lunes, 28 de noviembre de 2022

DROGAS


 delivery en monopatín

 

"La esperanza solo se encuentra en la botella; la clientela del `hachís' (producto del cannabis) es la de los desesperados'' (Baudelaire)

 

POR JUAN ALBERTO YARÍA

 

La Prensa, 27.11.2022

 

Desde Constitución partían raudamente `puerta a puerta' la banda del monopatín eléctrico entregando cualquier tipo de droga. Las redes Instagram, Facebook, WhatsApp eran las señales de la contractualidad al instante. Ya no hace falta ir a buscar, así como Rappi o Pedidos Ya nos trae una comida, el mercado electrónico trae cualquier tipo de drogas (noticia publicada en la mayoría de los medios). Muchas instancias han cambiado en los últimos años en relación al tratamiento del consumidor de sustancias toxicomanigenas, y una de ellas es la facilidad del contacto y la venta que se ha masificado casi sin ningún control.­

 

La banda del monopatín eléctrico es un ejemplo de esto y hablando con porteros de la zona de Palermo me cuentan de la cantidad de motos que traen productos extraños para ellos (son drogas) que usan los vecinos de los departamentos y todo en un mutismo, mezcla de asombro y complicidad. Han aparecido últimamente varios muertos en departamentos por consumo de drogas y esto no tiene noticia más que en medios marginales. Surgen además distintas vías comerciales de cambio de objetos por drogas en un comercio que supera la imaginación de nosotros.­

 

Ante la nueva variedad de tipos de consumo y las distintas variables que intervienen en Gradiva realizamos un ateneo entre profesionales para pensar las nuevas realidades de nuestros pacientes y la gran complejidad de estos, todo en medio de una sociedad desfamiliarizada (tema recurrente en nuestros análisis).­

 

Esta sociedad desfamiliarizada va unida a un gran desvalimiento familiar y la necesidad de una cercanía terapéutica muy grande frente a la distancia creciente y en otros casos ausente de `padres modelo' (no olvidemos de que crecemos con modelos y lo que se oferta en la transmisión generacional son anti modelos). Esto va ligado a una sociedad desvinculada con `anemia' de normas y valores (anomia).­

 

Los `anticuerpos' de nuestro sistema inmunológico psicosocial son las tramas subjetivas con el amor como transmisor fundamental y la contención con límites todo en un contexto de valores que son la base del capital social y humano de los pueblos.­

 

AGENTE QUIMICO­

 

Analizar las adicciones es estudiar la interrelación entre el agente químico, la persona y sus vulnerabilidades, el contexto y no olvidemos de que somos el primer país en el consumo de cocaína en América Latina y el primer consumidor de alcohol en toda América incluyendo a los Estados Unidos. Con respecto a los agentes químicos han surgido nuevas drogas con compuestos altamente adictivos como el Tusi, en donde participan múltiples maestros en la química del cerebro (creada por el químico Alexander Shulgin en 1974) y en su destrucción al servicio del inmediatismo de un placer compulsivo. Fijémonos en el Tusi y también en la llamada cocaína rosada, con promoción de cantantes de música juvenil. La ketamina (agente disociativo de la personalidad), la cocaína, la metanfetamina, el MDMA (éxtasis que es promocionada como la droga del amor) son `bombas químicas' que alteran los neurotransmisores del cerebro y generan una gran compulsión y deseos de repetir su uso. Es una esclavitud asegurada.­

 

Las alucinaciones visuales (un paciente me decía que "al mirar a otro se veía a él mismo'') son frecuentes y todo en un ritmo electrónico en donde los sentidos quedan dormidos ante la invasión química. Con las luces estroboscópicas -fuente luminosa que emite destellos breves en rápida sucesión y que motiva la excitación junto a los sonidos en alta intensidad- configuran un `combo perfecto': drogas excitantes, música y luces hiper estimulantes. Es común la existencia de convulsiones y accidentes cerebrovasculares en el medio de una sobredosis. ­

 

Tenemos pacientes que no pueden ir a la casa porque el padre es `dealer' y la madre esta amenazada. Al paciente le dije que la comunidad es su casa: "Aquí estudiarás o aprenderás un oficio''. También hay pacientes que sus padres murieron consumiendo cocaína y él quedo solo con un carnet de la obra social o de la medicina prepaga que algún otro familiar paga. Desde la comunidad terapéutica, como casa, trabaja y vuelve a la tarde. Las nuevas realidades clínicas.­

 

