viernes, 20 de mayo de 2011

1978-2005:

lo que la prensa nunca difundió en el pontificado de Juan Pablo II

Lucrecia Rego de Planas
Publicado originalmente en Catholic.net

Hubo una parte muy importante en el pontificado de Juan Pablo II que los medios dejaron en la más completa obscuridad. No le hicieron la más mínima promoción, no sé si por ignorancia u omisión voluntaria.
Durante el pontificado de Juan Pablo II, los medios hicieron una gran difusión de sus viajes apostólicos y diplomáticos y de sus hermosas fotografías con niños, ancianos, enfermos, gobernantes y personas con trajes folclóricos.
Pero hubo una parte muy importante en el pontificado de Juan Pablo II que los medios dejaron en la más completa obscuridad. No le hicieron la más mínima promoción, no sé si por ignorancia u omisión voluntaria. Es el «lado obscuro» del pontificado de Juan Pablo II, no porque sea tenebroso, sino porque se quedó en la obscuridad de los archivos vaticanos.
Por esta razón, y porque hay muchas personas convencidas de que Juan Pablo II se dedicó a viajar y descuidó el interior de la Iglesia, quise hacer una lista (de ninguna manera exhaustiva) de algunas cosas que, año por año, se hicieron durante el pontificado de Juan Pablo II para defender la fe y disciplina dentro de la Iglesia.

1979
Enero. Puebla. Juan Pablo II condena la «Teología de la Liberación», herejía de corte marxista que confunde la liberación política, económica y social, con la salvación en Jesucristo.
Febrero. La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) amonesta al P. Bernard Häring, sacerdote redentorista, por su oposición abierta a las enseñanzas de la Humanae Vitae.
La CDF amonesta al dominico francés Jacques Pohier y le prohíbe presidir asambleas litúrgicas y enseñar públicamente, por su visión ambigua y engañosa acerca de Dios y la Eucaristía.
En USA, reitera a la representante de las religiosas estadounidenses la enseñanza de la Iglesia con respecto al sacerdocio femenino.
Octubre. Les recuerda a las religiosas, la importancia de usar de manifestar su consagración también externamente, mediante el uso de un hábito religioso sencillo y adecuado.
Diciembre. La CDF amonesta al teólogo holandés Edward Schillebeekx por sus proposiciones ambiguas en materia cristológico que él se niega a rectificar.
El 15 de diciembre, la CDF declara que "El profesor Hans Küng [suizo-alemán] ha dañado en sus escritos, la integridad de la verdad de la fe católica, y por lo tanto ya no puede ser considerado un teólogo católico y no puede, como tal, llevar a cabo la tarea de enseñar".

1980
Enero. El Papa corrige, en Holanda, algunas ambigüedades y exageraciones del llamado “Consejo pastoral de los Países bajos” en cuanto a la Eucaristía, la confesión, el sacerdocio, la catequesis y el ecumenismo.
Octubre 14. La CDF re-establece, en una Carta Circular, las normas para la dispensa del celibato sacerdotal y la reducción al estado laical de sacerdotes que dejan el ministerio.
Noviembre 20. La CDF vuelve a amonestar al P. Edward Schillebeekx, haciéndole ver que no ha rectificado sus ambigüedades cristológicas.


1981
Febrero 17. La CDF interviene para corregir los errores difundidos en la “Declaración de la Conferencia de Obispos de Alemania” con respecto a la afiliación de católicos a organizaciones masónicas y ratificando la pena de excomunión a los mismos.
6 de Octubre. El Card. Casaroli (secretario de Estado) entrega una carta del Papa al P. Pedro Arrupe, general de los jesuitas, informándole que no es aceptado el nombramiento del P. O’Keefe y que en su lugar nombra a un delegado de su confianza, el P. Paolo Dezza s.j. para gobernar a la Compañía de Jesús y socorrerla en el discernimiento, para que, dejando las desviaciones, regrese al seguimiento de su carisma original. Los jesuitas de Francia aceptaron bien la intervención del Papa, pero en el resto del mundo los jesuitas se rebelaron, ocasionando una merma de más del 25% de los miembros de la orden.
Noviembre. En la exhortación apostólica Familiaris Consortio, confirma las enseñanzas de la Humanae Vitae con respecto a la inmoralidad de la anticoncepción y ratifica que los divorciados vueltos a casar no pueden tener acceso a la Eucaristía, a menos que decidan vivir como hermanos.


1982
Marzo 27. La CDF interviene para corregir ambigüedades y lagunas en materia de ecumenismo, que habían quedado plasmadas en el Informe Final de la Conferencia Internacional Anglicana-Católica Romana.
Junio 29. El Papa escribe a los obispos de Nicaragua para condenar la llamada “Iglesia Popular”, ligada a las comunidades de base y fuertemente impregnada por la Teología de la Liberación.
Agosto 23. Erige la Prelatura personal de la Santa Cruz y Opus Dei.


1983
Enero 25. Promulga el nuevo Código de Derecho Canónico, impregnado de una renovada misericordia disciplinaria.
Marzo. Managua. Reprueba públicamente al P. Ernesto Cardenal quien se ha afiliado al gobierno sandinista (feroz régimen socialista). Resiste impávido los gritos de «las madres de la revolución» durante la misa y, valientemente, reitera su firme condena a la Iglesia popular y al falso ecumenismo de los cristianos que se comprometen en el proceso revolucionario.
La CDF consigue que Sor Agnes Mary Mansour abandone la congregación de las Hermanas de la Misericordia debido a su activismo en pro del aborto. Será el primero de una larga serie de abandonos de religiosas atrapadas por el espíritu modernista.
Envía al Arz. de Washington, en su representación, a hacer una visita apostólica a Mons. Raymond Hunthausen, arzobispo de Seattle, para verificar su errónea posición ante el desarme y la evasión fiscal.
Noviembre 26. La CDF, debido a algunas interpretaciones malintencionadas del nuevo Código de Derecho Canónico, que ya no contiene la palabra “masonería”, responde confirmando que la fe católica y la masonería son incompatibles y que los cristianos que pertenezcan a logias masónicas están en pecado grave y excomulgados.


1984
La CDF revisa la obra del teólogo de la liberación peruano Gustavo Gutiérrez por estar fuertemente influenciada por el marxismo.
Junio 13. La CDF pide, una vez más, a Edward Schillebeeckx su adhesión a la doctrina católica del sacerdocio.
Agosto 6. Con la Instrucción Pastoral Libertatis Nuntius la CDF condena una vez más La Teología de la Liberación de corte marxista.
Septiembre 7. La CDF convoca al teólogo de la liberación brasileño, Leonardo Boff, para llamarle la atención por su adhesión a la ideología marxista.
Los obispos peruanos son convocados a Roma para hablar de los daños de la Teología de la Liberación.
Diciembre. El general de los jesuitas, el P. Peter Hans Kolvenbach, expulsa de la orden al P. Fernando Cardenal (hermano de Ernesto) por participar en el gobierno socialista nicaragüense como ministro de educación.
Diciembre 2. Con la exhortación apostólica Reconciliatio et paenitentia el Papa recuerda la praxis correcta del Sacramento de la Penitencia y condena absolutamente el abuso de la confesión comunitaria como medio ordinario para confesarse.


1985
La CDF llama al P. Gyorgy Bulany, sacerdote húngaro, miembro de las comunidades de base, para reprenderlo por su postura como partidario de la objeción de conciencia al servicio militar, que él considera algo malo en sí. Los escritos del P. Bulany ya habían sido vetados por la CDF.
Marzo 11. La CDF publica una notificación para decir que Las opciones del P. Leonardo Boff en su libro "Iglesia, Carisma y Poder" están tan errados que pueden poner en peligro la sana doctrina de la fe.
Algunas congregaciones católicas, fieles a la ortodoxia cristiana, reportan a la CDF algunas desviaciones de los Carmelitas Descalzos.
El polémico obispo brasileño, Dom Helder Cámara, es reemplazado por Mons. Cardoso Sobrinho, quien tuvo que hacer una profunda reestructuración de la diócesis enfrentándose a rebeliones por parte de maestros, sacerdotes y religiosas fuertemente influenciados por la teología de la liberación.
Abril 9 al 13. Congreso de Loreto de la Iglesia italiana. La intervención del Papa marca el inicio de un camino de renovación profunda en la iglesia de Italia, para adecuarla a la necesidad de una Nueva Evangelización.


1986
Marzo 22. La CDF publica la Instrucción «Libertatis Conscientia su Libertà cristiana e liberazione» como una nueva alerta a la influencia marxista de la Teología de la Liberación en la pastoral.
Septiembre 15. La CDF emite una Notificación avisando que la concepción del ministerio sacerdotal mostrada por el profesor Schillebeeckx está en desacuerdo con la enseñanza de la Iglesia.
Julio 25. La CDF declara al teólogo estadounidense, Charles Curran, como "no apto para enseñar la teología católica" por su postura crítica ante la Humanae Vitae y por ser simpatizante de "la legitimidad de la disidencia".
El Arz. de Seattle, Mons. El P. Raymond Hunhausen escribe una carta a sus sacerdotes avisándoles que renuncia a su poder pastoral diocesano, por indicación de la Santa Sede, por su visión errónea de la liturgia, la formación del clero, los sacerdotes que han dejado el ministerio y otras cuestiones morales.
Octubre 1o. Sale a la luz la valiente Carta Pastoral Homosexualitatis problema que pone de relieve que la inclinación homosexual es objetivamente desordenada y que de ninguna manera puede ser moralmente aceptable el ejercicio de la sexualidad entre personas del mismo sexo. Esta carta desencadenó una violenta campaña de denigración hacia el Card. Ratzinger.


1987
El abad de la basílica de San Pablo extramuros, el P. Giusseppe Nardin, es llamado a dimitir y retirarse a un lugar de oración como resultado de las observaciones sobre su colaboración con el antiguo abad, Giovanni Franzoni, fundador de la Comunidad de base de San Pablo, afiliado al partido comunista.
La CDF pide a Mons. Mattew Clark, de la diócesis de Rochester, que retire el imprimatur a un muy desviado manual sobre educación sexual para padres de familia.
Abril. El Card. Joseph Tomko, prefecto del dicasterio para la Evangelización de los pueblos, pide al padre comboniano Alex Zanotelli que renuncie a la dirección de la revista Nigrizia. El P. Zanottelli le había dado a la revista una tendencia fuertemente socialista y ya no quedaban en ella rastros de su carácter misionero de origen.
La Congregación para los religiosos corrige a la Orden de los Capuchinos de algunas interpretaciones erróneas del Concilio Vaticano II acerca de una supuesta "igualdad de oportunidades" para los sacerdotes seculares y los religiosos.


1988
Por orden de la CDF, fueron retirados de la enseñanza universitaria los padres jesuitas José María Castillo y Juan Antonio Estrada. También el claretiano Benjamín Forcano es retirado de la dirección del periódico "Misión Abierta" por sus desviaciones y alejamiento de la recta doctrina.
Junio 2. La Congregación para el Culto divino reafirma que de ninguna manera es aceptable que se celebre el Sacrificio Eucarístico en ausencia de un sacerdote válidamente ordenado.
Junio 28. Con la Constitución Apostólica Pastor Bonus el Santo Padre hace una reorganización completa de la Sede Apostólica de Roma, dándole un nuevo impulso.
Julio 1o. La CDF publica la "Profesión de Fe" y "El juramento de fidelidad" recordando el deber de obedecer, en conciencia, a todo el contenido transmitido por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia, a la verdad sobre la doctrina que resguarda al fe y las costumbres, a las enseñanzas del Papa y del colegio episcopal cuando ejercita su Magisterio auténtico.
Julio 1o. La Congregación para los obispos publica el decreto Dominus Marcellus Lefebvre en el que comunica el castigo de excomunión por cisma al arzobispo tradicionalista junto con sus seguidores.
Julio 2. El Papa publica el Motu Proprio Ecclesia Dei hablando de Lefebvre y de la necesidad de iluminar la continuidad que debe existir entre el Concilio y la Tradición.
Agosto 15. En la carta apostólica Mulieris dignitatem, el Papa reafirma el dogma de la ordenación sacerdotal reservada a los hombres.
El Nuncio Apostólico en Brasil, Mons. Carlo Furno, entrega una carta a Mons. Pedro Casldáliga, obispo de San Félix, amonestándolo por su simpatía hacia la teología de la liberación y limitando sus competencias pastorales. El obispo, con ropa de guerrillero, se niega a recibir la carta.


