NUEVO BEATO
Ecclesia, 1-11-14
La concatedral de Vitoria o catedral nueva, dedicada María
Inmaculada Madre de la Iglesia ,
acogió a partir de las 5 de la tarde del sábado 1 de noviembre, solemnidad de
Todos los Santos, la beatificación del sacerdote de la diócesis de Vitoria
Pedro de Asúa y Mendía (1890-1936), martirzado el 29 de agosto de 1936 en la
localidad cántabra de Liendo, en el monte Candino.
Los números 3-747 y
3-751 de ecclesia, en sus respectivas páginas 14 y 6, informaron previamente de
esta beatificación y de la semblanza del nuevo beato. Con él son ya 1.524 los
mártires del siglo XX en España elevados a los altares.
La celebración de su
beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las
Causas de los Santos. El Santo Padre, que firmó el decreto de su martirio el
pasado 27 de enero, se refirió a esta
beatificación tras el ángelus del 1 de noviembre. “Hoy en Vitoria es proclamado
beato Pedro Asúa Mendía. Sacerdote humilde y austero, predicó el Evangelio con
la santidad de vida, la catequesis y la dedicación a los pobres y necesitados.
Detenido, torturado y asesinado por haber expresado su deseo de permanecer fiel
al Señor y a la Iglesia ,
representa para nosotros un maravilloso ejemplo de la fuerza en la fe y de
testimonio de la caridad”.
Dieciocho obispos
concelebraron con el cardenal Amato y con el nuncio en España, monseñor Renzo
Fratini. Fueron el obispo de Victoria (Miguel Asurmendi), el cardenal-arzobispo
de Valencia, los arzobispos de
Valladolid (a su vez, presidente de la
CEE ), Burgos, Pamplona, Tarragona y emérito de Malanje (Angola),
los obispos de Bilbao, San Sebastián (el titular y el emérito), Calahorra y La Calzada-Logroño ,
Tarazona Santander y Pointe Noire (Congo) y los auxiliares de Pamplona y de
Madrid (Martínez Camino).
El rito de la
beatificación tuvo lugar, como es habitual, al comienzo de la celebración. El
obispo de Vitoria fue el encargado de solicitarla formalmente. A continuación,
el postulador de la causa, el padre Aitor Jiménez, leyó una semblanza
biográfica de Pedro de Asúa y el cardenal Amato procedió a la lectura de las
letras apostólicas mediante las cuales se le inscribe en el libro de los
beatos. Una vez proclamada la fórmula de beatificación , se descolgó el tapiz
conmemorativo, se cantó el Gloria y se presentaron unas reliquias del nuevo
beato, cuya memoria litúrgica, al igual que la de los otros 1.523 mártires del
siglo XX en España, será el 6 de noviembre de cada año.
Tanto la carta
apostólica de beatificación como la homilía del cardenal Amato subrayaron que
Asúa murió perdonando, “una muestra más de su identificación con Cristo y de su
coherencia con lo que, como sacerdote, predicaba y enseñaba” y que el nuevo beato “dono la vida para la
edificación del Reino”.
Esta ha sido la
primera beatificación celebrada en
Vitoria. A ella se sumaron, junto a muchos cientos de fieles, representantes
institucionales vascos como el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos
Urquijo; los consejeros de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, y de
Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi; el diputado general de Álava,
Javier de Andrés; y el alcalde de Vitoria, Javier Maroto.
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