Todo esto ligado a un neuro-marketing que banaliza los daños, cancela la prevención y defiende la plusvalía a costa de la creación de múltiples clientes que enferman y son desechados como `descarte' en el silencio genocida.­

 

VULNERABILIDADES­

 

Hay vulnerabilidades por doquier: incesto, abusos, violencia. Cuando el paciente intima con los terapeutas en el consultorio o en un grupo salen a la luz heridas emocionales muy cruentas, que no pudo elaborar, y son cicatrices abiertas que buscaron una anestesia fallida (las drogas). La propia Asociación Argentina de Pediatría alerta sobre el consumo voraz de alcohol en púberes y adolescentes; tema no tratado por los medios como eje del futuro de un país.­

 

Otro hecho clave son los abandonos infantiles y acá debemos recordar los verdaderos del troquelado y la conformación del cerebro ante estas heridas emocionales: apego temprano y troquelado de las redes neuronales parecen ir de la mano; a mayor desvalimiento infantil, mayor posibilidad de un crecimiento vulnerable con un aumento de la actividad noradrenérgica y la baja de la actividad serotoninérgica y el aumento del eje hipotalámico con estados de alerta permanente (el distress, la hiperkinesia infantil y los ataques de pánico tienen un suelo nutricio). O sea, se crece en forma anómala con un estado de aceleración y de transgresión permanente.­

 

Esta intemperie masiva va generando una multitud de desaparecidos sin nombre; multitudes que están "en la identidad del anonimato de los nadies''. Surgen identidades marginales, ya que la calle o la plaza son los lugares buscados.­

 

La adicción va asegurando la manipulación y el control sociales con el silencio de los manipulados; todo esto asegura un disciplinamiento social al servicio de múltiples intereses, ya que se van formando clanes que se ofertan a los poderes de turno.­

 

CONTEXTOS­

 

La desfamiliarización y la desvinculación parecen ser la barbarie de hoy. Renunciamos con las drogas masivamente distribuidas a la carta de los pueblos de occidente, o sea a la "lucidez y la razón''; desde Grecia no se aceptaba aquello que enturbiaba la realidad, pero ahora parece que sí. Y esto no es gratis, pero asegura el control de poblaciones. Este hecho es paralelo a la caída de la noción de parentesco y de la identificación simbólica, y el joven queda naufragando en la identidad colectiva en un mundo de marcas sujeto al marketing. La Argentina es uno de los países más bajos en crecimiento de la natalidad y lidera el antinatalismo de la región (tema tampoco analizado).­

 

Bajó el 34 por ciento la fecundidad entre 2014 y 2020. En 1950 había 3,3 niños por mujer, en 2010 2,2 y ahora 1,55. Podemos convertirnos en un gran geriátrico de individualidades disgregadas, solitarias y enfrentadas (fuente Noti-Vida e Hispanidad).­

 

El progreso al `homo sapiens' nos transforma en homo `demens' (deterioro creciente de las funciones cerebrales) con daños en funciones humanizantes, claves con el deterioro frontotemporal que es el desmontaje del CEO del cerebro, áreas claves en la empatía (alojamiento del otro). Kohon Goldberg (Premio Nobel de Medicina) explica que el lóbulo frontal hace a la civilización y la civilización hace al lóbulo frontal. Todo esto queda alterado.­

 

Así se van configurando los `nadies de hoy' con cuatro elementos claves de los `nuevos crónicos de hoy': patología con déficits cognitivos; deterioro clínico y síntomas negativos, discapacidad y minusvalía en la competencia social, déficit de red social de soportes y familiar.­

 

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva - Rehabilitación en adicciones

sábado, 19 de noviembre de 2022

LOS TIEMPOS DEL ANTICRISTO


 explicados por Müller


Luisella Scrosati

 

Brújula cotidiana, 19-11-2022

 

La renuncia a la verdad resultante de la “muerte de Dios” ha conducido al relativismo moral y a una “religión civil” en la que no hay lugar para la fe en Cristo. En la revista Cardinalis, el cardenal Müller ayuda a que los cristianos reconozcan los tiempos apocalípticos que estamos viviendo. Incluso en el Vaticano todo está al revés. Pero queda un pequeño rebaño que se apoya y sostiene en la promesa de Jesús.

 

El Anticristo. La última generación de iluministas atrapados dentro de la alta tecnología, la transición ecológica y los sueños transhumanistas sonríen en cuanto se menciona. Poco importa si son sonrisas de adhesión complaciente a este “salvador de la humanidad” o sonrisas de quienes se consideran superiores a estos rumores ancestrales. Muchos pastores y teólogos de la Iglesia también sonríen, exudando un cierto aire altanero con respecto a estos temas medievales que la crítica bíblica y teológica ya ha descalificado sustancialmente como legados de una fe que aún no estaba suficientemente madura e ilustrada.