1989
Enero 6. 163 teólogos y teólogas de habla alemana firman la "Declaración de Colonia" en la que cuestionan el deber de obedecer a la Sede apostólica en algunas verdades fundamentales de la fe, las enseñanzas de la Humanae Vitae y pidiendo que los obispos sean elegidos de manera democrática, por votación popular. El Santo Padre responde punto por punto a los rebeldes rechazando cada una de sus propuestas.
La Santa Sede veta la publicación y difusión del libro que contiene las actas del "Congreso de moralistas católicos" llevado a cabo en Roma en abril del 88. El libro contiene un informe redactado por el P. Bernard Häring, ya amonestado por la CDF debido a su oposición a las enseñanzas de la Humanae Vitae.
Por intervención directa de la Congregación para la Educación Católica, la Universidad Lateranense retira de la cátedra de Ecumenismo al profesor Don Luigi Sartori por ser uno de los promotores de las ideas rebeldes de la "Declaración de Colonia".
Marzo. El P. Eugenio Melandri, javeriano, deja, después de diez años, la dirección de la revista "Misión hoy" por petición del Card Tomko, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, por haber adquirido la revista un enfoque totalmente político y socialista.
Se le pide al jesuita Paul Valadier, director de "Estudes" que dimita de su cargo. Valadier fue uno de los 157 teólogos franceses que firmaron una carta apoyando a los teólogos rebeldes de la "Declaración de Colonia".
Noviembre. En la víspera de la Asamblea anual de la Conferencia de Obispos de USA, a CDF cancela de la agenda la discusión de un texto ambiguo que trataba de "La responsabilidad del teólogo en la Iglesia".
Don Vittorio Cristelli, director del semanario diocesano "Vita trentina" es obligado a dimitir de su cargo por haber publicado en el semanario la carta en la cual 63 teólogos italianos manifiestan su adhesión a las ideas rebeldes de la "Declaración de Colonia".
La Congregación para la Educación Católica clausura, en Brasil, el Seminario del Nordeste y el Instituto Teológico de Raficce, ambos fundados por Don Helder Cámara, por las enseñanzas poco fiables que ahí se imparten.
La Secretaría de Estado declara que ni la JOC (Juventud Obrera Cristiana)ni la JOCI (Juventud Obrera Cristiana Internacional) son reconocidas como interlocutores legítimos de la Santa Sede. Esto se debió a la descarada politización de parte de ambos organismos.
La Congregación para los Institutos religiosos se coordina con la CLAR (Conferencia Latinoamericana de Religiosos) para encontrar al manera de preservar a los Institutos de la influencia de la Teología de la Liberación.
Septiembre 19. La CDF publica la Instrucción "I fedeli chiamati" recordando la obligación de una profesión pública de la fe de todos los que han sido llamados a ejercer un oficio en nombre de la Iglesia.


1990
Mayo 24. La CDF publica la Instrucción "Donum Veritatis" sobre la vocación eclesial del teólogo con la intención de resolver malentendidos y ambigüedades difundidas a raíz de las diversas manifestaciones recientes de los teólogos rebeldes.
La Congregación para al Educación Católica pone el veto a la Facultad de Teología de la Universidad de Friburgo por haber otorgado el grado honoris causa al obispo de Milwaukee, Rembert Weakland, reconocido por sus interpretaciones erróneas del Concilio Vaticano II.


1991
La Sede apostólica remueve de su cargo al obispo mexicano de Oaxaca, Mons. Bartolomé Carrasco Briseño, comprometido con algunos grupos extremistas de la Teología de la Liberación.
La Santa Sede encomienda a la Conferencia Latinoamericana de Religiosos que haga una verificación en todos los Institutos de la infiltración que hay en ellos de las ideas de la Teología de la liberación.
Se inicia la revisión del contenido de la Biblia Estampada de Ediciones Paulinas, Brasil, por haber estado apoyada por algunos teólogos de la liberación.
Visita y acompañamiento a "Vozes" la pubicación católica más antigua del Brasil que tiene como director al franciscano Leonardo Boff. El religioso, coherente con sus ideas revolucionarias, prefiere dejar la revista y la orden franciscana al año siguiente, antes de retractarse de sus errores.
Por indicación de la Congregación para la educación católica. el Card. Aloiso Lorscheider, arzobispo de Fortaleza, exige la renuncia de tres curas casados que enseñaban en el Instituto Teológico y Pastoral de la ciudad brasileña.
La Santa Sede prohíbe la enseñanza al sacerdote psicoanalista tedesco Eugen Drewermann, cuya obra está plenamente viciada por las tesis anti-científicas del psicoanálisis, así como de críticas injustificadas al celibato sacerdotal y la organización eclesiástica. Poco después también es vetado para la predicación. En concordancia con su forma secularizada de pensar, el teólogo rebelde deja el sacerdocio en marzo.


1992
Enero 31. La CDF condena una obra del teólogo moralista canadiense André Guindon, en el tema de la sexualidad, por contener graves disonancias, no sólo con las enseñanzas recientes del Magisterio, sino con toda la doctrina tradicional de al Iglesia.
La Orden de los dominicos expulsa al P. Mattew Fox, quien ya había sido reprendido por la CDF por su rebeldía ante las enseñanzas de Cristo respecto a la moral sexual.
La Santa Sede declara "fuera de lugar" (que no se discutirá más) la propuesta de Mons. Rembert Weakland, arzobispo de Milwaukee, de ordenar sacerdotes a hombres casados en caso de extrema necesidad.
Mayo 28. Con la Carta "Communionis Notio" la CDF re propone la doctrina católica frente algunas exageraciones en el tema de la colegialidad episcopal.
La Santa Sede sugiere una revisión del Nihil Obstat a la obra del sacerdote dominico Phillipe Denis, de la Facultad de Teología de Estrasburgo, por presentar en ella argumentos falsos en contra del Opus Dei.

1993

Abril 22. La oficina de prensa del vaticano da a conocer la declaración final del Congreso para la Familia, organizado por Mons. López Trujillo. En ella se reafirma que la anticoncepción corrompe la intimidad conyugal y que la comunidad cristiana debe oponerse a la legalización del divorcio.
Julio 10. Tres obispos alemanes, entre ellos el Card. Karl Lehman, firman una carta conjunta en la que declaran que si un divorciado vuelto a casar sabe, en conciencia que su anterior matrimonio está irremediablemente destruido, entonces puede acercarse a la Eucaristía. La CDF publica una carta negando la legalidad de esta afirmación.
Octubre 22. El Papa reafirma enérgicamente la ley del celibato sacerdotal para la Iglesia latina. "Debemos atrevernos a permanecer célibes y nunca rendirnos".
Octubre 28. El Nuncio apostólico en México, Girolamo Prigione, anuncia la posible remoción de Mons. Samuel Ruiz de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas por sus ideas revolucionarias viciadas por la Teología de la Liberación y su franca rebeldía ante las amonestaciones anteriores.


1994
En enero de 1994, se nombra a Dino Boffo, público defensor de la fidelidad a la recta doctrina, director del diario "Avvenire" de la Conferencia episcopal italiana. Se le atribuye la designación directamente al Cardenal Ruini.
El 20 de diciembre, la Congregación para la Doctrina de la Fe publica la carta circular “A due Anni”, destinada a los presidentes de las Conferencias episcopales y a los responsables del “trabajo de síntesis” del Catecismo de la Iglesia Católica, debido a algunas traducciones al inglés que usaron un lenguaje demasiado secularizado en cuanto a la concepción de la mujer, tergiversando la verdadera doctrina.
El 22 de mayo, con la Carta Apostólica “Ordinatio Sacerdotalis”, el Santo Padre “en virtud de su ministerio de confirmar a los hermanos” declara que “la Iglesia no tiene de ningún modo la facultad de conferir a la mujer la ordenación sacerdotal y que esta enseñanza debe ser considerada como definitiva por todos los fieles”.
El 14 de septiembre, la CDF, en la “Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la Sagrada Comunión de los divorciados vueltos a casar” confirma la imposibilidad de dar la comunión a los católicos divorciados y vueltos a casar.
Noviembre. El Card. Pio Laghi sugiere la cancelación de una conferencia en Roma del teólogo de la Liberación, Gustavo Gutiérrez.


1995
La Congregación para los obispos pide la renuncia de Mons. Jacques Gaillot, obispo de Evreux (Francia) quien provocaba una gran confusión entre los fieles con su ministerio secularizado y politizado.
Por indicación directa del sustituto del Secretario del Estado Vaticano, Mons. Giovanni Batista Re y del prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Jozef Tomko, el misionero comboniano Renato Kizito Sesana es removido de su cargo como editor de la revista keniana "Gente Nueva", que se ha convertido en una publicación desprovista, por completo, de cualquier propósito misionero.
25 de marzo. En la encíclica Evangelium Vitae, el Santo Padre llama "democracia totalitaria" a los parlamentos que aprueban leyes que permiten “la interrupción voluntaria del embarazo” (el aborto).
La Congregación para la Doctrina de la Fe recomienda y obtiene de la Superiora de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora, la orden para enviar por dos años a Europa, para estudiar buena teología, a la monja brasileña Ivone Gebara, seducida por las teorías de corte feminista.
Mons. Samuel Ruiz , teórico de la iglesia indígena, distinta a la Iglesia de Jesucristo, permanece en su puesto, pero es flanqueado por un obispo coadjutor con derecho a sucesión, Mons. Raúl Vera López. Tristemente, más adelante, Mons. Vera caerá en los mismos errores que Mons. Ruiz.
En San Salvador, Mons. Arturo Rivera y Damas, fallecido en 1995, inmediato sucesor y amigo de Mons. Romero (símbolo de la Iglesia latinoamericana de la liberación), es reemplazado desde Roma por un obispo con una línea totalmente diferente: Mons. Fernando Sáenz Lacalle, de origen español, miembro del Opus Dei.


1996
Con un editorial en L´Osservatore Romano, la Santa Sede condena la opinión de 16 teólogos moralistas de lengua alemana que habían contradicho a la Encíclica Veritatis Splendor, en las cuestiones fundamentales de la doctrina moral. El editorial reafirmó el valor del magisterio papal y la obediencia debida al mismo.


1997
2 de enero. La CDF excomulga, con una comunicación fechada el 2 de enero, al teólogo Tissa Balasuriya, debido a que con su teorías descalza en puntos esenciales a la fe cristiana. El teólogo será rehabilitado, después de un "mea culpa" en 1998.
11 de febrero. El Card. Ruini obtiene del Papa un decreto con la intención de tener una mayor vigilancia sobre la Sociedad de San Pablo, especialmente sobre su casa editorial. El Papa Juan Pablo II nombró a Mons. Antonio Buoncristiani delegado apostólico de la Sociedad de San Pablo, con el encargo de ejercer todas las funciones del Superior General y del Superior Provincial. En el decreto se especifica que su autoridad se extiende sobre las revistas "Vida Pastoral", "Famiglia Cristiana" y "Jesús" y sobre las ediciones S. Pablo, por considerar su línea editorial demasiado liberal en asuntos de moral sexual y familiar. En una carta enviada al superior de los paulinos, Silvio Pignoti, el Santo Padre explica que ha tenido que tomar esta dolorosa decisión, largamente reflexionada, por la delicada situación que turba hoy la comunión y la armonía de la familia paulina y por la no poca perplejidad provocada por algunos contenidos de sus publicaciones. Algunos religiosos paulinos se habían negado a asumir la Dirección de D. Stefan.
Después de la visita apostólica a los seminarios de los jesuitas en México, realizada en 1995 por Mons. Javier Lozano Barragán y habiendo interesado el asunto a Mons. Pio Laghi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, la Santa Sede decide clausurar el Instituto Interreligioso y el Centro de estudios católicos de la Ciudad de México, ambos dependientes de la Conferencia de Institutos Religiosos de México (CIRM), así como el Instituto Teológico del Colegio Máximo de Cristo Rey y su anexo, el Centro de Reflexión Teológica, manejados por la Compañía de Jesús. El Card. Laghi explica que la razón de las clausuras es la gran confusión y controversia que han difundido en innumerables instituciones debido a su opción por la Teología de la Liberación.
Con estas y otras medidas, es desmantelada la obra pastoral disidente de Mons. Méndez Arceo, ex obispo de Cuernavaca.
Mons. Tarcisio Bertoni, secretario de la CDF, envía una carta llamando la atención a la Conferencia de religiosos de Colombia, por las serias desviaciones encontradas en el informe del Primer Encuentro Nacional de la Vida Religiosa, llevado a cabo en Bogotá en abril del ´96 y publicado en la revista Vinculum por la Conferencia de religiosos colombianos. El informe contiene un estilo pertinaz, agresivo y crítico en contra de la jerarquía eclesiástica y pretende elaborar una teología de la Vida religiosa prescindiendo de un estudio serio de la Sagrada Escritura, de la Tradición y del Magisterio.
Con una Instrucción interdicasterial, firmada el 15 de agosto por los responsables de varios dicasterios de la Curia Romana, la Santa Sede restablece el justo límite de la colaboración de los laicos en el ministerio sacerdotal.
El 20 de septiembre, Mons. Jorge Medina Estévez, pro prefecto de la Congregación para el Culto divino, escribió a Mons. Anthony Pilla, presidente de la Conferencia Episcopal Estadounidense, para comunicarle que la traducción inglesa de los libros litúrgicos, aprobada por los obispos de USA, no expresa correctamente el sentido del texto latino y no esta exenta de problemas doctrinales. Ocho cardenales estadounidenses se encuentran en Roma con Mons. Medina Estévez y con el Card. Ratzinger con este motivo.
El movimiento «Somos Iglesia» lleva a Roma 2.5 millones de firmas de católicos de varios países que piden una serie de reformas (posibilidad equivalente para hombres y mujeres de acceder al sacerdocio, celibato opcional para los sacerdotes, participación de toda la Iglesia local para la elección de sus pastores y comunión de los divorciados vueltos a casar. Todas las petición es fueron ignoradas por Juan Pablo II quien dijo "La Iglesia no es una democracia".
Tres sacerdotes coreanos, el P. John Sye Kong-seok, el P. Paul Cheong Yang-mo (ambos profesores de la Universidad Sogang de Seul, manejada por los jesuitas) y el P. Edouard Ri Je-min (profesor de la Universidad Católica Kwangiu y editor de Skinghak Chonmang) son sancionados por la Conferencia Episcopal de Corea del Sur y retirados del derecho de publicacion, por sus ideas no conformes a la doctrina católica, en particular en los temas relativos al sacerdocio femenino, al celibato sacerdotal, a la evangelización y la inculturación. El origen de esta sanción es una carta que escribe el Card. Joseph Tomko, prefecto de la Congregación para la evangelización de los Pueblos, a la Conf. Episcopal.


