martes, 31 de mayo de 2022

DIFUSIÓN DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

 

Hemos iniciado recientemente en el blog un ciclo de videos, destinados a la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, con un formato simple y breve para que pueda ser aprovechado por cualquier persona.


Los interesados en esta doctrina, tan necesaria hoy como guía para orientar la conducta de los laicos, en una época muy compleja y ajena a las verdades de la Fe, pueden hacernos llegar sus inquietudes, sugerencias o consultas al correo electrónico:


cecivicos@gmail.com

 

lunes, 30 de mayo de 2022

LA ECONOMÍA

 




Resúmenes oficiales

 

Catecismo: párrafos 2426, 2429-2432

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: párrafos 330-360

DOCAT: párrafos 158-179

 


PAULINE JARICOT


Pionera de la doctrina social eclesial

 

Desde el pasado 22 de mayo, Pauline Jaricot engrosa la nutrida lista de los beatos de la Iglesia católica. Esta joven francesa, que pasó de vestir sedas a luchar por los derechos de quienes las fabricaban, fue una pionera en doctrina económica, tanto que «hay ideas en sus obras que anuncian las encíclicas de León XIII, Pío X y Pío XI, y en las que se encuentran los principios y las iniciativas del movimiento social católico», como dijo ya en 1937 Joseph Lavarenne, un comprometido sacerdote de Lyon, la ciudad donde nació Jaricot.

domingo, 29 de mayo de 2022

FRANCISCO


 «El clericalismo es una perversión quietista”


infovaticana | 27 mayo, 2022

 

“Comunión y sinodalidad” es el eje del videomensaje del Papa Francisco a la Pontificia Comisión para América Latina, la CAL, reunida en Asamblea Plenaria del 24 al 27 de mayo, en el que expresa la alegría de que los miembros de la CAL se puedan volver a encontrar después de la prolongada pausa por la pandemia.

 

El Papa manifiesta que está convencido de que, “de manera adelantada, la Iglesia en América Latina y el Caribe ha hecho ‘camino al andar’, es decir, ha mostrado que una recta interpretación de las enseñanzas conciliares implica reaprender a ‘caminar juntos’ al momento de enfrentar los problemas pastorales, los problemas sociales propios del ‘cambio de época’”.

 

“El don es imprevisible, es sorpresa”

Deteniéndose en el don del Espíritu Santo, Francisco sostiene que “cuando uno cree saberlo todo, el don no puede ser recibido”. “Cuando uno cree saberlo todo, el don no nos educa porque no puede entrar en el corazón”, añade el Sucesor de Pedro. En esta línea, subraya que “nada hay más peligroso para la sinodalidad que pensar que ya lo entendemos todo, que ya lo comprendemos todo, que ya lo controlamos todo”.

 

“Todos los bautizados somos amigos que acompañan al Señor al caminar”

Al referirse a la sinodalidad, el Pontífice afirma que “la comunión con el Cuerpo de Cristo es signo y causa instrumental de un dinamismo relacional que configura a la Iglesia”. Agrega que solo hay sinodalidad cuando celebramos la eucaristía y entronizamos el evangelio para que, entonces, nuestra participación no sea un mero parlamentarismo sino un gesto de comunión eclesial que busca ponerse en movimiento.

 

Para el Obispo de Roma, “la palabra ‘sinodalidad’ no designa un método más o menos democrático y mucho menos ‘populista’ de ser Iglesia. Estos son desviaciones. La ‘sinodalidad’ no es una moda organizacional o un proyecto de reinvención humana del pueblo de Dios”. “Sinodalidad es la dimensión dinámica, la dimensión histórica de la comunión eclesial fundada por la comunión trinitaria, que apreciando simultáneamente el sensus fidei de todo el santo pueblo fiel de Dios la colegialidad apostólica, y la unidad con el Sucesor de Pedro, debe animar la conversión y reforma de la Iglesia a todo nivel”, agrega.

 

El rol de la CAL desde la perspectiva sinodal

Francisco explica que, cuando decidió que la CAL continuase y se renovase en el marco de la reforma de la Curia, las ideas sobre sinodalidad y comunión no estuvieron lejos de su corazón. “La CAL está llamada a ser un organismo de servicio que colabore a que todos en América Latina y el Caribe ingresemos en un estilo sinodal de ser Iglesia, en el que el Espíritu Santo, que también nos llama a través del Pueblo de Dios, sea el protagonista, y no nosotros”, declara el Pontífice.

 

Francisco se explaya sobre la misión de la CAL: “Es un servicio, es una diakonía que principalmente debe mostrar el afecto y la atención que el Papa posee hacia la región. Diakonía, servicio, que ayude a que los diversos dicasterios actúen de manera sinérgica y comprendiendo mejor la realidad social y eclesial latinoamericana”. El Santo Padre acota que es una diakonía que, a nombre del Papa, acompaña el caminar de organismos como el CELAM (ndr: Consejo Episcopal Latinoamericano), el CEAMA (ndr: Conferencia Eclesial de la Amazonía) y la pastoral hispana en los Estados Unidos y Canadá, en comunión con la Iglesia universal.

