Aica, 15 Oct 2015
La catedral de nuestra diócesis sufrió un violento
ataque perpetrado el domingo 11 de octubre. Fue a la hora en que numerosos
fieles, entre los que había niños y ancianos mayores, salían del templo tras la
celebración de la Misa. Frente a esta furia destructiva, el Obispado de Mar del
Plata, expresa su indignación ante la opinión pública. Obispo y clero,
religiosos y religiosas, miembros de la vida consagrada y todos los fieles
laicos, formamos un solo Cuerpo.
La agresión fue protagonizada por un grupo muy
numeroso, desgajado de la marcha de mujeres autoconvocadas, que celebraron en
nuestra ciudad el 30º Encuentro Nacional de Mujeres. Hemos experimentado y padecido
un verdadero acto de barbarie. El abundante material fílmico y fotográfico,
brindado sea por los medios de comunicación, como por las tomas de personas
privadas, nos permiten medir la magnitud de un odio irracional hacia la fe
cristiana y hacia la Iglesia Católica.
Violencia física, blasfemias prolongadas, show de
obscenidades, con insultos de todo calibre y graffiti dirigidos a Dios, a la
Virgen María, al Papa Francisco... que pueden contemplarse aún hoy en las
paredes de la catedral y también de muchas casas y comercios que se vieron
damnificados. Las dos puertas corredizas de las rejas de entrada al templo
fueron derribadas y los fieles que estaban en el atrio soportaron durante un
tiempo prolongado interminables ataques físicos, con piedras, botellazos y
otros objetos, mientras seguían rezando el rosario.
Es muy contradictorio hablar de derechos y al mismo
tiempo atacar el derecho de los demás, ofendiendo el sentimiento religioso de
la inmensa mayoría de los argentinos. Querer imponer a otros con violencia el
propio parecer es caer en inadmisible intolerancia.
Como cristianos perdonamos, invitamos a orar y
renovamos nuestras convicciones. Rezamos especialmente por la conversión de
quienes realizaron esta violenta agresión, para que el Señor las colme de su
Amor que aún no han conocido y que seguramente les está faltando. Como
ciudadanos llamamos a la concordia sobre los valores del respeto mutuo y de
elemental humanidad.+
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