1998
La CDF reabre de nuevo la verificación de la teología del peruano Gustavo Gutiérrez, teólogo de la liberación que ha estado ocasionando conflictos en América Latina, al menos desde 1983.
La CDF hace algunas observaciones al libro El poder papal. Una propuesta de cambio para el catolicismo del Tercer Milenio, del teólogo australiano Paul Collins.
Tristemente Collins abandona el sacerdocio en 2001, declarando su conformidad con las herejías escritas en su libro.
La Congregación para el Clero, presidida por el Card. Darío Castrillón Hoyos, sugiere al obispo inglés, Mons. Peter Smith, el retiro de un texto de religión para la escuela secundaria por promover las ideas de la Teología de la Liberación
24 de junio. La CDF publica una notificación declarando que la obra del jesuita indio Anthony De Mello contiene posiciones incompatibles con la fe cristiana.
Tristemente, los libros de De Mello siguen estando presentes en muchas librerías católicas.
Con el Motu Proprio Ad Tuendam fidem, Juan Pablo II hace aún mas clara la aplicación de la Profesión de Fe de 1989. La carta es acompañada de una densa Nota Doctrinal Ilustrativa de la CDF que ilustra como cualquier teólogo debe explícitamente empeñarse en acoger firmemente todas las verdades proclamadas en modo definitivo por el Magisterio, sin necesidad de una explicita definición del dogma. En tal categoría, explica la carta, entra la enseñanza papal sobre la ordenación sacerdotal, reservada exclusivamente para los hombres.
21 de mayo. Con el Motu proprio Apostolos suos, el Papa clarifica la naturaleza y la competencia de las Conferencias Episcopales. El documento da razón, en caso de disconformidad, de la naturaleza pastoral y no propiamente doctrinal de la Conferencia.
La CDF requiere y obtiene la prohibición para la enseñanza del teólogo Jacques Dupuis en la Pontificia Universidad Gregoriana, debido a su libro "Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso". La condena es publicada el 24 de enero del 2001 en una notificación que establece que en el libro del jesuita existen ambigüedades y dificultades notables en importantes puntos doctrinales que pueden llevar al lector a opiniones erróneas o peligrosas.
La congregación para la educación católica, cuyo presidente es el Card. Pio Laghi, retira de la cátedra de Filosofía del Derecho de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán al Prof. Luigi Lombardi Vallauri que había difundido imprudentemente sus bizarras tesis acerca del Infierno, del pecado original, de la autoridad del magisterio y de la moral sexual.
En Perú, para sustituir al Card. jesuita Augusto. Vargas Alzamora, quien había sido primado de la Iglesia católica en Lima durante nueve años, es llamado un miembro del Opus Dei, el Card. Juan Luis Cipriani, a pesar de la fuerte presión mediática ocasionada por algunos clérigos. El Arzobispo, quien había estado al frente de la Arquidiócesis de Ayacucho durante diez años, era famoso por la firme caridad pastoral en contra de los seguidores de la teología marxista de la liberación y su condena absoluta hacia el terrorismo socialista.


1999
Suspendido a divinis el cura estadounidense Jim Callan por “lesa obediencia”.
El 12 de marzo, la presidenta de La Acción Católica Italiana, Paola Bignardi, en una entrevista para el diario Avvenire, rectifica las declaraciones que había hecho al periódico socialista L´Unita, acerca de las llamadas "parejas de hecho".
El 6 de abril, la CDF corrige numerosas "propuestas de cambio" formalizadas en una especie de Sínodo llamado "Dialogo por Austria" en particular en cuanto a la anticoncepción, la comunión de divorciados vueltos a casar y los clérigos casados.
El 18 de septiembre, la Secretaria de Estado y la CDF ordenan el retiro de los consultorios católicos del sistema estatal de Alemania, en los cuales, por ley, toda mujer que quisiera abortar debería obtener un certificado de tal consejería.
Domingo 27 de junio, la Sacra Rota Romana ordena el embargo y prohíbe la traducción de un ignominioso folleto titulado " Lo que el viento se llevo en el Vaticano". El portavoz y coautor confeso del panfleto, Mons. Luigi Marinelli, es convocado al dicasterio y es abierto, para el, un proceso de suspensión a Divinis.
La CDF prohíbe permanentemente, a la hermana Jeanninne Gramick y al P. Robert Nugent (los dos, religiosos estadounidenses) cualquier actividad pastoral en favor de las personas homosexuales, porque los dos, desde el inicio de su actividad pastoral en 1977, no han condenado la malicia intrínseca de los actos homosexuales y en repetidas ocasiones han puesto en discusión elementos centrales de la enseñanza de la Iglesia en la materia.


2000
El 14 de enero, en una carta dirigida al presidente de la Comisión Internacional para la liturgia en lengua inglesa, Mons. Maurice Taylor, el secretario de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, Mons. Francesco Pio Tamburrino, exige retirar todas las copias del Libro Litúrgico de los Salmos traducido al ingles, por contener errores doctrinales graves y dañinos para la fe.
En el curso del año, la Conferencia episcopal de Estados Unidos aprueba, con 223 votos a favor y 31 en contra, la aplicación de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesia (Juan Pablo II, 15 de Agosto 1990), en la cual el Santo Padre pidió adoptar medidas para reafirmar la identidad de la Universidad católica y para que los maestros deban tener referencias del obispo para poder enseñar en dichas instituciones. Los obispos americanos dispusieron, entonces, que en los estatutos de las universidades católicas que dependan de la jerarquía eclesiástica, de institutos religiosos o de otra persona jurídica, deberán ser aprobados por la autoridad eclesiástica competente; que el Consejo de Administración deberá estar formado, en su mayoría, por católicos comprometidos con la Iglesia; que la universidad debe vigilar el reclutamiento de profesores católicos, de modo que el cuerpo docente quede formado, en su mayoría, por personas que den testimonio de su fe. Además, para aquellos docentes que enseñen disciplinas teológicas, deberá existir un permiso expreso del obispo.
Todas estas medidas habían sido propuestas por el Card. Ratzinger el año anterior en un ciclo de conferencias en las cuales el prefecto de la CDF había puesto en guardia, para no ceder a la modernidad, a los católicos que participan en las universidades.
En México, la Sede Apostólica transfiere al obispo Raúl Vera López a la diócesis de Saltillo. Mons. Vera había sido mandado antes, en el ´95, como obispo coadjutor a la diócesis de San Cristóbal de las Casas, para recibir la sucesión de D. Samuel Ruiz, debido a los problemas con la teología india, pero sucedió un torbellino de incidentes, unidos a la presión mediática, que confundieron al obispo coadjutor y se vio la necesidad de asignarle otro destino menos turbulento. Tristemente D. Raúl Vera ha seguido dando, desde Saltillo, muestras publicas de disidencia, principalmente en su apoyo a las uniones homosexuales y a las exhibiciones del orgullo gay, yendo en contra de las enseñanzas de la Iglesia.
En junio del 2000, durante el encuentro en S. Paulo, con el tema "El SIDA y los desafíos para la Iglesia en Brasil", se le atribuye al obispo de Goiás, Mons. Eugene Rixen, la frase: "entre el preservativo y la expansión del SIDA, nos vemos obligados a elegir el mal menor".
El presidente del pontificio consejo para la pastoral de la salud, Mons. Lozano Barragán, sugiere y obtiene, de la Conferencia Episcopal Brasileña la difusión de una nota aclaratoria, en la cual se afirma que el uso del preservativo, bajo cualquier circunstancia, es contrario a la doctrina de Cristo.
La Santa Sede presionó al Gobierno italiano para que impidiera la celebración del llamado orgullo gay y, en particular, porque las autoridades impidieran la gran manifestación de los activistas homosexuales, que maliciosamente difunden ideas que provocan confusión y sufrimiento entre la categoría de personas que falsamente pretenden representar. Al día siguiente, en el Ángelus, el Papa expresó su amargura por el insulto al Gran Jubileo del año 2000 y por la ofensa a los valores cristianos de una ciudad tan querida por los corazones de los católicos en todo el mundo.
6 de Agosto. Con la declaración Dominus Iesus, la CDF reafirma la unicidad salvífica de Cristo, reclamando, implícitamente, la ortodoxia de la llamada teología asiática.
Mons. Claudio Hummes es nombrado sucesor del controvertido cardenal brasileño Paulo Evaristo Arns, exponente de punta de la Teología de la Liberación. El nombramiento del obispo, cercano al movimiento carismático y nombrado apenas dos años antes como obispo de Fortaleza, con la orden explicita de la Santa Sede de reorganizar la diócesis, desencadena una fuerte presión mediática, manejada por eclesiásticos, quienes exigían que se nombrara como obispo a uno de los obispos adjutores de Arns, el obispo de Mariana y ex presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña, Mons. Luciano Mendes De Almeida.
28 de julio. La Congregación para el Culto Divino publicó una "Instrucción general del Misal Romano" que funge como Introducción a la nueva versión del Misal. En ella se recuerda, de frente a algunos casos de abuso, que los laicos no pueden acercarse al altar antes de que el celebrante haya sido comunicado; no pueden poner en la patena las hostias consagradas; que deben recibir la patena de manos del sacerdote y no tomarla directamente del altar; que el sacerdote no puede dejar el altar para darles la señal de la paz a los fieles.
Septiembre 2000. Deja de publicarse la revista "Segno Siete" de la Acción Católica Italiana, que en varias ocasiones había expresado posiciones divergentes a la enseñanza de la Iglesia en temas políticos, eclesiales y morales.
30 de Noviembre. La CDF, con una notificación, obliga la retractación del teólogo austriaco Reinhard Messner, quien había sostenido que en caso de conflicto, es siempre la tradición la que debe ser corregida por la Escritura y no la Escritura, la que debe ser interpretada a la luz de una tradición sucesiva (o de una decisión magisterial).


2001
22 de febrero. La CDF, con una Notificación, obliga al teólogo redentorista español P. Marciano Vidal a retractarse de sus puntos de vista sobre la anticoncepción, el aborto, la homosexualidad, que no son los de Cristo.
La CDF inicia una investigación a las teorías del P. jesuita Roger Haight, de cuyos escritos surgen criterios cristológicos ambiguos.
La Santa Sede prohíbe a sor Joan Chittister, teóloga benedictina estadounidense, participar en junio, en Dublín, a la Conferencia de la red mundial para la ordenación de las mujeres. Pero ella no obedece la orden del Papa.
Con una Notificación (17 de septiembre) los cardenales Ratzinger, Medina Estévez y Darío Castrillón Hoyos (prefecto de la Congregación por el Clero) niegan la posibilidad de ordenación a la mujer-diácono. El documento se interpreta, por algunos, como una referencia indirecta es hacia Mons. Samuel Ruiz, que en la diócesis mexicana de San Cristóbal de las Casas había ordenado alrededor de cuatrocientos diáconos casados, acompañados al altar, en la ceremonia de ordenación, por sus mujeres, que no habían sido consagradas.
En la exhortación apostólica Ecclesia in Oceanía, el Papa aclara a los obispos de Oceanía, sus dudas, presentadas en el Sínodo de 1998, acerca de la actitud hacia los divorciados vueltos a casar El 25 de diciembre, el Santo Padre acoge de nuevo a la plena comunión con la Iglesia a los sacerdotes brasileños que se habían vuelto pseudo tradicionalistas y que, debido al clima imperante en la iglesia brasileña, habían llevado con ellos a toda la diócesis de Campos. Estos sacerdotes habían sido excomulgados por ser “secuaces” del obispo cismático Marcel Lefebvre, quien había ordenado obispos de manera ilícita. Una vez confirmada la plena comunión, el Papa nombra obispo de la diócesis a Mons. Licinio Rangel, quien había hecho la petición de reconciliación y le autoriza celebrar la misa de acuerdo al misal de Pío V. Fue un gesto de gran significado ecuménico, que algunos medios interpretaron como un intento de reforzar el diálogo con las iglesias orientales.
El fraile menor franciscano suizo Josef Imbach, docente de teología fundamental en la Pontificia Facultad de teología de San Buenaventura de Roma es obligado a dejar su cargo a causa de los comentarios de la CDF a un libro escrito por él en el que pone en discusión la historicidad de los eventos milagrosos contados en el Nuevo Testamento. Con un Monitum del 5 de julio el Card. Ratzinger anuncia la excomunión (a menos que hubiera un arrepentimiento – que no hubo - antes del 22 de julio), de siete mujeres que el 29 de julio, en un buque que navegaba el Danubio entre Austria y Alemania, se habían hecho ordenar por un obispo argentino ya excomulgado.
Un comunicado (17 de octubre) de la Comisión Teológica Internacional, presidida por el cardenal Ratzinger sostiene que razones teológicas e históricas impiden la ordenación de mujeres diaconisas. Algunos medios de la disidencia intraeclesial, interpretan este comunicado como una referencia a las declaraciones confusas de algunos cardenales, como Carlo María Martini, el ex arzobispo de Florencia, Silvano Piovanelli y el alemán Karl Lehmann, obispo de Maguncia.
El 22 de Noviembre, el abad de Montevergine, P. Giovanni Tarcisio Nazzaro, emite, contra el P. Vitaliano Della Sala – un controvertido sacerdote de 39 años, señalado por su actividad como partidario de los socialistas, de los comunistas y de los “anti-globalización”– un decreto (precedido por dos amonestaciones canónicas en el año 2000 y 2001) en el que se le comunica la remoción de sus funciones como párroco de la parroquia de San Giacomo a Sant’Angelo a Scala (Avellino, Nápoles). En el comunicado, fuertemente apoyado por la Santa Sede, el P. Nazzaro implora al sacerdote rebelde a cesar su público disenso del Magisterio de los pastores y de la Sede Apostólica, a interrumpir la frecuencia de sus visitas a centros y asociaciones que se distinguen por la difusión de ideas contrarias a la doctrina de la Iglesia y le invita a arrepentirse de haber descuidado sus deberes parroquiales. El cura se rebela y reacciona clausurando la entrada de la iglesia parroquial y procede a boicotear las iniciativas del nuevo párroco.
2002
. El 8 de diciembre de 2002, el Consejo Pontificio por la Familia, con el prólogo del prefecto del dicasterio, el cardenal Alfonso López Trujillo, presenta “Lexicón. Temas ambiguos y discutibles sobre familia, vida y cuestiones éticas”, un tomo en el cual expresa y argumenta con autoridad y eficacia, la doctrina propuesta por el Magisterio del Papa, sobre todos los problemas discutidos al interior de la Iglesia por la red de teólogos rebeldes (contracepción, divorcios, homosexualidad, relaciones entre principios éticos cristianos y legislación civil).
16 de mayo. El cardenal Medina Estévez, prefecto de la Congregación por el Culto Divino, en una carta del 16 de mayo sostiene que es “absolutamente no aconsejable”, “imprudente” y “arriesgada” la ordenación sacerdotal de homosexuales.


