jueves, 22 de octubre de 2020

SAN JUAN PABLO II

 

El arzobispo Gądecki

recuerda a Wojtyła y los rasgos de la santidad personal del Papa

 

22/10/20 7:28 PM

 

(InfoCatólica) 22-10-20

Mons. Gądecki recuerda que estaba en la Plaza de San Pedro en el Vaticano cuando el cónclave eligió a un polaco como Papa y fue anunciado el nombre de Wojtyla. Entonces se dio cuenta de que lo que estaba pasando quizás nunca volverá a suceder y que ocurre solo una vez cada 1000 años en la historia de los polacos y de nuestro pueblo cristiano.

 

«En ese momento, reflexionando sobre la situación en la que se encuentra el Papa, me pregunté cómo podría Wojtyla hacer frente a toda la maquinaria del Vaticano, porque me parecía que no tenía tanta preparación para dirigir la Iglesia como tantos cardenales de Occidente. Sin embargo, resultó que el Papa hizo un excelente trabajo dedicándose a la tarea principal de Pedro, que es la enseñanza, empujando a toda la administración de la Iglesia a un segundo plano», dijo Mons Gądecki en la entrevista.

 

Según el arzobispo, el hombre fue un elemento esencial del programa que comenzó con la elección de Wojtyła como Papa. Cree que precisamente la conciencia de que «el hombre es el camino de la Iglesia» elevó este pontificado a un nivel altísimo.

 

«Así fue desde el comienzo de la primera encíclica del Papa que empieza con las palabras ‘Redemptor hominis’ – el Redentor del hombre», subrayó.

 

El presidente del Episcopado polaco cree que el Santo Padre tuvo mucha suerte y estaba acompañado por el Espíritu Santo en la selección de cardenales muy fuertes que dirigieron directamente el trabajo que programó y moderó.

 

Según el arzobispo, tras su elección como Papa, el cardenal Wojtyła se volvió más inteligible, porque los pensamientos que transmitía se volvieron más simples, menos filosóficos y más teológicos o teológico-morales.

 

Como estudiantes en Roma, fuimos a reuniones con San Juan Pablo II, con motivo de las celebraciones navideñas y de visitas Ad Limina; y nos sorprendió que él, en Roma, supiera más sobre Polonia que nosotros: se apoyaba la barbilla en la mano, asintiendo con la cabeza, pero nuestras explicaciones eran inútiles..

 

En su opinión, fue especialmente visible, en comparación con el Papa Benedicto o Francisco, que Juan Pablo II llegó a la Iglesia Universal desde la experiencia de la Iglesia en Polonia. Y, siguiendo el profesor P. Andrzej Szostek, su pontificado tenía ocho líneas: respeto por la vida de todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural, respeto por la familia, la doctrina social, el anuncio del evangelio al mundo entero, el diálogo religioso y la reconciliación, pero también un nuevo rostro de la unidad de la Iglesia, el acercamiento del Dios rico de misericordia y la santidad personal del Papa.

 

Durante su pontificado, el Papa Juan Pablo II trataba la misericordia de Dios de una manera especial y ansioso deseaba acercar a la gente al Dios rico de misericordia, recordó el arzobispo Gądecki.

 

Gądecki juzgó que un rasgo distintivo de la personalidad del santo Papa era la forma en que se acercó y veneraba la Eucaristía. «Creo que hoy en día lo necesita toda la Iglesia,» dijo el presidente del Episcopado en una entrevista con el portavoz de la Conferencia Episcopal Polaca.

 

En la entrevista en el día de la fiesta litúrgica del Santo, animó a amar al Papa que vivió la fe que ve de manera diferente, la esperanza que ve más lejos y el amor que ve más profundo. Esto es especialmente importante en los momentos cuando fácilmente se pierde la sensibilidad hacia los hombres, que están tan preocupado por la realidad material que han perdido su propia dignidad.

