"Da y quita
el decoro y cualquier fuero'', escribió el poeta Francisco de Quevedo.
POR JUAN ALBERTO
YARÍA
La Prensa,
04.09.2022
Jorge consigue en
su provincia hacer un `invernadero' de marihuana de una dimensión de 100 metros
cuadrados. Su compulsión por fumar marihuana lo lleva a consumir cocaína, que
es habitualmente el paso siguiente a ese `caballo de Troya' (marihuana y
alcohol). La cocaína le demanda mucho dinero y comienza a vender marihuana para
poder consumir la otra droga. Así, va entrando en un mundo de alucinaciones y
delirios causados por el consumo de estupefacientes, ya que tiene en su
alienación fantasmas en donde "ve'' que hay algunos (que en realidad no
están) que le quieren quemar ese pequeño "campito'' para destrozar lo que
le permite tener el estimulante cocainico.
Rápidamente vira
del consumo al delirio y también al delito, porque de alguna manera tenía que
defender ese territorio preciado. Los padres ignoraban todo esto y, como
muchos, pensaban que en realidad la marihuana era una droga inofensiva, como
hoy se ha vendido en la sociedad.
Muchos padres en
la consulta, cuando realizamos la historia clínica, mencionan que la marihuana
ya es casi masiva y por ende no ponían atención a estas conductas. Cuando
vienen a vernos ya todo avanzó hacia desempeños académicos deficitarios,
accidentes, trastornos en el ritmo de sueño, consumo de otras drogas o alguna
internación en una guardia por sobredosis en conjunto con otras drogas.
LOS ESTADOS UNIDOS
Esto multiplicado
por mil está sucediendo en los Estados Unidos en donde en muchos estados se ha
legalizado la venta de marihuana y se han multiplicado las psicosis, el consumo
de todas las drogas y esto ha llevado a un documento de la principal referente
en el tema drogas, Nora Volkow (directora del NIDA, el instituto rector de las
políticas de drogas en ese país), quien ha publicado el diario Daily Mail hace
pocos días (agosto 2022).
Alertó la
mencionada especialista que 48 millones de estadounidenses consumen
habitualmente marihuana, y esto en aumenta año a año. Mostró en un mapa cómo creció desde 1987 hasta el 2021
el consumo, llegando a casi el 40 por ciento y alertó sobre el aumento en los
últimos años del consumo en los adultos de entre 35 y 50 años.
Tomar cannabis
regularmente desde la adolescencia puede causar daños permanentes en el cerebro
y su legalización en algunos estados ha significado un verdadero desastre
epidemiológico. Además, los daños cerebrales son evidentes y la
defrontalización (el lóbulo frontal es la última escala de nuestra evolución,
es el diferencial con los animales y es considerado el CEO de nuestra persona)
y la hipoperfusión de áreas del cerebro (deterioro del metabolismo cerebral)
son evidentes exponiendo al joven a crisis epilépticas, accidentes
cerebrovasculares, etc. En suma, se ha naturalizado algo que está dañando.
Además, es un
negocio -alerta la maestra en adicciones- de 30 mil millones de dólares y a
esto también se le agrega la entrada en el comercio de la industria alimenticia
como tortas, brownies, etc. Por ahora es ilegal solo en cuatro estados: Idaho,
Kansas, Carolina del Sur y Wyoming.
Lo interesante es
que en los estados que se ha legalizado se cobra por dos mostradores: el legal
que paga impuestos y el ilegal, cada vez más poderoso, que la vende más barata
y con mayor potencia adictiva.
Así, observó
Volkow que en jóvenes la marihuana atenta contra el desarrollo del cerebro
(disminución del coeficiente intelectual) y la psicosis (interpretación
alienada de la realidad) y es un factor que contribuye al abandono escolar y a
la repitencia.
No quedan dudas
entre el uso temprano de la marihuana y la entrada en la psicosis. Los síntomas
psicóticos o la eclosión de una esquizofrenia son posibles. Todos estos hechos
han sido barridos por la lógica milenaria del `business are business', o como
nos enseñaron nuestros abuelos, tomando palabras del poeta, `poderoso caballero
es don dinero'.
Todo esto ha sido
barrido `bajo la alfombra' -dijo Volkow en la nota- frotándose las manos los
tributaristas estatales y mucho más todos los ilegales, ya que aumentará la
demanda de todas las drogas. Volkow afirmó también que tomando marihuana una
vez al mes pueden aparecer problemas cardiacos. La industria del cannabis
legalizado mueve -como dijimos antes- 30 mil millones de dólares al año y está
causando una explosión de usuarios adolescentes.
La potencia del
cannabis es cada vez mayor y los que la venden piden regulación de la venta,
pero no de la potencia de las dosis. O sea, ya no es la marihuana de Woodstock
o de la época de Los Beatles, con el 5 por ciento de principios psicoactivos.
Es del 85 por ciento en algunos estados (verdaderos fenómenos de psicotización
a corto plazo, que favorece la tendencia a la compulsión y a la repetición
inveterada de las dosis).
Esto está teniendo
resonancia en nuestro país y la agencia Télam, el 1 de septiembre, informó que
la Policía Federal allanó una panadería que vendía postres llamados "con
full magia postres felices''. Las drogas se mezclaban en tortas; ahí había
flores de marihuana, brownies con distintas sustancias.
A través de las
redes sociales se entregaba en delivery estos pasteles "mágicos''. Se
secuestraron plantas de cannabis, seis bolsas de flores de marihuana, 11
cartones con drogas de diseño, cinco dosis de MDMA (potente alucinógeno), tres
pastillas de éxtasis, tres bombones de chocolates con formas sexuales y con
marihuana en su interior, 12 tabletas de viagra, un equipo para cultivo de
cannabis, dos balanzas de precisión, etc.
Mientras tanto en
los Estados Unidos, escribió Volkow, en los 19 estados que han permitido la
marihuana recreativa en la última década, así como los 38 estados que permiten
el uso médico, indican que los adolescentes y adultos jóvenes usan productos
más fuertes con frecuencia.
SOSTEN DEL NEGOCIO
Con lucidez
-escribió la maestra en adicciones- la legalización ha dejado de ser una
cuestión de derechos para pasar a ser un negocio y una comercialización para
las grandes empresas, sin ninguna de las mismas restricciones que ahora deben
seguir el marketing de alcohol y tabaco.
La industria del
cannabis, que mueve 30 mil millones de dólares, argumenta que ya sea fumándola,
`vapeandola' o como comestible puede ayudar a aliviar los sentimientos de
ansiedad, depresión, el dolor crónico e incluso ayudar a combatir las
adicciones. El neuro-marketing que maneja es muy grande y esto también forma
parte de un adoctrinamiento exitoso. Esto mismo pasa en Uruguay en donde el
mercado ilegal suplanta con mayor potencia a la débil venta en las farmacias.
Son desgarradores
los testimonios de padres que han perdido a sus hijos o que luchan contra sus
tendencias suicidas o con síntomas psicóticos en todos los estados que se vende
libremente la droga y que fomenta el consumo de otras. Pero no hay peor ciego
que el que no quiere ver.
Juan Alberto Yaría
* Director general
de Gradiva - Rehabilitación en adicciones
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