jueves, 11 de febrero de 2021

Los colegios católicos argentinos

 


no enseñarán que el aborto es una opción válida aunque lo pida la ley

 

(Clarin/InfoCatólica) 11-2-21

 

Los colegios católicos de todo el país adelantaron que no presentarán a sus alumnos y alumnas el aborto como una opción ante un embrazado no deseado tras la aprobación de la ley de que despenaliza ese crimen ya que, a su juicio, «impone capacitar a los docentes a fin de brindar atención a quienes soliciten abortar a sus hijos por nacer, en el marco de la Educación Sexual Integral».

 

A través de un comunicado, la Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina (Faera), que agrupa a los colegios de las congregaciones religiosas católicas, reafirma «su compromiso por brindar una Educación Sexual verdaderamente integral, en el marco de la antropología cristiana y en el reconocimiento del valor único e innegociable de toda vida humana».

 

«No sólo nos asiste el derecho constitucionalmente garantizado a la libertad de enseñanza, libertad religiosa y libertad de expresión; nos asiste también un deber ético al que nos convoca el Papa Francisco una y otra vez, y nos impulsa el compromiso con el Evangelio de Jesús que proclamamos en la Escuela Católica Congregacional», subrayan.

 

En la Iglesia también se apela al artículo quinto la ley de Educación Sexual Integral que determina que «cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros» La ley del aborto establece en su artículo 13 que «el Estado nacional, las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios tienen la responsabilidad de implementar la ley 26.150, de Educación Sexual Integral, estableciendo políticas activas para la promoción y el fortalecimiento de la salud sexual y reproductiva de toda la población».

 

Añade que estas políticas «deberán, además, capacitar sobre perspectiva de género y diversidad sexual a los y las docentes y a los y las profesionales y demás trabajadores y trabajadoras de la salud, a fin de brindar atención, contención y seguimiento adecuados a quienes soliciten realizar una interrupción voluntaria del embarazo en los términos de la presente ley».

 

«No somos desconocedores del drama complejo que viven las niñas, adolescentes y jóvenes, de todos los espacios sociales y culturales», dicen los colegios católicos. «Pero también sabemos por las religiosas, los sacerdotes, y los psicólogos que acompañan este drama, que el aborto está muy lejos de solucionar un problema, más bien crea uno nuevo del que difícilmente se vuelve».

 

Luego afirman que «junto con el magisterio de la Iglesia los invitamos a no privar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la perspectiva evangélica de la vida, ayudando a comprometerse y asumir la vida como viene. Es la finalidad de la secuela católica: proponer una experiencia vivencial del Evangelio de Jesús en el marco de la comunidad educativa:

 

«Esperamos de todos el compromiso con un humanismo evangélico que funda nuestros compromisos éticos, y nos brinda un horizonte de sentido al que nos dirigimos. Esta perspectiva es la que debe orientar todas las dimensiones de la escuela, también la Educación sexual integral».

 

Y concluyen:

 

«También nos impulsa a acompañar a toda persona humana que se encuentra en el drama de este dilema, especialmente si son niñas, adolescentes o jóvenes a los que asistimos en la pastoral educativa de nuestras obras».

sábado, 6 de febrero de 2021

EL CARDENAL MULLER

 


 

 advierte contra el Gran Reset promovido en Davos por los «amos del mundo»

El cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha hablado con Edward Pentin, del National Catholic Register, del actual debate sobre el «Gran Reset», promovido por el Foro Económico Mundial (FEM) de Davos. Buscan «el control absoluto del pensamiento, la palabra y la acción» de toda la población.

 

(LSN/InfoCatólica) 6-2-21

 

El prelado alemán dijo a Pentin que dos bandos - «el capitalismo especulador, los gigantes de la gran tecnología de los países occidentales» y el «comunismo de la República Popular China»- están hoy «convergiendo y fusionándose en un capital-socialismo unificado», produciendo un «nuevo colonialismo».

