la primera santa sindicalista
es canonizada por el Papa
Francisco en Roma el 14 de octubre de 2018
Ecclesia
España estará singularmente presente en las
canonizaciones del 14 de octubre a través de Nazaria Ignacia March (1889-1943),
madrileña de origen, estrechamente vinculada con América Latina y fundadora de
las Misioneras Cruzadas de la Iglesia (MCI). La próxima santa Nazaria Ignacia
March fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992. Su
memoria litúrgica se celebra el 6 de julio, fecha de su muerte, acaecida en
Buenos Aires, en el año 1943. Está enterrada en Oruro (Bolivia).
Con
la superiora general de esta congregación desde 2013, Daniela Pérez Ortiz,
conversamos ahora. Daniela, nacida el 10 de enero de 1947, en Sacecorbo
(Sigüenza-Guadalajara), profesó en las MCI el 8 de diciembre de 1965. Entre
otros destinos, ha estado en Roma, Camerún, Madrid y Málaga. Ha servido, sobre
todo, en la formación de religiosas y en la educación. Fue maestra de novicias
y consejera general. Esta entrevista publicada integramente en el número de
ECCLESIA del 4 y 11 de agosto de 2018
PREGUNTA: Una definición sobre Nazaria Ignacia. Tu
definición.
RESPUESTA: Nazaria es para mí una persona privilegiada
con muchos dones naturales que, como
dice la parábola de los talentos, los supo desarrollar y ponerlos al servicio
de los demás. Generosa, de corazón noble, valiente ante las dificultades y
dispuesta a afrontar toda clase de riesgos.
Con capacidad de liderazgo desde pequeña y respondiendo siempre a lo que el Señor le
pedía. Espiritualmente una persona
elegida por Dios ya desde niña para ser un instrumento en sus manos.
Fiel a la voz del Señor en todo momento y
considerándose feliz en hacer la voluntad de Dios tanto en los momentos
fáciles, como en aquellos que llevaban consigo dificultades. Una mujer de
perdón hasta la heroicidad y de un gran amor.
«Nazaria, tú, sígueme»
P: Cuéntanos telegráficamente su corta vida, ciudades
y hechos que la configuraron.
R: Nació en el centro de Madrid el 10 de enero de
1889, fue bautizada en la iglesia de San José de la calle Alcalá, en una
familia acomodada, honrada pero poco creyente. Después tienen dificultades
económicas y deciden mandarla a Sevilla con la abuela materna, católica
practicante de la que recibirá una buena educación en la fe. Allí pasa su
infancia, interna en el Colegio del Espíritu Santo, donde se motivaba y
cultivaba el espíritu misionero. En Sevilla y en el colegio tuvo experiencias
espirituales muy fuertes que después ella nos ha dejado consignadas por
escrito, decidiendo ser misionero Jesuita.
Cuenta que la víspera de su primera comunión, estando de rodillas
rezando por la noche, oyó la voz del Señor que le decía, «Nazaria, tú,
sígueme», a lo que ella contestó: «Te seguiré, Señor, lo más cerca que pueda
una humana criatura».
P: Y la familia de Nazaria con ella, se va a América.
Dinos.
R: Su padre decide buscar en América el futuro de su
familia y viajan en barco a México, donde Nazaria conoce a las Hermanitas de
los Ancianos Desamparados y se comunica con ellas durante el viaje. Una vez en México decide pedir la admisión en
esta Congregación, que después de vencer resistencias familiares y otras
dificultades lo consigue (7 de diciembre de 1908). Más tarde la envían al
noviciado de Palencia y al terminar (15 de octubre de 1911) es enviada con un
grupo de Hermanitas a la fundación de Oruro (Bolivia). Nazaria vive feliz esta
etapa atendiendo a los ancianos y
pidiendo limosna por las calles para sostener el asilo.
Poco tiempo después siente que le falta algo en su
seguimiento al Señor, se siente impulsada a hacer algo más y lo comunica.
Empieza una lucha de años, porque al mismo tiempo que quiere a la Congregación
de las Hermanitas siente que el Señor le pide algo distinto. Es en el año 1920
cuando en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola se le revela con
más claridad el proyecto del Señor para ella.
P: Y ¿qué pasó el 16 de junio de 1925?
R.: Después de cinco años de búsqueda, luchas y
discernimiento con los obispos de Oruro, de la Paz y del nuncio, sale de la
Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Fue el 16 de junio
de 1925, con un permiso de seis meses para reformar un beaterio y al mismo
tiempo con el desafío de tener en seis meses diez compañeras para iniciar la
obra que quería fuera misionera.
«Te seguiré, Señor, lo más cerca que pueda una humana
criatura»
P: Y después
funda una nueva congregación, ¿no?
R: Superados los dos escollos, en efecto, inicia su
obra con un programa realmente atrayente: «Este es nuestro espíritu, guerrero,
fiel, nada de cobardías, todo amores. Amor sobre todo a Cristo, y en Cristo a
todos. Repartirse entre los pobres, dar la mano a los caídos, enseñar a las
hijas del pueblo, partir su pan con él; en fin dar toda su vida, su ser entero
por Cristo, la Iglesia y las almas». Y también «haceos como el Dios de las
personas necesitadas, de las infortunadas, imitando la bondad y la misericordia
de Dios, pues el hombre nada tiene tan divino como hacer el bien».
