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En la web del polaco Stanislaw Gadecki, arzobispo de
Poznan, se ha publicado un resumen de una sesión del Sínodo donde figura !quién
dijo qué". Eso era de hecho lo habitual en ruedas de prensa y comunicados
de los Sínodos… pero en el Sínodo de la Familia, tanto en 2014 como en 2015, la
organización ha adoptado una medida distinta: la Sala de Prensa vaticana (el
padre Lombardi) y otros ponentes se limitan a hacer resúmenes de temas poco
detallados de lo tratado por los padres sinodales, sin especificar qué persona
propone cada cosa.
Esta práctica novedosa ha causado quejas, en 2014 y en
2015, por parte de la prensa y de buena parte del público interesado. Un
periodista el miércoles 7 de octubre durante el “briefing” de prensa planteó
que le preocupaba que esos resúmenes no reflejen bien lo que se dice en las
estancias sinodales.
En la web del arzobispo Gadecki se ven muchos detalles
que en los resúmenes oficiales escasean.
Por ejemplo, el nuevo cardenal en Panamá, el misionero
español José Luis Lacunza, recordó que Moisés cedía ante los llantos de su
pueblo y proclamó que “la dureza de corazón se opone al plan de Dios”,
añadiendo: “¿Pedro no debería ser tan clemente como Moisés?”
A esto respondió Gregorio Laham III, Patriarca de un
millón y medio de católicos árabes melquitas, recordando que “Jesús corrigió a
Moisés” (ya que Moisés permitía el divorcio y Jesús no) y pidiendo que el
Sínodo ofrezca “una visión espiritual, positiva e inmutable” del matrimonio ya
que “la inestabilidad es contraria a su naturaleza”.
Saber quién dice qué ayuda a los fieles de cada lugar
a saber mejor qué hacen los padres sinodales de su zona con los 3 minutos que
se les conceden en cada intervención.
La nueva normativa permite a los padres sinodales
tratar con la prensa según su libre criterio… y parece que el arzobispo polaco
entiende que publicar resúmenes de lo tratado con nombres y apellidos (como se
hacía antes de 2014) forma parte de ese libre criterio.
Más datos sobre la sesión del día 5: el arzobispo
Kurtz, presidente de los obispos de EEUU, habló de la importancia de que las
familias participen en la evangelización.
El arzobispo Cupich de Chicago propuso que las
familias se vean a sí mismas como iglesias domésticas, no como unidades
económicas.
El cardenal Dolan de Nueva York pidió “defender lo que
Dios ha revelado sobre el matrimonio y la familia. Ciertas corrientes
culturales y aproximaciones sociológicas son una amenaza para la familia. Para
servir a la familia debemos empezar con la Palabra de Dios”.
El cardenal australiano George Pell también pidió
partir de la Palabra de Dios, y no de la sociología… y cuestionó la composición
de los miembros de la comisión que escribirá el documento final del sínodo.
Precisamente uno de esos redactores de la relación
final, el arzobispo argentino Victor Manuel Fernández, habló de que, según
Santo Tomás, “el amor se desarrolla” y que “la doctrina de la misericordia se ha
de acompañar con caridad pastoral”.
El obispo belga Johan Bonny según este informe propuso
que se reconozcan los “elementos positivos” de vivir en unión civil sin
casarse, y reclamó más libertad para los obispos locales.
Según este informe, el arzobispo alemán Heiner Koch
preguntó: “¿Para qué excluir de los sacramentos?” (a los pecadores, se
entiende)
El cardenal alemán Marx se declaró “atónito” por la
ponencia inicial del cardenal Erdö (que quería dar por zanjados algunos temas
conflictivos)y afirmó: “necesitamos un debate sobre el sacramento del
matrimonio; el todo-o-nada no es una opción”.
Por el contrario, el cardenal venezolano Jorge Urosa
alabó repetidamente el discurso inicial de Erdö.
El cardenal Rylko citó a San Pablo que pedía predicar
“a tiempo y a destiempo” y avisaba de que “llevados por las pasiones muchos no
escucharán la sana doctrina”.
El obispo libanés Antoine Nabil Andari criticó el uso
de “lenguaje laico sobre el amor y sus derechos” mientras que está ausente “el
lenguaje de San Pablo” en el texto del Instrumentum Laboris.
El bielorruso Tadeusz Kondrusiewicz, que fue obispo de
Moscú por 16 años y actualmente es arzobispo de Minsk, donde viven 600.000
católicos, afirmó: “Tenemos que hablar de la familia y no de otros casos. Si
aceptamos dar los sacramentos a divorciados en nueva unión estamos a favor del
divorcio”.
Louis Sako, el Patriarca de los caldeos, católicos
iraquíes, se centró en pedir ayuda para que los cristianos no abandonen su
país.
Y el obispo congoleño Nicolas Djomo Lola señaló que la
pobreza extrema sí daña de verdad a las familias y por eso hay que combatir esa
pobreza.
Con materiales en varios idiomas (incluyendo una
declaración en español con la postura de los obispos polacos) la web de Stanislaw
Gadecki (http://abpgadecki.pl)
se convierte en una ventana al Sínodo para obtener una mejor visión.
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