 

La CAL, prosigue Francisco, no está llamada a ser una aduana que controla cosas de Latinoamérica o la dimensión hispana de Canadá y Estados Unidos. Su existencia como instancia de servicio, según el Papa, está justificada por la peculiar identidad y fraternidad que vivimos las naciones de América Latina.

 

El Pontífice resalta que la CAL es un organismo de la Curia Romana, que cuenta con dos laicos como secretarios -varón y mujer ahora-, a quienes pidió “que, desde su experiencia y perfil personal, de manera complementaria, nos ayuden a todos a generar nuevas dinámicas y nos desinstalen un poquito de algunos de nuestros usos y costumbres clericales, tanto aquí en la Curia como en todo lugar en el que existan comunidades latinoamericanas”.

 

 

La CAL, de acuerdo con Francisco, debe ayudar a caminar. “No protagonizar, ayudar a caminar para no convertirse en una instancia clerical”, enfatiza, e insiste que la CAL debe promover lo más ampliamente posible la verdadera sinodalidad. “La sinodalidad nos debe conducir a vivir más intensamente la comunión eclesial en la que la diversidad de carismas, vocaciones y ministerios se integran armoniosamente animados por un mismo bautismo, que nos hace ser hijos en el Hijo, a todos”, dice el Sucesor de Pedro.

 

Al final de su videomensaje el Santo Padre agradece la presencia de todos y encomienda los trabajos a Santa María de Guadalupe, Madre mestiza del “verdaderísimo Dios por Quien se vive”. Francisco solicita, como siempre, que no se olviden de rezar por él.

 

Sobre la Asamblea Plenaria

En un comunicado de prensa, la CAL informa que «conectados virtualmente desde distintos lugares de la geografía eclesial latinoamericana y de la Curia Romana, los miembros, consejeros y un grupo de laicos y consagrados competentes se están escuchando y reflexionando juntos acerca del pulso sinodal en las distintas realidades y dimensiones de sus iglesias y de toda la región».

 

«En el marco de la nueva constitución apostólica Praedicate evangelium, la Plenaria está presidida y conducida por el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y también Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina junto con los dos secretarios de la misma, los doctores Rodrigo Guerra y Emilce Cuda», establece el texto.

 

«Animados por el Papa Francisco y caminando a paso sinodal en cuestiones como la comunión, la vida consagrada, la reestructuración de estructuras eclesiales, las migraciones, los movimientos eclesiales, la dimensión de las mujeres, la misión, y los movimientos sociales y populares católicos, se va avanzando en continuar conformando el horizonte de la realidad de nuevos retos latinoamericanos en este siglo XXI», concluyen.

sábado, 28 de mayo de 2022

FRAY ANÍBAL FÓSBERY OP

 


(1933-2022): un sacerdocio fecundo


P. Pablo Sylvester


Infocatólica, 25/05/22

 

Hace poco, el 5 de mayo del 2022, falleció Fósbery en Avellaneda, provincia de Buenos Aires y quisiera aquí hacer una reseña de lo que fue su vida y obra. Es claro que la misma ha de ser parcial dada la cantidad de cosas que hizo y emprendió, los diversos cargos y nombramientos que le fueron otorgados, como también su abundante producción escrita y su predicación, mucha de ella no desgrabada aún o bien grabada en el corazón de aquellos que la escucharon, porque fue un predicador y un gran predicador.

 

El padre se caracterizó por ser un hombre de bien, un varón cabal, de palabra. Una persona llena de empuje y energía, un hombre dotado para la acción y la convocatoria. Siempre lleno de vida y abriendo caminos y horizontes varios. Poseía condiciones naturales que encontraron cauce apostólico en el seno de la Iglesia. Él siempre tuvo un trato personal con todos aquellos que conoció, y cultivó en todos los casos que pudo, la amistad; el padre tenía muchísimos amigos, cosechó numerosas amistades a lo largo de su vida, muchos de los cuales se harían, claro, amigos entre sí. Sabía tratar a las personas, poseía un especial don de gentes…

 

Fósbery ha sido un sacerdote de Cristo fecundo; su fecundidad sacerdotal ha sido inmensa en tantos hijos que reconocen en él a un padre, en tantos que de él han recibido un gesto paternal, en tantos que lo recordarán y le agradecerán siempre. Fecundidad sacerdotal que se manifiesta en comunidades, forjadas bajo su impulso, donde fluye la vida de la gracia, en familias, jóvenes y niños nucleados en torno a la Palabra de Dios, la enseñanza de la Iglesia y los sacramentos.

