viernes, 24 de febrero de 2012

El Papa advirtió sobre "analfabetismo religioso"




El Santo Padre mantuvo ayer, en el aula Pablo VI, un encuentro con los párrocos y sacerdotes de la diócesis de Roma, de la que es obispo. Tras la lectura de un fragmento de la carta de San Pablo a los efesios, Benedicto XVI explicó que la primera llamada que recibieron los sacerdotes es la del bautismo; la segunda, la vocación de pastores al servicio de Cristo.

“La primera de las virtudes –dijo el Santo Padre-, que debe acompañar la vocación, según señala San Pablo, es la humildad. Lo contrario de la humildad es la soberbia, raíz de todos los pecados. La soberbia es arrogancia, quiere sobre todo poder, apariencia no tiene intención de agradar a Dios, sino de agradarse a sí mismo, de ser aceptado e incluso venerado por los demás. Pone el 'yo' en el centro del mundo: se trata del 'yo' soberbio que todo lo sabe. Ser cristiano quiere decir superar esta tentación originaria, que está en el núcleo del pecado original: ser como Dios, pero sin Dios”.

La falta de humildad destruye la unidad del Cuerpo de Cristo. Asimismo, la unidad no puede crecer sin el conocimiento de la fe: “Un gran problema de la Iglesia actual es la falta de conocimiento de la fe, el 'analfabetismo religioso'. Con este analfabetismo no podemos crecer”.

“Por eso, continuó el Papa, debemos reapropiarnos de los contenidos de la fe, no como un paquete de dogmas y mandamientos, sino como una realidad única que se revela en toda su profundidad y belleza. Debemos hacer lo posible por actuar una renovación catequística, para que la fe sea conocida, de modo que Dios sea conocido, Cristo sea conocido, la verdad sea conocida y crezca la unidad en la verdad”.

En este punto, Benedicto XVI advirtió que no se puede vivir en una “niñez de la fe”: muchos fieles fueron más allá de la primera catequesis, con lo que “no pueden exponer como adultos, con competencia y convicción profunda, la filosofía de la fe, la gran sabiduría, la racionalidad de la fe” para iluminar a los demás.

Es por ello necesaria una “fe adulta”, que no quiere decir, como se ha entendido en los últimos decenios, emancipada del Magisterio de la Iglesia; cuando se abandona el Magisterio, el resultado es “la dependencia de las opiniones del mundo, de los dictados de los medios de comunicación”.

“Por el contrario, la auténtica emancipación consiste en liberarse de estas opiniones, en la libertad de los hijos de Dios. “Debemos rezar mucho al Señor para que nos ayude a emanciparnos y a ser libres en este sentido, con una fe realmente adulta que pueda ayudar también a los demás a llegar a la verdadera perfección en comunión con Cristo”.

“Hoy, el concepto de verdad está bajo sospecha, porque se asocia al de violencia. Lamentablemente, en la historia hubo episodios en los que se trataba de defender la verdad con la violencia. Sin embargo, las dos son contrarias. La verdad no se impone con otros medios que no sean ella misma”.

“Puede llegar solo mediante su propia luz. Pero tenemos necesidad de la verdad. Sin verdad, nos quedamos ciegos en el mundo, no tenemos un camino, El gran don de Cristo es precisamente que vemos el rostro de Dios y conocemos el fondo, lo esencial de la verdad en Cristo”.

“Donde está la verdad, nace la caridad -afirmó el Papa para terminar-. Gracias a Dios, podemos verlo a lo largo de los siglos: a pesar de los hechos negativos, los frutos de la caridad estuvieron siempre presentes en la cristiandad, y están también presentes hoy. Lo vemos en los mártires, en tantas monjas, frailes y sacerdotes que sirven humildemente a los pobres, los enfermos, que son presencia de la caridad de Cristo. Y son así el gran signo de que aquí está la verdad”.+


Ciudad del Vaticano, 24 Feb. 12 (AICA)


viernes, 17 de febrero de 2012

Diplomado Universitario en Pensamiento Tomista


La Universidad FASTA ha presentado su Diplomado Universitario en Pensamiento Tomista, de un año de duración, que será dictado a distancia (on line).