2003
La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica comunica (15 de enero) a los Superiores y a las Superioras generales que la CDF pidió excluir a los transexuales de la vida consagrada.
25 de enero. Con un decreto de la CDF , emanado “por el Sumo Pontífice Juan Pablo II, con suprema y final decisión sin alguna posibilidad de apelación” – don Franco Barbero de la Comunidad de Base de Pinerolo es suspendido del estado clerical. Lamentablemente el sacerdote, a pesar de repetidas advertencias de su obispo, había repetida y públicamente bendecido “matrimonios” de homosexuales y había predicado una rebelión generalizada contra la Iglesia de Cristo en particular entre la Comunidad Sediciente “de base”. Tristemente, la condena no consigue el efecto deseado dentro de la comunidad de base.
En la "Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos", en la audiencia celebrada el miércoles, el Papa reafirma que sólo el primado de Pedro es el garante de la unidad.
La CDF propone y obtiene, de la Conferencia Episcopal Española, un comunicado en el que se informa que las tesis acerca de Jesucristo contenidas en un libro del teólogo Juan José Tamayo, contienen graves errores doctrinales.
Ratzinger confirma la excomunión a las mujeres-sacerdotes ordenadas en Austria.
3 de junio. El cardenal Ratzinger, con las “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales”, les pide a los parlamentarios católicos que impidan de cualquier manera la aprobación de leyes que admitan cualquier equiparación entre matrimonio y unión de personas del mismo sexo.
17 de abril Con la encíclica Ecclesia de Eucharistia, el Papa reafirma la doctrina de la “transubstanciación” formulada por el Concilio de Trento y prohíbe toda “intercomunión” –la participación de los protestantes a la comunión durante la Santa Misa, y de los católicos a la cena de los protestantes- con las iglesias originadas en la revuelta protestante. La encíclica reitera que los católicos divorciados y vueltos a casar no pueden acercarse a la Eucaristía; y lamenta los abusos que, desde el post-Concilio, se hacen en materia litúrgica.
24 de mayo. En nombre del Papa, el Card. Castrillón Hoyos, celebra, en la Basílica de Santa María la Mayor, la Santa Misa bajo el rito de San Pio V, para la comunidad “tradicionalista” que permanece fiel a la Sede Apostólica.
4 de junio. Es suspendido a divinis el P. Bernard Kroll, que con ocasión del primer Kirchentag ecuménico de la historia, había celebrado, el 31 de mayo, ante más de 2500 personas, una especie de misa con pastores protestantes, distribuyendo la comunión a fieles luteranos y tomando el pan y el vino de la cena evangélica de la iglesia protestante de Getsemaní, situada en Berlín.
Junio. El Pontificio Consejo para la familia es denunciado por los exponentes radicales-liberales italianos por haber publicado el Lexicón, términos controvertidos de la familia, de la vida y cuestiones de bioética (EDB) en el que aparece justificada, tanto a la luz de la razón, como de los textos del Magisterio, la desaprobación de la homosexualidad.
El 7 de octubre, Mons. Keith Patrick O´Brien de Edimburgo, Escocia, a punto de recibir el nombramiento cardenalicio y haciéndose objeto de numerosas calumnias en la prensa, recitó una solemne profesión de fe en la que reitera el celibato sacerdotal obligatorio, la inmoralidad de los actos homosexuales y la plena adhesión al Magisterio de la Iglesia sobre la anticoncepción.
El 19 de octubre el nuncio vaticano para Venezuela, Mons. André Dupuy, condena el régimen socialista de Hugo Chávez en una intervención en el periódico “El Nacional” y definiendo como una tragedia humana la situación por la cual atraviesa el país.
También el 19 de octubre, los cardenales Martino y Herranz, señalan que estamos de frente a una ola de fundamentalismo laicista que trata de hacer del laicismo (no de la laicidad) la religión del estado, con el peligro de instaurar una forma de totalitarismo laico.
El 22 de noviembre del 2003, sale a la luz un escrito del Papa por el centenario del Motu Proprio Sobre las preocupaciones en la música sacra. El Pontífice habla de la necesidad de purificar las expresiones de estilo “innovadoras” que no van en consonancia con la solemnidad y grandeza del acto que se celebra. Nos dice que se deben respetar criterios específicos tales como la búsqueda de expresiones musicales que respondan a la necesaria participación de toda la asamblea en la celebración y que eviten, al mismo tiempo, cualquier concesión a la frivolidad o superficialidad. Ratifica al canto gregoriano como el modelo supremo de la música sacra.
El 4 de diciembre, se publica la carta apostólica Spiritus et Sponsa, del Papa Juan Pablo II, por el XL Aniversario de la Constitución conciliar sobre la liturgia. En ella se recuerda la seriedad necesaria de los ritos litúrgicos y advierte que no respetar las normas litúrgicas conduce a abusos graves, que oscurecen la verdad del misterio y crean confusión y tensión en el Pueblo de Dios. El Papa pide también que sea cultivada en el interior de las comunidades la experiencia del silencio, excelente forma de participación activa en la liturgia recomendada por el Concilio.


2004
El 25 de marzo la Congregación para el Culto Divino Educación publica la instrucción “Redemptionis Sacramentum", un documento sobre algunas cosas que deben observarse y evitar acerca de la Santísima Eucaristía. Los fieles que vean estos abusos están autorizados para denunciarlos al obispo o la Santa Sede.
El 31 de mayo, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó la Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo en la que, entre otras cosas, confirmó la diferencia entre los sexos y refutó la teoría de género, la base teórica de la legitimidad de las llamadas "uniones homosexuales".
20 de junio. El P. Fabrizio Longhi es removido de la parroquia de María Santísima Asunta en Rignano Garganico (Diócesis de San Severo), quien, en la noche del 24 de diciembre, había confiado la tarea de dar la homilía a Pasquale Quaranta, periodista y miembro militante del movimiento gay. • Julio. Fuentes periodísticas revelan la existencia de una carta dirigida al Arz. de Washington, Mons. Theodore McCarrik, y al presidente de la Conf. Episcopal, Mons. Wilton Gregory, que contiene la prohibición total de la Congregación para la Doctrina de la Fe para dar la comunión a políticos católicos estadounidenses que apoyan el aborto.
En Septiembre, en la diócesis vasca de Deusto-San Ignacio, en Bilbao, es removido y destituido el sacerdote Aitor Urresti, vinculado con el movimiento “Somos Iglesia”. D. Aitor fue el autor de los errores en materia moral, propios de ese movimiento, sobre la conducta privada y pública de las personas homosexuales.
El 7 de octubre, al concluir el año especial dedicado al Santo Rosario, el Santo Padre señala el Año de la Eucaristía. En la carta apostólica Mane nobiscum Domine, el Papa, regresa al centro del drama de todo su pontificado: ¡Un gran misterio, la Eucaristía! Misterio que ante todo debe ser bien celebrado. La Santa Misa es el centro de la vida cristiana, y en todas las comunidades debe ser celebrada con dignidad, de acuerdo con las reglas establecidas". Reclama el énfasis que debe darse a los momentos de silencio, tanto en la celebración como en la adoración eucarística. Es necesario que la manera de tratar a la Eucaristía de parte de los ministros y los fieles se caracterice por un profundo respeto.


2005
El 9 de enero, el Nuncio Apostólico en Brasil, Mons. Lorenzo Baldisseri , pide a Dom Pedro Casaldáliga, popular obispo "de base" y guerrillero en São Félix do Araguaia en Brasil, que abandone la ciudad antes de la llegada de su sucesor.
El 10 de enero, en el mensaje al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa antepone a todos los demás problemas de la humanidad, incluso el hambre, "el desafío de la vida." Enlistando los factores que componen una "cultura de la muerte": el aborto, la inseminación artificial, la clonación, la eutanasia, las uniones homosexuales y las uniones de hecho, el Papa afirma que "el Estado tiene como tarea principal precisamente la protección y promoción de la vida humana."
El 13 de enero, el Santo Padre recibió y felicitó al presidente de la Región de Lazio, Francesco Storace, miembro honorable de la derecha política italiana, y expresó su "profunda satisfacción por la aprobación del Estatuto de la Región Lazio, que hace hincapié en el papel de Roma como el centro del catolicismo, reconoce explícitamente la primacía de la persona y el valor fundamental de la vida. Asimismo, reconoce los derechos de la familia como sociedad natural fundada sobre el matrimonio y se propone apoyarla en el cumplimiento de su función social.
El 24 de enero, recibió a los obispos españoles en visita ad limina, el Papa denuncia el contexto social se está convirtiendo en una mentalidad inspirada en el laicismo, ideología que lleva gradualmente, más o menos conscientemente, la restricción de la libertad para fomentar la ignorancia o el desprecio de lo religioso, relegando la fe a la esfera de lo privado y oponiéndose a su expresión pública.
El 7 de febrero, la Congregación para la Doctrina de la Fe da aviso de la condena del libro Jesús Símbolo de Dios, escrito por el padre Roger Haight, SJ, que implica la negación de la misión salvífica universal de Jesucristo y, por tanto, de la misión de la Iglesia de anunciar y comunicar el don Cristo como el Salvador de todos los hombres.
El 21 de febrero, en un mensaje a la Academia Pontificia para la Vida, el Santo Padre reitera firmemente la condena del aborto, la inseminación artificial, la eutanasia y señala que "la salud no es un bien absoluto"
El 22 de febrero, es suspendido a divinis, por seis meses, don Vitaliano Della Sala, sacerdote italiano de la parroquia de San Angelo una Scala, por participar en eventos junto con comunistas y anti-globalización.


(InfoCatólica)

miércoles, 18 de mayo de 2011

Tomismo y Doctrina Social de la Iglesia


Cómo interpretar los documentos sociales del Magisterio Pontificio

“Interpretar los textos del Magisterio Social, tanto los del pasado como los recientes, implica para el católico mucha lealtad hacia el Papa y sus Pastores y mucha fidelidad a los contenidos esenciales. No podemos ni debemos seleccionar los contenidos de los textos de acuerdo a nuestros gustos y afectos. El amor a la Iglesia nos debe inducir a valorar y a apreciar los contenidos de los documentos del Magisterio”[1].

“El contenido de los documentos suele incluir referencias a los Papas anteriores y a las obras de los Padres de la Iglesia y los Doctores. Tales referencias no son recursos de falsa erudición, sino orientaciones concretas que el Papa da para garantizar la recta comprensión de la doctrina que enuncia. Por eso los fieles tienen que recurrir a las enseñanzas de la tradición teológica y filosófica del Cristianismo a lo largo de los siglos. Al respecto cabe señalar el lugar eminente que tiene en la Iglesia la doctrina de Santo Tomás de Aquino, único Doctor Universal, pues en sus obras hallamos el más firme fundamento filosófico y teológico de toda buena formación religiosa.”[2]

“Santo Tomás fue fundamental para la constitución de la moral como Teología Moral”. (...) Santo Tomás, en la Suma Teológica introduce dos elementos innovadores.

Primero, trata la moral de manera comprehensiva y unitaria en la 2da. parte, dividiendo su exposición en una primera parte dedicada a los actos humanos y los principios de los actos, y una segunda parte dedicada a las virtudes, las teologales (fe, esperanza y caridad) y las cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, templanza). Antes de él la moral -aunque teológica- se encontraba dispersa en varias partes del Manual de Pedro Lombardo. Ahora forma parte integrante de la Teología, y con su racionalidad propia.

El segundo elemento innovador es que utiliza las categorías de la sicología de Aristóteles, tomadas de la Ética a Nicómaco y de otras obras, junto a los datos del Nuevo y A. Testamento y los comentarios de los Padres.Además Santo Tomás fue muy importante para el desarrollo de la Moral Social. Antes de él era poco el espacio dedicado al tema.”[3]

Tomismo y catolicismo

“No sería honesto callar un hecho que para algunos resulta molesto, aunque para otros altamente significativo: la Iglesia Católica ha hecho del tomismo su propio medio de expresión doctrinal. (...) la fe, aunque de por sí trascienda a la inteligencia humana, debe formularse en términos inteligibles.” “Hay muchas escuelas filosóficas que cumplen esta condición. De hecho, hay varias que han sido utilizadas en la elaboración teológica. La autoridad eclesiástica nunca ha rechazado esta diversidad de enfoques; sin embargo, reiteradamente ha declarado, y de la manera más solemne, su preferencia por el tomismo. Más aún, lo ha hecho el vehículo habitual de su pensamiento teológico.Esta actitud eclesial basta para que el católico (y también el no católico que reconozca la secular prudencia de la Iglesia católico-romana) vea en el tomismo una escuela respetable y segura y que acuda a ella para aprender a filosofar, sin creer por ello se lesione su libertad intelectual.”[4]

Documentos Pontificios sobre el tomismo

· Clemente VI, “Bulla in Ordine”

· Nicolás V, “Breve ad FF. ad. Preaedit.”, 1451

· Benedicto XIII, “Bulla Pretiosus”

· San Pío V, “Bulla Mirabilis”

· Clemente XII, “Bulla Verbo Dei”

· Urbano V, Const. 5º, 3-8-1368: “Queremos, y por las presentes os mandamos, que adoptéis la doctrina del bienaventurado Tomás, como verídica y católica, y procuréis ampliarla con todas vuestras fuerzas”.

