Catolicos-on-line, 28-10-15
El Cardenal australiano George Pell ha asegurado que
la Relatio final del Sínodo no supone una puerta abierta para la comunión de
los divorciados vueltos a casar. Sin embargo, otros padres sinodales están
adoptando una postura diferente, lo cual puede provocar nuevos enfrentamientos
sobre una cuestión que ha dividido y sigue dividiendo claramente a la Iglesia.
El cardenal Pell, Prefecto de la Secretaría Vaticana
para la Economía, le dijo a Catholic News Service el sábado que «el texto
ciertamente está siendo malinterpretado de manera significativa».
«No hay referencia alguna, tanto en el párrafo 85 como
en ninguna otra parte del documento, a la comunión para los divorciados
civilmente y vueltos a casar; eso es fundamental», dijo el prelado.
Sin embargo, otros padres sinodales afirman que el
texto representa una apertura al discernimiento, basado en un análisis caso por
caso, de la posibilidad de una absolución y posible admisión a la comunión para
algunos católicos divorciados civilmente y vueltos a casar.
El cardenal Reinhard Marx, presidente de la
Conferencia Episcopal Alemana, dijo a la prensa que la Relatio Final marca un «verdadero
paso hacia adelante» en el cuidado pastoral de los divorciados y vueltos a
casar civilmente.
El cardenal Andre Vingt-Trois dijo que el documento es
firme cuando dice que «no puede haber regla general que se aplique igualmente»
a todos los divorciados y vueltos a casar sin considerar sus situaciones
personales.
El cardenal austríaco Christoph Schonborn dijo a los
periodistas que la Relatio final no es un completo «sí o no» a la comunión para
los divorciados vueltos a casar civilmente, sino al discernimiento cuidadoso,
reconociendo que la cantidad de culpa que las diferentes personas poseen y las
diferentes situaciones que las llevaron a volver a casarse varían ampliamente.
Por lo tanto, las consecuencias en términos de absolución y comunión varían
también, dijo.
El cardenal Pell explica que siguen vigente las
enseñanzas de San Juan Pablo II
En respuesta a tales interpretaciones del texto, el
cardenal Pell mantuvo que «el discernimiento al cual alienta el párrafo 85 en
estos casos particulares tiene que estar basado en la completa enseñanza del
Papa Juan Pablo II» y la enseñanza de la Iglesia en general.
El purpurado dijo que la mención del documento al
«fuero interno», que involucra la primacía de la conciencia propia por sobre
Dios para determinar si el acceso al sacramento es posible, «no puede ser usada
para negar la verdad objetiva».
Cuando se le preguntó por qué el documento no dice
claramente que la puerta de la comunión se encuentra cerrada para los
divorciados vueltos a casar civilmente, el cardenal Pell respondió: «Pienso que
es una buena pregunta, y creo que el documento sí dice eso», aunque no de
manera explícita.
La prohibición del acceso a la comunión para los
católicos que civilmente se han vuelto a casar, dice, «está implícita, realmente
presente en el documento, aunque no tan detallada como a algunos de los padres
podría gustarles».
Los párrafos de la Relatio final del Sínodo que tratan
la cuestión del cuidado pastoral de los católicos vueltos a casar civilmente
recibieron la mayor parte de votos negativos, pero aun así ganaron la mayoría
de dos tercios necesaria.
El cardenal Pell dijo que los padres sinodales podrían
haber logrado «un consenso aún más profundo con un poco más de claridad».
Los mismos miembros del Sínodo reconocen que el
documento está siendo leído de manera diferente, afirmó el arzobispo de Lille,
(Francia), Mons. Laurent Ulrich. Aunque ningún párrafo fue derribado en la
votación final, «se mantuvieron puntos de resistencia», dijo.
Según informa Catholic Voicer, el cardenal Vincent
Nichols de Westminster, Inglaterra, dijo a los periodistas que los pasos
delineados en el texto para «este camino de discernimiento» están destinados a
asegurar que un pastor evite «la tentación de remover la herida» mientras que
el dolor y el resentimiento están «supurando».
«Este camino de discernimiento es para ayudarles a
mirar todas las cosas a través de los ojos de la fe y los ojos de la
Misericordia de Dios», dijo el Cardenal Nichols. El discernimiento que se viene
a requerir significa que las situaciones individuales no son «pre-juzgadas».
Cuando se le preguntó si el Papa iba a resolver este
tema de la Comunión y brindar una interpretación definitiva al documento, el
cardenal Pell respondió que «si lo hará o no depende, supongo, del modo en que
vea el documento, si lo considera suficientemente claro, y si expresa
adecuadamente el pensamiento de la Iglesia».
«No quisiéramos que (el documento) nos llleve a la
situación de algunas otras iglesias cristianas, donde varios temas fueron
debatidos públicamente por años y años» añadió el cardenal australiano.
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