Los módulos a dictarse son:

Vida, obra y contexto histórico de Santo Tomás
Cosmología
Antropología
Ética
Metafísica
Teología

Información detallada en: diplomatomista@ufasta.edu.ar


Desde la Cátedra Juan Pablo Magno manifestamos nuestra satisfacción por esta oferta académica, que permitirá a muchos conocer la doctrina tomista, de un modo ágil y simple.

martes, 14 de febrero de 2012

Circulación indebida de documentos Vaticanos

NOTA DIRECTOR OFICINA DE PRENSA

“En nuestros días debemos mantener la calma, porque ninguno puede maravillarse de nada. La administración americana tuvo 'wikileaks', al Vaticano le han tocado ahora sus 'leaks', fugas de documentos que tienden a crear confusión y desconcierto y a poner en entredicho al Vaticano, al gobierno de la Iglesia y, con más amplitud, a toda la Iglesia”.



“Por eso, calma y sangre fría, y recurso abundante a la razón; algo que no todos los medios de comunicación ponen en práctica. Se trata de documentos de naturaleza y peso diversos, nacidos en tiempos y situaciones distintas. Unos son debates sobre una gestión económica más eficaz de una institución con numerosas actividades materiales como es la Gobernación; otros, apuntes sobre cuestiones jurídicas y normativas en fase de discusión, sobre las que es normal que haya opiniones diversas; otros son memoriales disparatados que ninguna persona con dos dedos de frente considera serios, como el reciente sobre el complot contra la vida del Papa. Pero da lo mismo: mezclar todo favorece la confusión.




Una información seria tendría que saber distinguir los temas y comprender su diverso significado. Es obvio que las actividades económicas de la Gobernación deben administrarse con claridad y rigor; está claro que el IOR y las actividades financieras tienen que adecuarse correctamente a las normas internacionales contra el blanqueo de capitales. Son éstas, evidentemente, las indicaciones del Papa. Mientras que está claro que la historia del complot contra el Papa, como dije en su día, es un disparate, un delirio, y no vale la pena tomarla en serio”.



“Ciertamente, es muy triste que se pasen deslealmente documentos internos al exterior, de manera que creen confusión. La responsabilidad recae sobre una y otra parte. En primer lugar, sobre quien facilita este tipo de documentos; pero también sobre quien los utiliza para objetivos que no son, de seguro, el amor puro a la verdad. Por eso tenemos que resistir y no dejarnos atrapar en el torbellino de la confusión, que es lo que desean los malintencionados, y ser capaces de razonar”.



“En cierto sentido -es una antigua observación de la sabiduría humana y espiritual-, cuando se producen los ataques más fuertes es señal de que lo que está en juego es importante”.
“A los muchos ataques sobre el tema de los abusos sexuales, la Iglesia ha respondido justamente con un compromiso serio y profundo de renovación y purificación de amplias miras. No es una respuesta de poca entidad. Ahora somos conscientes de la situación y hemos puesto a punto una eficaz estrategia de curación, renovación y prevención para el bien de toda la sociedad. Al mismo tiempo, como es sabido, estamos realizando un serio esfuerzo para garantizar una verdadera transparencia en el funcionamiento de las instituciones vaticanas, también desde el punto de vista económico.




Se han establecido nuevas normas. Se han abierto canales de relaciones internacionales para el control. Ahora bien, algunos de los documentos difundidos recientemente tienden precisamente a desacreditar este esfuerzo. Paradójicamente, ello constituye una razón más para seguir por este camino con decisión, sin dejarse impresionar. Si tantos se ensañan, se ve que es importante. Quien piensa desanimar al Papa y a sus colaboradores en este compromiso, se equivoca y se engaña”.



“En cuanto a la cuestión de las presuntas luchas de poder en vista del próximo cónclave, invito a observar que todos los pontífices elegidos durante este siglo y el pasado han sido personalidades de altísimo e indiscutido valor espiritual. Está claro que los cardenales han intentado e intentan elegir a alguien que merezca el respeto del pueblo de Dios y sirva a la humanidad de nuestro tiempo con gran autoridad moral y espiritual. La lectura en clave de luchas de poder internas depende en gran parte de la tosquedad moral tanto de quien la provoca como de quien la realiza; a menudo no son capaces de ver otra cosa.




