Hipócrates de Cos nos enseñó en el juramento hipocrático -base de la ciencia del cuidado de las personas- "primum no nocere" (primero no dañar)
Por Juan Alberto
Yaría *
La Prensa,
27.06.2022
Hemos olvidado a
Hipócrates. Jorge comienza a consumir a los 13 años con lo típico en la
iniciación que es la marihuana y llega a mí, a los 20 años, con un consumo
inveterado de sustancias: cocaína, éxtasis, alcohol, MDMA, ketamina, y la
inefable e "inocente" marihuana. No se puede controlar, su mirada es
la de un desamparado que busca ayuda. No hay en él violencia sino la imagen
viva de un "derrotado" que busca ayuda. Su madre, en su piel y en sus
movimientos, trasunta ansiedad como aquella que nos dice: "Ya no puedo
más". Siete internaciones fueron una puerta giratoria, ya que no se
penetró en esa larga lucha en la que el suicido estaba allí. ¿Qué pasaba en él?
Esa es nuestra tarea, o sea desentrañar esa búsqueda activa de la muerte,
aunque su cara y su demanda eran la de un ser que quiere vivir.
Oscar es un
ingeniero que también derrotado acude a nosotros. Llega a la cima de su
profesión con puestos gerenciales y el consumo lo deja en situación de
deterioro y es expulsado de las compañías en donde estaba. Una y otra vez. Le comento
el mito de Sísifo, el de aquel que lleva una piedra hasta la cima de la
montaña, se le cae y luego la vuelve a subir para que se le caiga otra vez y
así transcurre su vida. Una larga y dura tarea de vencer la autodestrucción y
el masoquismo sin fin. Llora ante mí sintiéndose reflejado.
Miguel llega a mí
una noche golpeado en una villa. Vino desde una ciudad de la Provincia de
Buenos Aires, luego de una "gira" de ocho meses con una pareja adicta
y vendedora de sustancias. Bajó en Retiro, se metió en la villa para seguir con
el "crac". Ahí fue golpeado. Llegó "roto" para buscar
ayuda. Cuando lo veo es un "esqueleto" vacío, había bajado 15 kilos,
un ser de muerte con mirada perdida. Lo apoyo y le digo que lo importante es
que estaba con nosotros. Sus ganas de vivir eran más fuertes que sus deseos de
autodestrucción, basado en historias familiares de abusos y ausencias
permanentes.
Historias de vida
estoy relatando. Así, habrá miles hoy. Ellos encontraron un reparo en sus vidas
y todavía creen en una mirada y una escucha que los traccione hacia la vida.
CUIDADO CON EL
CONSUMO
Todos comenzaron a
consumir a los 12 o 13 años. Clientela asegurada; cerebro hipo-evolucionado y
demanda urgente de sustancias. Creyeron en el consumo cuidado; eso le enseñaron
en las escuelas. Así estamos.
Desoíamos el
mensaje de los organismos sanitarios mundiales que explican que a menor edad de
iniciación en el consumo de drogas y alcohol, mayor será la posibilidad de
desarrollar problemas de drogas. Sin embargo, se predica con fuerza
evangelizadora que se necesita "probar" para ejercitar la libertad.
Es la libertad para los futuros esclavos.
Desanimar el uso
inicial es una de las consignas de la salud mental hoy, pero el poder cultural
y económico de las grandes corporaciones de las drogas recomiendan el uso
inicial; si al fin de cuentas en esta ética de mercado lo que importa es la
plusvalía. Cada paciente es un cliente más que asegura una ganancia.
Otra de las
consignas sanitarias es generar una cultura preventiva contraria a la
aceptación social del consumo. Ahora es todo al revés, ya que se promueve la
aceptación social, lo que asegura una mayor oferta, y la mayor oferta asegura
una mayor aceptación social. El neuromarketing se asegurará de afirmar todo
esto.