 

Sin embargo, hay pocos motivos para reír y sonreír. La época eclesial que ha hecho del (supuesto) discernimiento de los signos de los tiempos su punto de honor, muestra su incurable ceguera en su incapacidad para reconocer el tiempo en que vivimos, mereciendo el reproche del Señor Jesús por hipocresía: “Hipócritas, la apariencia de la tierra y de los cielos sabéis reconocerla; ¿cómo es que no sabéis reconocer este tiempo?” (Lc 12,56). Hace dos mil años, Cristo pisó el suelo de Palestina y los suyos no lo reconocieron; hoy, el Anticristo pisa a los hombres, engañándolos y oprimiéndolos en todos los sentidos, y casi ninguno de los centinelas de Israel se da cuenta. Casi.

 

En la última entrevista con Peter Seewald realizada como apéndice de la extensa biografía sobre el Papa emérito, Benedicto XVI había hablado, de hecho, explícitamente del Anticristo que actúa en el “credo anticristiano” que se impone por todas partes y que castiga “con la excomunión social” a quien lo desafía (ver aquí).

 

Hoy, en tono decididamente más fuerte, es el cardenal Gerhard L. Müller, en una contribución para la revista Cardinalis (nº 3, octubre 2022, pp. 20-23), quien sacude las conciencias de sus hermanos cardenales y de todos los cristianos para que reconozcan los tiempos apocalípticos que estamos viviendo (ver aquí).

 

Todo está al revés: la muerte de Eugenio Scalfari levanta voces de admiración en el Vaticano, mientras que para el cardenal Zen sólo hay silencios vergonzosos; los ateos, los partidarios del género, los abortistas y los belicistas desfilan junto al Papa, mientras que los fieles son despedidos con la acusación de dogmatismo, rigorismo y rigidez. Se tolera a los organizadores fracasados del Sínodo alemán, mientras se apalea a los sacerdotes y fieles amantes de la antigua liturgia. Hay razones suficientes para preguntarse seriamente: “¿Se verá la Iglesia católica abrumada por el abismo devastador de la secularización y acabará por ser arrollada por el sentimiento nihilista de la ‘muerte de Dios’? [...] ¿Se ha instalado ya el ‘Anticristo’?”. Y de nuevo: “En toda esta confusión doctrinal y moral, ¿sigue siendo ‘la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad’ (1Tm 3,15)? ¿Sigue siendo válida en estos tiempos apocalípticos la promesa de Jesús a Pedro de que las puertas del infierno no prevalecerán sobre su Iglesia (Mt 16,18)?”.

 

En el análisis del cardenal Müller encontramos, por un lado, a Friedrich Nietzsche, el “profeta del Anticristo”, que señala como característica esencial del imperio del Anticristo “la renuncia total a la verdad filosófica y teológica”, lo que conlleva la “muerte de Dios”. Habiendo barrido la verdad, “todo lo que queda [...] es un relativismo metafísico y moral cuyo vacío caótico es llenado por la ‘voluntad de poder’ del superhombre. [...] El poder está por encima de la ley. El destierro de la verdad del discurso hace que toda mentira sea aceptable”. Por otra parte, Vladimir Solov’ëv esboza con asombrosa lucidez la fisonomía del gran adversario de Cristo: “Un filántropo universal que supera todos los contrastes con buena voluntad”, que logra unificar “toda la sabiduría religiosa y el conocimiento científico de la humanidad en una única visión universal”. El emperador universal quiere tener a su lado al capellán de la corte, jefe de la nueva religión civil del nuevo imperio, y lo consigue a través de un cónclave que ha reunido, en el que es elegido “un ‘dudoso católico e indudable impostor’, que antes se había ‘colado’ como cardenal en Roma”. El nuevo papa recibe el consentimiento de “la mayoría de los cardenales [...] embriagados por la religión imperial de la unidad mundial y el digno papel que se le había concedido desempeñar en ella”. Es un papa al servicio del poder mundial, un papa que ya no se plantea el problema de la verdad y de la adhesión a Jesucristo.