· Inocencio XII, Litt. in form. Brer., 6-2-1694.

· Benedicto XIV, Litt. in form. Brer., 21-8-1752.

· Benedicto XIV, Const. Apostólica “Sollicita ac provida”, 10-7-1753

· Inocencio VI, Serm. de S. Tom.: “La doctrina de éste tiene sobre las demás, exceptuada la canónica, propiedad en las palabras, orden en las materias, verdad en las sentencias, de tal suerte, que nunca a aquellos que la siguieren se les verá apartarse del camino de la verdad, y siempre será sospechoso de error el que la impugnare.”

· León XIII, Epístola Encíclica “Aterni Patris”, 4-8-1879): “Ahora bien: entre los Doctores escolásticos brilla grandemente Santo Tomás de Aquino, Príncipe y Maestro de todos, el cual, como advierte Cayetano, por haber venerado en gran manera los antiguos Doctores sagrados, obtuvo de algún modo la inteligencia de todos. Sus doctrinas, como miembros dispersos de un cuerpo, reunió y congregó en uno Tomás, dispuso con orden admirable, y de tal modo las aumentó con nuevos principios, que con razón y justicia es tenido por singular apoyo de la Iglesia católica; de dócil y penetrante ingenio, de memoria fácil y tenaz, de vida integérrima, amador únicamente de la verdad, riquísimo en la ciencia divina y humana, comparado al sol, animó al mundo con el calor de sus virtudes, y le iluminó con esplendor."

“Además, distinguiendo muy bien la razón de la fe, como es justo, y asociándolas, sin embargo amigablemente, conservó los derechos de una y otra, proveyó a su dignidad de tal suerte, que la razón elevada a la mayor altura en alas de Tomás, ya casi no puede levantarse a regiones más sublimes, ni la fe puede esperar de la razón más y más poderosos auxilios que los que hasta aquí ha conseguido por Tomás.”

· Pío XII, Discurso 12-8-1950: “La recomendación de la doctrina de Santo Tomás no suprime, sino que excita más bien y dirige la emulación en la investigación y divulgación de la verdad.”

· Concilio Vaticano II, Decreto “Optatam totius”: “...para ilustrar de la forma más completa posible los misterios de la salvación, aprendan los alumnos a profundizar en ellos y a descubrir su conexión, por medio de la especulación, bajo el magisterio de Santo Tomás...” (16).

· Concilio Vaticano II, Declaración “Gravissimum educationis”: “...teniendo en cuenta con esmero las investigaciones más recientes del progreso contemporáneo, se perciba con profundidad mayor cómo la fe y la razón tienden a la misma verdad, siguiendo las huellas de los doctores de la Iglesia, sobre todo de Santo Tomás de Aquino”(10).

· Pablo VI, “Lumen Ecclesiae”: “Pero sin duda, Santo Tomás, por disposición de la divina Providencia, alcanzó el ápice de toda la teología y filosofía escolástica como suele llamársela, y fijó en la Iglesia el quicio central en torno al cual, entonces y después, se ha podido desarrollar el pensamiento cristiano con progreso seguro” (13).

· Juan Pablo II, Discurso en el IX Congreso Tomista Internacional, 29-9-1990: “Hay, pues, que desear y favorecer de todas las formas posibles el estudio constante y profundo de la doctrina filosófica, teológica, ética y política que Santo Tomás ha dejado en herencia a las escuelas católicas y que la Iglesia no ha dudado en hacer suya, especialmente en lo que se refiere a la naturaleza, capacidad, perfectibilidad, vocación y responsabilidad del hombre en la esfera personal y en la social, como se ve también en las directrices del Concilio Vaticano II” (5).

Referencias a Santo Tomás en las Encíclicas Sociales

En casi todas los documentos sociales del Magisterio Pontificio, se cita expresamente a Santo Tomás; desde la Rerum Novarum, donde se lo cita siete (7) veces -párrafos 10, 16, 24, 25, 35, 35, 35- hasta el reciente Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, donde se registran veinte y seis (26) citas, como se detalla en el Índice de las Referencias (página 399).

Conclusión

“Las encíclicas sociales son tomistas no solamente porque con frecuencia recurren al tomismo y se basan sobre el pensamiento tomista, sino también porque acogen y hacen suya la moderna doctrina social de la Iglesia, elaborada por los tomistas de la primera mitad del siglo XIX, especialmente por Liberatore, Lacordaire y Ketteler. En los siglos XIX y XX, frente a los errores metafísicos y teológicos y sus consecuencias en las doctrinas sociales, económicas y políticas, las encíclicas sociales defienden por una parte las tradicionales posiciones del pensamiento cristiano, es decir, del pensamiento tomista y, por otra, a base de esta philosophia perennis, formulan las nuevas exigencias éticas.”

“De esta manera, también en las encíclicas sociales la Iglesia hace suya la doctrina de Santo Tomás y si es así, la presencia del tomismo en la oficial doctrina social de la Iglesia exige un método definido respecto a las interpretaciones de las distintas expresiones y frases de los textos de las encíclicas sociales, a saber, el método del contexto, según el cual, en el caso de algunas dudas, todas las expresiones discutibles deberían ser interpretadas dentro del contexto no solamente inmediato, de la misma encíclica, sino también dentro del contexto general; pues bien, este contexto general es el tomismo”.[5]

Centro de Estudios Cívicos, Córdoba, agosto 17 de 2005.-

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[1] CELAM-Consejo Episcopal Latinoamericano. “Manual de Doctrina Social de la Iglesia”; Santafé de Bogotá, 1997, pg. 41.

[2] Sacheri, Carlos. “El orden natural”; Buenos Aires, Ediciones del Cruzamante, 1970, pgs. 18/19.

[3] CELAM, op. cit., pgs. 185/186.

[4] Ponferrada, Gustavo Eloy. “Introducción al tomismo”; Buenos Aires, Eudeba, 1970, pgs. 7/8.

[5] Poradowski, Miguel. “El tomismo en las encíclicas sociales”; en: Filosofar Cristiano, Nº 13-14, 1983, Córdoba, Asociación Católica Interamericana de Filosofía, pgs. 280/281.

Centro de Estudios Cívicos
, 17/08/2007

Epístola Encíclica


AETERNI PATRIS





DEL SUMO PONTÍFICE LEÓN XIII




SOBRE LA RESTAURACIÓN DE LA FILOSOFÍA CRISTIANA
CONFORME A LA DOCTRINA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

Venerables Hermanos:
Salud y bendición apostólica.

El Hijo Unigénito del Eterno Padre, que apareció sobre la tierra para traer al humano linaje la salvación y la luz de la divina sabiduría hizo ciertamente un grande y admirable beneficio al mundo cuando, habiendo de subir nuevamente a los cielos, mandó a los apóstoles que «fuesen a enseñar a todas las gentes» (Mt 28,19), y dejó a la Iglesia por él fundada por común y suprema maestra de los pueblos. Pues los hombres, a quien la verdad había libertado debían ser conservados por la verdad; ni hubieran durado por largo tiempo los frutos de las celestiales doctrinas, por los que adquirió el hombre la salud, si Cristo Nuestro Señor no hubiese constituido un magisterio perenne para instruir los entendimientos en la fe. Pero la Iglesia, ora animada con las promesas de su divino autor, ora imitando su caridad, de tal suerte cumplió sus preceptos, que tuvo siempre por mira y fue su principal deseo enseñar la religión y luchar perpetuamente con los errores.








A esto tienden los diligentes trabajos de cada uno de los Obispos, a esto las leyes y decretos promulgados de los Concilios y en especial la cotidiana solicitud de los Romanos Pontífices, a quienes como a sucesores en el primado del bienaventurado Pedro, Príncipe de los Apóstoles, pertenecen el derecho y la obligación de enseñar y confirmar a sus hermanos en la fe. Pero como, según el aviso del Apóstol, «por la filosofía y la vana falacia» (Col 2,18) suelen ser engañadas las mentes de los fieles cristianos y es corrompida la sinceridad de la fe en los hombres, los supremos pastores de la Iglesia siempre juzgaron ser también propio de su misión promover con todas sus fuerzas las ciencias que merecen tal nombre, y a la vez proveer con singular vigilancia para que las ciencias humanas se enseñasen en todas partes según la regla de la fe católica, y en especial la filosofía, de la cual sin duda depende en gran parte la recta enseñanza de las demás ciencias.








Ya Nos, venerables hermanos, os advertimos brevemente, entre otras cosas, esto mismo, cuando por primera vez nos hemos dirigido a vosotros por cartas Encíclicas; pero ahora, por la gravedad del asunto y la condición de los tiempos, nos vemos compelidos por segunda vez a tratar con vosotros de establecer para los estudios filosóficos un método que no solo corresponda perfectamente al bien de la fe, sino que esté conforme con la misma dignidad de las ciencias humanas.

Si alguno fija la consideración en la acerbidad de nuestros tiempos, y abraza con el pensamiento la condición de las cosas que pública y privadamente se ejecutan, descubrirá sin duda la causa fecunda de los males, tanto de aquellos que hoy nos oprimen, como de los que tememos, consiste en que los perversos principios sobre las cosas divinas y humanas, emanados hace tiempo de las escuelas de los filósofos, se han introducido en todos los órdenes de la sociedad recibidos por el común sufragio de muchos. Pues siendo natural al hombre que en el obrar tenga a la razón por guía, si en algo falta la inteligencia, fácilmente cae también en lo mismo la voluntad; y así acontece que la perversidad de las opiniones, cuyo asiento está en la inteligencia, influye en las acciones humanas y las pervierte. Por el contrario, si está sano el entendimiento del hombre y se apoya firmemente en sólidos y verdaderos principios, producirá muchos beneficios de pública y privada utilidad. Ciertamente no atribuimos tal fuerza y autoridad a la filosofía humana, que la creamos suficiente para rechazar y arrancar todos los errores; pues así como cuando al principio fue instituida la religión cristiana, el mundo tuvo la dicha de ser restituido a su dignidad primitiva, mediante la luz admirable de la fe, «no con las persuasivas palabras de la humana sabiduría, sino en la manifestación del espíritu y de la virtud» (1Cor 2,4) así también al presente debe esperarse principalísimamente del omnipotente poder de Dios y de su auxilio, que las inteligencias de los hombres, disipadas las tinieblas del error, vuelvan a la verdad. Pero no se han de despreciar ni posponer los auxilios naturales, que por beneficio de la divina sabiduría, que dispone fuerte y suavemente todas las cosas, están a disposición del género humano, entre cuyos auxilios consta ser el principal el recto uso de la filosofía.








No en vano imprimió Dios en la mente humana la luz de la razón, y dista tanto de apagar o disminuir la añadida luz de la fe la virtud de la inteligencia, que antes bien la perfecciona, y aumentadas sus fuerzas, la hace hábil para mayores empresas. Pide, pues, el orden de la misma Providencia, que se pida apoyo aun a la ciencia humana, al llamar a los pueblos a la fe y a la salud: industria plausible y sabia que los monumentos de la antigüedad atestiguan haber sido practicada por los preclarísimos Padres de la Iglesia. Estos acostumbraron a ocupar la razón en muchos e importantes oficios, todos los que compendió brevísimamente el grande Agustín, «atribuyendo a esta ciencia... aquello con que la fe salubérrima... se engendra, se nutre, se defiende, se consolida» (1).

En primer lugar, la filosofía, si se emplea debidamente por los sabios, puede de cierto allanar y facilitar de algún modo el camino a la verdadera fe y preparar convenientemente los ánimos de sus alumnos a recibir la revelación; por lo cual, no sin injusticia, fue llamada por los antiguos, «ora previa institución a la fe cristiana» (2), «ora preludio y auxilio del cristianismo» (3), «ora pedagogo del Evangelio» (4).

Y en verdad, nuestro benignísimo Dios, en lo que toca a las cosas divinas no nos manifestó solamente aquellas verdades para cuyo conocimiento es insuficiente la humana inteligencia, sino que manifestó también algunas, no del todo inaccesibles a la razón, para que sobreviniendo la autoridad de Dios al punto y sin ninguna mezcla de error, se hiciesen a todos manifiestas. De aquí que los mismos sabios, iluminados tan solo por la razón natural hayan conocido, demostrado y defendido con argumentos convenientes algunas verdades que, o se proponen como objeto de fe divina, o están unidas por ciertos estrechísimos lazos con la doctrina de la fe. «Porque las cosas de él invisibles se ven después de la creación del mundo, consideradas por las obras criadas aun su sempiterna virtud y divinidad» (Rom 1, 20), y «las gentes que no tienen la ley... sin embargo, muestran la obra de la ley escrita en sus corazones» (Rom 11. 14, 15). Es, pues, sumamente oportuno que estas verdades, aun reconocidas por los mismos sabios paganos, se conviertan en provecho y utilidad de la doctrina revelada, para que, en efecto, se manifieste que también la humana sabiduría y el mismo testimonio de los adversarios favorecen a la fe cristiana; cuyo modelo de obrar consta que no ha sido recientemente introducido, sino que es antiguo, y fue usado muchas veces por los Santos Padres de la Iglesia. Aun más: estos venerables testigos y custodios de las tradiciones religiosas reconocen cierta norma de esto, y casi una figura en el hecho de los hebreos que, al tiempo de salir de Egipto, recibieron el mandato de llevar consigo los vasos de oro y plata de los egipcios, para que, cambiado repentinamente su uso, sirviese a la religión del Dios verdadero aquella vajilla, que antes había servido para ritos ignominiosos y para la superstición. Gregorio Neocesarense (5) alaba a Orígenes, porque convirtió con admirable destreza muchos conocimientos tomados ingeniosamente de las máximas de los infieles, como dardos casi arrebatados a los enemigos, en defensa de la filosofía cristiana y en perjuicio de la superstición.








