llevada a cabo en Mar del Plata, del 24 al 26
de junio con el lema "Integración y trabajo para una Patria de
hermanos".
Integración y Trabajo para una Patria de Hermanos
“Todos ustedes son hermanos” (Mt.28,8)
Nos reunimos en
esta Semana Social, en forma presencial en Mar del Plata, bajo el lema
“Integración y trabajo para una patria de hermanos” con una fuerte convocatoria
al diálogo, la integración humana y la creación de empleo digno.
En este tiempo
particular de nuestro país advertimos que nos encontramos frente al enorme
desafío de aumentar la creación de trabajo con un salario digno que sostenga su
poder adquisitivo, reiterando que los planes sociales son necesarios en la
coyuntura, hasta la consolidación de modelos de economía popular sustentables,
pero que es imprescindible un verdadero plan de Desarrollo Humano Integral que
incluya un proyecto de repoblación de nuestro país para encausar la angustiante
necesidad de tierra, techo y trabajo que tiene gran parte de nuestro pueblo.
A lo largo del
encuentro, se destacó en todo momento al trabajo digno como el gran ordenador
de la vida humana y la felicidad, entendiendo que la posibilidad de acceder al
mismo no es un problema individual; es la consecuencia de un modelo que debe
anteponer la producción a la especulación, la distribución a la concentración y
el acaparamiento, el bien común a la rentabilidad sectorial.
Recordamos que el
empresario es una figura fundamental de toda buena economía. El verdadero empresario
es el que conoce a sus trabajadores porque trabaja junto a ellos y con ellos.
Escuchamos con
atención a empresarios e industriales de todas las escalas, entre los cuales
descubrimos coincidencias respecto de que no se puede generar empleo de buena
calidad sin una presencia activa del Estado en apoyo a las empresas, en
particular a las pymes, sobre la necesidad de construir consensos con
articulación público/privado que genere estabilidad en las reglas. También se
puso de relieve la oportunidad en nuestro país en las áreas de alimentos,
minería, energía, turismo, servicios tecnológicos.
En lo político,
prestamos atención a la necesidad de reconstruir la confianza en nuestro país y
con ella, el sentido de pertenencia; de generar un acuerdo político, social y
empresarial, buscando una visión superadora de la violencia ligada a la lucha
por espacios de poder y que nos permita centrarnos en las verdaderas
necesidades y búsquedas de nuestro pueblo; la necesidad de profundizar las
políticas de redistribución del ingreso para cerrar la brecha social.
Escuchamos con
preocupación los datos sobre la desigualdad económica en nuestra Patria, el
modo en que la concentración excesiva de la riqueza en pocas manos desalienta
el empleo nacional, estimula el ahorro fuera del país, el consumo externo y la
fuga de divisas. Aunque se verifique crecimiento en la actividad económica o en
el empleo, sigue habiendo un número inaceptable de hermanos en situación de
pobreza.
Estamos
convencidos de que la Patria es tarea de todos, en especial en este tiempo en
nuestro país y en la región en que asistimos a una instigación permanente al
odio y al desencuentro, que nos impide reconocernos como hermanos y dar pasos
trascendentes en términos de unidad Necesitamos políticas públicas que salgan
del cortoplacismo, necesitamos más responsabilidad y espíritu crítico ante el
poderío mediático que, respondiendo a intereses económicos sectoriales, reduce
la política al espectáculo o a la imagen privilegiando el rating, la
descalificación, negando la discusión inteligente de las ideas y el
discernimiento de la realidad.
También advertimos
que es necesario defender el sistema democrático, teniendo presente que la
administración de la vida en sociedad no es sólo tarea del poder político, sino
que está condicionada también por otros poderes, como el judicial o el
económico y que es tarea de todos cuidar la voluntad soberana del pueblo.
Como pastores a
los que se nos confió esta tarea de iluminar la labor de la pastoral social del
episcopado entendemos que no debemos cesar en todos los esfuerzos que sean
necesarios para construir los acuerdos que permitan garantizar el trabajo digno
y la integración para todos los habitantes de nuestro país.
“En el nombre de
la fraternidad humana que abraza a todos los hombres, los une y los hace
iguales” (FT285) Señor, concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la
esperanza que no defrauda. Nos confiamos a nuestra Madre que, más que nunca
desde Luján hoy nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina!
Comisión Episcopal
de Pastoral Social.+
(Aica, 26-6-22)
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