 

Pero es en el colmo de la impostura cuando un pequeño remanente permanece fiel y se agrupa en torno a la confesión de Jesucristo. Es esta confesión de Cristo la que “inevitablemente saca a la luz el carácter anticristiano fundamental del impío Nuevo Orden Mundial, pues quien niega que Jesús es el Hijo de Dios es el mentiroso, y su instrumento espiritual es el del falso papa que gobierna este mundo”. En la “visión” de Solov’ëv, no es al margen del Papa, sino en torno a un “papado liberado de todos los intereses y consideraciones mundanas, pero también de las seducciones del poder terrenal”, que los verdaderos discípulos, “aquellos que, a pesar de las persecuciones e insultos, no se dejan seducir y engañar por los autodenominados nuevos gobernantes del mundo y los redentores mortales de la humanidad”, se reúnen en la confesión del Hijo del Dios vivo.

 

El comienzo de estos tiempos finales, o el fin de los tiempos, ya había sido previsto por el gran filósofo católico Josef Pieper, cuyo 25º aniversario de su muerte se cumple este mes. La apostasía general, el control total y el uso de la fuerza son, según Pieper, las características del reinado del Anticristo, “la manifestación extrema y más radical de aquella ‘desarmonía’ que penetró en el mundo histórico con el pecado original” (Sobre el fin de los tiempos, pp. 117-8); frente a este “pseudoorden mantenido mediante el uso de la fuerza” (p. 121), la Iglesia, en su pequeño remanente, no tiene otra posibilidad de victoria que el martirio

 

Lo que la Revelación nos entrega sobre el Anticristo no es opcional; tampoco es una maniobra para asustar a los fieles. Allí encontramos los elementos para comprender los signos del fin de los tiempos y no ceder a la tentación anticristiana arrastrados por el desánimo o la desesperación al ver que en todas partes triunfan la injusticia y la impiedad, que todo parece perdido. Lo que debe sostener al cristiano es la virtud sobrenatural de la esperanza. La esperanza del buen fin del que espera en el Señor. Pero, se pregunta Pieper, “puesto que la meta de la esperanza del cristiano lleva el nombre de ‘cielo nuevo y tierra nueva’, ¿no viene a afirmar al mismo tiempo que también debe haber un desenlace feliz de esta realidad terrenal?” (p. 142).

 

“En tiempos de agitación y confusión”, continúa el cardenal Müller, “de persecución desde fuera y desde dentro, no tememos la caída de la Iglesia. Los tiempos finales son días de prueba para nuestra fe de que el Anticristo nunca podrá dominar al verdadero Cristo”. Todo el desconcierto, el dolor y la angustia de estos tiempos fueron predichos por Jesús; pero estos signos del fin deben ser acogidos como señales de un nuevo comienzo que ya está cerca: “Cuando empiecen a suceder estas cosas, levantaos, alzad la cabeza; vuestra liberación está cerca” (Lc 21,28).

miércoles, 16 de noviembre de 2022

ARGENTINA LIDERA

 


 EL ANTINATALISMO EN LA REGION

 

NOTIVIDA, Año XXI, Nº 1308, 16 de noviembre de 2022

 

La disyuntiva era bajar la pobreza o eliminar a los pobres y el Gobierno argentino ya decidió

 

La semana pasada la Ministra de Salud Carla Vizzotti disertó en un panel moderado por dirigentes de la IPPF y Amnesty International, que tuvo lugar en el evento paralelo de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.

 

Allí precisó que durante el año pasado se reportaron 73.487 abortos en el sistema público y que en el primer semestre de este año ya llevan contabilizados más de 34 mil.

 

Destacó la producción pública de misoprostol de los laboratorios “LIF” de Santa Fe, “Profarse” de Río Negro y “Puntanos” de San Luis. Y adelantó que el laboratorio santafecino “está avanzando para tener producción pública de mifepristona para el 2023 y que uno de los objetivos es poder escalar la producción para poder exportar y favorecer el acceso a toda la región”.

 

Hoy se publicó en el Boletín Oficial la “Guía de Anticoncepción Inmediata Posevento Obstétrico” (AIPEO), aprobada por Resolución 2821/2022 del Ministerio de Salud de la Nación, que también lleva la firma de Vizzotti.

 

La AIPEO prevé la oferta y colocación de un anticonceptivo –fundamentalmente DIUs e implantes subdérmicos- inmediatamente después de un aborto o parto, es decir, antes del alta de la paciente. Esta situación es, según la Guía, “una oportunidad de oro”. “En la Argentina casi el 100 % de los nacimientos se producen en instituciones, y las mujeres tienen muy baja adherencia a regresar en búsqueda de un método anticonceptivo luego del alta”.

 

El documento, de 112 páginas, registra minuciosamente los criterios de la OMS para elegir algún anticonceptivo de larga duración, según la situación y antecedentes de la mujer y describe del mismo modo la forma en que deben ser colocados.