 

El Gran Reset (o Gran Reajuste) es un programa del Foro Económico Mundial (FEM) que utiliza la crisis provocada por la pandemia como excusa para una remodelación fundamental de la forma en que los seres humanos convivimos en esta tierra. El FEM afirma en su página web que «los cambios que ya hemos visto en respuesta al COVID-19 demuestran que es posible un reseteo de nuestros fundamentos económicos y sociales».

 

A la luz de las crisis económicas y medioambientales previstas, el FEM propone que «debemos construir unos cimientos totalmente nuevos para nuestros sistemas económicos y sociales». Cómo debería ser esta reconstrucción de nuestras sociedades a los ojos de estos actores financieros y económicos mundiales puede verse en su propio vídeo del FEM titulado «Ocho predicciones para el mundo en 2030».

 

 El vídeo predice que «no tendrás nada y serás feliz. Lo que quieras lo alquilarás y te lo entregarán con un dron». Junto a la abolición de la propiedad privada -un objetivo típico de las ideologías socialistas- el FEM también ve el fin de los valores occidentales que, obviamente, se basan en el cristianismo: «Los valores occidentales habrán sido puestos a prueba hasta el punto de ruptura». Cabe preguntarse qué tipo de valores sustituirán a esos «valores occidentales» y de dónde vendrán.

 

En este contexto, los comentarios del cardenal Müller son importantes, ya que está denunciando este nuevo programa ideológico para nuestro mundo. Mientras que le parece bien que personas de los ámbitos económico y político se reúnan y discutan asuntos de importancia, el purpurado alemán se pregunta qué «imagen de la humanidad» tiene realmente el FEM. Al mismo tiempo, advirtió que el objetivo de esta nueva fuerza de fusión -la colaboración entre las grandes entidades capitalistas con China- es «el control absoluto del pensamiento, la palabra y la acción».

 

El cardenal señala la importancia del mundo digital en la actualidad y cómo afecta a la vida humana. Ve que se está creando un «hombre homogeneizado», y que ese hombre «puede ser dirigido más fácilmente».

 

«El mundo orwelliano del homo digitalis ha comenzado», explicó. «A través del mainstreaming, se quiere lograr la conformidad total de la conciencia de las masas a través de los medios de comunicación». Müller apunta al autor francés del siglo XIX Gustave Le Bon, que predijo tal situación en su libro La psicología de las multitudes.

 

El cardenal Müller también rechazó la idea de que tales críticas al Gran Reset y sus planes ideológicos sean meras «teorías conspirativas» y añadió que los sistemas totalitarios «siempre han denigrado cualquier crítica como conspiración y subversión». En ese sentido, señaló las numerosas advertencias sobre los gobiernos totalitarios en el siglo XX y explicó que «difícilmente pueden ser desacreditadas como teorías de la conspiración, ya que los desarrollos políticos reales les han dado la razón».

 

Advirtiendo que no hay que tomar las promesas del Great Reset y otros programas similares de fundaciones muy ricas como esfuerzos inocentes, el prelado alemán afirmó que «la confianza ciega en la actitud filantrópica de los líderes de las Grandes Fundaciones y las Sociedades Abiertas sólo es posible con una negación completamente ingenua de la realidad».

 

El Prefecto emérito de Doctrina de la Fe señaló que en el pasado ha habido intentos de recrear al hombre e inventar el mundo de nuevo. Estos intentos siempre se han convertido en movimientos totalitarios. Siempre que el hombre ha querido «recrearse y redimirse», dijo a Pentin, se ha creado en su lugar un monstruo, citando como ejemplo el «espantoso experimento humano» de la Unión Soviética comunista que coincidió con la revolución industrial.

 

«Eso debería habernos convencido», añadió, «de que la utopía de un paraíso en la tierra, en cualquiera de sus formas, da lugar a los mayores crímenes contra la humanidad (negación de la libertad de los disidentes, destrucción del trabajo, reducción de la población mediante el aborto y la eutanasia). La naturaleza del hombre, herida por el pecado, necesita el perdón divino. Sólo la gracia de Dios puede redimirnos y darnos la libertad y la gloria de los hijos de Dios».

