jueves, 27 de noviembre de 2014

Cristianos y musulmanes condenan el extremismo y la violencia cometidas en nombre de la religión



Ciudad del Vaticano, 27 de noviembre 2014 (VIS).-

El Centro para el Diálogo Interreligioso de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso celebraron su IX Coloquio del 25 al 26 de noviembre en Teherán (Irán) bajo la presidencia conjunta de Abuzar Ibrahimi Turkaman, presidente de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas y del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Al final de la reunión, los participantes estuvieron de acuerdo en lo siguientes puntos:

1. Dos décadas de diálogo entre las instituciones antes mencionadas han proporcionado la ocasión para un mejor conocimiento y comprensión mutua.

2. Los participantes hicieron hincapié en que el diálogo constructivo entre cristianos y musulmanes juega un papel crucial en la construcción de una sociedad mejor.

3. La espiritualidad es un tanto un don divino y el fruto de un viaje humano que conduce a la verdad.

4. Una espiritualidad genuina nos permite reconocer la presencia y acción de Dios en nosotros y en el mundo.

5. Los medios de comunicación están llamados a desempeñar su papel distintivo en la promoción de las relaciones positivas entre cristianos y musulmanes.

6. Los participantes condenaron todo tipo de extremismo y violencia, especialmente los cometidos en nombre de la religión.

Los participantes decidieron celebrar su próximo coloquio en Roma en 2016, que será precedida por una reunión preparatoria en 2015.


martes, 25 de noviembre de 2014

Si no cobramos por eucaristías tendríamos que cerrar iglesias




Escrito por  Everth Sánchez Henao, Redacción Web.
La Nación.com.co,  24 Noviembre 2014

El obispo de Neiva, Froilán Casas reaccionó al comentario del Papa Francisco, quien dice que es pecado cobrar por misas y sacramentos en la Iglesia Católica porque se convierte en un negocio y ese no es el fin. “Nos califican de ricos cuando no lo somos”, destaca el Casas, quien insiste en que si la Iglesia no cobra por sus servicios católicos, entonces que los fieles den el diezmo como los cristianos y otras religiones.

Froilán Casas, Obispo de la Diócesis de Neiva es aterrizado. Dice que aunque han querido tildar a los sacerdotes e iglesias de ricos, no lo son. Al contrario, ‘desnuda’ una difícil situación de la Iglesia Católica en el Huila porque, contrario a otras religiones, la Católica no les exige a los fieles el diezmo.

Pero tendrían que empezar a pedirlo en caso de aplicarse la exigencia del Papa Francisco, quien dijo el fin de semana que las iglesias no pueden convertirse en negocios. Y calificó como pecados el hecho de que algunos templos cobren por eucaristías y otros sacramentos.

Entonces, ¿de qué viven los sacerdotes? Sino cobran por misas, ¿quién paga su energía eléctrica, gas, agua, desplazamientos, alimentos?

Froilán Casas es obediente al Papa Francisco, pero dice que sus palabras deben ser bien interpretadas por los fieles y religiosos para que no se vean a los sacerdotes como ricos, cuando no lo son.


¿Cómo reciben los sacerdotes en el Huila el mensaje del Papa Francisco donde dice que las iglesias no se pueden convertir en negocios?

La muestra es Neiva, esos templos construidos a base de trabajo, tamales, empanadas, de basares, además nosotros construimos y nos vamos, la casa episcopal es de la Diócesis, la camioneta del Obispo es de la Diócesis comprada con la plata de los católicos de Alemania, los autos de las parroquias en una buena parte tienen la carta de propiedad de las parroquias. Vaya a ver las confesiones protestantes allá piden el diezmo pero no critican a los pastores y apoyan con cariño todo. Yo no sé, pareciera que hubiera una diferencia entre el cristiano católico y el cristino de otras confesiones, por eso ellos han construido tantas cosas tan rápido, porque tienen el diezmo, en ese sentido en el caso de Neiva y general en Colombia necesitamos que nos ayuden más para hacer más obras, no puede ser que no se pueda construir templos en algunos barrios porque ya el precio de los terrenos es inaccesible, hay que apoyar las obras de la iglesia, pero aquí más bien, cuando una persona da una ofrenda saca la moneda de 50 pesos, si la busca, para no dar de otra clases. 

Eso es una crítica, obviamente el Santo Padre tendrá sus razones para hacerlo, pero ni más faltaba que nosotros a nivel de Diócesis estemos utilizando lo religioso para hacer mercantilismo, para hacer un estado de Jesús. Además en la iglesia tenemos un control serio en el sentido de que evitamos la simonía como dice el texto de Hechos de los Apóstoles, que sería comerciar con lo religioso, no hacer de Cristo un mercadeo, es decir la tentación ha existido siempre en todas las culturas pero es necesario controlarlo para que no aprovechemos el dinero para el enriquecimiento, sino para el servicio de las personas y la comunidad.

¿El Papa dijo que no había que cobrar por los bautizos, las bodas y otros servicios, que eso era pecado?

No que tal, entonces que nos den el diezmo los católicos, imagínese si cada católico diera la décima parte de lo que gana al culto, al servicio, pues no habría que cobrar nada, pero desafortunadamente nosotros no tenemos el diezmo, no es que se cobre directamente pero es un servicio, entonces ¿cómo vive el sacerdote?, ¿cómo se sostienen los templos?, ¿cómo se pagan los empleados?, ¿cómo se paga la luz?, ¿cómo se pagan los impuestos de la misma parroquia?, ¿cómo se paga la prestación social de los pequeños empleados?, ¿cómo se pagan las casas parroquiales?; en ese orden habría que entonces cerrar, porque ¿cómo se sostiene?, ¿en qué organización no se requiere lo económico? 

Yo pienso que el Papa Francisco hace una crítica en algunos lugares donde se ha hecho mercadeo con lo religioso, en ese sentido el Santo Padre tendrá la razón en decirlo, afirmar eso es muy doloroso para nosotros los ministros de Cristo que vivimos en situaciones terribles, yo tengo sacerdotes muy enfermos que no tenemos cómo atenderlos, la casa de Rivera, pero no tenemos un lugar para acoger a los sacerdotes ancianos que han dado su vida por promulgar el Evangelio, en el ocaso de su vida no tienen un lugar con enfermera con todos los elementos esenciales para que puedan tener una vejez y una convalecencia con condiciones dignas de un ser humano. 

En esa medida acabar con los apoyos económicos sería que nos acabaran a nosotros los sacerdotes, porque no habría cómo pagar tanto, con todas las normas que tiene el Estado colombiano desde el punto de vista del derecho laboral sería imposible responder a tantas necesidades que hay en las parroquias.

¿Usted conoce casos en el Huila donde se hayan presentado abusos en los cobros, existan denuncias o se esté comercializando en el nombre de Dios y la fe?

No, yo en mis reuniones con el clero vivo compitiendo todo eso, por eso existe un arancel donde se estableció todas las tarifas, que establece la Comunidad Eclesiástica de Ibagué a la que pertenecemos y a la que yo haga parte, establecemos unas tarifas bastantes cómodas, es más incluso casi insuficientes, por ejemplo por un servicio matrimonial cuesta 150 mil pesos, pero la misma pareja gasta dos o tres millones de pesos, de modo que sostener el culto no es fácil, yo creo que controlamos dentro de nuestra realidad, no tenemos ni fiscalía, ni contraloría, ni tenemos fuerzas coercitivas para control, ni nada de eso, simplemente manejamos de acuerdo a nuestras normas internas el derecho canónico, tratamos de hacer, exigir y de cumplir. 