El Cardenal Burke

 


 lamenta el “desconcierto” generado por las palabras del Papa

 

Por INFOVATICANA | 22 octubre, 2020

 

“El contexto y la ocasión de tales declaraciones las hacen carentes de todo peso magisterial. Debiéndose interpretar como simples opiniones privadas de la persona que las hizo”.

El cardenal Burke ha querido salir al paso del terremoto mediático que se ha producido por las declaraciones del Papa Francisco en las que alienta unas uniones civiles entre personas homosexuales. Les ofrecemos el comunicado íntegro del purpurado estadounidense:

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Los medios de comunicación mundiales han informado con fuerte énfasis, como cambio de rumbo, la noticia de que el Papa Francisco ha declarado que las personas de condición homosexual, como hijos de Dios, “tienen derecho a tener una familia” y que “nadie debería ser echado o ser infeliz a causa de ello”. Además, escriben que ha declarado: “Lo que tenemos que crear es una unión civil. De esta forma estarán legalmente cubiertos. He defendido esto”. Las declaraciones se realizaron en una entrevista con Evgeny Afineevsky, director de un documental, “Francesco”, estrenado el 21 de octubre de 2020, con motivo del Festival de Cine de Roma (Festa del Film di Roma).

 

Tales declaraciones generan gran desconcierto y causan confusión y error entre los fieles católicos, en cuanto contrarias a la enseñanza de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición, y del reciente Magisterio por el cual la Iglesia custodia, protege e interpreta todo el depósito de fe contenido en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición. Causan asombro y error con respecto a la enseñanza de la Iglesia entre las personas de buena voluntad, que desean sinceramente saber lo que enseña la Iglesia Católica, e imponen a los pastores de almas el deber de conciencia de hacer las oportunas y necesarias aclaraciones.

 

 

En primer lugar, el contexto y la ocasión de tales declaraciones las hacen carentes de todo peso magisterial. Debiéndose interpretar como simples opiniones privadas de la persona que las hizo. Estas declaraciones no comprometen, en modo alguno, las conciencias de los fieles, que más bien están obligados a adherirse con sumisión religiosa a lo que enseñan la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición y el Magisterio ordinario de la Iglesia sobre la materia en cuestión. En particular, cabe señalar lo siguiente.

 

1.“Basándose en la Sagrada Escritura, que presenta los actos homosexuales como actos de grave depravación, la Tradición siempre ha declarado que: “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2357; Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Persona humana, “Declaración sobre Ciertas Cuestiones de Ética Sexual, núm. VIII”[1]), en cuanto contrarias a la ley natural, cerradas al don de la vida y desprovistas de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. Por tanto, no pueden aprobarse.

 

2- Las tendencias particulares y a veces profundamente arraigadas de las personas, hombres y mujeres, de condición homosexual, que son para ellos una prueba, aunque no constituyan en sí mismas un pecado, representan sin embargo una inclinación objetivamente desordenada (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2358; Congregación para la Doctrina de la Fe, Homosexualitatis problema, “Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la pastoral de las personas homosexuales”, nº 3[2]). Por tanto, deben ser recibidos con respeto, compasión y sensibilidad, evitando cualquier discriminación injusta. La fe católica enseña a los fieles a odiar el pecado pero a amar al pecador.

 

3- Los fieles y, en particular, los políticos católicos están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones sobre propuestas para dar reconocimiento legal a las uniones entre personas homosexuales, Cuestiones diversas relativas a la homosexualidad, n. 10[3]). El derecho a formar una familia no es un derecho privado a reivindicar sino que debe corresponder al designio del Creador que ha querido al ser humano en la diferencia sexual, “varón y hembra los creó” (Gen 1, 27), subrayando la distinción masculina y femenina del ser humano, para la transmisión de la vida. “Dado que las parejas matrimoniales cumplen el papel de garantizar el orden de la procreación y son por lo tanto de eminente interés público, el derecho civil les confiere un reconocimiento institucional. Las uniones homosexuales, por el contrario, no exigen una específica atención por parte del ordenamiento jurídico, porque no cumplen dicho papel para el bien común”. (Ibidem, no. 9[4]). Hablar de unión homosexual, en el mismo sentido que unión conyugal de los casados, es, de hecho, profundamente engañoso, porque no puede haber tal unión entre personas del mismo sexo. En lo que respecta a la administración de justicia, las personas de condición homosexual, como todos los ciudadanos, siempre pueden hacer uso de las disposiciones de la ley para salvaguardar sus derechos privados.