 

Se da la circunstancia de que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, está aliado con el programa del Great Reset e incluso llama a su nueva agenda «Build Back Better» (Reconstruir mejor), un eslogan que también está siendo utilizado por el Foro Económico Mundial. El Foro Económico Mundial se ha alineado al mismo tiempo con China y ha invitado a su presidente Xi Jingping a presentar una charla en la jornada inaugural de su reunión anual (virtual) de 2021. El propio FEM calificó su participación en el foro de «oportunidad histórica de colaboración».

 

En octubre de 2020, el cardenal Müller ya advirtió de que la elección de Biden como presidente de Estados Unidos podría tener graves efectos tanto en Estados Unidos como en las democracias del mundo, especialmente a la luz del creciente poder de China.

 

En declaraciones a Breitbart News, el cardenal alemán declaró: «El resultado de las elecciones en Estados Unidos determinará si este país sigue siendo la principal potencia del mundo -para la libertad y la democracia- o si una dictadura comunista asumirá ese papel para la comunidad mundial».

 

Hablando de la dictadura china y de su creciente poder en el mundo, el cardenal Müller expuso que «en China se repite el lema de la Alemania nazi: Tú no eres nada, el Estado lo es todo. Y, sin embargo, la verdad es al revés: las personas lo son todo y el Estado sólo existe para servir al bien común. Y como Estados Unidos es la primera potencia del mundo libre, también debe poner fin al dominio imperialista de una superpotencia comunista que busca la dominación mundial y permitir que el pueblo chino y otros pueblos oprimidos entren en la comunidad y la solidaridad de los pueblos libres».

 

En perfecta consonancia con la predicción del FEM de que los «valores occidentales» pronto llegarán a su punto de ruptura, el cardenal Müller expresó en enero de 2021 su preocupación por el hecho de que el nuevo régimen de Biden esté liderando una campaña para «descristianizar la cultura occidental». En declaraciones al sitio web de noticias católico austriaco Kath.net, el prelado expuso que la administración Biden, «con su concentrado poder político, mediático y económico, está al frente de la campaña más sutilmente brutal de los últimos 100 años para descristianizar la cultura occidental». Se refería a las políticas de Biden sobre el aborto, LGTBI e ideología de género

 

El propio Foro Económico Mundial también está promoviendo la agenda LGBT, así como la agenda del aborto.

lunes, 25 de enero de 2021

wyszinski

 


defendió a la Iglesia y a Polonia del comunismo”

ECCLESIA, 25-01-2021

 

“No estaría sobre la Cátedra de Pedro este Papa polaco que hoy, lleno de temor de Dios, pero también de confianza, inicia un nuevo pontificado, si no hubiese sido por tu fe, que no se ha arredrado ante la cárcel y los sufrimientos. Si no hubiese sido por tu heroica esperanza, tu ilimitada confianza en la Madre de la Iglesia”. Estas palabras de Juan Pablo II dirigidas al cardenal Stefan Wyszyński (1901-1981), primado de Polonia, contenidas en la Carta a los polacos del 23 de octubre de 1978, nos hacen comprender la importancia de Wyszyński en la vida de Karol Wojtyła. El vínculo entre los dos también fue subrayado por Benedicto XVI, quien en la homilía de la Misa celebrada en la plaza Piłsudski, en Varsovia, el 26 de mayo de 2006, dijo: “Dios unió a estas dos personas no sólo mediante la misma fe, la misma esperanza y el mismo amor, sino también mediante las mismas vicisitudes humanas, que los vincularon estrechamente con la historia de este pueblo y de la Iglesia que vive en él”.

 

Recientemente, ambas cámaras del Parlamento polaco - la Cámara y el Senado - han decidido que 2021 se celebrará como el Año de Stefan Wyszyński. Las respectivas resoluciones subrayan la contribución del “Primado del Milenio” al servicio de Dios y de la patria. Este año marca el 120º aniversario de su nacimiento y el 40º de su muerte. También se espera su beatificación, que debería haber tenido lugar el 7 de junio de 2020 en Varsovia, pero que ha sido pospuesta debido al Covid-19.