Cuando ha habido abusos en el manejo de los matrimonios yo trato de corregir, de orientar y sancionar, pero que haya habido situaciones desaforadas o delincuenciales yo creo que no ha habido, al menos en lo que llevo en la Diócesis, ni tampoco en mi antecesor. Yo creo que toca leer esas cosas con mucho cuidado porque fácilmente resultamos ante la opinión pública como mercaderes de Cristo y eso es todo lo contrario, ojalá tuviéramos en la iglesia el diezmo, que todo cristiano católicos dieran el diez por ciento de lo que dieran en el mes, yo creo que tendríamos muchos más templos, cantidad de cosas al servicio de la misma iglesia de la evangelización.

¿Lo que ha dicho el Papa va en contra de la realidad actual en el Huila?

Yo no diría eso porque no contradigo al Santo Padre, no sé en qué contexto lo ha dicho el Papa, pero sí eso se da como mercadeo hay que censurarlo, en el caso del Huila y creo que en Colombia no ocurre eso, nosotros en general todos los sacerdotes y Obispos tenemos un nivel académico bastante aceptable, con todo y eso nosotros no estamos en esa actitud de búsqueda de dinero, sino de utilizar el dinero, ojalá haya para utilizarlo en salones de catequesis, equipos audiovisuales. También en los doce apóstoles había un ministro de finanzas que fue Judas, Cristo lo tenía, Judas era quien llevaba la bolsa como dice el Evangelio, de manera que el dinero no es malo en sí, no hay que satanizar el dinero, ojalá tengamos mucho para bien de todos, lo que hay que condenar es el abuso y la mala administración del dinero.

¿Cuál es la situación financiera actual de la iglesia católica en el Huila?

En el Huila tenemos unos apartamentos que hay que recuperar, realmente de patrimonio de la Diócesis entran entre nueve y diez millones de pesos por arrendamientos, pero la nómina de la Curia por los 22 empleados oscila entre 20 y 24 millones de pesos por todo lo que implica el tema salarial. Los salarios son muy bajitos, pero es que ya un salario mínimo implica todo lo que son prestaciones de Ley, está constando en Colombia casi un millón doscientos mil pesos mensuales. La Diócesis de Neiva hay que buscarle incluso patrimonio para en un futuro podamos tener una casa para sacerdotes mayores para que puedan estar en su vejez tranquilo y no la tenemos, ojalá haya más dinero pero bien administrado, si lo administran mal pues vamos al infierno empezando por el Obispo de Neiva. 

Al no cobrar nada como lo dice el Papa, ¿de qué van a vivir?


Nos tocaría que no pagar luz, ni agua, ni teléfono, ni los empleados que prestan un servicio, sería que nos acabaran porque no habría otra cosa, se acabaría todo, porque no tendríamos nosotros de dónde sostenernos. Nos estarían ‘matando’, porque no habría ya de dónde trabajar, nos califican de ricos, cuando no lo somos. 

sábado, 22 de noviembre de 2014

El Card. Burke pide a los fieles escribir al Papa


NOTICIAS GLOBALES,  21 noviembre 2014


El cardenal Raymond Burke participó, el 15 de noviembre, en un congreso sobre el matrimonio y la familia en Limerick (Irlanda), organizado por Catholic Voice, un semanario católico creado en 2009. En su intervención ante los trescientos participantes, el cardenal pidió que el Sínodo se dedicase a promover la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y rechazó que se permitiese recibir la Comunión a los divorciados en una nueva unión cuyo matrimonio no haya sido declarado nulo.

El cardenal aseguró que “si el matrimonio es indisoluble y alguien está viviendo en un estado que contradice la indisolubilidad del matrimonio, no entiendo cómo puede permitirse que reciba la sagrada Comunión”. Por eso, pidió a los fieles católicos que escribiesen al Papa Francisco y a los representantes de la jerarquía en el Sínodo para expresar su opinión contraria a dar la comunión a esas personas.

A este respecto, el cardenal afirmó que los temas de la Comunión para los divorciados en una nueva unión, la convivencia extramatrimonial y el matrimonio del mismo sexo debían retirarse de los temas tratados por el Sínodo. “Incluso dentro de la Iglesia hay algunos que querrían oscurecer la verdad de la indisolubilidad del matrimonio en nombre de la misericordia”.

La Relatio provisional (Relatio Post Disceptationem) no citaba consistentemente el Magisterio

También recordó que la Relatio provisional dejó “llamativamente clara la gravedad de la situación”, ya que “carecía prácticamente de cualquier referencia consistente al Magisterio” y constituía un “nuevo enfoque de los temas fundamentales de la sexualidad humana en la Iglesia, un enfoque que constituye una ruptura completa de la Tradición de la Iglesia”.

En relación con las presiones del lobby gay, señaló que la “sociedad ha llegado aún más lejos en su afrenta a Dios y a su ley al aplicar el nombre de matrimonio a uniones entre personas del mismo sexo”. También indicó que él no daría la Comunión a un político católico que hubiese votado a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.

En este sentido, explicó que él no llamaba matrimonio tradicional al matrimonio entre un hombre y una mujer. “Mi respuesta es: ¿acaso hay otro tipo de matrimonio? Temo que usar esa terminología de la impresión de que creemos que hay otros tipos de matrimonio. No es así”.

Inmersos en una gran lucha

También criticó la ideología de género y la mentalidad anticonceptiva. A su juicio, esa mentalidad es la causante de la “devastación” producida por la “industria multimillonaria de la pornografía”. Asimismo, advirtió de la “profunda infelicidad” y de la “desesperanza” que provocan estas cosas y del peligro que supone la introducción de ese “pensamiento corrupto” en los colegios. “Estamos inmersos en una gran lucha, que golpea el mismo corazón de la Iglesia”, señaló.


Nota. Dirección: Papa Francisco, Casa Santa Marta, 00120 Ciudad del Vaticano, Roma, Italia. 

viernes, 21 de noviembre de 2014

VI Informe sobre la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo


COMUNICADO DE PRENSA


Un acontecimiento especial y extraordinario se realizará este sábado 22 de noviembre a las 17:30 horas en Trieste. En el animado e histórico escenario de la Galería Tergesteo, en pleno centro de la ciudad, se darán cita conjuntamente dos acontecimientos centrados en un único tema: la mujer.

LA MUJER EN LA REVOLUCIÓN - LA REVOLUCIÓN DE LA MUJER es el tema que aborda el Sexto Informe sobre la Doctrina social de la Iglesia en el mundo (ediciones Cantagalli, Siena 2014), elaborado por el Observatorio Cardenal Van Thuân en colaboración con otros cinco centros de investigación europeos y latinoamericanos.

“BASTA DE VIOLENCIA” es la guía temática de algunas obras del artista veronese Sergio Sorgini, quien en su arte se ha interesado por la violencia contra las mujeres, para mostrar las heridas en el cuerpo y las heridas en el alma.

Los dos eventos conjuntos se realizarán intencionalmente, no en un lugar apartado, sino público, vital, en el centro de la ciudad, en medio de los comercios y alrededor de los cuales viven los ciudadanos. No se trata, por tanto, de algo convencional, sino de una propuesta viva tanto de pensamiento como visual.