 

Es motivo de la más profunda tristeza y apremiante preocupación pastoral que las opiniones privadas presentadas con tanto énfasis por la prensa y atribuidas al Papa Francisco no correspondan a la enseñanza constante de la Iglesia, como se expresa en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición y está custodiado, protegido e interpretado por el Magisterio. Igualmente triste y preocupante es el revuelo, la confusión y el error que causan entre los fieles católicos, como lo es el escándalo que provocan, en general, al dar la impresión totalmente falsa de que la Iglesia Católica ha tenido un cambio de rumbo, cambiando su enseñanza perenne con respecto a cuestiones tan fundamentales y críticas.

 

Cardenal Raymond Leo BURKE

 

Roma, 22 de octubre de 2020

sábado, 17 de octubre de 2020

El Obispo Schneider


denuncia el “colapso espiritual” que vive la Iglesia

 

Por Carlos Esteban

Infovaticana,| 15 octubre, 2020

 

El letargo espiritual de los pastores, la excesiva concentración en los asuntos temporales y la aspiración de crear una fraternidad naturalista e interreligiosa han llevado a la Iglesia de hoy a un “colapso espiritual”, asegura en una entrevista concedida a The Remnant el obispo auxiliar de Astaná, Anasthasius Schneider.

“Hoy la Iglesia de Roma se encuentra en una situación similar de colapso espiritual, debido al letargo espiritual de la mayoría de los Pastores de la Iglesia, la excesiva absorción del Papa mismo en los asuntos temporales y su empeño por hacer renacer una aspiración universal a una fraternidad mundana y naturalista”, señala el obispo Schneider en su entrevista en la veterana publicación americana The Remnant, comparando la situación actual con la que se vivía en la época de San Francisco de Asís, el santo cuyo nombre lleva el actual pontífice y cuyas palabras han dado título a sus dos últimas encíclicas.

 

Pero el San Francisco que se nos presenta hoy, apunta Schneider, está groseramente falseado, no tiene mucho que ver con el santo medieval. “El Papa Francisco presenta a san Francisco como si hubiera sido un partidario de la diversidad de religiones”, denuncia Schneider.

 

El obispo hace referencia a la anécdota franciscana que abre la última encíclica papal, Fratelli tutti, cuando el santo, en plena cruzada, se dirige con un par de hermanos a la tienda del Sultán Malik-el-Kamil. Tal como la presenta el Papa en la encíclica, se diría que, en efecto, el gran santo se dirigía al potentado musulmán para confirmarle en una fraternidad universal por encima de las religiones, cuando es conocido para quien esté medianamente familiarizado con la historia que San Francisco conminó inmediatamente a El Kamil a que se convirtiera a la fe cristiana, la única verdadera y la única, por tanto, que puede promover una auténtica fraternidad humana.

 

Ese es el ‘olvido’ que lamenta Schneider, que vuelve a uno los motivos de preocupación que suscita la encíclica, que no es otro que el replanteamiento del documento de Abu Dabi, en el que se lee que “el pluralismo y la diversidad de religiones» era algo «querido por Dios en su sabiduría”.

 

En su día, Schneider tuvo una audiencia con el Papa para aclarar este asunto, en la que el Pontífice afirmó que se refería a una “voluntad permisiva”, es decir, a un mero permitir un mal, en este caso la proliferación de errores religiosos. Su Santidad, dice Schneider, tenía la ocasión en esta encíclica de despejar el error y, en lugar de hacerlo, “lo consolidó”.