 

Para profundizar en la figura del futuro beato, la Brújula Cotidina entrevistó al embajador de Polonia ante la Santa Sede, Janusz Kotański, historiador y autor de un libro sobre Wyszyński.

 

El cardenal Stefan Wyszyński vivió casi todo el siglo XX, conociendo, como Karol Wojtyła, el comunismo y el nazismo. ¿Cómo afectó esto a su figura?

Wyszyński fue un pastor carismático y un hombre de Estado, defensor de la Iglesia y de la nación polaca, por eso se le llama “Primado del Milenio”. Nos guio a través de los trágicos años del comunismo, desempeñando el papel de un verdadero interrex, el hombre de la Providencia para Polonia. Tuvo que lidiar personalmente con el comunismo soviético ya durante la guerra con la Rusia soviética en 1920. Afortunadamente, el “Milagro en el Vístula”, o la victoria de los polacos en la batalla de Varsovia, salvó a Europa de los bolcheviques durante los próximos veinte años. Wyszyński vio la dimensión espiritual del choque que enfrentó al cristianismo contra el bolchevismo, en el que Polonia estaba en primera línea, nuevamente en el papel de Antemurale Christianitatis.

 

Incluso el Papa condenó el comunismo...

Sí, Monseñor Wyszyński acogió con alegría la encíclica Divini Redemptoris, publicada en 1937 por Pío XI. En un artículo destacó: “Su mensaje central es que el comunismo no se puede conciliar con el catolicismo. (…). Dado que la amenaza del comunismo se cierne sobre todos y se insinúa en todos los aspectos de la vida, el comunismo debe combatirse uniendo todas las fuerzas de la sociedad”.

 

En los años 1939-45 Polonia fue ocupada por los nazis. Pero al final de la guerra el país no recuperó la independencia porque pasó a formar parte del bloque soviético. ¿Cuál fue el destino de la Iglesia y de Mons. Wyszyński bajo el régimen comunista?

Primero, ya en 1945 los comunistas polacos abolieron unilateralmente el concordato. La propaganda del régimen intentó atacar incesantemente a Pío XII. En defensa del Papa, también se elevó la voz de Wyszyński, obispo de Lublin desde 1946. Wyszyński actuaba con prudencia, de manera pragmática y, cuando era posible, trataba de aliviar las tensiones. En 1948 Pío XII lo quiso como arzobispo metropolitano de Gniezno y Varsovia, es decir, Primado de Polonia. En ese momento, la Iglesia en toda Europa del Este se encontraba en una situación trágica con miles de clérigos encarcelados e internados en campos de trabajo. Los más rebeldes fueron torturados o asesinados en secreto o tras juicios falsos.

 

¿Cómo actuaba Wyszyński en esa situación tan difícil?

El Primado buscó un posible modus vivendi con el gobierno comunista con el objetivo de hacer sobrevivir a la Iglesia, salvar al clero y a los fieles y prepararlos para un enfrentamiento con el régimen totalitario en el futuro. Por este motivo, en abril de 1950, Mons. Wyszyński firmó un acuerdo con el gobierno comunista.

 

¿Qué preveía este acuerdo?

Gracias al acuerdo, la Iglesia obtuvo algunas garantías: mantenimiento de la enseñanza de la religión en las escuelas, mantenimiento de las escuelas católicas existentes, permiso para publicar periódicos católicos, permiso para brindar asistencia pastoral en hospitales y prisiones. El más importante fue el quinto párrafo del Acuerdo: “Principio según el cual el Papa es la máxima autoridad de la Iglesia, en cuanto a las cuestiones de fe, moralidad y jurisdicción eclesiástica”.

 

¿El régimen respetaba el acuerdo?

Lamentablemente no: en la Constitución de 1952 no se garantizan los derechos de los ciudadanos creyentes, se cerraron seminarios y noviciados, se multiplicaron las represiones y las persecuciones. El Primado no cedió y, arriesgando, hizo lo que pudo. Su nombramiento como cardenal, proclamado por Pío XII en otoño de 1952, lo salvó del arresto.