 

Él ha sido un hombre de Dios, un religioso, un consagrado, un dominico, que transmitió lo que, en el silencio, contempló; no se reservó para sí lo contemplado, lo compartió con sus hermanos; lo transmitió con fuerza y pujanza, sembrando siempre certezas; lo contemplado por él fue entregado con convicción a través de su predicación singular.

 

Él vivió intensamente los tiempos. Los eclesiales: preconcilio, concilio, posconcilio; los nacionales con todas las vicisitudes de nuestro país inculcando siempre el amor a la Patria, un «amor sereno, viril y esperanzado por la Patria». Esa vitalidad lo llevó a ser incansable en sus andares, reuniones, campamentos, retiros, reuniones organizativas interminables, viajes, siempre rodeado de jóvenes, trabajador y laborioso, infatigable.

 

Me toca ahora pasar a detallar, al menos algo, de su vida y obra.

 

Él nace en la ciudad de Buenos Aires; sus padres son Aníbal Fósbery y Yolanda Riccio.[1] Vive los primeros años de su infancia en San Martín de los Andes que lo marcan profundamente.[2] Sus abuelos se habían radicado allí hacía mucho; siempre que pudo volvió a esos paisajes, en especial en los veranos, y sus amigos, por él, conocen y aprecian esa zona del sur argentino.

 

Pero su familia regresa a Buenos Aires y aquí realiza sus estudios primarios y secundarios, estos últimos en el colegio nacional Juan Martín de Pueyrredón. Terminando la secundaria se anotó e ingresó en el Colegio Militar de la Nación donde estuvo un par de años influyendo mucho aquí un tío suyo que era general del Ejército. Pero el padre tenía vocación sacerdotal.

 

Su vida religiosa y su discernimiento vocacional transcurrieron en dos lugares. Por un lado la parroquia y basílica San José de Flores atendida por el clero secular. Este era y es un lugar de suyo muy concurrido por la importancia cultual y religiosa que posee. Allí perteneció a la Acción Católica que nucleaba a un grupo numeroso de jóvenes.[3] Monseñor Arana (por entonces párroco) lo aconsejaba o guiaba por entonces y esto explica que el padre ingresara en 1953 al seminario de Devoto, de la Arquidiócesis porteña. Pero y ¿cómo se hizo dominico? En realidad, junto con San José de Flores, Fósbery alternó con el convento dominicano, y en particular estaba marcado por el padre Marino, el prior que falleció muy joven y que lo exhortara a «heredar su cáliz». Mientras él se encontraba en Devoto un fraile le entrega en mano la vida de Santo Domingo escrita por el célebre dominico Lacordaire, y es entonces cuando él vuelve sobre sus pasos en el convento y en 1954 ingresa a la Orden. «Bernardo» pasa a ser su nombre al entrar en religión.

 

Toda su formación como religioso fue siempre en Buenos Aires en el convento de la Orden de Predicadores de Belgrano y Defensa, excepto unos meses luego del tremendo bombardeo de Plaza de Mayo y de la sacrílega y brutal quema de las iglesias de 1955, donde los estudiantes fueron enviados a Chile a esperar que se calmara la convulsión política que asolaba Argentina.

 

A su retorno (1956), manifiesta ya su aptitud para el apostolado juvenil y la convocatoria en ese ámbito para diversas actividades que incluían también los campamentos. Por entonces ya un primer grupo de jóvenes toma contacto con él y éstos mencionan a otros frailes que veían allí por el convento: Mario José Petit de Murat, Brian Farrely, Mario Pinto, Alberto García Vieyra, Domingo Renaudiére de Paulis.[4] Podemos, quizás, imaginarnos el clima religioso y de estudio teológico que por entonces se vivía y eso explica muchísimo de Fósbery; era llamativa la facilidad con que decía algunas sentencias latinas, algún aforismo, alguna frase o definición en latín, alguna cita de Santo Tomás, de la Escritura, siempre en la lengua del Lacio; expresiones dichas en el momento oportuno para enseñar, corregir, iluminar, lo que correspondiere. Expresiones que para muchos era la primera vez que las oíamos y que refleja a las claras el ambiente de formación y vida religiosa del que procedía.