Hay mucho dinero
en juego y los mejores químicos harán nuevas muestras más potentes pero también
más letales. Al mismo tiempo muchos publicistas atenuarán los riesgos e
incitarán al consumo. Mientras tanto se van viendo cambios en la vida del
adolescente a medida que va entrando en el consumo: cambios en el sueño,
sedentarismo, hipo-motivación, lazos sociales invalidantes y cercanos a la
marginalidad, descenso del aprendizaje (por efecto tóxico sobre sistemas
motivacionales en un cerebro en desarrollo), alimentación "chatarra"
que debilita todos los sistemas orgánicos y psicológicos; se va envejeciendo el
sistema cerebral rápidamente, que llega a sistemas de agotamiento cerebral con
depresión y ansiedad postraumática al consumo de tóxicos.
OBRA EN
CONSTRUCCION
Necesitamos
comparar al cerebro adolescente con una obra en construcción. Las conductas de
riesgo como drogarse generan una destrucción que llevan a la cronicidad y a la
demencia. Hoy se considera a la adicción una enfermedad del desarrollo, ya que
el 80 por ciento de las personas empieza a consumir a los 12 años hasta los 25,
que es precisamente cuando las estructuras más evolucionadas del sistema
cerebral no están desarrolladas y el control de los impulsos falla, así como
las estructuras del pensamiento y la toma de decisiones. De ahí, la violencia,
las violaciones en manada, los actos aberrantes, etc.
Los efectores
reforzadores de las sustancias son más fuertes en la adolescencia, y los
efectos aversivos son menos intensos. Se van aboliendo los sistemas corticales
(estructuras superiores de la evolución humana), las vías de la subjetividad
que permiten una lectura crítica de nuestro sí mismo y la empatía, la
consideración hacia el otro. Caen también los sistemas parentales en una lucha
a pura pérdida ante un hijo que cambia modos, estilos, conductas y que,
progresivamente, se va ausentando del mundo.
CONSUMO MASIVO
Todo esto es un
plexo cultural que se va desarrollando paso a paso como una política
perfectamente diseñada.
1. Legalización de
la marihuana (como "caballo de Troya" para el resto de las drogas, ya
que es un "abrepuertas" en el sistema electro-químico cerebral,
máxime en la iniciación adolescente.
2. Avance de la
legalización de todo tipo de drogas habilitando dos mercados: el legal que
cobra impuestos y el ilegal que la hace más potente y gana más dinero a costa
de una masa de enfermos crecientes, la eutanasia social está ahí, a la mano.
3. Educación sobre
el uso racional y controlado de drogas para asegurar una cantidad enorme de
pacientes -clientes y una plusvalía enorme-.
4. Considerar el
concepto de enfermedad adictiva como discriminatorio y estigmatizante.
5. Fuerte
intereses económicos y financieros; ya no importaran las bayonetas para el
dominio de los pueblos a lo Stalin o Hitler, ya que hoy el poder usa el
"sí" a todo y al relativismo como eje de la vida y de la toma del
poder ante una masa de dominados "zombies".
6. Por fin,
normalizar el uso de drogas ocultando sus consecuencias.
EL
"IMPERIO" EMPIEZA A CAER
En Colorado, San
Francisco, Nueva York y otros estados de los Estados Unidos han empezado a
legalizar la marihuana; son 19 en total. Atendí pacientes, adictos a la
marihuana, que sus padres los trajeron a Buenos Aires. La joven en cuestión
estaba delirando; tenía alucinaciones. Nos llevó tres meses compensarla de su
cuadro psicótico. La madre me decía que vendían marihuana al 87 por ciento de
THC (un verdadero asesinato de la persona) y comidas como brownies con
altísimas dosis. En San Francisco muchas empresas se trasladan a otros estados
porque no consiguen personal en condiciones.
Ya Eisenhower
había dicho que la caída de los Estados Unidos iba a ser con el consumo de
drogas. La revolución China se propuso desterrar al opio y la guerra del opio
fue una epopeya para rescatar a su pueblo. Desde esa época, China tiene una
política muy estricta en educación sobre el no uso de estupefacientes. Lo mismo
pasa en Rusia.
En el New York
Times, en su edición del 23 de junio de este año anunció el aumento de
enfermedades psiquiátricas en los consumidores de cannabis con altas dosis, con
un 90 por ciento de THC (principio psicoactivo alucinatorio). Un verdadero
"veneno" para la juventud.
* Director General
Gradiva - Rehabilitación en adicciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario