se oponen solos al derecho al aborto y a la
ideología de género en la ONU
(CNA/InfoCatólica)
18-9-22
Una resolución de
las Naciones Unidas que define el aborto como un derecho humano y promueve la
ideología de género fue adoptada este mes con el apoyo abrumador de los países
occidentales, pero contó con la oposición de un grupo de naciones
principalmente africanas.
La resolución,
titulada «Cooperación internacional para el acceso a la justicia, los recursos
y la asistencia a las supervivientes de la violencia sexual», incluye un texto
en el que se afirma que los países deben proporcionar «acceso al aborto seguro»
como un «derecho humano».
La resolución,
adoptada el 2 de septiembre, también hace referencia a una nueva terminología
de género que, según algunos países, se opone a sus valores porque contradice
una visión tradicional de la sexualidad humana.
Las naciones
occidentales definen el aborto como un «derecho humano»
Más de 80
naciones, entre ellas Estados Unidos y miembros de la Unión Europea,
copatrocinaron la inclusión de un lenguaje que definía el aborto como un
«derecho humano» para las mujeres y las niñas.
«Los derechos
humanos incluyen el derecho a tener control y decidir libre y responsablemente
sobre asuntos relacionados con su sexualidad», dice el documento.
La resolución
incluye la anticoncepción moderna, la anticoncepción de emergencia y el «aborto
seguro» en la lista de derechos de las mujeres. También actualiza el lenguaje
de la resolución para añadir la «violencia de género» a la definición de
«violencia sexual».
Un puñado de
países protestó por esta medida, alegando que promovía la aceptación social de
la homosexualidad y la transexualidad.
Nigeria lideró la
lucha proponiendo varias enmiendas para proteger a los niños no nacidos y
eliminar el lenguaje controvertido de la resolución, pero las medidas no
consiguieron el apoyo suficiente para ser aprobadas.
«Cada país debe
decidir sus leyes sobre el aborto a nivel nacional sin interferencias externas»,
dijo un representante nigeriano en un encendido debate. «Los países deben
ayudar a las mujeres a evitar el aborto y proporcionar a las madres y a sus
hijos atención sanitaria y apoyo social. [Esto] crea el peligro de que las
mujeres se vean presionadas para abortar a sus bebés».
En declaraciones
realizadas en la reunión de la ONU, el representante de Senegal condenó la
inclusión del aborto como método de planificación familiar y argumentó que la
palabra «género» sólo debe referirse a «las relaciones sociales entre hombres y
mujeres».
Entre las 32
naciones que se unieron a Nigeria en el apoyo a las enmiendas para suprimir el
aborto y el lenguaje de género de la resolución estaban Uganda, Camerún,
Etiopía y Senegal. Filipinas, Nicaragua, Rusia y un puñado de países de Oriente
Medio también se sumaron al esfuerzo.
Austin Ruse,
presidente del Centro para la Familia y los Derechos Humanos, dijo en una
entrevista con CNA que es bien sabido que los países africanos más pequeños se
oponen valientemente a las políticas occidentales a favor del aborto y del
género.
«Quieren atención
médica básica, agua potable, saneamiento seguro; no la agenda de género, salud
reproductiva y educación sexual integral que viene de las grandes potencias»,
explicó.
Asimismo, en el
esfuerzo por proteger la vida y la visión tradicional de la sexualidad faltaron
Hungría y Polonia, naciones predominantemente católicas conocidas como líderes
mundiales en la oposición al aborto y la ideología de género.
Imre Téglásy,
director de Human Life International Hungría, dijo a CNA en un comunicado que
creía que Hungría no se oponía al aborto en la ONU porque se enfrenta a
«fuertes ataques de los representantes liberales de la UE».
Téglásy dijo que
la otra explicación posible es que la embajadora de Hungría ante la ONU, Zsuzsa
Horváth, no era «realmente consciente» de las políticas pro-familia de su
gobierno.
«El silencio de
Polonia, al igual que el de Hungría, a la hora de posicionarse en el ámbito
internacional, representó un incumplimiento del compromiso adquirido en la
Declaración de Consenso de Ginebra de defender los derechos fundamentales y de
luchar por restablecer el verdadero significado del concepto de derechos
humanos», decía el comunicado.
El instituto
calificó la resolución de «oportunidad perdida» para que Polonia defienda sus
leyes soberanas y la vida humana no nacida.
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