domingo, 15 de mayo de 2011

Importancia de la formación de los laicos

Es necesario profundizar en la Doctrina de la Iglesia y difundirla. La caridad misma no ha consistido nunca en dejar al error extenderse impunemente. Y para ello debemos conocer las normas objetivas sobre el matrimonio, la familia, la enseñanza, el trabajo, la economía etc. Hay que tener nociones claras sobre las exigencias del Reinado Social de Ntro Señor Jesucristo.
La Doctrina de la Iglesia es la única que aclara todos los problemas sobre el hombre. Si buscamos la Verdad, conozcamos, seamos fieles, obedezcamos esta doctrina.
La Verdad necesita servidores para operar la conversión de la sociedad. La verdad no se difunde por sí sóla, por su sola fuerza. Los errores modernos progresan porque se habla de ellos, tienen amigos y servidores apasionados.

No existen medios fáciles para aprender las cosas difíciles. Solo hay un método: ponerse a trabajar con entusiasmo.
Escuchemos a Pablo VI: "El imperativo de actuar hoy y con urgencia procede de las necesidades que son verdaderamente inmensas para quien sabe darse cuenta... He aquí la hora de los laicos. Es preciso empezar a trabajar hoy mismo, porque tal es la ley de la conciencia cristiana. Cuando se ha oído enunciar un deber no se dice: "lo haré mañana". Se debe actuar inmediatamente" .



Al lado de la doctrina hace falta la acción. La una es complemento de la otra. Es necesario que la inteligencia nos enseñe la verdad para que la voluntad la realice. ¡Acción! ¡Hay que actuar! Ante los males de la religión y de la patria a nadie es lícito permanecer ocioso. Pero no basta actuar, hay que hacer obras útiles. Por lo que es indispensable antes de actuar saber con precisión qué es lo que se debe hacer.

"Es la persona humana la que hay que salvar, y es la sociedad humana la que hay que renovar" (Gaudiun et Spes-nº 1).
Juan Pablo II (octubre 1985): "No se trata de una utopía. Si se quiere de verdad, se pueden crear en el mundo condiciones nuevas, estructuras nuevas, relaciones nuevas entre los individuos, los grupos sociales y los pueblos, para asegurar la paz en la justicia y en la fraternidad. Jamás me cansaré de repetirlo a todos y de invitar a todos a la esperanza y al estímulo del porvenir, que nos vienen del Evangelio y que encuentra confirmación en los "signos de los tiempos."

(Fuente: José Luis Serrano - Arbil)

No hay comentarios:

Publicar un comentario