Por suerte, quien cree en Jesucristo sabe que -a pesar de lo que se diga o se escriba hoy en los periódicos-, las verdaderas preocupaciones de quien ejerce responsabilidades en la Iglesia son más bien los graves problemas de la humanidad de hoy y de mañana. Por algo creemos y hablamos también de la ayuda del Espíritu Santo”.

Padre Federico Lombardi, S.I.,

Ciudad del Vaticano, 14 febrero 2012 (VIS).-

jueves, 2 de febrero de 2012

Para Dios, la autoridad significa servicio



Palabras del papa en la introducción del Ángelus

¡Queridos hermanos y hermanas!

El Evangelio de este domingo (Mc 1,21-28) nos presenta a Jesús que, en el sábado, predica en la sinagoga de Cafarnaún, la pequeña ciudad sobre el lago de Galilea donde habitaban Pedro y su hermano Andrés. A su enseñanza, que despierta la admiración de la gente, sigue la liberación de "un hombre poseído por un espíritu inmundo" (v. 23), que reconoce en Jesús "al santo de Dios", es decir al Mesías. En poco tiempo, su fama se extendió por toda la región, que Él recorre anunciando el Reino de Dios y curando a los enfermos de todo tipo: palabra y acción. San Juan Crisóstomo nos hace ver cómo el Señor "alterna el discurso en beneficio de los oyentes, en un proceso que va de los prodigios a las palabras y pasando de nuevo de la enseñanza de su doctrina a los milagros" (Hom. in Matthæum 25, 1: PG 57, 328).

La palabra que Jesús dirige a los hombres abre inmediatamente el acceso a la voluntad del Padre y a la verdad propia. No les sucedía así, sin embargo, a los escribas, que debían esforzarse en interpretar las Sagradas Escrituras con innumerables reflexiones. Además, a la eficacia de la palabra, Jesús unía la de los signos de liberación del mal. San Atanasio observa que "mandar sobre los demonios y expulsarlos no es obra humana sino divina"; de hecho, el Señor “alejaba de los hombres todos los males y las enfermedades. ¿Quién, viendo su poder... hubiera podido aún dudar que Él fuese el Hijo, la sabiduría y la potencia de Dios?” (Oratio de Incarnatione Verbi 18.19: PG 25, 128 BC.129 B). La autoridad divina no es una fuerza de la naturaleza. Es el poder del amor de Dios que crea el universo y, encarnándose en el Hijo unigénito, abajándose a nuestra humanidad, sana al mundo corrompido por el pecado. Romano Guardini escribe: "Toda la vida de Jesús es una traducción del poder en la humildad ... es la soberanía que se abaja a la forma de siervo" (Il Potere, Brescia 1999, 141.142).

A menudo, para el hombre la autoridad significa posesión, poder, dominio, éxito. Para Dios, en cambio, la autoridad significa servicio, humildad, amor; significa entrar en la lógica de Jesús que se inclina para lavar los pies de los discípulos (cf. Jn. 13,5), que busca el verdadero bien del hombre, que cura las heridas, que es capaz de un amor tan grande como para dar la vida, porque es Amor. En una de sus Cartas, Santa Catalina de Siena dice: "Es necesario que veamos y conozcamos, en realidad, con la luz de la fe, que Dios es el amor supremo y eterno, y no se puede desear otra cosa que no sea nuestro bien" (Ep. 13 en: Le Lettere, vol. 3, Bologna 1999, 206.).

Queridos amigos, el próximo 2 de febrero, celebraremos la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo y la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Invoquemos con confianza a María Santísima, para que guíe nuestros corazones a alimentarse siempre de la misericordia divina, que libera y sana nuestra humanidad, colmándola de toda gracia y benevolencia con el poder del amor.


CIUDAD DEL VATICANO, domingo 29 enero 2012 (ZENIT.org).-