Y el mismo modo de disputar alaban y aprueban en Basilio el Grande, ya Gregorio Nacianceno (6), ya Gregorio Niseno (7), y Jerónimo le recomienda grandemente en Cuadrato, discípulo de los Apóstoles, en Arístides, en Justino, en Ireneo y otros muchos (8). Y Agustín dice: «¿No vemos con cuánto oro y plata, y con qué vestidos salió cargado de Egipto Cipriano, doctor suavísimo y mártir beatísimo? ¿Con cuánto Lactancio? ¿Con cuánto Victorino, Optato, Hilario? Y para no hablar de los vivos, ¿con cuánto innumerables griegos?» (9). Verdaderamente, si la razón natural dio tan ópima semilla de doctrina antes de ser fecundada con la virtud de Cristo, mucho más abundante la producirá ciertamente después que la gracia del Salvador restauró y enriqueció las fuerzas naturales de la humana mente. ¿Y quién no ve que con este modo de filosofar se abre un camino llano y practicable a la fe?

No se circunscribe, no obstante, dentro de estos límites la utilidad que dimana de aquella manera de filosofar. Y realmente, las páginas de la divina sabiduría reprenden gravemente la necedad de aquellos hombres «que de los bienes que se ven no supieron conocer al que es, ni considerando las obras reconocieron quien fuese su artífice» (Sap 13,1). Así en primer lugar el grande y excelentísimo fruto que se recoge de la razón humana es el demostrar que hay un Dios: «pues por la grandeza de la hermosura de la criatura se podrá a las claras venir en conocimiento del Criador de ellas» (Sap 13,5).








Después demuestra (la razón) que Dios sobresale singularmente por la reunión de todas las perfecciones, primero por la infinita sabiduría, a la cual jamás puede ocultarse cosa alguna, y por la suma justicia a la cual nunca puede vencer afecto alguno perverso; por lo mismo que Dios no solo es veraz, sino también la misma verdad, incapaz de engañar y de engañarse. De lo cual se sigue clarísimamente que la razón humana granjea a la palabra de Dios plenísima fe y autoridad. Igualmente la razón declara que la doctrina evangélica brilló aun desde su origen por ciertos prodigios, como argumentos ciertos de la verdad, y que por lo tanto todos los que creen en el Evangelio no creen temerariamente, como si siguiesen doctas fábulas (cf. 2Petr 1, 16), sino que con un obsequio del todo racional, sujetan su inteligencia y su juicio a la divina autoridad. Entiéndase que no es de menor precio el que la razón ponga de manifiesto que la iglesia instituida por Cristo, como estableció el Concilio Vaticano «por su admirable propagación, eximia santidad e inagotable fecundidad en todas las religiones, por la unidad católica, e invencible estabilidad, es un grande y perenne motivo de credibilidad y testimonio irrefragable de su divina misión» (10).

Puestos así estos solidísimos fundamentos, todavía se requiere un uso perpetuo y múltiple de la filosofía para que la sagrada teología tome y vista la naturaleza, hábito e índole de verdadera ciencia. En ésta, la más noble de todas las ciencias, es grandemente necesario que las muchas y diversas partes de las celestiales doctrinas se reúnan como en un cuerpo, para que cada una de ellas, convenientemente dispuesta en su lugar, y deducida de sus propios principios, esté relacionada con las demás por una conexión oportuna; por último, que todas y cada una de ellas se confirmen en sus propios e invencibles argumentos. Ni se ha de pasar en silencio o estimar en poco aquel más diligente y abundante conocimiento de las cosas, que de los mismos misterios de la fe, que Agustín y otros Santos Padres alabaron y procuraron conseguir, y que el mismo Concilio Vaticano (11) juzgó fructuosísima, y ciertamente conseguirán más perfecta y fácilmente este conocimiento y esta inteligencia aquellos que, con la integridad de la vida y el amor a la fe, reúnan un ingenio adornado con las ciencias filosóficas, especialmente enseñando el Sínodo Vaticano, que esta misma inteligencia de los sagrados dogmas conviene tomarla «ya de la analogía de las cosas que naturalmente se conocen, ya del enlace de los mismos misterios entre sí y con el fin último del hombre» (12).

Por último, también pertenece a las ciencias filosóficas, defender religiosamente las verdades enseñadas por revelación y resistir a los que se atrevan a impugnarlas. Bajo este respecto es grande alabanza de la filosofía el ser considerada baluarte de la fe y como firme defensa de la religión. Como atestigua Clemente Alejandrino, «es por sí misma perfecta la doctrina del Salvador y de ninguno necesita, siendo virtud y sabiduría de Dios. La filosofía griega, que se le une, no hace más poderosa la verdad; pero haciendo débiles los argumentos de los sofistas contra aquella, y rechazando las engañosas asechanzas contra la misma, fue llamada oportunamente cerca y valla de la viña» (13). Ciertamente, así como los enemigos del nombre cristiano para pelear contra la religión toman muchas veces de la razón filosófica sus instrumentos bélicos; así los defensores de las ciencias divinas toman del arsenal de la filosofía muchas cosas con que poder defender los dogmas revelados. Ni se ha de juzgar que obtenga pequeño triunfo la fe cristiana, porque las armas de los adversarios, preparadas por arte de la humana razón para hacer daño, sean rechazadas poderosa y prontamente por la misma humana razón.

Esta especie de religioso combate fue usado por el mismo Apóstol de las gentes, como lo recuerda San Jerónimo escribiendo a Magno: «Pablo, capitán del ejército cristiano, es orador invicto, defendiendo la causa de Cristo, hace servir con arte una inscripción fortuita para argumento de la fe; había aprendido del verdadero David a arrancar la espada de manos de los enemigos, y a cortar la cabeza del soberbio Goliat con su espada» (14). Y la misma Iglesia no solamente aconseja, sino que también manda que los doctores católicos pidan este auxilio a la filosofía. Pues el Concilio Lateranense V, después de establecer que «toda aserción contraria a la verdad de la fe revelada es completamente falsa, porque la verdad jamás se opuso a la verdad» (15), manda a los Doctores de filosofía, que se ocupen diligentemente en resolver los engañosos argumentos, pues como testifica Agustino, «si se da una razón contra la autoridad de las Divinas Escrituras, por más aguda que sea, engañará con la semejanza de verdad, pero no puede ser verdadera» (16).

Mas para que la filosofía sea capaz de producir los preciosos frutos que hemos recibido, es de todo punto necesario que jamás se aparte de aquellos trámites que siguió la veneranda antigüedad de los Padres y aprobó el Sínodo Vaticano con el solemne sufragio de la autoridad. En verdad está claramente averiguado que se han de aceptar muchas verdades del orden sobrenatural que superan con mucho las fuerzas de todas las inteligencias, la razón humana, conocedora de la propia debilidad, no se atreve a aceptar cosas superiores a ella, ni negar las mismas verdades, ni medirlas con su propia capacidad, ni interpretarlas a su antojo; antes bien debe recibirlas con plena y humilde fe y tener a sumo honor el serla permitido por beneficio de Dios servir como esclava y servidora a las doctrinas celestiales y de algún modo llegarlas a conocer. En todas estas doctrinas principales, que la humana inteligencia no puede recibir naturalmente, es muy justo que la filosofía use de su método, de sus principios y argumentos; pero no de tal modo que parezca querer sustraerse a la divina autoridad. Antes constando que las cosas conocidas por revelación gozan de una verdad indisputable, y que las que se oponen a la fe pugnan también con la recta razón, debe tener presente el filósofo católico que violará a la vez los derechos de la fe y la razón, abrazando algún principio que conoce que repugna a la doctrina revelada.

Sabemos muy bien que no faltan quienes, ensalzando más de lo justo las facultades de la naturaleza humana, defiendan que la inteligencia del hombre, una vez sometida a la autoridad divina, cae de su natural dignidad, está ligada y como impedida para que no pueda llegar a la cumbre de la verdad y de la excelencia. Pero estas doctrinas están llenas de error y de falacia, y finalmente tienden a que los hombres con suma necedad, y no sin el crimen de ingratitud, repudien las más sublimes verdades y espontáneamente rechacen el beneficio de la fe, de la cual aun para la sociedad civil brotaron las fuentes de todos los bienes. Pues hallándose encerrada la humana mente en ciertos y muy estrechos límites, está sujeta a muchos errores y a ignorar muchas cosas. Por el contrario, la fe cristiana, apoyándose en la autoridad de Dios, es maestra infalible de la verdad, siguiendo la cual ninguno cae en los lazos del error, ni es agitado por las olas de inciertas opiniones. Por lo cual, los que unen el estudio de la filosofía con la obediencia a la fe cristiana, razonan perfectamente, supuesto que el esplendor de las divinas verdades, recibido por el alma, auxilia la inteligencia, a la cual no quita nada de su dignidad, sino que la añade muchísima nobleza, penetración y energía. Y cuando dirigen la perspicacia del ingenio a rechazar las sentencias que repugnan a la fe y a aprobar las que concuerdan con ésta, ejercitan digna y utilísimamente la razón: pues en lo primero descubren las causas del error y conocen el vicio de los argumentos, y en lo último están en posesión de las razones con que se demuestra sólidamente y se persuade a todo hombre prudente de la verdad de dichas sentencias. El que niegue que con esta industria y ejercicio se aumentan las riquezas de la mente y se desarrollan sus facultades, es necesario que absurdamente pretenda que no conduce al perfeccionamiento del ingenio la distinción de lo verdadero y de lo falso. Con razón el Concilio Vaticano recuerda con estas palabras los beneficios que a la razón presta la fe: «La fe libra y defiende a la razón de los errores y la instruye en muchos conocimientos» (17). Y por consiguiente el hombre, si lo entendiese, no debía culpar a la fe de enemiga de la razón, antes bien debía dar dignas gracias a Dios, y alegrarse vehementemente de que entre las muchas causas de la ignorancia y en medio de las olas de los errores le haya iluminado aquella fe santísima, que como amiga estrella indica el puerto de la verdad, excluyendo todo temor de errar.

Porque, Venerables hermanos, si dirigís una mirada a la historia de la filosofía, comprenderéis que todas las cosas que poco antes hemos dicho se comprueban con los hechos. Y ciertamente de los antiguos filósofos, que carecieron del beneficio de la fe, aun los que son considerados como más sabios, erraron pésimamente en muchas cosas, falsas e indecorosas, cuantas inciertas y dudosas entre algunas verdaderas, enseñaron sobre la verdadera naturaleza de la divinidad, sobre el origen primitivo de las cosas sobre el gobierno del mundo, sobre el conocimiento divino de las cosas futuras, sobre la causa y principio de los males, sobre el último fin del hombre y la eterna bienaventuranza, sobre las virtudes y los vicios y sobre otras doctrinas cuyo verdadero y cierto conocimiento es la cosa más necesaria al género humano.

Por el contrario, los primeros Padres y Doctores de la Iglesia, que habían entendido muy bien que por decreto de la divina voluntad el restaurador de la ciencia humana era también jesucristo, que es la virtud de Dios y su sabiduría (1Cor 1,24), y «en el cual están escondidos los tesoros de la sabiduría» (Col 2,3), trataron de investigar los libros de los antiguos sabios y de comparar sus sentencias con las doctrinas reveladas, y con prudente elección abrazaron las que en ellas vieron perfectamente dichas y sabiamente pensadas, enmendando o rechazando las demás. Pues así como Dios, infinitamente próvido, suscitó para defensa de la Iglesia mártires fortísimos, pródigos de sus grandes almas, contra la crueldad de los tiranos, así a los falsos filósofos o herejes opuso varones grandísimos en sabiduría, que defendiesen, aun con el apoyo de la razón el depósito de las verdades reveladas. Y así desde los primeros días de la Iglesia la doctrina católica tuvo adversarios muy hostiles que, burlándose de dogmas e instituciones de los cristianos, sostenían la pluralidad de los dioses, que la materia del mundo careció de principio y de causa, y que el curso de las cosas se conservaba mediante una fuerza ciega y una necesidad fatal y no era dirigido por el consejo de la Divina Providencia. Ahora bien; con estos maestros de disparatada doctrina disputaron oportunamente aquellos sabios que llamamos Apologistas, quienes precedidos de la fe usaron también los argumentos de la humana sabiduría con los que establecieron que debe ser adorado un sólo Dios, excelentísimo en todo género de perfecciones, que todas las cosas que han sido sacadas de la nada por su omnipotente virtud, subsisten por su sabiduría y cada una se mueve y dirige a sus propios fines. Ocupa el primer puesto entre estos San Justino mártir, quien después de haber recorrido las más célebres academias de los griegos para adquirir experiencia, y de haber visto, como él mismo confiesa a boca llena, que la verdad solamente puede sacarse de las doctrinas reveladas, abrazándolas con todo el ardor de su espíritu, las purgó de calumnias, ante los Emperadores romanos, y en no pocas sentencias de los filósofos griegos convino con éstos. Lo mismo hicieron excelentemente por este tiempo Quadrato y Aristides, Hermias y Atenágoras. Ni menos gloria consiguió por el mismo motivo Ireneo, mártir invicto y Obispo de la iglesia de Lyón, quien refutando valerosamente las perversas opiniones de los orientales diseminadas merced a los gnósticos por todo el imperio romano, «explicó, según San Jerónimo, los principios de cada una de las herejías y de qué fuentes filosóficas dimanaron»(18). Todos conocen las disputas de Clemente Alejandrino, que el mismo Jerónimo, para honrarlas, recuerda así: «¿Qué hay en ellas de indocto? y más, ¿qué no hay de la filosofía media?» (19). El mismo trató con increíble variedad de muchas cosas utilísimas para fundar la filosofía de la historia, ejercitar oportunamente la dialéctica, establecer la concordia entre la razón y la fe. Siguiendo a éste Orígenes, insigne en el magisterio de la iglesia alejandrina, eruditísimo en las doctrinas de los griegos y de los orientales, dio a luz muchos y eruditos volúmenes para explicar las sagradas letras y para ilustrar los dogmas sagrados, cuyas obras, aunque como hoy existen no carezcan absolutamente de errores, contienen, no obstante, gran cantidad de sentencias, con las que se aumentan las verdades naturales en número y en firmeza. Tertuliano combate contra los herejes con la autoridad de las sagradas letras, y con los filósofos, cambiando el género de armas filosóficamente, y convence a éstos tan sutil y eruditamente que a las claras y con confianza les dice: «Ni en la ciencia ni el arte somos igualados, como pensáis vosotros» (20).
Arnovio, en los libros publicados contra los herejes, y Lactancio, especialmente en sus instituciones divinas, se esfuerzan valerosamente por persuadir a los hombres con igual elocuencia y gallardía de la verdad de los preceptos de la sabiduría cristiana, no destruyendo la filosofía, como acostumbran los académicos (21), sino convenciendo a aquellos, en parte con sus propias armas, y en parte con las tomadas de la lucha de los filósofos entre sí (22).