En cuanto a la investigación sobre la mujer promovida por el Observatorio y que aborda este Sexto Informe, se concluye que la cuestión femenina ya cambió de signo. No es más el problema de la igualdad de derechos y oportunidades. Las reivindicaciones del viejo feminismo ya fueron superadas. Se trata de algo mucho más radical. La mujer es hoy escenario de experimentación de una humanidad post-humana. La fecundación artificial y el vientre de alquiler le quitan a la mujer sus características naturales de esposa y de madre. Los vínculos familiares, parentales, filiales se rediseñan en el laboratorio.  Pero existe también un nuevo feminismo, uno que no acepta esta planificación de la mujer hecha por los nuevos poderes dominantes. Precisamente son mujeres quienes dirigen los movimientos por la vida y la familia, y en contra de la ideología de género. De igual forma también son mujeres quienes, en los países pobres, rechazan esta nueva colonización por parte de los países desarrollados.

De otro lado, Sorgini presentará algunas obras que expresan el tema de la violencia contra las mujeres. "No más violencia", también es el tema de otras esculturas permanentes en Orvieto y Nápoles, y es el concepto que Sorgini quiere expresar con sus trabajos.

"El tema predominante de mi trabajo —ha declarado el maestro en vista de la cita triestina del 22 de noviembre—, que casi nunca se aparta de la observación atenta de la realidad que me rodea, apunta a resumir y a responder al drama de tales condiciones "del ser humano” que lo afectan cada día; y me refiero de manera particular, a la ferocidad de los hombres, a la locura malvada que siempre aniquila, a la crueldad que parece no encontrar fin, a la malicia sin sentido que siempre se comete y que encuentra su drama extremo precisamente en el sinsentido y en la falta absoluta de piedad, en el concepto más estrecho del término. Es por eso que mis esculturas nos presentan seres heridos, desgarrados, violentados por las formas de la sociedad en la que viven".

Los eventos del próximo 22 de noviembre son organizados en colaboración con la Diócesis de Trieste y el semanario "Vita Nuova". En la presentación del Informe y la inauguración de la muestra estará presente el Arzobispo Giampaolo Crepaldi, Obispo de Trieste, quien dirigirá un saludo a los presentes.


Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thuân, 19-11-14


martes, 18 de noviembre de 2014

No todo es resultado del azar


Reflexión de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, en el programa "Claves para un Mundo Mejor" (15 de noviembre de 2014)

Durante el siglo XX el hombre ha logrado conquistas formidables y no pienso solo en la conquista del espacio sino en todos los órdenes de la vida. Tal es así que el resto de la Historia hacia atrás parece prehistoria. Y ha llegado a ser tan poderoso que cree poder cambiarse a si mismo, cree poder construirse a sí mismo.

Fíjense lo que pasa, por ejemplo, con los casos de cambio de sexo. El hombre se ha hecho dueño de su propia vida, de su propio destino, así como domina el mundo. Pero se ha olvidado de algo: se ha olvidado de que el hombre tiene una naturaleza creada y ordenada por Dios, que está inserta en un orden natural. Esto se da desde el máximo esplendor del universo hasta la estructura ínfima de la materia. Todo es orden pues sin orden no existiría nada. Y por eso existe una naturaleza de la persona y de sus actos.

Ese orden se expresa en todas las cosas, por ejemplo, si yo planto tomates en una quinta no puede pretender que de los tomates salgan peras y si una gata, en mi casa, va a tener cría no van a salir perritos de allí. Cada ser tiene su propia naturaleza y el hombre también. Y esa naturaleza se expresa en leyes que son inalterables. Uno puede descubrir que existen esas leyes de la naturaleza.

San Pablo dice que en la conciencia del hombre aparece la ley, que está escrita en la conciencia del hombre y con eso existe un orden natural del cual depende un orden moral. La conducta del hombre tiene que ser de acuerdo a su naturaleza y de allí que podamos distinguir conductas naturales de conductas antinaturales. Eso debiera manifestarse también en el ordenamiento de la sociedad.

Desgraciadamente nos vamos acostumbrando, hoy día, a considerar normal las cosas que son anormales, considerar como naturales las cosas que son antinaturales. No quiero entrar en ejemplos sobre esto pero fíjense ustedes por ejemplo las leyes que se van dictando y vemos que algunas de ellas efectivamente van contra el orden natural.

Pensemos por ejemplo la ley del matrimonio igualitario y pensemos también en lo que se está preparando de nuevo en la Argentina de una posible ley sobre el aborto. Realidades que son antinaturales y que el hombre creyendo que se construye a si mismo en la realidad se está descontruyendo porque ya está yendo fuera de su propia naturaleza, es decir en contra de su propia naturaleza.

Esto tiene que llevarnos a reflexionar sobre la importancia que tiene el hecho de que Dios nos haya creado de determinada manera y que cada uno de nosotros sea el mismo que cuando era un bebé o cuando tenía 10 años o tenía 50 o 70, aún cuando se perciben cambios debidos al crecimiento o al envejecimiento. El cambio supone siempre algo que permanece como sujeto de ese cambio pues así ocurre en todos los órdenes de la vida.

Actualmente en que no sólo la filosofía materialista o relativista, la existencialista, niegan que existe un orden y eso también se niega en el lenguaje vulgar. Hay quienes creen que todo es resultado del azar, de la casualidad, que todas las cosas van cambiando sin que haya un sujeto que las sostenga y eso, luego, se manifiesta, como decíamos, incluso hasta en las leyes.

De ese modo uno no puede distinguir lo que es una ley justa de lo que es una ley injusta pero tampoco puede distinguir en el orden de la conducta lo que está bien de lo que está mal.

Gracias a Dios que nos ha hecho así. De eso depende, en todo caso, la orientación que le demos a nuestra vida, de eso depende también nuestra auténtica felicidad. Se trata de que respetemos ese orden natural, que estemos contentos de que el Señor haya hecho las cosas así y de que podamos, a partir de esas realidades naturales, llegar a conocer a nuestro Creador.


Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata

viernes, 14 de noviembre de 2014

El Cardenal O`Brien visita el país invitado por los Caballeros del Santo Sepulcro



Aica,  14 Nov 2014

La Lugartenencia Argentina de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén celebrará una Ceremonia de Cruzamiento de Caballeros y Damas y promociones en el marco de una celebración eucarística por realizarse en la basílica de Nuestra Señora del Pilar, del porteño barrio de Recoleta, el próximo lunes 17 a las 20.45.

La misa será presidida por el gran maestre de la Orden, el cardenal Edwin Frederick O'Brien, quien llegará a la Argentina invitado por esta obra de la Iglesia dedicada a la formación espiritual de sus integrantes y el sostenimiento material del Patriarcado Latino de Jerusalén.

El cardenal Edwin Frederick O’Brien, arzobispo emérito de Baltimore (Estados Unidos) y Gran Maestre de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro, visitará el país luego de aceptar la invitación que el lugarteniente de la Orden en la Argentina, Eduardo Santamarina, le hiciera en la peregrinación a Roma que los representantes mundiales de la Orden realizaron en septiembre de 2013.

La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén

La Orden, que se remonta al año 1100, es una institución eclesial con personería jurídica de derecho canónico según las cartas apostólicas de Pío XII del 14 de septiembre de 1949, y de Juan XXIII del 8 de diciembre de 1962, y con personería jurídica vaticana, según el Rescripto del papa Juan Pablo II del 1 de febrero de 1996.