P: ¿Qué es la congregación de las Misioneras Cruzadas
de la Iglesia?
R: La Congregación de las MCI es un Instituto
Religioso de Derecho Pontificio, aprobado definitivamente en el año 1947 con
espiritualidad ignaciana, con el fin específico de colaborar con la Iglesia en
la obra de predicar el evangelio a toda criatura, especialmente a los más
pobres.
P: ¿Por qué este nombre?
R: El nombre encierra el espíritu de la Congregación
que Nazaria quiso fundar.
MISIONERAS por el deseo que sintió desde pequeña en
anunciar el Amor de Dios a todas las personas especialmente a los más pobres,
porque como la Iglesia, existimos para evangelizar.
CRUZADAS habla del carácter de la Misionera, puede
evocar beligerancia, pero en ella ese espíritu «guerrero« es el del Amor, nos
deja este lema: UNA CRUZADA DE AMOR EN TORNO A LA IGLESIA. Nazaria tenía como
inspiradora a Santa Catalina, por su amor y cercanía a los Pastores.
DE LA IGLESIA por el amor entrañable a ella, nuevo
pueblo de Dios y la adhesión filial a sus Pastores, sucesores de los Apóstoles.
P: ¿Cómo definirías la identidad y la misión de una misionera
cruzada de la Iglesia?
R: Nazaria decía que la Congregación debían componerla
«almas de fuego y corazones de apóstoles, valientes y esforzadas que busquen la
mayor gloria de Dios». Eligiendo seguir al Señor «lo más cerca que pueda una
humana criatura». En la práctica pobres mujeres conscientes de sus debilidades
y fortalezas que se han sentido llamadas por Dios a anunciar el Evangelio,
misioneras de por vida anunciando con el testimonio de la vida y la Palabra el
proyecto de salvación de Dios para todos sin exclusión.
P: ¿Cuál es el mapamundi de la de la presencia de la
Congregación en cuántos lugares y servicios?
R: Estamos en cuatro continentes y 21 países, somos
una congregación pequeña, pero muy extendida. Tenemos 71 comunidades. Las obras y los servicios son variados,
Nazaria dijo que la Congregación no
puede ceñirse a un solo campo de acción. Según las necesidades de la
Iglesia y del lugar, se crean los servicios que pueden responder. En todas las
presencias hay un común denominador: la comunión con la Iglesia local y la
colaboración en las actividades de la Parroquia. Casi todas nuestras presencias
están en lugares marginados. Tenemos Hogares de acogida para niñas en riesgo de
calle o en la calle, para aquellas que han sufrido violencia de todo tipo.
Dispensarios o centros de salud y comedores populares en África y América.
Algunas residencias de estudiantes. Ofrecemos acogida de migrantes y
refugiados, como ejemplos la atención a los que viajan en el tren de la
«Bestia» rumbo a EEUU, pasando por México y las escuelas y colegios de España
donde se acogen a un gran número de migrantes. Se visitan las cárceles, se
realiza promoción de la mujer. También algunas comunidades están dedicadas solo
y exclusivamente a la Pastoral.
La santa que bajó a la calle
P: ¿Qué era para Nazaria bajar a la calle?
R: El tema de «bajar a la calle» lo escribe en
noviembre de 1933 en la revista que ella inició y que se llamaba «El Adalid de
Cristo Rey», en el contexto de la celebración de la fiesta de Cristo Rey,
declarada por el Papa Pío XI el 11 de marzo de 1925. Con el deseo de que Cristo
reine en la sociedad dice: «Esta es nuestra misión hermosísima, hacer conocer
al hombre el mensaje de Dios, de Dios que le ama. Para esto es menester ir al
hombre, bajar a su nivel para desde él tomarlo y llevarlo a Dios, a Jesucristo…
me parece andamos perdiendo lastimosamente el tiempo “si no bajamos a la
calle”, es a esto a lo que nos empuja nuestra vocación de acción social para
encontrarnos con el otro, para tomar al hombre desde donde está y llevarlo a
Dios. En la calle encontramos lo que no hace falta, lo inútil, lo sucio, y ahí
entre todo eso… están las perlas que Jesús busca, los hombres que Él tanto ha
amado. Pero no se puede bajar a la calle de cualquier manera, con una mano
siempre en Cristo y la otra en el trabajo de llevar los hombres a Dios. Sirviendo de canal entre Dios y las personas,
de lazo de unión entre Cristo y sus semejantes. Nazaria nunca separó la fe de
la acción social, la contemplación de la acción».
P: Muy similar, Daniela, a lo que ahora nos dice el
Papa…
R: Sí, sí. Ella estaría feliz con el lenguaje del Papa
Francisco: la Iglesia en salida, las periferias geográficas y existenciales.
Nazaria acogió y vivió con los que no son útiles a la sociedad, pero que son
las perlas que Dios prefiere
P: En 1933 funda el primer Sindicato Obrero Femenino
en Oruro (Bolivia)
R: Una de las preocupaciones más importantes de
Nazaria fue la situación de la mujer, marginada por ser mujer y por ser pobre y
sin cultura. Ella estaba segura del potencial de la mujer y por eso se empeña en formarla y hacerla consciente de su rol en la familia y
en la sociedad.