 

Culminando su formación, monseñor Alejandro Schell, obispo de Lomas de Zamora lo ordenó sacerdote en 1959 y su primera Misa fue en la basílica de San José de Flores. Al poco tiempo viaja a Roma para continuar sus estudios y allí realiza en el Angelicum el doctorado en teología (1962). Su tesis versó sobre «La doctrina de la iluminación y el medioevo».[5]

 

Aun estando en Europa, él siempre recordaba qué fue lo que se le confió; es así que Fósbery cuenta que «en el puerto de Barcelona, y antes de regresar a Argentina, el padre provincial Manuel Fortea, conociendo mi facilidad para vincularme con los jóvenes, me dio la misión de formar un movimiento juvenil que fuera de la orden dominicana.»[6]

 

Al regresar a su país fue nombrado rector del colegio Santo Tomás de Aquino en Mendoza (1962-1970) que por entonces pasaba por momentos delicados, y al poco tiempo comenzaría a plasmar lo que se le había confiado. La ocasión fue una novena predicada en Leones, provincia de Córdoba, donde convoca a unos jóvenes y nace así la Milicia Juvenil Santo Tomás de Aquino; En esos años seguiría fundando en otras ciudades y luego Aniceto Fernández, maestro general de la Orden reconocería dicha milicia como una Fraternidad Laical de la Orden de Predicadores (1972), la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino.

 

Para la fecha de dicho reconocimiento ya había sido trasladado a San Miguel de Tucumán donde se había hecho cargo del rectorado de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (1970-1990) lo cual le permitiría desplegar una inmensa actividad.

 

De la vida propia del movimiento por él suscitado surgirían las vocaciones sacerdotales iniciándose así la Fraternidad Sacerdotal Tomás de Aquino que por entonces tenía el aliento de monseñor Jorge Meinvielle (1985). Con mucha posterioridad (2005) crearía en el seno de la institución la Fraternidad Apostólica Santa Catalina de Siena para las mujeres de Fasta como un espacio de especial entrega y dedicación.

 

Seguimos en Tucumán, el padre tiene muchas responsabilidades, en un tiempo del todo enrarecido y complicado; es allí cuando escribe «El proceso ideológico de la Iglesia en Latinoamérica» (1981) donde él describe aquellos años de profundas alteraciones, a la vez que fija su postura y ubicación en aquellos años de borrasca.[7]

 

Sería designado al frente de la Organización de Universidades Católicas de América Latina (1985) y luego le tocaría encabezar el Consejo de rectores de universidades privadas (1988). Entre ambas designaciones escribe «La República ocupada» (1987) donde daría cuenta de la presencia de Antonio Gramsci en muchos aspectos de la vida política y cultural de Argentina. Siendo rector de la Universidad del Norte le entrega al padre Leonardo Castellani el doctorado honoris causa en su domicilio de calle Caseros.

 

El movimiento por él generado seguiría creciendo, en Tucumán inicia el colegio Boisdron (1978) y en Buenos Aires recibe de una congregación el actual colegio Catherina (1988). A su vez, de otra institución religiosa se le confía el colegio San Vicente de Paúl de Mar del Plata (1992), sobre el cual y bajo su impulso capitalizando toda su experiencia previa, daría nacimiento a la Universidad Fasta. Luego se sucederían varios colegios más que hoy trabajan articuladamente entre sí y con la universidad sobre lineamientos establecidos por él.

 

A todo esto Fósbery hacia 1991 está ya en Buenos Aires, vive en el barrio de Palermo Viejo, en el seminario de Fasta, dedicándose también a la formación de los futuros sacerdotes, a la vez que presidía y animaba a toda la Institución.

 

Con unos años ya de experiencia en el ámbito de la evangelización de la cultura, la familia y la juventud publica «La Cultura Católica» (1999), libro especialmente valorado por él, haciendo por entonces una pausa, entre muchas ocupaciones, para su redacción, pero que condensa cuál es su cosmovisión al respecto.[8]

 

Al expandirse su obra hacia otros países, la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino por él fundada sería reconocida como Asociación internacional de fieles de derecho pontificio (1997).

 

En Buenos Aires ya radicado sigue siempre estuvo impulsando proyectos, se integró a la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (Sita) que por entonces presidía Abelardo Lobato o.p. y menciono especialmente los simposios en homenaje a Ioseph Pieper y a Alberto Caturelli organizados por Fósbery; colaboró con la revista y editorial Gladius, y de esta editorial prologaría «La Iglesia, peregrina de los siglos» del húngaro Thomas Molnar.

 

Por otra parte, y dentro de su acción permanente invitaría y recibiría la visita de dos cardenales que llegan a Argentina: O’Connor de Nueva York (1998) y Rouco Varela de Madrid (2005).

 

Si bien lo que sigue es muy posterior en el tiempo y hubo muchas cosas en el medio, esta no pretende ser una crónica meticulosa ni mucho menos; quería decir que uno de sus últimos empeños personales fue la fundación de Fasta en el Congo, país que llegó incluso a visitar.