 

Los métodos de larga duración “no requieren ninguna acción por parte de la usuaria después de la inserción, lo que significa que la usuaria no puede alterar la eficacia del método”. Y ofrecen “una ventaja adicional” ya que, cuando una mujer desea interrumpir la anticoncepción, debe acudir a un centro de salud.

 

En la siguiente tabla se especifican la duración y tasa de falla de esos métodos:

 

Los métodos de larga duración provocan “ahorro de costos en salud pública aun si no se utilizan durante toda su duración de eficacia”.

 

Anticoncepción inmediata posparto

 

En la colocación de DIUs posparto “se deben soslayar algunas barreras que se construyen por el escepticismo del equipo de salud, producidas principalmente por la falta de información basada en evidencia científica”. “Aún si se tiene en cuenta la tasa de expulsión 10 veces más elevada que presenta la colocación del DIU posparto, el número final de mujeres que tendrán cobertura anticonceptiva eficaz y duradera es considerablemente mucho mayor si egresan del centro con el DIU colocado”.

 

Anticoncepción inmediata posaborto

 

La Guía consigna que la mujer puede volver a ovular en la tercera semana después de un aborto realizado con mifepristona y misoprostol, por eso subraya la importancia de que la anticoncepción se inicie de forma inmediata.

 

“El implante subdérmico puede colocarse el mismo día en que se inicia la interrupción del embarazo con comprimidos de misoprostol o el día en que se realiza un AMEU”.

 

“En aquellas mujeres que presenten abortos repetidos y no deseen el embarazo, la persona que preste los servicios de salud debe ayudar a detectar cualquier dificultad que encuentre en usar u obtener anticonceptivos”.

 

El prestador de salud debe “separar sus creencias y valores de los de sus pacientes y centrarse en las necesidades de las mismas”.

 

En los considerandos de la Resolución, que firma Vizzotti aprobando la Guía, se destaca que: la Agenda 2030 “incluye la meta específica de garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva”, y que la Ley de aborto, Nº 27.610, en su artículo 2.d reitera “el derecho de todas las personas a prevenir los embarazos no intencionales” y en el 6.c establece que la anticoncepción es parte de la atención integral del aborto.

 

Consentimiento informado

 

Antes de los 13 años una niña puede brindar su consentimiento para que le coloquen un DIU o implante con asistencia de personas allegadas o referentes afectivos. A partir de esa edad lo puede solicitar sola.

 

El consentimiento informado es verbal por regla general, pero para la ligadura de trompas debe prestarse por escrito y la solicitante tener 16 años.

 

Beneficios sociales

 

La Guía, citando al Fondo de Población, destaca que “los beneficios de los servicios mejorados de salud sexual y reproductiva no se limitan a la salud”. Como beneficios sociales menciona:

 

          Mayor crecimiento del PIB y del PIB per cápita

 

          Incremento del número de adultos en edad de trabajar en relación con el número de niñas/es/os dependientes

 

          Reducción de la demanda de gasto público en educación, vivienda y saneamiento

 

El Fondo de Población brega por la sanción de una ley que amplíe las funciones de las obstétricas y la Guía puntualiza: “La anticoncepción es una intervención económica y rentable, pero la escasez de personal sanitario y las políticas restrictivas sobre las funciones de agentes de salud no médicos limitan el acceso a métodos anticonceptivos eficaces en muchos entornos”.

 

La Guía indica que, si bien lo ideal es realizar consejería en métodos de larga duración, en algunas circunstancias, por ejemplo, si no existe disponibilidad, es necesario realizar la consejería con otros anticonceptivos “y mejorar su adherencia”. “Es importante brindar información sobre los lugares donde continuar con la atención en salud sexual y salud reproductiva, y acceder a la entrega periódica de métodos anticonceptivos. Con este fin, es de suma utilidad contar con folletería, dar la información también por escrito o incluirla en la libreta sanitaria”.

 

Anticoncepción hormonal de emergencia o “píldoras del día después”

 

Según la Guía, la anticoncepción hormonal de emergencia (AHE) puede ser usada sin problemas durante todo el   puerperio, con y sin lactancia. “No tiene ninguna contraindicación”. “En todas las circunstancias, debe facilitarse la entrega de la AHE”. “Proveer de AHE al alta del parto, en los controles del puerperio o de niñas/es/os, contribuye a evitar un embarazo no intencional”.