La cabeza de la Orden es el Santo Padre, quien designa a un cardenal que preside el Gran Magisterio, actualmente el cardenal Edwin Frederick O’Brien, arzobispo emérito de Baltimore (Estados Unidos), secundado por el gran Magisterio con sede en el Vaticano.

La institución eclesial tiene entre sus objetivos incrementar la práctica de la vida cristiana de sus integrantes con absoluta fidelidad al Papa; sostener y ayudar a las obras y las instituciones caritativas, culturales y sociales de la Iglesia católica en Tierra Santa, particularmente en aquellas situadas en el Patriarcado Latino de Jerusalén (comprende Israel, Jordania, Palestina y Chipre) cuyo actual Patriarca -segunda autoridad de la Orden- es monseñor Fouad Twal.

Los 30.000 caballeros y damas miembros de la Orden se encuentran distribuidos en unas 67 lugartenencias en el mundo, incluyendo países como Filipinas, Rusia, Mónaco, Alemania, Estados Unidos, España, Italia, Holanda, Austria, Polonia, Irlanda, Inglaterra, Escocia, Polonia, Australia, Canadá, etc.


En la Argentina la Lugartenencia tiene 60 integrantes y su lugarteniente es Eduardo A. Santamarina y el Gran Prior es monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata.

La sacralidad propia nos hace templos de Dios por el bautismo, nos convoca a una vida de plenitud en la santidad



P. Ricardo Mazza

Hoy celebramos la fiesta de la dedicación de la Basílica del  Santísimo Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista, más conocida como Basílica de San Juan de Letrán por estar dedicada a los dos santos principales que llevan este nombre.  Considerada como la primera iglesia de la cristiandad por ser la catedral del Obispo de Roma, esto es, del Papa, sucesor de san Pedro, Basílica Madre de todos los templos del mundo.

El palacio de Letrán, y el posterior templo, fueron entregados por el emperador Constantino al obispo de Roma, estando ya establecida la libertad de la Iglesia para realizar la obra evangelizadora encomendada por Jesús a los apóstoles.
La dedicación supone liberar el lugar y espacio del uso profano para dedicarlo o consagrarlo al  culto y servicio de Dios.
Este aprecio por la Basílica nos permite meditar sobre la Iglesia como cuerpo de Cristo, formada por todos los bautizados y llamada a dar cabida a toda la humanidad salvada por Él.

Los textos bíblicos nos llevan a meditar sobre nuestro ingreso a la Iglesia por el bautismo; a considerar a Cristo, como verdadero templo de Dios; y  a nosotros llamados a vivir como templos del Espíritu.
Y así, la primera lectura, tomada del profeta Ezequiel (47,1-2.8-9,12), refiere al origen de nuestra pertenencia  al pueblo de Dios, el bautismo. En efecto, de la casa de Dios fluye abundante el agua purificadora que se dirige al Oriente -de donde nace el sol de justicia Cristo-,  originando la vida para todos los seres, evocando el bautismo que nos purifica y consagra a Dios, y  nos conduce a Cristo el nuevo templo de Dios.

De esta manera lavados del pecado por la muerte del templo de Dios, Cristo, nos hacemos templos del Espíritu Santo, siendo “sagrados” o consagrados a Dios, -como los templos materiales se consagran para el culto divino-, sacralidad ésta que perfecciona  la dignidad ya recibida cuando nacemos para esta vida como imagen y semejanza de Dios.
Por eso el texto del evangelio (Jn. 2, 13-22) nos habla del celo de Jesús  por la casa del Padre,  agraviada en su carácter sacro por la actividad comercial que  en ella existía, con olvido del espíritu de oración.

Ante la expulsión que realiza de los mercaderes,  le piden cuenta sobre cuál es la autoridad sobre la que funda su obrar, anunciando que cuando  el templo de su Cuerpo sea destruido,  será reconstruido en tres días, refiriéndose  así a su muerte y resurrección gloriosas.
Con estas palabras queda en evidencia que el templo de Jerusalén pierde vigencia como lugar de culto y encuentro con Dios, dando cabida al nuevo templo del Cuerpo de Cristo, a través del cual nos unimos al Padre  adorándole especialmente en el santo Sacrificio de la Misa  que actualiza el de la Cruz aunque incruentamente.

Pero también nosotros somos templos de Dios por el bautismo como lo recuerda el apóstol de los gentiles (I Cor. 3, 9-11.16-17), habitando en nuestro interior el mismo Espíritu de Dios. Somos edificio de Dios y tenemos a Cristo como cimiento firme sostenidos por su gracia  y estamos llamados a consolidarnos en santidad de vida precisamente por el hecho de ser templos vivos de Dios.  
Al respecto, san Cesáreo de Arlés nos dice en el oficio de lecturas del día, que así como procuramos que el edificio material  del templo esté siempre limpio para honrar a nuestro Dios, mucho más empeño hemos de poner para desalojar de nuestro interior a los mercaderes y cambistas que buscan seducirnos con el mal, alejándonos de nuestra unión con Dios, y transformando nuestra vida en espacio al servicio del demonio.

Como el templo de Dios que es cada uno de nosotros es sagrado, dice san Pablo, hemos de tener en cuenta la amenaza  que se nos dirige cuando afirma “si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él”.
La condición de templo de Dios que es cada cristiano por el bautismo, queda patente cuando a causa del pecado cometido, - a no ser que se haya encallecido la conciencia personal-, sentimos un quiebre en nuestro interior y no encontramos verdadera paz sino cuando llegamos a la reconciliación con Dios por medio del arrepentimiento y la buena disposición a ser mejores en el sacramento de la reconciliación.

Para concluir, no olvidemos que hoy se conmemora en el país la jornada nacional del enfermo
Es precisamente el dolor y la enfermedad lo que permite identificarnos más plenamente a Cristo crucificado, de manera que cada uno de los creyentes asumiendo las limitaciones propias del cuerpo creado, podemos ser templos sufrientes que completan en su carne los padecimientos de Cristo.

Al mismo tiempo, la esperanza de la vida eterna que se nos ha prometido, hace que miremos al hermano sufriente como camino para nuestra caridad, ya que al reconocer en él a Cristo, podemos llevarle el bálsamo del consuelo y la seguridad de nuestra fortaleza.
Hermanos: pidamos al Señor la gracia de vivir siempre como templos de santidad, para que habitados por el Espíritu, crezcamos por el alimento que Jesús nos ofrece en cada misa.

Canónigo Ricardo B. Mazza. Cura párroco de la parroquia “San Juan Bautista”, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en la Misa de la dedicación de la basílica de San Juan de Letrán. 09 de noviembre de 2014.










Si no somos fieles a Cristo en su enseñanza sobre el matrimonio, no sé como la gente podrá confiar en nosotros





Reportaje al Cardenal Raymond Leo Burke



Eminencia, Permanecer en La verdad de Cristo incluye un capítulo inicial analizando la base escriturística del matrimonio, que fue escrito por el padre Paul Mankowski, S.J. Permítame darle un par de citas bíblicas tomadas de la Nueva Biblia Americana destacadas por la Conferencia Episcopal Estadounidense. 
Génesis 2, 24 dice: «Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer y se hacen una sola carne». 