 

En otro orden de cosas y regresando a su condición de predicador, quienes asistieron a sus sermones y homilías pueden dar fe de lo peculiar que fue su estilo. De hecho, su predicación se inserta en la tradición de la antigua oratoria, al predicar gesticula de diversas formas, a la vez que juega con distintos tonos de voz; emplea los contrastes pasando de un énfasis inmenso a un silencio prolongado, creando suspenso y concitando la atención en el contenido que expone. Predicador que se emociona con lo que dice, se alegra, se entristece al expresarse, conmueve con lo que dice y conmoviéndose él, conmovía a los demás. En más de una ocasión arrancó aplausos espontáneos. Recursos estudiados y ensayados de la oratoria puestos al servicio de la predicación de la Palabra de Dios.[9]

 

Pues bien, llegaría el momento en que el despliegue destacado del hombre de acción y del predicador ya no sería posible, en que el paso de los años le fueron marcando, muy a pesar suyo, una merma del ritmo hasta entonces sostenido y así ante la vitalidad que disminuía acotaría sus viajes y limitaría cada vez más el énfasis y extensión de su predicación.

 

Fue entonces cuando se abocó con disciplina a escribir diversos libros buscando el apostolado doctrinal, la pastoral de la inteligencia, la edificación espiritual; las obras de este tiempo carecen del tono de las investigaciones eruditas, y procuran ser escritos que difunden la verdad con sencillez. Se abocó a esta faena ya que podía concentrar mejor sus tiempos y fuerzas en un objetivo que tuviera un resultado concreto creo.

 

Por entonces cerca suyo se rezaba y se cantaba el oficio divino. Se entonaban en su cercanía los salmos, antífonas e himnos, pero él prefería la recitación sencilla del oficio para poder aplicarse a este nuevo rubro de dedicación. Incluso retomó allí cierto impulso poético de otros tiempos.

 

Menciono algunos de los títulos de este tiempo fruto de su disciplina de trabajo:

 

«Las vertientes de la argentinidad» (2010); «Introducción a la Teología de Santo Tomás de Aquino» (2012); «Historias, recuerdos y poesías» (2014); «Profesión publica de la fe y renovación, en la sociedad actual» (2015); «Tras los pasos de Santo Domingo» (2016); «Patria y nación bicentenario de la argentinidad» (2016); «María, Madre de Dios y Madre nuestra» (2016); «Mis poesías» (2018); «Vida de santos» (2018); «Lo católico en la republica argentina (2018). A estas obras hay que sumar varias «Reflexiones en torno a textos del Evangelio» en varios tomos. Pero habíamos dicho que aquí la nómina de sus publicaciones no pretende ser exhaustiva.

 

Este tiempo de dedicación a sus escritos duró hasta que un incidente de salud y una cirugía compleja cambiaron todo (diciembre 2019), y luego de más de dos meses de recuperación en la clínica Fleni de Escobar se refugió en su casa de San Martín de los Andes donde transcurrió el último tiempo bien atendido y acompañado, visitado siempre por jóvenes, matrimonios y familias (todo muy acotado y controlado ahora, no ya con el vértigo de antes).

 

Incluso allí el laborioso Fósbery se hizo de una rutina de trabajo a la mañana y a la tarde cuando podía, del cual saldría su último libro publicado pocos días antes de su muerte. Libro en el que recoge recuerdos y experiencias de su vida y publica sus cartas desde Roma de su tiempo de estudiante en la ciudad eterna.[10]

 

Cuando comenzó a dejar la predicación por las dificultades en el habla, más de una vez hizo referencia a Lacordaire, el célebre predicador de Notre Dame de París que se había quedado mudo al final de su vida. Fósbery, por su parte, estuvo consciente y lúcido hasta el final y tuvo de su pérdida de vitalidad una dolorosa percepción seguramente hondamente ofrecida. Por entonces se proyectaba una cirugía en Buenos Aires y ante la visita de un grupo cualificado de Fasta expresó por video de wasap hablándonos a todos: «Yo ya me estoy yendo. Quiero viajar a Buenos Aires para darles a cada uno de ustedes un gran abrazo».

 

Falleció y su velorio fue fuera de lo común, en Buenos Aires hubo varias Misas de cuerpo presente en Palermo; muchísima gente viajó para despedirlo. Fueron días cargados de emoción, de lágrimas, de gratitud, de esperanza, de hermandad: de todo. Muchísimos hijos manifestando su agradecimiento ante un padre que había partido.

 

Quizá la antigua oratoria practicada por Fósbery no exista más como tampoco los sentidos panegíricos por los difuntos de otrora, sin embargo, el prior del convento de Santo Domingo al término de la misa exequial al concluir su excelente y sencillo sermón le dirigió unas palabras de despedida a Fósbery diciéndole: «has puesto alto el nombre de la Orden de Predicadores y el honor de la Santa Iglesia». [11] Breve expresión con la que hizo un inmenso elogio del sacerdote cuya vida intentamos parcialmente reseñar aquí.

 

 Padre Pablo Sylvester.