 

Ligadura de trompas

 

Para acceder a la ligadura de trompas a los 16 años “no es necesario haber tenido hijas/es/os”. No hace falta el “consentimiento de progenitoras/es; pareja, cónyuge o conviviente”, ni la autorización judicial.

martes, 15 de noviembre de 2022

LA ABSOLUCIÓN

 

 no es un derecho absoluto

 

Luisella Scrosati

 

Brújula cotidiana, 15-11-2022

 

Volvemos a la carga con las declaraciones que el Papa Francisco ha realizado de forma improvisada, declaraciones que son una fuente constante de incomprensión o descrédito, sobre todo para los sacerdotes y obispos. Pero esta vez, dirigiéndose a los participantes en el curso para Rectores y Formadores de Seminarios Latinoamericanos, se ha superado definitivamente a sí mismo haciendo gala de una preocupante incontinencia verbal, no exenta de palabras de doble sentido sinceramente inapropiadas y aún menos necesarias. Por ejemplo, recomendando la cercanía del sacerdote a las almas, el Papa ha dicho: «Esto [el estilo de Dios] debe ser contagioso, es decir, el sacerdote, el seminarista, el cura debe ser "cercano". ¿Cercano a quién? ¿A las chicas de la parroquia? Algunos de ellos lo son, son cercanos, y luego se acaban casando, está bien. ¿Pero cercano a quién? ¿Cómo ser cercano?». Es desconcertante que un Papa se dirija a los formadores del seminario, o a cualquiera, de esta manera. Definitivamente hay que evitarlo.

 

Lo peor, sin embargo, viene poco después, cuando Francisco llama “delincuente” al sacerdote que niega la absolución, no sólo omitiendo las necesarias aclaraciones al respecto, sino dejando claro que la absolución nunca puede ser negada o aplazada. Vatican News informa: «Para el Papa es un sufrimiento, de hecho, encontrarse con "personas que vienen a llorar porque se han confesado y se les ha dicho todo. Si te confiesas porque has hecho una, dos, diez mil cosas mal... ¡le das las gracias a Dios y las perdonas!". Y "si la otra persona está avergonzada" no debes azotarla. "No puedo absolverte, no puedo porque estás en pecado mortal, tengo que pedirle permiso al obispo…". "¡Esto sucede, por favor! ¡Nuestro pueblo no puede estar en manos de delincuentes! Y un sacerdote que se comporta así es un delincuente en toda regla, guste o menos"».

 

El pasaje clave está en ese «no puedo absolverte» que, en cambio, el confesor puede y debe decir en circunstancias muy concretas. Vamos a explicarlo bien.

 

El canon 978 § 1 recuerda al sacerdote «que, al escuchar las confesiones desempeña la función de juez y de médico» y ha sido «constituido por Dios como ministro de la justicia y de la misericordia divinas al mismo tiempo, para proveer al honor divino y a la salvación de las almas».

 

Como se desprende claramente del texto, el ministro del sacramento de la penitencia es ministro de justicia, que ejerce en honor de Dios, y ministro de misericordia, para la salvación de las almas. Ninguna autoridad en el cielo, en la tierra o bajo la tierra tiene el poder de alterar lo que Dios ha establecido al asociar a su ministro con Él, por la sencilla razón de que Dios es siempre justo y misericordioso. Así, el ministro de Dios habilitado para recibir las confesiones de los penitentes es siempre un ministro del Dios justo y misericordioso. Por eso, tradicionalmente se dice que el confesor es a la vez juez y médico: juez porque sopesa la gravedad de los pecados y los condena, porque juzga la integridad de la confesión y las disposiciones del penitente; médico, porque debe hacer un diagnóstico certero de la enfermedad del alma, indicar la medicina adecuada, imponer una satisfacción que ayude a la curación, así como reparar la justicia vulnerada.

 

Teniendo en cuenta este fundamento que reconoce que el sacerdote debe proveer al honor de Dios y a la salvación de las almas, el canon 980 establece que «si el confesor no tiene dudas sobre las disposiciones del penitente y éste pide la absolución, no se le debe negar ni posponer». Así, el confesor debe juzgar las disposiciones del penitente, y en base a ellas decidir si da la absolución, o si la difiere o la niega. El tenor del canon 980 indica claramente que dar la absolución es la norma, y sólo si hay serias dudas sobre el arrepentimiento del penitente -el signo más claro es la intención de no reiterar el pecado confesado- no se puede dar la absolución. Por tanto, el mismo canon establece que esto puede suceder y que corresponde al sacerdote emitir un juicio al respecto, obviamente, no según su propia arbitrariedad, sino sobre la base de la enseñanza del Magisterio, porque el confesor actúa igualmente como ministro de Dios y ministro de la Iglesia, en la persona de Cristo y en nombre de la Iglesia: «El confesor, como ministro de la Iglesia, al administrar el sacramento debe atenerse fielmente a la doctrina del Magisterio y a las normas dadas por la autoridad competente» (canon 978 § 2). Esto significa que el sacerdote no puede actuar según criterios arbitrarios.