Marcos, capítulo 10 dice: «Los fariseos se acercaron y le preguntaron: ¿le es lícito al hombre divorciarse de su mujer? Lo estaban probando. Les respondió: ¿qué os mandó Moisés? Ellos contestaron: Moisés permitió redactar el acta de divorcio y repudiarla. Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestros corazones se os ha dado este mandamiento, pero desde el principio de la creación «Dios los hizo hombre y mujer, por esta razón, el hombre debe dejar a su padre y a su madre y se une a su mujer y así serán una sola carne». Así que lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe». En la casa los discípulos de nuevo le preguntaron acerca de esto. Él les dijo «quien se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Quiero preguntarle, Eminencia, una pregunta muy básica. ¿Estaba Jesús en lo correcto acerca del matrimonio?

Absolutamente. Su misión salvadora para restaurar nuestra comunión con Dios Padre -esa comunión que ha sido rota por el pecado de Adán y Eva- tiene como uno de sus aspectos fundamentales la restauración de la verdad del matrimonio y la fidelidad a esa verdad en la vida del marido y la esposa.

Y así Nuestro Señor, en su enseñanza, hace referencia a la creación misma, en otras palabras, al orden que Dios ha puesto en el mundo y en el corazón humano, por el que un hombre y una mujer son atraídos el uno hacia el otro para formar una unión de por vida, fiel y procreadora, que Nuestro Señor dejó muy claro que ésta es la verdad acerca del matrimonio, que no hay otra verdad acerca del matrimonio, que ésta es la verdad completa.

Y era tan clara que los discípulos le preguntaban acerca de ella porque ellos estaban pasmados. Dijeron: bueno, quizás es mejor no casarse. Y Nuestro Señor dejó claro que Dios Padre da la gracia a aquellos que están llamados a casarse para vivir este maravilloso sacramento y vivir el misterio que refleja de una manera muy particular el amor dentro de la Trinidad, que también es fiel, duradero y fecundo.

Así que vemos que en la obra Salvífica de nuestro Señor, uno de los más importantes aspectos fue restaurar el matrimonio a su verdad.

Dado que fue Jesucristo mismo quien nos enseñó lo que es el matrimonio, ¿puede cualquier sacerdote u obispo cambiar lo que Jesús ha declarado acerca del matrimonio?

No, absolutamente no. Los sacerdotes y obispos están llamados a ser fieles a la verdad. Nuestro oficio es enseñar esta verdad y ayudar a los fieles a vivirla, pero nunca podemos, incluso bajo una supuesta aproximación pastoral, ya sea alterar o negar la verdad acerca del matrimonio.

¿Puede el Papa mismo cambiar la naturaleza del matrimonio, teniendo en cuenta lo que dijo Cristo?

No, no está en su poder, y está muy claro en la enseñanza de la Iglesia que si un matrimonio ha sido válidamente celebrado y consumado no puede ser separado. No puede terminarse por nada excepto por la misma muerte.

¿Y la institución del matrimonio y la manera en que es reconocida por la Iglesia puede ser cambiada por cualquier obispo o cualquier papa?

No. No porque la Iglesia en este asunto sigue tanto la ley natural como la ley divinamente revelada. Como ha señalado, estas palabras de Jesús en el evangelio de Mateo, y no hay ningún estudiante respetable de Escritura que cuestione que estas mismas palabras de Nuestro Señor y el texto de la Escritura dejan claro lo que Nuestro Señor parece estar diciendo, más aún, él lo está diciendo porque sus propios discípulos reconocen que es algo duro, que es una llamada a los casados a una manera de vida heroica, pero una vida a la que están realmente llamados.

Puede ser una verdad inconveniente, pero es la verdad.

Exactamente.

Eminencia, en el Catecismo de la Iglesia Católica, como aparece en el sitio web del Vaticano, hay una sección llamada «Dar testimonio de la verdad». Y dice esto, dice: «Ante Pilato, Cristo proclama que Él ha venido al mundo a dar testimonio de la verdad.». El cristiano no tiene que avergonzarse entonces de dar testimonio de Nuestro Señor. Y sigue diciendo: «El deber de los cristianos de tomar parte en la vida de la Iglesia los impulsa a actuar como testigos del Evangelio y seguir las obligaciones que se derivan de ello. Su testimonio es una transmisión de la fe en palabras y hechos. Testimoniar es un acto de justicia que establece la verdad o la hace conocida.»

Ahora, el Catecismo sigue diciendo que hemos visto mártires que a lo largo de la historia de la Iglesia han dado sus vidas porque ellos dieron testimonio de la verdad, cuando no sólo era inconveniente sino que suponía riesgo para su vida.

Un ejemplo es San Juan Fisher que fue un obispo inglés del siglo XVI en tiempos del rey Enrique VIII. A éste, su esposa Catalina de Aragón no le había dado ningún heredero varón superviviente, así que él quería dejarla de lado, divorciarse de ella, y casarse con Ana Bolena. La Enciclopedia Católica describe lo que hizo San Juan Fisher como sigue. Dice: «Cuando la cuestión del divorcio de Enrique de la Reina Catalina llego a Fisher, se convirtió en el principal apoyo de la reina y su más fiel consejero. Aparecía al lado de la Reina en la corte, donde sorprendía a sus pares por lo directo de su lenguaje y sobre todo por declarar que, como San Juan Bautista, estaba listo para morir por la indisolubilidad del matrimonio. Enrique VIII se separó dela Iglesia Católica y se declaró la suprema autoridad sobre la Iglesia de Inglaterra, lo que San Juan Fisher se negó a reconocer, por lo que fue martirizado por Enrique VIII. ¿hizo lo correcto el cardenal Fisher diciendo que entregaría su vida en defensa de la indisolubilidad del matrimonio?

Absolutamente. Ningún sacerdote ni obispo ni ningún pontífice romano podría hacer menos. En otras palabras, entregar la indisolubilidad del matrimonio, como el Rey Enrique VIII pedía, habría sido entregar su fe católica y él no podía hacerlo y Nuestro Señor le dio la gracia de ser un mártir. Él incluso hizo referencia a San Juan Bautista, que durante el propio ministerio de Jesús dio testimonio heroico de la indisolubilidad del matrimonio, dejando claro a Herodes que él estaba viviendo en pecado público y grave, viviendo en matrimonio con la esposa de su propio hermano, que obviamente estaba ligada en matrimonio a su hermano.

¿Debería el cardenal Fisher ser un modelo para los sacerdotes y laicos católicos de hoy?

Bueno, ciertamente lo es para mí. Desde el momento en que me convertí en obispo, he estudiado especialmente su vida. Pero él es un modelo para todos los sacerdotes y obispos y para los laicos. Por supuesto, como sabe, Santo Tomás Moro, un laico, un hombre casado, se unió a él en el martirio, porque también se negó a apoyar a Enrique VIII en su pretensión de ser la suprema cabeza de la Iglesia, para darse a sí mismo la licencia de «casarse» con alguien cuando ya estaba casado con Catalina de Aragón.

Ya sabrá, Eminencia, hace unos cincuenta años Hollywood hizo una película sobre Santo Tomás Moro, Un hombre para la eternidad, que mostraba lo que le sucedió a Santo Tomás Moro y lo promovía como un gran héroe cultural. Pienso que en aquellos días -estamos hablando de los sesenta en Estados Unidos- la idea de que una persona podría tener que sacrificar su vida en la civilización occidental porque se mantiene en contra de la autoridad del Estado defendiendo la institución del matrimonio y la autoridad moral de la Iglesia parecía chocante. ¿parece chocante ahora?