 

[1] Fosbery, Aníbal,  Non nobis solum, los orígenes de la familia Fosbery, Aquinas, Buenos Aires, 2009. Su bisabuelo Mariano Fósbery, inglés, estaba casado con Mercedes Avendaños, santiagueña. Radicados en Bragado. Su abuelo Mariano Fósbery, mayor de caballería estaba casado con Asunción Miralles, se radicaron en San Martín de los Andes.

 

[2] Con ocasión del centenario, el padre le dedicaría un libro a esta ciudad.  Fosbery, Aníbal, San Martín de los Andes, historia de su fundación. Universidad Fasta, Buenos Aires, 1997.

 

[3] De Flores son Cacho D’Agostino, Jorge González Castañón y Jorge Bergoglio. Luego del 13-03-2013 Fósbery decía: “los dos somos de Flores, los dos entramos al seminario de Devoto. Luego él se hizo jesuita, yo dominico, él fue provincial de los jesuitas, yo de los dominicos, a él lo eligieron papa, a mí no”.

 

[4] Los camisas viejas, cincuenta años 1956-2006. Ediciones Fasta, Buenos Aires, 2006, 16-17.

 

[5] Fósbery, Aníbal, La doctrina de la iluminación y el medioevo. Universidad del norte Santo Tomás de Aquino, Tucumán, 1975. Posee prólogo de monseñor Derisi.

 

[6] Fósbery, Aníbal, Vocación y Misterio, MDA, Buenos Aires, 2022, 73.

 

[7] Fósbery, Aníbal, El proceso ideológico de la Iglesia en América latina, UNSTA, Tucumán, 1981.

 

[8] Fósbery, Aníbal, La Cultura Católica, Tierra Media, Buenos Aires, 1999.

 

[9] Fósbery, Aníbal, Estén Preparados, Aquinas, Buenos Aires, 2006. Fósbery, Aníbal, Parata Sunt Omnia, Ediciones Fasta, Buenos Aires, 2001. Ambos libros son desgrabaciones de sus predicaciones.

 

[10] Fósbery, Aníbal, Vocación y Misterio. Memorias, testimonios y miradas. Cartas desde Roma. MDA, Buenos Aires, abril, 2022.

 

[11] Hasta Dios, boletín digital, mayo 2022.

ABORTO


 los cuatro frentes de guerra en Estados Unidos


Luca Volonté


Brújula cotidiana, 28-05-2022

 

Mientras se espera que la Corte Suprema decida sobre el caso Dobbs, la guerra contra el aborto se intensifica. La industria del aborto recibe ríos de dólares (3.4 millardos solo en 2020) de multimillonarios como Buffett, Bloomberg, la familia Hewlett, la ex de Bezos. Grupos de autodenominados cristianos, financiados por Soros, atacan a Cordileone por la Comunión prohibida a la portavoz Pelosi, pero el arzobispo de San Francisco es apoyado por Catholic Vote y varios hermanos en el episcopado. Continúan los ataques contra las iglesias y las iniciativas contrarias de los Estados Republicanos (con leyes provida) y Demócratas (contra los no nacidos).

 

Continúan las polémicas y los actos vandálicos contra las iglesias, mientras los demócratas parecen ser cada vez más obsequiosos dependientes de la multinacional del aborto. Los últimos días son emblemáticos de los intereses que, a la espera de la decisión final sobre el aborto de la Corte Suprema (caso Dobbs vs Jackson Women's Health Organization), están promoviendo el Partido Demócrata, las multinacionales del aborto y ciertos filántropos ricos, contra la vida del concebido y contra cualquiera que la defienda.

 

Hay al menos cuatro frentes en los que se combate. En primer lugar, los multimillonarios estadounidenses se encuentran entre los mayores financistas de la industria del aborto, a la que donaron 3.400 millardos de dólares en 2020. Los datos, aún parciales, de 2021, reportados por Forbes, ven a Warren Buffett a la cabeza con dos mil millones donados; le sigue Mackenzie Scott (exesposa de Jeff Bezos) con 300 millones de dólares; luego la familia Hewlett (118 millones), Michael Bloomberg (82 millones) y George Soros con 'solo' 8,6 millones donados. Todo apunta a que la 'colección' de abortistas será aún mayor si la Corte Suprema abolirá, como esperamos, la sentencia Roe vs Wade de 1973.

 

También está el frente interno de la Iglesia Católica. Justo en estos días, tras la prudente y oportuna decisión del arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, de prohibir la Comunión a la portavoz abortista presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, algunos grupos de seudo cristianos que promueven el aborto (Faith in Public Life, un grupo presbiteriano, y Faithful America, que reúne a católicos y protestantes), y que están financiados por Soros, han impulsado una carta-petición dirigida a Mons. Cordileone. En el texto se vuelven a ver las palabras pronunciadas en 2004, por el entonces cardenal Theodore McCarrick:

 “Un santo sacramento nunca debe usarse como arma con fines políticos o para combatir guerras culturales. Vuestra acción desconsiderada desafía el liderazgo pastoral del Papa Francisco”.