 

Más concretamente, se distingue entre el aplazamiento de la absolución y la denegación. El teólogo belga Arthur Vermeersch dio una formulación muy clara: neganda est indisposito; dubie disposito differenda. Es decir, al que no está en absoluto dispuesto hay que negarlo, mientras que al penitente cuya disposición interior es dudosa hay que aplazarlo.

 

Pongamos un ejemplo claro. Si una persona se confiesa exigiendo la absolución, y al mismo tiempo reclama la legitimidad de seguir usando anticonceptivos, es evidentemente una persona indispuesta y se le debe negar explícitamente la absolución. Si, por el contrario, el penitente da muestras de arrepentimiento, de comprensión de su propia conducta errónea al cometer el adulterio, pero aún no encuentra el valor para poner fin a estas relaciones, el confesor pospone la absolución a la espera de que el penitente, mediante una oración y una ascesis más intensas, madure con determinación la intención de no volver a cometer el adulterio. Atención: lo importante es la intención, no es que esta intención se cumpla siempre de hecho. Está claro que tanto la denegación como el aplazamiento de la absolución deben comunicarse con caridad, procurando siempre mantener un canal abierto con el penitente, al menos en lo que respecta al confesor.

 

También el canon 987, desplazando la atención del ministro al penitente, recuerda que «el fiel, para recibir el saludable remedio del sacramento de la penitencia, debe estar dispuesto de tal manera que, repudiando los pecados que ha cometido y teniendo la intención de enmendarse, se convierta a Dios». En esencia, se recuerda el derecho de los fieles, debidamente dispuestos, a recibir de sus pastores la ayuda de los sacramentos (cf. canon 213); un derecho que la exhortación apostólica Reconciliatio et Paenitentia define como «inviolable e inalienable, así como una necesidad del alma» (§ 33). Pero este derecho está precisamente ligado a la disposición de los fieles.

 

Ahora bien, en el sacramento de la Penitencia corresponde al sacerdote juzgar estas debidas disposiciones, especialmente la contrición, que, según explica el Concilio de Trento, «es el dolor del alma y la reprobación del pecado cometido, acompañados del propósito de no volver a pecar en el futuro. Este acto de contrición siempre ha sido necesario para pedir la remisión de los pecados» (Denz. 1676). Además, «esta contrición incluye no sólo el abandono del pecado, la intención y el comienzo de una vida nueva, sino también el odio a la vida antigua». Si no hay contrición, si no hay intención de enmendar la vida, si no se repudia la conducta pecaminosa, la absolución debe ser denegada; e incluso si se concediera, sería inválida.

 

¿Quién es, entonces, el delincuente? ¿Quién es el que se equivoca, el que falla en su deber, el que falla en su propósito, según el sentido etimológico del término "delinquir"? ¿O quién, según el sentido más jurídico del término, va contra la ley? ¿Es el que absuelve independientemente de la disposición del penitente o el que absuelve, niega o aplaza en función de estas disposiciones?

 

La inversión es ya total: ¿Es posible que un Papa llame delincuentes a los sacerdotes que cumplen con su deber?

martes, 8 de noviembre de 2022

CASO MAZZUCATO


 en el Vaticano la fe ya no es una virtud

 

Stafano Fontana

 

Brújula cotidiana, 08-11-2022

 

Al regresar de Bahrein, el Papa Francisco reivindica el nombramiento de Mariana Mazzucato en la Pontificia Academia para la Vida. Un nombramiento paradójico por las declaraciones pro aborto y por el ateísmo de la docente, pero para el Papa es “un soplo de humanidad”. Sin embargo, hasta Benedicto XVI, el ateísmo era un daño para el hombre y la sociedad.

 

Abortistas en el Vaticano: un tema que no es de poca importancia porque significa que en el futuro los provida tendrán que comprometerse cada vez más “a pesar” del Vaticano. No solo sin su apoyo, sino también en contra de sus posiciones. Después de todo, ¿no sucede esto con la procreación y la homosexualidad? La situación es objetivamente asombrosa y paradójicamente molesta. Si estos son los signos de los tiempos, habrá que decidirse a revisar parte de la doctrina teológica de los “signos de los tiempos”.

