Infocatólica, 8/12/16
En un nuevo
documento de 90 páginas titulado «El don de la vocación sacerdotal», la
Congregación para el Clero afirma que los que viven el estilo de vida
homosexual, apoyan la «cultura gay» o tienen «tendencias homosexuales
profundamente arraigadas» se encuentran en una situación que les impide
gravemente relacionarse correctamente con hombres y mujeres».
«Uno no debe pasar por alto las consecuencias
negativas que pueden derivarse de la ordenación de personas con tendencias
homosexuales profundamente arraigadas», continúa.
El don de la vocación sacerdotal cita directamente la
Instrucción de la Congregación para la Educación Católica del año 2005 sobre
los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de
tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y las órdenes
sagradas.
Subraya que sería «gravemente deshonesto» que un
hombre oculte sus inclinaciones homosexuales en busca de la ordenación y que
los confesores y directores espirituales «tienen el deber de disuadir» a los
candidatos atraídos por el mismo sexo «en conciencia antes de proceder a la
ordenación».
Mentir sobre las atracciones sexuales muestra una
«actitud engañosa que no corresponde al espíritu de verdad, lealtad y apertura
que debe caracterizar la personalidad de aquel que cree que está llamado a
servir a Cristo y a su Iglesia en el sacerdocio ministerial», reitera el
documento, citando de nuevo a la Instrucción de la Congregación para la
Educación Católica del 2005.
Si un candidato al sacerdocio experimentaba
«tendencias homosexuales que sólo eran la expresión de un problema transitorio»
como «el de una adolescencia aún no superada», entonces ese caso sería
«diferente», dice el documento. Sin embargo, «tales tendencias deben ser
claramente superadas por lo menos tres años antes de la ordenación al
diaconado».
«Debe recordarse que, en una relación de diálogo
sincero y la confianza mutua, el seminarista está obligado a revelar a sus
formadores las dudas o dificultades que tenga al respecto».
También, «la posibilidad de un candidato que tiene
tendencias homosexuales» debe ser considerada cuando un hombre es psicológicamente
evaluado para entrar al seminario. El
candidato debe tener «autocontrol y una sexualidad bien integrada» para ser
adecuado.
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