Los abanderados de Soros usan las palabras de un ex cardenal, quien renunció por abuso sexual, ¿intentan así influir en la doctrina católica? Estamos asombrados. Soros claramente quiere ampliar su influencia en la Iglesia Católica y cambiar la doctrina, a través de sus organizaciones; con amenazas similares, ya había tratado de intimidar al presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos el invierno pasado, Mons. José Gómez, por las palabras que dedicó al peligro de las “pseudo religiones promovidas por movimientos por la justicia social”.

 

A la petición promovida por los cristianos abortistas (12.470 firmas, hasta ayer por la tarde) se opone una de Catholic Vote en apoyo a Monseñor Cordileone (13.710 firmas) y sobre todo aumenta día a día el número de obispos que la apoyan y toman decisiones similares. Queda envuelto en misterio el caso del correo electrónico enviado “erróneamente” los últimos días al Washington Examiner por la archidiócesis de Washington, guiada por el cardenal Wilton Gregory. En el texto se lee que “el cardenal Gregory no dio instrucciones a los sacerdotes de la Arquidiócesis Católica de Washington para negar la comunión a nadie”.

 

Luego está el frente externo contra las iglesias. Los asaltos a los lugares de culto cristianos continúan sin cesar. En la última semana han sido atacadas cinco iglesias, la última una iglesia bautista en Mississippi fue completamente cubierta por escritos blasfemos y proabortos. Sin embargo, los cristianos provida se preparan para el “verano de la ira” anunciado por las organizaciones abortistas y los grupos violentos que las apoyan, algunos de los cuales (Ruth sent us) están estrechamente vinculados al Partido Comunista Revolucionario Americano.

 

La cuarta línea de fuego es la que se libra entre los estados republicanos provida y los estados demócratas proaborto. En este frente, se registra en Oklahoma la firma del gobernador Kevin Stitt el 25 de mayo y la consecuente entrada en vigor de la ley para proteger al niño por nacer desde la concepción, por lo tanto, contra el aborto. Un progreso de civismo que fue atacado por la nueva portavoz (y conocida exponente LGBT) de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una obscena falsificación del lenguaje, como una intolerable violencia contra los derechos humanos, reafirmando el compromiso del “presidente [Biden] para que a las mujeres se les continúe respetando el derecho fundamental de tomar sus propias decisiones en materia de salud reproductiva”.

Aplausos, en cambio, de parte de los grandes medios por la decisión del gobernador de California, Gavin Newsom, de destinar, como parte de lo que él mismo define provocativamente “Agenda pro vida”, 145 millones de dólares adicionales a favor del aborto hasta el nacimiento, de la industria del aborto y de la educación sobre “salud reproductiva” en las escuelas. Un uso extremo de la mistificación lingüística, como el relativismo imperante en todos los sectores sociales y culturales del país, que tiende a imponer a las palabras su significado opuesto (vida-muerte, mujer-hombre trans, etc.).

 

No olvidemos la decepción del mundo provida que esperaba que la decisión de la Corte Suprema sobre la revocación de Roe vs Wade pudiera llegar tan pronto como el lunes 23 de mayo. Queda, hasta donde se sabe, una mayoría a favor del revocamiento, pero lo más probable es que ni el presidente John Roberts haya decidido qué posición tomar ni los jueces abortistas (Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan) han elaborado su “opinión disidente”. Una última mención se refiere a la prensa antiliberal, que con el New York Magazine presenta a los lectores una guía práctica para acceder al aborto “hoy y mañana”.

jueves, 26 de mayo de 2022

MASACRES ESCOLARES EN EEUU

 

 Las armas no son el problema


Riccardo Cascioli


Brújula cotidiana, 26-05-2022

 

La nueva masacre de niños en Texas a manos de un joven de 18 años armado que irrumpió en la escuela primaria Robb de Uvalde no ha dejado indiferente a nadie y hace que uno se pregunte cuál es la causa de la repetición de estos tiroteos masivos. Por desgracia, parece un ritual inútil que se repite con cada masacre, ya que tras los días de luto y las polémicas políticas todo sigue igual hasta el siguiente tiroteo.

 

Una de las razones de esta inutilidad radica en que siempre se reacciona dando por sentada la respuesta: la culpa es de las armas que circulan libremente en Estados Unidos, y por tanto es el lobby armamentístico el que impide que el Congreso intervenga para limitar o prohibir su compra. Desde ayer todos los periódicos están llenos de estos análisis que repiten la misma tesis. Pero, ¿es realmente así? ¿O hay otros factores que hay que tener en cuenta y que a la larga son mucho más decisivos que las armas?