 

Una atea y abortista en la Academia Pontificia para la Vida: una paradoja decidida por el Papa que nombró a la profesora Mariana Mazzucato como miembro de la Academia Pontificia para la Vida. Le preguntaron cómo fue posible este nombramiento, dado que Mazzucato es abiertamente atea y partidaria del aborto de Estado. Francisco confirmó que había decidido personalmente su nombramiento, argumentando que de esta manera quería introducir un soplo de humanidad en la Academia [“dar un poco de humanidad” fueron sus palabras]. Es muy difícil descifrar esta frase en base a la lógica normal.

 

Si Mazzucato representa un soplo de humanidad en la Academia por ser atea y abortista, entonces quiere decir que no ser ateo y oponerse al aborto denota una humanidad escasa. Los que han sido miembros en el pasado y los que aún lo son sin ser ni ateos ni proabortistas, tendrían una humanidad pobre o por lo menos estancada, necesitada de aire fresco. ¿Pero la humanidad sola, admitiendo que sea posible, es capaz de traer consigo este aire puro, sin referirse al verdadero Dios? Benedicto XVI escribe en la Caritas in veritate: “Sin Dios el hombre no sabe adónde ir ni tampoco logra entender quién es”. En la Iglesia siempre se pensó que fue Jesús quien trajo un soplo de (plena) humanidad porque sin él la humanidad ni siquiera es capaz de entender lo que es. Nada personal contra Mazzucato, no es su culpa, es la humanidad la que, sola, no logra traer grandes ráfagas.

 

El caso Mazzucato no es sólo el caso Mazzucato. Si el principio se aplica a su nombramiento en la Academia por la Vida, ¿por qué no debería aplicarse en todas partes? Dos padres deberían ser felices si su hija se casa con un ateo, porque traería un soplo de humanidad; deberíamos alegrarnos si el catequista de la parroquia o el maestro de la escuela son ateos y partidarios del aborto, porque traerían una ola de humanidad. ¿Y por qué no un ateo en la presidencia de la Pontificia Academia para la Vida? La lógica, incluso la más extraña, tiene sus propias exigencias de coherencia.

 

A propósito de coherencia. En 2016, Francisco aprobó el nuevo estatuto de la Academia Pontificia para la Vida. El artículo 1 dice que la misma “tiene por finalidad la defensa y promoción de la vida humana”; el artículo 5 dice coherentemente que sus miembros forman parte de ella “únicamente para el cumplimiento de sus tareas específicas” [es decir, defender y promover la vida], y que son designados por el Papa sobre la base de “... un servicio fiel a la defensa y promoción del derecho a la vida de toda persona humana”. También establece que los miembros “se comprometen a promover y defender los principios relativos al valor de la vida y la dignidad de la persona humana, interpretados de manera coherente con el Magisterio de la Iglesia”. El mismo artículo también establece que el nombramiento como miembro puede ser revocado “en caso de una pública y deliberada acción o declaración contraria a dichos principios”.

La lógica y la coherencia requerirían que Francesco modificara el estatuto o retirara el nombramiento de la profesora Mazzucato. La lógica aristotélica, es decir aquella natural sobre el pensamiento humano, es válida también para la Iglesia. Está en juego la fiabilidad del testigo en todas sus demás declaraciones. El primer principio de la lógica es el de la no contradicción: no se puede afirmar y negar lo mismo al mismo tiempo y desde el mismo punto de vista. Ahora bien, escribir que los miembros de la Academia deben defender y promover la vida y luego nombrar a un miembro que, por sus propias posiciones declaradas, no pretende defender ni promover la vida, es lógicamente una contradicción.

 

Además de estar a favor del aborto, Mazzucato dice que también es atea. Y aquí se abre otro problema de una gravedad sin precedentes. Juan Pablo II en Centesimus annus dice que “La negación de Dios priva de su fundamento a la persona y, consiguientemente, la induce a organizar el orden social prescindiendo de la dignidad y responsabilidad de la persona”. Todo el magisterio social de la Iglesia hasta Benedicto XVI ha sostenido siempre el daño que el ateísmo produce en la sociedad, ya que sin Dios el hombre también se pierde y con el declive de la trascendencia hasta la aclamada inmanencia se va al fondo. Por lo tanto, el aborto y el ateísmo están estrechamente vinculados. No sólo en las convicciones de la profesora Mazzucato, sino en sí mismas. Y ahora lo son también para la Academia, instituida por Juan Pablo II el 11 de febrero de 1994.