No, no lo parece. Y muestra cómo de lejos, en un período corto de tiempo, hemos descendido y nos hemos alejado de la verdad de nuestra fe y la verdad de la ley moral en general. Pero el hecho de que esta clase de preguntas sean realmente discutidas en la Iglesia debería chocarnos a todos y despertarnos a la necesidad de dar un testimonio heroico de la verdad de la indisolubilidad del matrimonio frente a ataques desde dentro de la Iglesia.

Desde dentro de la propia Iglesia. Como sabe, muchos de los obispos de Inglaterra no se mantuvieron con San Juan Fisher, se fueron con el rey.

No, la mayoría no lo hizo. De hecho, Fisher fue el único obispo. Ahora bien, después hubo muchos que dieron testimonio heroico y laicos y fieles. Pero en ese momento Fisher estuvo más bien solo.

¿Piensa que hay amenaza o riesgo de que en un futuro cercano la Iglesia Católica pueda enfrentarse a esta situación incluso en países occidentales, donde algunos líderes de la Iglesia, algunos obispos, decidan alinearse con el César más que con Dios?¿Tomar partido en contra de la verdad de la Iglesia?¿Hay riesgo de eso?

Pienso que hay desafío real hoy y quizás no viniendo tanto del Estado como de la cultura en general, la aceptación general, la amplia aceptación del divorcio y del volverse a casar, y la Iglesia Católica que es prácticamente la única institución que mantiene la verdad del matrimonio, la indisolubilidad del matrimonio, ahora se le pide un compromiso en esa materia.

Así, tenemos que reconocer que si no estamos en lo correcto acerca del matrimonio -en otras palabras, si no somos fieles a la palabra de Cristo, a la verdad que Cristo nos anunció acerca del matrimonio- en la Iglesia, no sé cómo la gente podría confiar en nosotros acerca de la enseñanza de la fe de cualquier otra manera.

Quiero decir, estamos hablando del mismo fundamento de la vida de la Iglesia, la primera célula de nuestra vida, en la unión marital y la formación de la familia y si no defendemos la santidad del vínculo matrimonial, estamos realmente no sólo abandonando la fe católica, sino realmente abandonando la fe cristiana, en el sentido de que estamos abandonando la misma ley natural.

Eminencia, déjeme preguntarle en relación a otro aspecto del catecismo que llama al respeto de las almas de los otros y habla del pecado de escándalo.

Dice: «El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual. El escándalo constituye una falta grave si, por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave.» «El escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor esta maldición: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar» (Mt 18, 6; cf 1 Co 8, 10-13). El escándalo es grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o por función, están obligados a enseñar y educar a otros. Jesús, en efecto, lo reprocha a los escribas y fariseos: los compara a lobos disfrazados de corderos». «El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastren a hacer el mal se hace culpable de escándalo y responsable del mal que directa o indirectamente ha favorecido». ¿Piensa que algunos de los obispos que han participado en el sínodo y estaban empujando a la Iglesia Católica contra la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio están en riesgo de cometer escándalo?

Bueno, ciertamente sucedió con la publicación de la relatio intermedia del sínodo. Se causó escándalo en la Iglesia. Los medios de comunicación seculares, no sin razón, se refirieron a ello como un terremoto en la Iglesia. Mientras algunos obispos y otros lo excusaban diciendo que no era una posición doctrinal, sino un simple informe que estaba siendo discutido en el sínodo, el mismo hecho de que estos asuntos estaban siendo discutidos y cuestionados por los presidentes de las conferencias episcopales, por los jefes de los dicasterios de la curia romana y por otros designados especialmente por el Santo Padre para el sínodo, causó una tremenda confusión y podría incluso inducir a los fieles al error respecto a la enseñanza acerca del matrimonio y otras enseñanzas.

Y así, para mí, fue una seria responsabilidad intentar corregir tan rápida como efectivamente fuese posible el escándalo causado por la relatio intermedia.

Recuerdo un obispo en nuestro pequeño grupo, nos encontramos justo después de la lectura de la relatio intermedia y dijo: «¿cómo voy a casa, a mi pueblo, llevando este mensaje para ellos?».

Eminencia, déjeme ser específico en esta parte. En la relatio intermedia -el texto inicial que fue publicado- había una sección llamada «aspectos positivos de las uniones civiles y la cohabitación». Dice: «una nueva sensibilidad en la pastoral de hoy consiste en darse cuenta de la realidad positiva de los matrimonios civiles y habiendo mostrado nuestras diferencias, de la cohabitación. Es necesario que la propuesta de la Iglesia, mientras se presenta claramente el ideal, también indiquemos los elementos constructivos en aquellas situaciones que aún no se corresponden al ideal.» ¿Es esta posición específica escandalosa?

Creo que lo fue porque ¿cómo se puede decir que hay elementos positivos en un acto que es gravemente pecaminoso, comprometerse en el acto matrimonial cuando no estás casado?

No puede haber ningún elemento positivo en esto. Está contra la ley divina, natural y revelada. Simplemente nuestra única respuesta -mientras amamos al pecador, como siempre se dice, amar al pecador y odiar el pecado- pero necesitamos orientar a la persona para dejar el pecado y a convertirse. Pero decirle que hay elementos positivos en la manera en que está viviendo es simplemente una contradicción. No tiene ningún sentido. O es gravemente pecaminoso o no lo es. Quiero decir, está el principio de no contradicción. Es lógica fundamental.

Eminencia, dentro del sínodo, cuando los obispos y cardenales estaban discutiendo lo que habría que decir y cómo la Iglesia debe enfocar estas cosas, ¿había realmente cardenales y obispos argumentando que la Iglesia deba decir que la cohabitación tiene aspectos positivos? ¿Había, de hecho, gente diciendo en que es la manera en que la Iglesia debe actuar?

Bueno, el hecho de que fuera incluida en la relatio intermedia significa que había al menos una persona, aquella que escribió el texto sosteniendo esta posición y la persona que lo escribió debe haber pensado que estaba expresando el pensamiento de otros cardenales y obispos. Por mi parte, ni siquiera quiero pensar que hubiese un número significativo de cardenales y obispos que realmente suscribían este pensamiento.

Eminencia, mi sensación, y puede corregirme si me equivoco, de leer posicionamientos de la Iglesia, desde encíclicas a cualquier otro tipo de documento formal, cartas pastorales, que han sido publicadas por papas anteriores y por la Iglesia, es que han sido extremadamente cuidadosos con documentos bien preparados que superan el test del tiempo y más importante, están claramente fundamentadas en la Escritura y en las enseñanzas inalterables de la Iglesia. ¿Estoy en lo correcto acerca de esto?

Sí, absolutamente. De hecho, cuando una objeción fue hecha a la publicación de la relatio intermedia después de que fuese escuchada, la respuesta fue: bueno, siempre hemos publicado la relatio intermedia. Y mi respuesta a ello fue: sí, he tomado parte creo que en cuatro o cinco sínodos de obispos y éstas relatios intermedias estaban siempre cuidadosamente fundamentadas en las Sagradas Escrituras y en la enseñanza constante de la Iglesia y así, estaba agradecido de que fuesen publicadas para dar una correcta expresión de lo que el sínodo estaba intentando. Pero vi este documento como -no estaba fundamentado en las Sagradas Escrituras y ciertamente tampoco en la enseñanza constante de la Iglesia. Y en los círculos menores hubo un gran esfuerzo en tratar de traer el magisterio -por ejemplo la exhortación de San Juan Pablo II Familiaris Consortio- para introducir esto en el texto y corregirlo.