 

La realidad es que la tesis de que “todo es culpa de las armas” es muy simplista por varios factores, entre ellos el hecho de que “es el hombre el que mata, no su espada”, como recordó Juan Pablo II en su Mensaje del Día de la Paz de 1984. Por lo tanto, tenemos que mirar con más realismo al hombre, su corazón y sus motivos, y no tanto su espada o su fusil.

 

Dejemos a un lado el hecho de que la posesión personal de armas en los Estados Unidos tenga sus raíces en los orígenes que sitúan la libertad y la propiedad privada como fundamento de la identidad americana. Hay otros datos sobre la difusión y el uso de las armas que hacen dudar de que ésta sea la verdadera causa del problema. En primer lugar, Estados Unidos no es el único país en el que hay muchas posibilidades de tener armas en casa. Tan sólo hace dos años que Canadá puso límites al prohibir la compra de rifles de asalto, pero hasta entonces los tiroteos masivos han sido muy raros.

En muchos otros países, además, es muy fácil conseguir armas de forma más o menos legal –pensemos sin ir más lejos en México y Venezuela-, pero no existe este fenómeno aunque la violencia esté muy extendida. Además, el hecho de que –como dice un informe del FBI publicado hace unos días y citado por la BBC- los ataques armados por parte de ciudadanos particulares se hayan duplicado desde el inicio de la pandemia de Covid-19 desmiente una relación directa entre la disponibilidad de armas y los tiroteos masivos (las armas no se han duplicado en el mismo periodo). Más bien debería plantear algunas preguntas sobre las consecuencias de ciertas políticas de gestión de la pandemia.

 

Por supuesto, es innegable que el hecho de disponer de armas facilita y hace mucho más eficaces las acciones de quienes, en su fuero interno, han decidido volcar su ira sobre los inocentes. Pero esto sería un factor decisivo si tales masacres fueran impulsivas. Es decir, una reacción inmediata a un supuesto agravio sufrido, como ocurre, por ejemplo, en los conflictos de tráfico (asesinatos por un adelantamiento indebido o por una plaza de aparcamiento “robada”) o en los asesinatos pasionales (un marido que descubre a su mujer con su amante): en estos casos, por supuesto, un arma preparada marca la diferencia.

 

Pero los tiroteos masivos de los que hablamos son masacres cuidadosamente planificadas, atentamente preparadas durante días y semanas, incluso anunciadas en algunos casos en las redes sociales. Esto significa que los que tienen estas intenciones también tienen mucho tiempo para obtener las armas necesarias de alguna manera, incluso ilegalmente. Y ante esta determinación, aunque no hubiera armas, podría utilizar otro medio: por ejemplo, podría lanzarse con un coche a toda velocidad contra la multitud a la entrada o a la salida de la escuela.

 

Volvamos entonces al hombre, a su corazón, a su mente. ¿Qué impulsa a cometer actos tan terribles? No pretendemos tener una respuesta exhaustiva, ya que el misterio del mal es imposible de explorar completamente. Pero podemos observar ciertos factores que coinciden en la mayoría de estos tiroteos masivos. El primer elemento es la escuela, sin duda el lugar más afectado: en diez años, desde el ataque de diciembre de 2012 en las escuelas primarias de Sandy Hook (Connecticut) con 27 muertos, ha habido nada menos que nueve tiroteos en escuelas, prácticamente uno por año. Antiguos alumnos del mismo centro, en su mayoría, que en ese entorno sienten que han sufrido injusticias, han acumulado frustraciones, se han descubierto fracasados: como Salvador Ramos, el joven de 18 años protagonista del atentado de esta semana. El “sueño americano” se ha convertido en una pesadilla para ellos.

 

Otro factor, la juventud: salvo un caso, todos los protagonistas de los ataques escolares desde 2012 tenían entre 15 y 25 años. Y todos ellos vivían situaciones familiares complicadas, padres divididos y ausentes, historias de abuso y, obviamente, también tenían problemas psicológicos o psiquiátricos. Jóvenes, solitarios, infelices, desesperados. Y suicidas: sí, porque todos ellos se han suicidado después de disparar o bien se han dejado matar por la policía. Todos mataron queriendo morir ellos mismos: casi un último y desesperado intento de experimentar la compañía, al menos en la muerte.

 

Controlar las armas; evitar que lleguen a manos de personas ya señaladas por problemas mentales, prevenir las manifestaciones extremas no abandonando a las personas problemáticas a su suerte: todo esto puede ciertamente ayudar a limitar los daños, quizás a evitar algunas tragedias, pero no deja de ser una intervención sobre los síntomas.

 

Lo que hay que hacer es ir a la raíz del mal: se necesita un sentido para vivir, en primer lugar, un encuentro que corresponda a las verdaderas necesidades del corazón. Pero este es un tesoro cada vez más raro de encontrar en una sociedad que pretende construirse sin Dios o incluso contra él. Esto es lo que hay que reflexionar en primer lugar.