 

“Hubiera sido muy beneficioso que Fratelli Tutti hubiera declarado la necesidad de que todos los hombres crean en Jesucristo, Dios y Hombre, para encontrar la fuente indispensable de la verdadera fraternidad y la clave para resolver los problemas de las sociedades temporales”, señala Schneider.

 

Si los líderes de la Iglesia en nuestros días están contentos con la hermandad de carne y hueso, remacha Schneider, “están descuidando el mandamiento de Dios en el Evangelio, es decir, el mandamiento de hacer discípulos de Cristo a los miembros de todas las naciones y religiones, hijos en el Unigénito Hijo de Dios, hermanos en Cristo, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a observar todas las cosas que Cristo ha mandado”.

 

Existe el riesgo de que la Iglesia olvide su misión central de llevar almas al cielo con la predicación del Evangelio, recordando las realidades sobrenaturales, y caiga en un naturalismo asistencial que la convertiría meramente en una gigantesca ONG. Y esta encíclica recién publicada, lamenta el obispo, “agrava el naturalismo que reina hoy en la Iglesia, que se puede calificar como falta de amor a la Cruz de Cristo, a la oración, a la falta de conciencia de la gravedad del pecado y de la necesidad de reparación”.

lunes, 5 de octubre de 2020

La masonería elogia al Papa

 


La Gran Logia de España considera que Francisco abraza el concepto de fraternidad de la Masonería

 

(InfoCatólica) 5-10-20

 

«Hace ahora 300 años se produjo el nacimiento de la Masonería Moderna. El gran principio de esta escuela iniciática no ha cambiado en tres siglos: la construcción de una fraternidad universal donde los seres humanos se llamen hermanos unos a otros más allá de sus credos concretos, de sus ideologías, del color de su piel, su extracción social, su lengua, su cultura o su nacionalidad. Este sueño fraternal chocó con el integrismo religioso que, en el caso de la Iglesia Católica, propició durísimos textos de condena a la tolerancia de la Masonería en el siglo XIX. La última encíclica del Papa Francisco demuestra lo lejos que está la actual Iglesia Católica de sus antiguas posiciones. En 'Fratelli Tutti', el Papa abraza la Fraternidad Universal, el gran principio de la Masonería Moderna».

 

Los masones españoles citan el texto pontificio:

 

«Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad», expresa abogando por «una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite». Para la construcción de esa Fraternidad Universal, el Papa aboga por perseguir el horizonte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, «no suficientemente universales».

 

Y añaden:

 

«La carta aborda el papel desintegrador del mundo digital, cuyo funcionamiento favorece los circuitos cerrados de personas que piensan del mismo modo y facilitan la difusión de noticias falsas que fomentan prejuicios y odios. «Conviene reconocer que los fanatismos que llevan a destruir a otros son protagonizados también por personas religiosas, sin excluir a los cristianos, que pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital. Aun en medios católicos se pueden perder los límites, se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena», añade».

viernes, 2 de octubre de 2020

Virus anticatólico en Estados Unidos

 


Denuncia Mons. Chaput


Por INFOVATICANA | 01 octubre, 2020

A raíz del encarnizamiento mediático contra la candidata a juez de la Corte Suprema Amy Coney Barrett.

(Aciprensa/InfoVaticana)- Las críticas contra Amy Coney Barrett son parte de un “virus” de “intolerancia” anticatólica, afirmó el arzobispo emérito de Filadelfia, Charles Chaput. El prelado advirtió que los ataques contra la juez nominada a la Corte Suprema de Estados Unidos deben considerarse como una amenaza a la libertad religiosa.

 

En un artículo publicado el 28 de septiembre en la revista First Things, titulado “Cuando el dogma vive fuertemente”, el prelado se refirió a las críticas contra la juez Barrett, nominada por el presidente Donald Trump para ser parte de los nueve magistrados que componen la Corte Suprema de Estados Unidos.