¿Cómo fue que se paró? ¿Cómo fue posible para un documento como este que tan claramente parece que contradice o pone en cuestión enseñanzas inalterables de la Iglesia Católica , qué pasó para que fuera elaborado e incluso publicado por el Vaticano?

No sé cómo explicárselo. Estoy siendo muy sincero. Me causó un estado de shock, para ser honesto con usted. Y el relator general, que es un cardenal al que conozco por más de treinta años, en una conferencia de prensa -no estoy revelando nada que sea confidencial- en una conferencia de prensa, cuando fue preguntado, por ejemplo, qué pasaba con estas declaraciones, se volvió hacia uno de los otros obispos presentes allí y dijo explica tú esto, tú lo has escrito. En otras palabras, no era su texto.

A pesar de que él era técnicamente responsable de ello, aquellas no eran sus palabras o punto de vista.

Es una situación muy grave. Quiero decir, todo esto, esto es para mí, es ahora mismo profundamente preocupante. Y yo no sabría. No puedo explicárselo. Lo siento, pero no puedo.

Entiendo, Eminencia. ¿Pero su percepción a la hora de hablar con sus hermanos obispos y cardenales sobre lo que pasó allí, es su percepción de que la vasta mayoría de ellos comparte su preocupación, entendiendo por qué el documento era problemático y la manera en que fue producido era problemática?

No puedo decir la vasta mayoría porque no hablé con la vasta mayoría. Le puedo decir que un número... cardenales muy formales y obispos con los que he hablado, ciertamente comparten mi visión de la situación y están muy muy profundamente alterados por todo ello. La votación de algunos de los párrafos que al final se mantuvieron en la relatio final indica que había un número significativo de cardenales y obispos que seguían muy preocupados acerca de estos textos, los textos sobre dar la Sagrada Comunión a aquellos que están en uniones irregulares y darles acceso a la penitencia y a la Sagrada Eucaristía y también los textos que eran confusos acerca de la cohabitación y la condición homosexual, indican que había un buen número de obispos que encontraban esto inaceptable. Y no podemos decir más porque no sabes qué hay en la cabeza de todos los demás obispos que quizá no votaron en contra de ciertos párrafos, pero no sabes exactamente qué pueden haber estado pensando acerca de ello.

Eminencia, en el catecismo, el cual- (el cardenal le interrumpe)

En cualquier caso, lo que quiero decir, si puedo, es que esto no es, éstas no son preguntas que estén sometidas a un voto democrático, ni incluso de obispos. Quiero decir, ésta es la enseñanza constante de la Iglesia y el único rol de los obispos en el Sínodo es mostrar y presentar esto al mundo. Sólo quería dejarlo claro.

Correcto. Los obispos y cardenales católicos no pueden. Si el noventa y nueve coma nueve por ciento de ellos votaran y negaran lo que Cristo dijo acerca del matrimonio, estarían equivocados y no podrían cambiar lo que Él dijo.

Es correcto. Se tuvo la situación en Inglaterra en el tiempo de Enrique VIII, donde tuvimos un mártir, el obispo cardenal Juan Fisher, y la gran mayoría de los otros obispos mantenían la posición opuesta. Pero él permaneció con la verdad, y ellos traicionaron su oficio episcopal.

Pero es extraordinariamente confuso para los católicos y quizás particularmente para los jóvenes católicos que están formándose en la fe, escuchar a un príncipe de la Iglesia cuestionar la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio o el comportamiento homosexual.

Absolutamente. Lo entiendo, lo que yo digo a la gente que atrae mi atención hacia esto o expresa su tremendo dolor y confusión, yo le refiero a la constante enseñanza de la Iglesia, al catecismo, a la Familiaris Consortio, y les digo que esto permanece y no puede cambiar y por lo tanto, a pesar de que esto es un comportamiento sin excusas, puede pasar y nosotros simplemente tenemos que mantenernos en la verdad en nuestras propias vidas y dar testimonio de esto al mundo.

Eminencia, el catecismo también dice que bajo «ninguna circunstancia» pueden los actos homosexuales ser aprobados. Y sigue diciendo que «el número de hombres y mujeres que tienen profundas tendencias homosexuales no es insignificante. Esta inclinación, que es objetivamente desordenada constituye para la mayoría de ellos una prueba» y continúa diciendo que la gente que tiene esta orientación está llamada a una vida casta. Ahora, ¿puede cualquier sacerdote, obispo o papa cambiar lo que el catecismo dice sobre los actos homosexuales, esto es, que no puedes aprobarlos, y que la orientación es objetivamente desordenada?¿puede cambiarse?

No, no es posible. Es parte de la ley moral natural y es también obviamente, parte del magisterio de la Iglesia. No, esto no puede ser cambiado.

¿El papa mismo no puede cambiar esta enseñanza?

No. no, no.

Eminencia, en la relatio intermedia también se dijo: «los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana: ¿somos capaces de dar la bienvenida a estas personas, garantizándoles un espacio fraternal en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que les ofrezca un hogar donde se sientan bienvenidos. ¿Son nuestras comunidades capaces de proporcionarlo, y de aceptar y valorar su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica acerca de la familia y del matrimonio?... Sin negar los problemas morales conectados con estas uniones homosexuales, se debe hacer notar que hay casos en los que hay ayuda mutua hasta el punto del sacrificio, constituyendo un aporte precioso a la vida de los compañeros. Más aún, la Iglesia tiene especial atención a los niños que viven con parejas del mismo sexo, subrayando que las necesidades y derechos de los pequeños deben siempre ser prioritarias». ¿Puede la Iglesia católica enseñar que la gente estimar «valores» inestimables en la orientación homosexual?

No. No es posible porque nosotros apreciamos, valoramos, aquello que es bueno y las relaciones homosexuales no son buenas. No son buenas para nadie. En mi propia experiencia pastoral, trabajando con gente que sufre atracción al mismo sexo, es exactamente lo que el catecismo dice: es una prueba para ellos. Y necesitan la ayuda de un buen sacerdote. Necesitan la ayuda, la mayoría de ellos de la oración y del acceso frecuente al sacramento de la penitencia para superar estas atracciones que son desordenadas.

¿Piensa que la llamada del catecismo para los cristianos a dar testimonio de la verdad tiene aplicación en cómo los católicos y el clero debería tratar con personas que tienen orientación homosexual?

Absolutamente. Y el catecismo es muy claro acerca de esto. El problema con ese texto que has leído es que es todo confusión. Por supuesto, tenemos que amar a la gente, a los individuos que sufren de esta manera, y tenemos que estar cerca de ellos e intentar de cualquier manera ayudarlos, pero lo que necesitan sobretodo de nosotros, es que les digamos la verdad. Y darles la impresión de que pensamos que está bien que ellos puedan estar siguiendo esas atracciones es gravemente erróneo. Y así, tenemos que dar testimonio de amor y respeto a ellos como hijos de Dios, pero al mismo tiempo hacerles ver muy claro que seguir esta atracción que ellos experimentan es pecado mortal, es gravemente erróneo. No es por su bien ni por el bien de nadie más que esté envuelto.

¿Y la gente que cohabita fuera del matrimonio y sigue ese estilo de vida, o que siguen un estilo de vida homosexual, deberían recibir, deberían ir a la comunión?

