Los ancianos de la comunidad de fe tienen la tarea de transmitir la verdad del Evangelio de una época a otra, sin que sufra daños ni concesiones. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los líderes de mi generación, en nuestras familias y en la Iglesia, han renunciado a esa responsabilidad por una combinación de ignorancia, cobardía y pereza en la formación de jóvenes para llevar la fe hacia el futuro. Formar vidas jóvenes es un trabajo duro frente a una cultura hostil. La crisis de abuso sexual del clero es precisamente el resultado de la autocomplacencia y la confusión introducidas en la Iglesia durante mi vida, incluso entre los encargados de enseñar y liderar. Y los menores, nuestros jóvenes, han pagado el precio por ello.

Finalmente, lo que la Iglesia sostiene que es verdad sobre la sexualidad humana no es un obstáculo. Es el único camino real a la alegría y la totalidad. No existe un «católico LGBTI» o un «católico transgénero» o un «católico heterosexual», como si nuestros apetitos sexuales definieran quiénes somos; como si estas designaciones describieran comunidades discretas de diferente pero igual integridad dentro de la comunidad eclesial real, el cuerpo de Jesucristo. Esto nunca ha sido verdad en la vida de la Iglesia, y no es verdad ahora. De ello se deduce que «LGBTI» y un lenguaje similar no se deben usar en los documentos de la Iglesia, porque su uso sugiere que estos son grupos reales y autónomos, y la Iglesia simplemente no clasifica a las personas de esa manera.

Explicar por qué la enseñanza católica sobre la sexualidad humana es verdadera, y por qué es ennoblecedora y misericordiosa, parece crucial en cualquier discusión sobre temas antropológicos. Sin embargo, lamentablemente falta en este capítulo y en este documento. Espero que las revisiones de los Padres sinodales puedan abordarlo.

jueves, 4 de octubre de 2018

Iglesia y masonería en la Argentina



Aica,  3 Oct 2018

El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, dedicó su columna editorial en el programa Claves para un Mundo Mejor que se emitió por Canal 9 de TV el sábado 29 de septiembre, a la cuestión de la Iglesia y la Masonería en la Argentina, señalando que la masonería ha sido la enemiga jurada de la Iglesia Católica y que la pertenencia a la masonería es incompatible con la fe católica.

“En estos días -comenzó diciendo monseñor Aguer- recibí numerosos mensajes, comentarios, protestas, quejas, referidos a una carta que monseñor Jorge Lugones SJ, obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, envió a la Logia Masónica Giuseppe Mazzini. Luego monseñor Lugones hizo una aclaración diciendo que se trataba simplemente de un saludo circunstancial y que no era más que cumplir con una simple relación social”.

“Ahora bien -prosiguió el prelado emérito-, el alboroto y los comentarios que yo recibí en el correo y personalmente, tienen que ver con esto: la masonería moderna, desde 1717, ha sido la enemiga jurada de la Iglesia Católica y ya en 1738, el papa Clemente XII, en la constitución apostólica In Eminenti la condenó; luego todos los Papas del siglo XIX y del siglo XX hicieron lo mismo. La última intervención de la Santa Sede en el pontificado de San Juan Pablo II, es una declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe donde dice que la pertenencia a la masonería es incompatible con la fe católica”.

Y -añadió: Hace poco comenté el sincericidio del diputado Carlos Gustavo Roma, diputado oficialista por Tierra del Fuego, que dijo que él era masón, que en el Gobierno hay ministros, secretarios de estado, diputados, senadores, jueces y demás funcionarios masones; además, que este Gobierno proclama los principios de la masonería y que esta institución creció notablemente en los últimos años".

"Todos sabemos -continuó monseñor Aguer- que se trata de una organización secreta, rigurosamente tal, con grados, de tal manera que los 'perejiles', digamos así, no se enteran de lo que pasa y de lo que se trata allá arriba, en los grados superiores, y que procura infiltrarse en todas partes poniendo gente expectable y entradora. Por supuesto que, desde siempre, la masonería trató de penetrar en los gobiernos, de infiltrarse aquí y allá en las instituciones y en la Iglesia también. En esto no tenemos que ser tan ingenuos, de lo contrario no podrían explicarse algunas situaciones".

Con respecto a la Argentina, el exarzobispo platense afirmó que "el influjo de la masonería ha sido decisivo en algunas etapas de nuestra historia. Ha difundido el laicismo, la irreligión, ha combatido la presencia de la fe en sus proyecciones sociales. El secreto ha sido para ella un arma eficaz. Cada tanto, cuando está bien afincada y le conviene, procura asomarse visiblemente, como en estos días, en que parece salir del clóset”.

Monseñor Aguer consideró que “en este momento tan difícil en que la masonería está detrás de la habilitación del debate por el tema del aborto, del intento de imponer una educación sexual integral que viola la libertad de educación, de los padres de familia y de las instituciones educativas, y de todas las otras cosas con que nos están cayendo encima, especialmente en lo referente a la relación del Estado con la Iglesia, que quiere ser revisada, no podemos permitirnos el lujo de ignorar toda la historia. Y no sólo la historia, sino también datos innegables y clarísimos del presente”.

En la parte final de su reflexión el prelado expresó que no cree “que la transformación de la masonería haya sido tal que ahora resulta aliada nuestra. Entonces, las cosas claras. Recuerdo sobre todo lo que decía el papa León XIII en la encíclica Humanum genus, en 1884, sobre la secta de los masones. Decía allí que a los obispos les corresponde alertar a los fieles sobre los ardides de la masonería para que no se dejen atrapar por ella. Sus palabras exactas eran:

“A vosotros, venerables hermanos, os pedimos y rogamos con la mayor instancia que, uniendo vuestros esfuerzos y los nuestros, procuréis con todo ahínco extirpar esta asquerosa peste que va serpeando por todas las venas de la sociedad. A vosotros os toca defender la gloria de Dios y la salvación de los prójimos, y mirando a estos fines en el combate no ha de faltar valor y fuerza...lo primero que procuréis sea arrancar a los masones la máscara para que sean conocidos tal cuales son; que los pueblos aprendan por vuestros discursos y pastorales, las malas artes de semejantes sociedades para halagarlos y atrasarlos, y la perversidad de sus opiniones y la torpeza de sus hechos”.+