Aica, 4-11-14
Texto de la
declaración
Ante la posibilidad
del tratamiento en el Congreso Nacional de proyectos que buscan despenalizar el
aborto, queremos recordar y poner al servicio de toda la comunidad,
especialmente al Poder Legislativo, las últimas reflexiones que hemos formulado
sobre este tema.
“En continuidad con
las enseñanzas de Jesús, sostenemos el valor de toda vida humana, pero nos
sentimos especialmente llamados a cuidar y promover la vida frágil, expuesta o
en riesgo. Por eso nos preocupa especialmente una de las etapas de mayor
fragilidad, la del comienzo de la vida”.(1)
“Sabemos, porque la
ciencia así lo demuestra, que la vida humana comienza desde el momento de la
concepción, en la que se configura un ser humano nuevo, único e
irrepetible”.(2) “Queremos afirmar con claridad: cuando una mujer está
embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo
o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas. La biología
manifiesta de modo contundente a través del ADN, que desde el momento de la concepción
existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a
la vida es el derecho humano fundamental”.(3)
“Nuestro país tiene
una sabia y humanista tradición jurídica de protección de la vida humana desde
la fecundación. Esta protección, lejos de ser expresión de una visión
religiosa, es manifestación del respeto que merece cada vida humana y que está
en la base del funcionamiento del sistema de derechos humanos”.(4) Esto ha sido
ratificado recientemente por la sanción del nuevo Código Civil y Comercial al
expresar que “la existencia de la persona humana comienza desde la
concepción”.(5)
“Una decisión
legislativa que favoreciera la despenalización del aborto tendría consecuencias
jurídicas, culturales y éticas. Las leyes van configurando la cultura de los
pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la
muerte. La ley, en cuanto base de un ordenamiento jurídico, tiene un sentido
pedagógico para la vida de la sociedad”.(6)
Recordamos también
las expresiones del Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium: “Frecuentemente, para ridiculizar alegremente la defensa que la
Iglesia hace de sus vidas, se procura presentar su postura como algo
ideológico, oscurantista y conservador. Sin embargo, esta defensa de la vida
por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano.
Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en
cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y
nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no
quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos,
que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los
poderosos de turno (…) Precisamente porque es una cuestión que hace a la
coherencia interna de nuestro mensaje sobre el valor de la persona humana, no
debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión. Quiero ser
completamente honesto al respecto. Éste no es un asunto sujeto a supuestas
reformas o «modernizaciones». No es progresista pretender resolver los
problemas eliminando una vida humana”.(7)
Invocamos la
asistencia de Dios para que nos ilumine y nos ayude a acoger con grandeza de
corazón toda vida humana. Que María Santísima, nuestra Madre de Luján, nos
acompañe en este momento que hace a la cultura de la vida en nuestra Patria.
Comisión Ejecutiva
Conferencia Episcopal
Argentina
Notas:
(1) Cfr. “Celebrar la
vida desde el comienzo” Comisión Ejecutiva CEA, 25/2/2011
(2) Cfr. “Reflexiones
y aportes sobre algunos temas vinculados a la reforma del Código Civil”,
Documento de la 103° Asamblea Plenaria de la CEA, 27/4/2012
(3) Cfr. “No una vida
sino dos”, Declaración de la 159° Comisión Permanente de la CEA, 18/8/2011
(4) “El embrión es
uno de nosotros”, Declaración de la Comisión Ejecutiva de la CEA, 14/6/2012
(5) Código Civil y
Comercial de la Nación, Ley 26.994, Art. 19
(6) “No una vida sino
dos”, Declaración de la 159° Comisión Permanente de la CEA, 18/8/2011
(7) Cfr. Exhortación
Apostólica del Papa Francisco “Evangelii Gaudium”, n° 213 y 214.
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