“Los que valoran el derecho a la libertad religiosa en nuestra Primera Enmienda deben darse cuenta de que las pruebas a las creencias son ataques a nuestra libertad religiosa”, escribió el prelado que presentó su renuncia como arzobispo de Filadelfia al cumplir los 75 años, el 26 de septiembre de 2019, como obliga el derecho canónico, la cual fue aceptada menos de cuatro meses después por el Papa.

La Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, vigente desde 1791, prohíbe la creación de leyes que establezcan oficialmente una religión, que impidan la práctica libre de la misma, que reduzca la libertad de expresión, que vulnere la libertad de prensa y que interfiera con el derecho de reunión pacífica, entre otros.

Las críticas contra Barrett, una madre católica de siete hijos, se han centrado en su fe y en su vida familiar. Varios medios se han centrado en su pertenencia al grupo carismático ecuménico People of Praise (Pueblo de Alabanza), fundado en South Bend, Indiana, en 1971.

Esta línea crítica, dijo Chaput, es un “presagio de futuros ataques contra la misma Iglesia y contra cualquier católico que sostiene [con la Iglesia] un testimonio moral”.

 

Barrett estuvo al foco mediático durante sus audiencias en 2017 ante el Senado, cuando fue nominada por Trump para una de las cortes de apelaciones de Estados Unidos. En ese proceso la senadora demócrata Dianne Feinstein dijo que “el dogma vive fuertemente” en Barrett y “eso es una preocupación”.

 

El arzobispo indicó que la “preocupación” de Feinstein es una “vulgaridad del estilo del que no sabe nada” y precisó que la senadora “está difícilmente sola en su intolerancia”. “El desdén por convicciones religiosas vigorosas, especialmente las católicas, es un virus que está dando vueltas”, escribió Chaput.

“Parece infectar a un número de senadores demócratas, incluyendo a la senadora Kamala Harris, colega de Feinstein en California y candidata a la vicepresidencia”, continuó. Los comentarios de Feinstein “nos ayudan a ver claramente cómo algunos de nuestra clase política ahora ven a los católicos que son más que católicos ‘de nombre’ en su fe”, agregó.

 

Cualquier católico bautizado es, técnicamente, católico sin importar sus acciones, precisó el prelado y advirtió que esto “a los ojos del partido Demócrata” parece no ser un problema. “Si te fotografían con las cuentas del rosario en oración es incluso mejor”, continuó y destacó que se admite la afiliación religiosa siempre y cuando no haya una adhesión doctrinal.

“Pero si eres el tipo de católico que busca disciplina en la vida considerando las creencias católicas sobre el matrimonio y la familia, la libertad religiosa, el sexo y el aborto. Bueno, ese es un tema distinto”, continuó y lamentó que el católico republicano Dan Lipinski perdió su escaño en elecciones primarias a principios de este año, debido principalmente a su postura provida. “Los católicos en este país han pasado más de medio siglo luchando por un lugar en el espacio público estadounidense. El coste ha sido alto”, subrayó Chaput.

 

El arzobispo cuestionó a quienes “posicionan a católicos que disienten como ‘estadounidenses populares’ y a los católicos que sí creen como ‘extremistas’”, ya que esto es ahora “una técnica común y deshonesta en la guerra cultural” así como “una afrenta particular al libre ejercicio de la religión”.

Chaput indicó que la actual “hostilidad hacia los que apoyan la enseñanza católica” no debe ser solo una preocupación para los católicos en Estados Unidos sino también “para cualquiera que valore la Primera Enmienda”. “Si los ataques a las creencias son un estándar para impugnar a nominados a jueces hoy, mañana serán usados en el resto de nosotros que defendemos las enseñanzas de nuestra fe”, destacó el arzobispo. “Esto pone en riesgo los derechos de muchos más estadounidenses que nunca serán nominados a corte alguna”, señaló el arzobispo emérito de Filadelfia.

 

Traducido por Walter Sánchez para Aciprensa (CNA).