Las cosas que del alma humana, de los divinos atributos y otras cuestiones de suma importancia dejaron escritas el gran Atanasio y Crisóstomo el Príncipe de los oradores, de tal manera, a juicio de todos, sobresalen, que parece no poderse añadir casi nada a su ingeniosidad y riqueza. Y para no ser pesados en enumerar cada uno de los apologistas, añadimos el catálogo de los excelsos varones de que se ha hecho mención, a Basilio el Grande y a los dos Gregorios, quienes habiendo salido de Atenas, emporio de las humanas letras, equipados abundantemente con todo el armamento de la filosofía, convirtieron aquellas mismas ciencias, que con ardoroso estudio habían adquirido, en refutar a los herejes e instruir a los cristianos. Pero a todos arrebató la gloria Agustín, quien de ingenio poderoso, e imbuido perfectamente en las ciencias sagradas y profanas, lucho acérrimamente contra todos los errores de sus tiempos con fe suma y no menor doctrina. ¿Qué punto de la filosofía no trató y, aun más, cuál no investigó diligentísimamente, ora cuando proponía a los fieles los altísimos misterios de la fe y los efendía contra los furiosos ímpetus de los adversarios, ora cuando, reducidas a la nada las fábulas de los maniqueos o académicos, colocaba sobre tierra firme los fundamentos de la humana ciencia y su estabilidad, o indagaba la razón del origen, y las causas de los males que oprimen al género humano? ¿Cuánto no discutió sutilísimamente acerca de los ángeles, del alma, de la mente humana, de la voluntad y del libre albedrío, de la religión y de la vida bienaventurada, y aun de la misma naturaleza de los cuerpos mudables? Después de este tiempo en el Oriente Juan Damasceno, siguiendo las huellas de Basilio y Gregorio de Nacianzo, y en Occidente Boecio y Anselmo, profesando las doctrinas de Agustín, enriquecieron muchísimo el patrimonio de la filosofía.

Enseguida los Doctores de la Edad Media, llamados escolásticos, acometieron una obra magna, a saber: reunir diligentemente las fecundas y abundantes mieses de doctrina, refundidas en las voluminosas obras de los Santos Padres, y reunidas, colocarlas en un solo lugar para uso y comodidad de los venideros. Cuál sea el origen la índole y excelencia de la ciencia escolástica, es útil aquí, Venerables hermanos, mostrarlo más difusamente con las palabras de sapientísimo varón, nuestro predecesor, Sixto V: «Por don divino de Aquél, único que da el espíritu de la ciencia, de la sabiduría y del entendimiento, y que enriquece con nuevos beneficios a su Iglesia en las cadenas de los siglos, según lo reclama la necesidad, y la provee de nuevos auxilios fue hallada por nuestros santísimos mayores la teología escolástica, la cual cultivaron y adornaron principalísimamente dos gloriosos Doctores, el angélico Santo Tomás y el seráfico San Buenaventura, clarísimos Profesores de esta facultad... con ingenio excelente, asiduo estudio, grandes trabajos y vigilias, y la legaron a la posteridad, dispuesta óptimamente y explicada con brillantez de muchas maneras. Y, en verdad, el conocimiento y ejercicio de esta saludable ciencia, que fluye de las abundantísimas fuentes de las diversas letras, Sumos Pontífices, Santos Padres y Concilios, pudo siempre proporcionar grande auxilio a la Iglesia, ya para entender e interpretar verdadera y sanamente las mismas Escrituras, ya para leer y explicar más segura y útilmente los Padres, ya para descubrir y rebatir los varios errores y herejías; pero en estos últimos días, en que llegaron ya los tiempos peligrosos descritos por el Apóstol, y hombres blasfemos, soberbios, seductores, crecen en maldad, errando e induciendo a otros a error, es en verdad sumamente necesaria para confirmar las dogmas de la fe católica y para refutar las herejías.» (23)

Palabras son éstas que, aunque parezcan abrazar solamente la teología escolástica, está claro que deben entenderse también de la filosofía y sus alabanzas. Pues las preclaras dotes que hacen tan temible a los enemigos de la verdad la teología escolástica, como dice el mismo Pontífice «aquella oportuna y enlazada coherencia de causas y de cosas entre sí, aquel orden y aquella disposición como la formación de los soldados en batalla, aquellas claras definiciones y distinciones, aquella firmeza de los argumentos y de las agudísimas disputas en que se distinguen la luz de las tinieblas, lo verdadero de lo falso, las mentiras de los herejes envueltas en muchas apariencias y falacias, que como si se les quitase el vestido aparecen manifiestas y desnudas» (24); estas excelsas y admirables dotes, decimos, se derivan únicamente del recto uso de aquella filosofía que los maestros escolásticos, de propósito y con sabio consejo, acostumbraron a usar frecuentemente aun en las disputas filosóficas. Además, siendo propio y singular de los teólogos escolásticos el haber unido la ciencia humana y divina entre sí con estrechísimo lazo, la teología, en la que sobresalieron, no habría obtenido tantos honores y alabanzas de parte de los hombres si hubiesen empleado una filosofía manca e imperfecta o ligera.

Ahora bien: entre los Doctores escolásticos brilla grandemente Santo Tomás de Aquino, Príncipe y Maestro de todos, el cual, como advierte Cayetano, «por haber venerado en gran manera los antiguos Doctores sagrados, obtuvo de algún modo la inteligencia de todos» (25). Sus doctrinas, como miembros dispersos de un cuerpo, reunió y congregó en uno Tomás, dispuso con orden admirable, y de tal modo las aumentó con nuevos principios, que con razón y justicia es tenido por singular apoyo de la Iglesia católica; de dócil y penetrante ingenio, de memoria fácil y tenaz, de vida integérrima, amador únicamente de la verdad, riquísimo en la ciencia divina y humana, comparado al sol, animó al mundo con el calor de sus virtudes, y le iluminó con esplendor. No hay parte de la filosofía que no haya tratado aguda y a la vez sólidamente: trató de las leyes del raciocinio, de Dios y de las substancias incorpóreas, del hombre y de otras cosas sensibles, de los actos humanos y de sus principios, de tal modo, que no se echan de menos en él, ni la abundancia de cuestiones, ni la oportuna disposición de las partes, ni la firmeza de los principios o la robustez de los argumentos, ni la claridad y propiedad del lenguaje, ni cierta facilidad de explicar las cosas abstrusas.

Añádese a esto que el Doctor Angélico indagó las conclusiones filosóficas en las razones y principios de las cosas, los que se extienden muy latamente, y encierran como en su seno las semillas de casi infinitas verdades, que habían de abrirse con fruto abundantísimo por los maestros posteriores. Habiendo empleado este método de filosofía, consiguió haber vencido él solo los errores de los tiempos pasados, y haber suministrado armas invencibles, para refutar los errores que perpetuamente se han de renovar en los siglos futuros. Además, distinguiendo muy bien la razón de la fe, como es justo, y asociándolas, sin embargo amigablemente, conservó los derechos de una y otra, proveyó a su dignidad de tal suerte, que la razón elevada a la mayor altura en alas de Tomás, ya casi no puede levantarse a regiones más sublimes, ni la fe puede casi esperar de la razón más y más poderosos auxilios que los que hasta aquí ha conseguido por Tomás.

Por estas razones, hombres doctísimos en las edades pasadas, y dignísimos de alabanza por su saber teológico y filosófico, buscando con indecible afán los volúmenes inmortales de Tomás, se consagraron a su angélica sabiduría, no tanto para perfeccionarle en ella, cuanto para ser totalmente por ella sustentados. Es un hecho constante que casi todos los fundadores y legisladores de las órdenes religiosas mandaron a sus compañeros estudiar las doctrinas de Santo Tomás, y adherirse a ellas religiosamente, disponiendo que a nadie fuese lícito impunemente separarse, ni aun en lo más mínimo, de las huellas de tan gran Maestro. Y dejando a un lado la familia dominicana, que con derecho indisputable se gloria de este su sumo Doctor, están obligados a esta ley los Benedictinos, los Carmelitas, los Agustinos, los Jesuitas y otras muchas órdenes sagradas, como los estatutos de cada una nos lo manifiestan.

Y en este lugar, con indecible placer recuerda el alma aquellas celebérrimas Academias y escuelas que en otro tiempo florecieron en Europa, a saber: la parisiense, la salmanticense, la complutense, la duacense, la tolosana, la lovaniense, la patavina, la boloniana, la napolitana, la coimbricense y otras muchas. Nadie ignora que la fama de éstas creció en cierto modo con el tiempo, y que las sentencias que se les pedían cuando se agitaban gravísimas cuestiones, tenían mucha autoridad entre los sabios. Pues bien, es cosa fuera de duda que en aquellos grandes emporios del saber humano, como en su reino, dominó como príncipe Tomás, y que los ánimos de todos, tanto maestros como discípulos, descansaron con admirable concordia en el magisterio y autoridad del Doctor Angélico.

Pero lo que es más, los Romanos Pontífices nuestros predecesores, honraron la sabiduría de Tomás de Aquino con singulares elogios y testimonios amplísimos. Pues Clemente VI (26), Nicolás V (27), Benedicto XIII (28) y otros, atestiguan que la Iglesia universal es ilustrada con su admirable doctrina; San Pío V (29), confiesa que con la misma doctrina las herejías, confundidas y vencidas, se disipan, y el universo mundo es libertado cotidianamente; otros, con Clemente XII (30), afirman que de sus doctrinas dimanaron a la Iglesia católica abundantísimos bienes, y que él mismo debe ser venerado con aquel honor que se da a los Sumos Doctores de la Iglesia Gregorio, Ambrosio, Agustín y Jerónimo; otros, finalmente, no dudaron en proponer en las Academias y grandes liceos a Santo Tomás como ejemplar y maestro, a quien debía seguirse con pie firme. Respecto a lo que parecen muy dignas de recordarse las palabras del B. Urbano V: «Queremos, y por las presentes os mandamos, que adoptéis la doctrina del bienaventurado Tomás, como verídica y católica, y procuréis ampliarla con todas vuestras fuerzas» (31). Renovaron el ejemplo de Urbano en la Universidad de estudios de Lovaina Inocencio XII (32), y Benedicto XIV (33), en el Colegio Dionisiano de los Granatenses. Añádase a estos juicios de los Sumos Pontífices, sobre Tomás de Aquino, el testimonio de Inocencio VI, como complemento: «La doctrina de éste tiene sobre las demás, exceptuada la canónica, propiedad en las palabras, orden en las materias, verdad en las sentencias, de tal suerte, que nunca a aquellos que la siguieren se les verá apartarse del camino e la verdad, y siempre será sospechoso de error el que la impugnare» (34).

También los Concilios Ecuménicos, en los que brilla la flor de la sabiduría escogida en todo el orbe, procuraron perpetuamente tributar honor singular a Tomás de Aquino. En los Concilios de Lyón, de Viene, de Florencia y Vaticano, puede decirse que intervino Tomás en las deliberaciones y decretos de los Padres, y casi fue el presidente, peleando con fuerza ineluctable y faustísimo éxito contra los errores de los griegos, de los herejes y de los racionalistas. Pero la mayor gloria propia de Tomás, alabanza no participada nunca por ninguno de los Doctores católicos, consiste en que los Padres tridentinos, para establecer el orden en el mismo Concilio, quisieron que juntamente con los libros de la Escritura y los decretos de los Sumos Pontífices se viese sobre el altar la Suma de Tomás de Aquino, a la cual se pidiesen consejos, razones y oráculos.

Últimamente, también estaba reservada al varón incomparable obtener la palma de conseguir obsequios, alabanzas, admiración de los mismos adversarios del nombre católico. Pues está averiguado que no faltaron jefes de las facciones heréticas que confesasen públicamente que, una vez quitada de en medio la doctrina de Tomás de Aquino, «podían fácilmente entrar en combate con todos los Doctores católicos, y vencerlos y derrotar la Iglesia» (35). Vana esperanza, ciertamente, pero testimonio no vano.