 

¿El cardenalato fortaleció la posición del Primado?

Sin duda que sí, pero los comunistas siguieron luchando contra la Iglesia: el 9 de febrero de 1953 el régimen emitió un decreto estableciendo que los cargos eclesiásticos debían ser autorizados por los organismos estatales. De acuerdo con las intenciones de las autoridades comunistas, esta medida fue para infligir el golpe fatal a la independencia de la Iglesia en Polonia.

 

Pero en marzo del mismo año murió Stalin. ¿Cómo cambió la política de los comunistas polacos?

No cambió, por lo tanto, el 8 de mayo de 1953, el Episcopado, a instancias de Wyszyński, publicó un famoso memorial en el que se constató que la situación de la Iglesia en Polonia empeoraba y se pronunciaron las memorables palabras: “Las cosas de Dios no se pueden ofrecer sobre los altares de César. ¡Non possumus!”.

 

¿Cómo reaccionaron las autoridades comunistas?

Wyszyński era consciente de que con su postura explícita se arriesgaba a la cárcel o incluso a la muerte. Y el régimen, después de consultas con el Kremlin, tomó la decisión de arrestarlo: fue arrestado de noche, el 25 de septiembre de 1953, y recluido en varias cárceles, en régimen de aislamiento, en pésimas condiciones. Pero lo soportó todo heroicamente. Durante su encarcelamiento el Primado se dedicaba a la oración y a la escritura y en esos años redactó el programa de la Gran Novena antes del milenio del bautismo de Polonia (1966).

 

Las solicitudes para liberar al Primado de Polonia se hicieron cada vez más acuciantes y finalmente Władysław Gomułka, el nuevo primer secretario del Partido Comunista, tuvo que rendirse: el 28 de octubre, después de tres años de prisión, el card. Wyszyński regresó a la capital. El Primado intentó llegar a un acuerdo con Gomułka, pero las diferencias en su forma de concebir la libertad de la Iglesia y del individuo, esencia de la democracia, eran insuperables.

 

Pablo VI quería visitar Polonia en 1966 con motivo del milenio del Bautismo de Polonia...

Sí, pero los comunistas no permitieron tal viaje...

 

Durante las celebraciones del Milenio, el arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyła, siempre apareció junto al Primado. ¿Cuáles fueron las relaciones entre estas dos grandes figuras de la Iglesia polaca?

Cabe destacar que los comunistas intentaron sembrar discordia entre Wyszyński y Wojtyła. Pensaban que Wojtyla, más joven, activamente comprometido en el “moderno” Concilio Vaticano II, sería más conciliador. Se equivocaron mucho porque los dos trabajaron codo a codo, incluso cuando Wojtyła fue nombrado cardenal en 1967.

 

Y finalmente llegó el 16 de octubre de 1978. ¿Cómo reaccionó el Primado ante la elección de Karol Wojtyła como Papa?

Wyszyński dijo entonces: “¡Fue Nuestra Señora quien lo hizo! ¡Es obra suya!”.

 

Ya al ​​año siguiente, Juan Pablo II quiso visitar su Patria, acogido por el Primado. ¿Qué significó ese viaje para Polonia?

El primer viaje del Papa a Polonia en junio de 1979 cambió el “rostro” de la tierra polaca. En esa ocasión, Juan Pablo II definió a Wyszyński como “una persona providencial para la Iglesia y para el país”. La semilla sembrada por el Papa en su tierra natal cayó sobre terreno fértil: al año siguiente se fundó el sindicato “Solidarność” (el primer sindicato libre del bloque soviético), gracias también al apoyo recibido de los trabajadores por el Primado, porque él consideraba legítimas las demandas de las libertades civiles y el derecho de asociación. El cardenal sostuvo a “Solidarność”, pero antes que nada quería una transformación profunda de la sociedad en un espíritu verdaderamente cristiano.