La única manera de que se pueda recibir el sacramento de la penitencia es confesando tus pecados y teniendo un propósito firme de enmienda. Y si se confiesa el pecado de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio o confiesas el pecado de tomar parte en actos homosexuales y no tienes el propósito firme de cambiar tu vida para evitar estos actos en el futuro, no puedes recibir la absolución. Y de la misma manera, no estarás dispuesto a recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión porque tu vida está en contradicción con la verdad que él nos enseña.

Por la misma idea, si alguien es un ladrón habitual y estuviera cotidianamente robando la propiedad privada de alguien, ¿necesitaría no sólo arrepentirse de hacerlo sino también dejar de hacer lo que está haciendo?

Oh, absolutamente. Por ejemplo, si alguien viene y te dice que está habitualmente robando a la gente, el sacerdote inmediatamente pregunta, lo primero de todo, si están dispuestos a hacer restitución de las cosas que han robado y también si están firmemente resuelto a no volver a hacerlo. Si dicen que no, no continúo, no pueden recibir la absolución.

¿Y Dios puede también perdonar a un asesino?

¿Perdón?

¿Dios podría también perdonar a un asesino?

Sí. Dios perdonará a alguien que cometa este terrible acto pero sólo si la persona está realmente arrepentida, por supuesto.

¿Y un aborto?; ¿podría Dios perdonar un aborto o a un abortista?

Sí, si la persona reconoce la gravedad de su pecado, está arrepentida y promete no volver a cometer este pecado otra vez.

Y si un político defiende quitar legalmente una vida humana inocente en un aborto y la financiación de esto y que continúe esto, ¿es esto un grave pecado desde el punto de vista de la Iglesia Católica?

Oh, por supuesto. No sólo es grave en sí mismo defender actos contra de la ley moral, sino también hacerlo de una manera pública y como líder, un líder político, incrementa la gravedad el pecado.

¿Cuándo un político católico hace esto es escandaloso?

Sí, por supuesto.

Pero si un político católico se arrepiente, se enmienda de la defensa del aborto, vuelve atrás y defiende la vida, ¿entonces puede ser perdonado y recibir la comunión?

Por supuesto, por supuesto.

Eminencia, los diez mandamientos dicen honrarás a tu padre y a tu madre, lo que sugiere que los niños tienen el derecho de tener un padre y una madre. ¿Los niños tienen un derecho dado por Dios de tener un padre y una madre?

Absolutamente. Y esta es una de las más fundamentales verdades sobre la vida humana y su inicio en la familia, que cada niño tiene el derecho a tener un padre y una madre. Esto fue bellamente testificado en las manifestaciones de París y Francia en general, cuando el Estado trató de imponer la legalidad de las uniones del mismo sexo y que pudieran adoptar niños. En las manifestaciones el logo era una madre y un padre con sus dos hijos y básicamente el mensaje era que cada niño tiene el derecho a un padre y una madre e incluso las personas más secularizadas parecen captarlo, entender el mensaje.

¿Así que, si el gobierno toma a un bebé y legalmente le da la custodia a una pareja del mismo sexo, entonces, negándole al bebé una madre y un padre, está el gobierno negándole a este niño el derecho que Dios le dio?

Sí, absolutamente. Y está demostrado la profunda violencia psicológica hecha al desarrollo del niño cuando crece en esta situación que no es natural.

Eminencia, ¿ puede la Iglesia Católica alguna vez decir que hay algo positivo en sacar a un niño de una situación con un padre y una madre y ponerlo en una situación familiar del mismo sexo?

No, no, no es posible.

¿El Papa no puede decir esto? ¿el Papa no puede decir que en nombre de la Iglesia Católica esto es bueno?

No, no. No, no. No es posible.

De acuerdo. Ahora, en 1986, el Cardenal Ratzinger, que era el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, y que por supuesto, después llegó a a ser Benedicto XVI, escribió una carta pastoral sobre la atención a las personas homosexuales que fue aprobada por el papa Juan Pablo II y la carta decía: «Al hacer las anteriores consideraciones, esta Congregación quiere pedir a los Obispos que estén particularmente vigilantes en relación con aquellos programas que de hecho intentan ejercer una presión sobre la Iglesia para que cambie su doctrina, aunque a veces se niegue de palabra que sea así. Un estudio atento de las declaraciones públicas y de las actividades que promueven esos programas revela una calculada ambigüedad, a través de la cual buscan confundir a los pastores y a los fieles». Sigue diciendo: «Algunos grupos suelen incluso calificar como «católicas» a sus organizaciones o a las personas a quienes intentan dirigirse, pero en realidad no defienden ni promueven la enseñanza del Magisterio, por el contrario, a veces lo atacan abiertamente» ¿usted ve este mismo fenómeno sobre el que el cardenal Ratzinger advirtió en su carta pastoral de 1986 sucediendo hoy, quizás, incluso en el mismo al sínodo?

Ciertamente lo he visto en los así llamados movimientos católicos -falsos católicos-, los cuales, de hecho promueven un modo de vida en contradicción con la enseñanza de la Iglesia y lo he visto también en parte del muy confuso lenguaje de, por ejemplo, la relatio intermedia, y diría que es precisamente culpable de la misma falta que el documento sobre el cuidado a las personas sufriendo una condición homosexual indicaba en 1986.

Resumiendo, ¿Cree que los obispos y el Papa tienen el deber de evitar confundir a los católicos acerca de las enseñanzas inalterables de la Iglesia sobre matrimonio y homosexualidad?

Oh, absolutamente. Incluso como tienen la responsabilidad de evitar confundir a los fieles en cualquier cosa, especialmente sobre tan serios temas, y el deber, también, es incluso más serio en una cultura como la nuestra, en la cual, hay una confusión sin límites en estos asuntos. Contribuir de cualquier manera a la confusión en esto, es muy irresponsable y es una traición del oficio pastoral.

Eminencia, dada la confusión que tan obviamente se ha mostrado como consecuencia de este sínodo ¿qué cree que el papa Francisco debería hacer ahora?¿Qué debería hacer personalmente sobre esto?

Bueno, yo no voy a darle instrucciones al Papa. Pero lo que la Iglesia necesita, eso puedo decirlo. Lo que la Iglesia necesita desesperadamente ahora es una exposición muy clara de su enseñanza respecto al matrimonio, al divorcio, con respecto a la grave inmoralidad de la unión sexual fuera del matrimonio, la grave inmoralidad en cualquier clase de tentativa de unión sexual entre personas del mismo sexo. Y ella (la Iglesia) no tiene que trabajar duro porque toda la enseñanza está ahí. Usted la ha citado en abundancia para esta entrevista. Hay también muchos otros textos. Y la Iglesia debe ahora en esta época sostener la belleza, el esplendor, de su enseñanza no sólo para que sus propios miembros no queden confundidos acerca de la verdad sino también por el mundo y la llamada de la Iglesia a servir al mundo proclamando la verdad y dando testimonio de ella.

Y en consecuencia, estoy rezando muy fervientemente para que el próximo año esta confusión cese y en vez de ello comience a darse un fuerte énfasis en la belleza de la verdad de la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio, la vida humana y la sexualidad humana.

Cardenal Raymond Burke, muchas gracias.

De nada.



CNSNews/InfoCatólica, 07-11-14


Fuente: Noticias Globales