Por esto, venerables hermanos, siempre que consideramos la bondad, la fuerza y las excelentes utilidades de su ciencia filosófica, que tanto amaron nuestros mayores, juzgamos, que se obró temerariamente no conservando siempre y en todas partes el honor que le es debido; constando especialmente que el uso continuo, el juicio de grandes hombres, y lo que es más el sufragio de la Iglesia, favorecían a la filosofía escolástica. Y en lugar de la antigua doctrina presentóse en varias partes cierta nueva especie de filosofía, de la cual no se recogieron los frutos deseados y saludables que la Iglesia y la misma sociedad civil habían anhelado. Procurándolo los novadores del siglo XVI, agradó el filosofar sin respeto alguno a la fe, y fue pedida alternativamente la potestad de escogitar según el gusto y el genio de cualesquiera cosas. Por cuyo motivo fue ya fácil que se multiplicasen más de lo justo los géneros de filosofía y naciesen sentencias diversas y contrarias entre sí aun, acerca de las cosas principales en los conocimientos humanos. De la multitud de las sentencias se pasó frecuentísimamente a las vacilaciones y a las dudas, y desde la lucha, cuán fácilmente caen en error los entendimientos de los hombres, no hay ninguno que lo ignore. Dejándose arrastrar los hombres por el ejemplo, el amor a la novedad pareció también invadir en algunas partes los ánimos de los filósofos católicos, los cuales, desechando el patrimonio de la antigua sabiduría, quisieron, mas con prudencia ciertamente poco sabia y no sin detrimento de las ciencias, hacer cosas nuevas, que aumentar y perfeccionar con las nuevas las antiguas. Pues esta múltiple regla de doctrina, fundándose en la autoridad y arbitrio de cada uno de los maestros, tiene fundamento variable, y por esta razón no hace a la filosofía firme, estable ni robusta como la antigua, sino fluctuante y movediza, a la cual, si acaso sucede que se la halla alguna vez insuficiente para sufrir el ímpetu de los enemigos, sépase que la causa y culpa de esto reside en ella misma. Y al decir esto no condenamos en verdad a aquellos hombres doctos e ingeniosos que ponen su industria y erudición y las riquezas de los nuevos descubrimientos al servicio de la filosofía; pues sabemos muy bien que con esto recibe incremento la ciencia. Pero se ha de evitar diligentísimamente no hacer consistir en aquella industria y erudición todo o el principal ejercicio de la filosofía. Del mismo modo se ha de juzgar de la Sagrada Teología, la cual nos agrada que sea ayudada e ilustrada con los múltiples auxilios de la erudición; pero es de todo punto necesario que sea tratada según la grave costumbre de los escolásticos, para que unidas en ella las fuerzas de la revelación y de la razón continúe siendo «defensa invencible de la fe» (36).

Con excelente consejo no pocos cultivadores de las ciencias filosóficas intentaron en estos últimos tiempos restaurar últimamente la filosofía, renovar la preclara doctrina de Tomás de Aquino y devolverla su antiguo esplendor.

Hemos sabido, venerables hermanos, que muchos de vuestro orden, con igual deseo han entrado gallardamente por esta vía con grande regocijo de nuestro ánimo. A los cuales alabamos ardientemente y exhortamos a permanecer en el plan comenzado; y a todos los demás de entre vosotros en particular os hacemos saber, que nada nos es más grato ni más apetecible que el que todos suministréis copiosa y abundantemente a la estudiosa juventud los ríos purísimos de sabiduría que manan en continua y riquísima vena del Angélico Doctor.

Los motivos que nos mueven a querer esto con grande ardor son muchos. Primeramente, siendo costumbre en nuestros días tempetuosos combatir la fe con las maquinaciones y las astucias de una falsa sabiduría, todos los jóvenes, y en especial los que se educan para esperanza de la Iglesia, deben ser alimentados por esto mismo con el poderoso y robusto pacto de doctrina, para que, potentes con sus fuerzas y equipados con suficiente armamento se acostumbren un tiempo a defender fuerte y sabiamente la causa de la religión, dispuesto siempre, según los consejos evangélicos, «a satisfacer a todo el que pregunte la razón de aquella esperanza que tenemos» (1Pet 3,15), y «exhortar con la sana doctrina y argüir a los que contradicen» (Tit 1,9). Además, muchos de los hombres que, apartando su espíritu de la fe, aborrecen las enseñanzas católicas, profesan que para ella es sólo la razón maestra y guía. Y para sanar a éstos y volverlos a la fe católica, además del auxilio sobrenatural de Dios, juzgamos que nada es más oportuno que la sólida doctrina de los Padres y de los escolásticos, los cuales demuestran con tanta evidencia y energía los firmísimos fundamentos de la fe, su divino origen, su infalible verdad, los argumentos con que se prueban, los beneficios que ha prestado al género humano y su perfecta armonía con la razón, cuanto basta y aun sobra para doblegar los entendimientos, aun los más opuestos y contrarios.

La misma sociedad civil y la doméstica, que se halla en el grave peligro que todos sabemos, a causa de la peste dominante de las perversas opiniones, viviría ciertamente más tranquila y más segura, si en las Academias y en las escuelas se enseñase doctrina más sana y más conforme con el magisterio de la enseñanza de la Iglesia, tal como la contienen los volúmenes de Tomás de Aquino. Todo lo relativo a la genuina noción de la libertad, que hoy degenera en licencia, al origen divino de toda autoridad, a las leyes y a su fuerza, al paternal y equitativo imperio de los Príncipes supremos, a la obediencia a las potestades superiores, a la mutua caridad entre todos; todo lo que de estas cosas y otras del mismo tenor es enseñado por Tomás, tiene una robustez grandísima e invencible para echar por tierra los principios del nuevo derecho, que, como todos saben, son peligrosos para el tranquilo orden de las cosas y para el público bienestar. Finalmente, todas las ciencias humanas deben esperar aumento y prometerse grande auxilio de esta restauración de las ciencias filosóficas por Nos propuesta. Porque todas las buenas artes acostumbraron tomar de la filosofía, como de la ciencia reguladora, la sana enseñanza y el recto modo, y de aquélla, como de común fuente de vida, sacar energía.

Una constante experiencia nos demuestra que, cuando florecieron mayormente las artes liberales, permaneció incólume el honor y el sabio juicio de la filosofía, y que fueron descuidadas y casi olvidadas, cuando la filosofía se inclinó a los errores o se enredó en inepcias. Por lo cual, aún las ciencias físicas que son hoy tan apreciadas y excitan singular admiración con tantos inventos, no recibirán perjuicio alguno con la restauración de la antigua filosofía, sino que, al contrario, recibirán grande auxilio. Pues para su fructuoso ejercicio e incremento, no solamente se han de considerar los hechos y se ha de contemplar la naturaleza, sino que de los hechos se ha de subir más alto y se ha de trabajar ingeniosamente para conocer la esencia de las cosas corpóreas, para investigar las leyes a que obedecen, y los principios de donde proceden su orden y unidad en la variedad, y la mutua afinidad en la diversidad. A cuyas investigaciones es maravillosa cuanta fuerza, luz y auxilio da la filosofía católica, si se enseña con un sabio método.

Acerca de lo que debe advertirse también que es grave injuria atribuir a la filosofía el ser contraria al incremento y desarrollo de las ciencias naturales. Pues cuando los escolásticos, siguiendo el sentir de los Santos Padres, enseñaron con frecuencia en la antropología, que la humana inteligencia solamente por las cosas sensibles se elevaba a conocer las cosas que carecían de cuerpo y de materia, naturalmente que nada era más útil al filósofo que investigar diligentemente los arcanos de la naturaleza y ocuparse en el estudio de las cosas físicas mucho y por mucho tiempo. Lo cual confirmaron con su conducta, pues Santo Tomás, el bienaventurado Alberto el Grande, y otros príncipes de los escolásticos no se consagraron a la contemplación de la filosofía, de tal suerte, que no pusiesen grande empeño en conocer las cosas naturales, y muchos dichos y sentencias suyos en este género de cosas los aprueban los maestros modernos, y confiesan estar conformes con la verdad. Además, en nuestros mismos días muchos y muy insignes Doctores de las ciencias físicas atestiguan clara y manifiestamente que entre las ciertas y aprobadas conclusiones de la física más reciente y los principios filosóficos de la Escuela, no existe verdadera pugna.

Nos, pues, mientras manifestamos que recibiremos con buena voluntad y agradecimiento todo lo que se haya dicho sabiamente, todo lo útil que se haya inventado y escogitado por cualquiera, a vosotros todos, venerables hermanos, con grave empeño exhortamos a que, para defensa y gloria de la fe católica, bien de la sociedad e incremento de todas las ciencias, renovéis y propaguéis latísimamente la áurea sabiduría de Santo Tomás. Decimos la sabiduría de Santo Tomás, pues si hay alguna cosa tratada por los escolásticos con demasiada sutileza o enseñada inconsideradamente; si hay algo menos concorde con las doctrinas manifiestas de las últimas edades, o finalmente, no laudable de cualquier modo, de ninguna manera está en nuestro ánimo proponerlo para ser imitado en nuestra edad. Por lo demás procuren los maestros elegidos inteligentemente por vosotros, insinuar en los ánimos de sus discípulos la doctrina de Tomás de Aquino, y pongan en evidencia su solidez y excelencia sobre todas las demás. Las Academias fundadas por vosotros, o las que habéis de fundar, ilustren y defiendan la misma doctrina y la usen para la refutación de los errores que circulan, Mas para que no se beba la supuesta doctrina por la verdadera, ni la corrompida por la sincera, cuidad de que la sabiduría de Tomás se tome de las mismas fuentes o al menos de aquellos ríos que, según cierta y conocida opinión de hombres sabios, han salido de la misma fuente y todavía corren íntegros y puros; pero de los que se dicen haber procedido de éstos y en realidad crecieron con aguas ajenas y no saludables, procurad apartar los ánimos de los jóvenes.

Muy bien conocemos que nuestros propósitos serán de ningún valor si no favorece las comunes empresas, Venerables hermanos, Aquel que en las divinas letras es llamado «Dios de las ciencias» (I Reg 2, 3) en las que también aprendemos «que toda dádiva buena y todo don perfecto viene de arriba, descendiendo del Padre de las luces» (Iac. 1, 17). Y además; «si alguno necesita de sabiduría, pida a Dios que da a todos abundantemente y no se apresure y se le dará» (Iac 1, 5).

También en esto sigamos el ejemplo del Doctor Angélico, que nunca se puso a leer y escribir sin haberse hecho propicio a Dios con sus ruegos, y el cual confesó cándidamente que todo lo que sabía no lo había adquirido tanto con su estudio y trabajo, sino que lo había recibido divinamente; y por lo mismo roguemos todos juntamente a Dios con humilde y concorde súplica que derrame sobre todos los hijos de la Iglesia el espíritu de ciencia y de entendimiento y les abra el sentido para entender la sabiduría. Y para percibir más abundantes frutos de la divina bondad, interponed también delante de Dios el patrocinio eficacísimo de la Virgen María, que es llamada asiento de la sabiduría, y a la vez tomad por intercesores al bienaventurado José, purísimo esposo de la Virgen María, y a los grandes Apóstoles Pedro y Pablo, que renovaron con la verdad el universo mundo corrompido por el inmundo cieno de los errores y le llenaron con la luz de la celestial sabiduría.

Por último, sostenidos con la esperanza del divino auxilio y confiados en vuestra diligencia pastoral, os damos amantísimamente en el Señor a todos vosotros, Venerables hermanos, a todo el Clero y pueblo, a cada uno de vosotros encomendado, la apostólica bendición, augurio de celestiales dones y testimonio de nuestra singular benevolencia.

Dado en Roma, en San Pedro a 4 de Agosto de 1879. En el año segundo de nuestro Pontificado.

León Papa XIII.


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Notas

(1) De Trin. lib. XIV, c. 1.

(2) Clem. Alex. Strom. lib. 1, c. 16; l. VII, c. 3.

(3) Orig. ad Greg. Thaum.

(4) Clem. Alex., Strom. I, c. 5.

(5) Orat. paneg. ad Orenig.

(6) Vit. Moys.

(7) Carm. 1, Iamb. 3.

(8) Epist. ad Magn.

(9) De doctr. christ. I. 11, c. 40.

(10) Const. dogm. de Fid. Cath., cap. 3.

(11) Const. dogm. de Fid. Cath. cap. 4.

(12) ibid.

(13) Strom. lib. 1, c. 20.

(14) Epist. ad Magn.

(15) Bulla Apostolicis Regiminis.

(16) Epist. 143 (al 7) ad Marcellin, n. 7.

(17) Const. dogm. de Fid. Cath., cap. 4.

(18) Epis. ad Magn.

(19) Epist. ad Magn.

(20) Apologet. §46.

(21) Inst. VII, cap. 7.

(22} De opif. Dei, cap. 21.

(23) Bulla Triumphantis, an. 1588.

(24) Bulla Triumphantis, an. 1588.

(25) In 2ª, 2ª, q. 148, a. 4, in fin.

(26) Bulla In Ordine.

(27) Breve ad FF. ad. Praedit. 1451.

(28) Bulla Pretiosus.

(29) Bulla Mirabilis.

(30) Bulla Verbo Dei.

(31) Const. 5ª dat die 3 Aug. 1368 ad Cancell. Univ. Tolos.

(32) Litt. in form. Brer., die 6 Febr. 1694.

(33) Litt. in form. Brer., die 21 Aug. 1752.

(34) Serm. de S. Tom.

(35) Beza Bucerus.

(36) Sixtus V, Bull. cit.