 

Wyszyński estaba vigilando la situación en casa, pero ya estaba muy enfermo. El 3 de mayo, fiesta de Nuestra Señora, Reina de Polonia, mantuvo una conversación telefónica con Juan Pablo II. Sus condiciones empeoraron el 13 de mayo porque desde Roma llegó la aterradora noticia del atentado contra el Papa. Wyszyński murió el 28 de mayo y el Santo Padre, hospitalizado en el Policlínico Gemelli, siguió por radio el funeral. El Pontífice le rindió honores personalmente con motivo de la peregrinación a su tierra natal en junio de 1983, diciendo: “Fue un incansable heraldo de la dignidad de cada hombre y del buen nombre de Polonia entre las naciones de Europa y del mundo. [...] Rezamos al Rey de los siglos para que no destruya nada de este profundo fundamento, que le fue dado para establecer en el alma del Pueblo de Dios en toda la tierra polaca”.

 

Casi cuarenta años después de la muerte del Card. Wyszyński, ¿su memoria sigue viva?

Sí, la memoria del Primado del Milenio sigue viva en Polonia y su culto continúa ininterrumpido. Yo también, cada vez que estoy en Varsovia, enciendo una vela en su tumba en la catedral y rezo por la beatificación de este gran pastor de la Iglesia.

lunes, 11 de enero de 2021

Llaman a resistir

 

 


LA INICUA “LEY” DEL ABORTO

NOTIVIDA, Año XXI, Nº 1232, 10 de enero de 2021

 

OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES

 

El Congreso Nacional legalizó el abominable crimen del aborto con lo que se autoriza a poner fin a la vida del ser humano más inocente e indefenso que pueda imaginarse.

 

Con ello desaparece cualquier límite moral para la sociedad argentina. En consecuencia la “ley” sancionada, es una norma aberrante, inicua, malvada y, por ende, no obliga en conciencia. Dicho con propiedad, esa norma podrá llamarse “ley”, pero carece por completo de legitimidad política, jurídica, moral y social.

 

La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales, con rango constitucional, protegen la vida del niño desde la concepción, y claramente el artículo 29 le niega al Congreso facultades para otorgar “sumisiones o supremacías” por las que la vida de los argentinos quede a merced de gobiernos o persona alguna. “Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria”.

 

Por encima de todo, es sabido que debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. Esta “ley” infringe brutalmente el Quinto Mandamiento - No Matarás -, precepto universal reconocido con carácter superior por el Preámbulo de nuestra Constitución, que invoca la protección de Dios como “fuente de toda razón y justicia”.

 

A partir de estas claras premisas, exhortamos a los médicos, profesionales o empleados de la salud, sanatorios, clínicas, hospitales, empresas de medicina prepaga, entidades públicas o privadas, a oponer, frente a las obligaciones que prescribe la ley sancionada, el derecho a la objeción de conciencia, garantizado por la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, por lo que no cabe intervenir o cooperar para dar muerte a niños inocentes en ningún caso cualquiera sea su grado de desarrollo.

 

Este derecho a resistir los actos de gobierno contrarios a la ley natural e incluso al sentido común, debe ser ejercido con hidalguía, con la firmeza propia de la nobleza de espíritu, también con valentía si fuere necesario. Los que somos abogados, celosos del juramento prestado, apoyaremos esta decisión con todos los medios que nos otorga el derecho verdadero y todavía vigente en la Argentina.

 

Buenos Aires, enero 6 de 2021

 

Consorcio de Médicos Católicos- Elena Passo, Presidente

Corporación de Abogados Católicos- Pedro Andereggen, Presidente

Academia del Plata- Gerardo Palacios Hardy, Presidente

Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia- Alberto Solanet, Presidente

Portal de Belén Asoc. Civil sin Fines de Lucro- Rodrigo Agrelo, Presidente

Centro de Estudios Salta - Mario Cabanillas, Presidente

Asociación Promotora Cultural y Social - Luis Rodríguez de la Puente, Presidente

Centro de Estudios Cruz del Sur –  Segundo Carafí, Presidente

La Merced Vida Asociación Civil - Maria Victoria Biassi de Porzio, presidente