jueves, 14 de abril de 2016

Los obispos de filipinas

 insinúan que darán la comunión a los divorciados vueltos a casar

catolicos-on-line, 14-4-16

Monseñor Socrates B. Villegas, Arzobispo de Lingayen Dagupan y Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, ha escrito una carta en la que asegura que no hay que esperar las directrices de los obispos sobre la exhortación apostólica «Amoris laetitie» y pide que se dé la comunión -«comida para los miserables»- a los «pecadores».

Estas son las palabras de Mons. Lingayen Dagupan, publicadas en la web de la Conferencia Episcopal de Filipinas:

«Después de un discernimiento conjunto, vuestros obispos elaborarán directrices más concretas sobre la implementación de la Exhortación Apostólica. Pero la misericordia no puede esperar. La misericordia no debe esperar. Los obispos y sacerdotes deben recibir ya con los brazos abiertos a los que se mantenían fuera de la Iglesia por un sentimiento de culpa y vergüenza. 
Los laicos deben hacer lo mismo. Cuando nuestros hermanos y hermanas, debido a relaciones rotas, familias rotas y vidas rotas, permanecen tímidamente en los umbrales de nuestras iglesias y de nuestras vidas, sin saber si van a ser recibidos o no, vayamos a su encuentro, como el Papa nos pide que hagamos, y asegurémosles que, siempre hay un lugar a la mesa de los pecadores, en la que el Señor se ofrece a sí mismo como comida para los miserables. 

O res mirabilis manducat Dominum pauper, servus et humilis…Oh maravilla, el pobre, el siervo y el humilde reciben al Señor. Se trata de una medida de misericordia, una apertura de corazón y espíritu que no necesita ninguna ley, no espera a ninguna directriz ni aguarda indicaciones. Puede y debe ponerse en práctica inmediatamente».


Conviene recordar que la Exhortación Amoris Laetitia no ha cambiado ni la disciplina de la Iglesia ni su doctrina con respecto a la recepción de la comunión. En este sentido, InfoCatólica hace suya la declaración publicada recientemente por Mons. Livio Melina, Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II. Estamos traduciendo y publicaremos íntegramente sus varias páginas, pero citamos ahora este frase:


«Por lo tanto, hay que decir claramente que, también después de la Amoris Laetitia, admitir a la comunión a los divorciados “vueltos a casar”, excepto en las situaciones previstas en la Familiaris Consortio 84 y en la Sacramentum Caritatis 29 [Nota del traductor: el compromiso de “vivir como hermanos”], va contra la disciplina de la Iglesia y enseñar que es posible admitir a la comunión a los divorciados “vueltos a casar” más allá de estos criterios va contra el Magisterio de la Iglesia»

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