Alejandro Ezcurra
Naón
Viernes 13 de
septiembre de 2013
Con el título “La
teología de la liberación, hoy”, se realizó en Madrid del 5 al 8 de septiembre
una nueva edición del congreso de teólogos de la liberación que la “Asociación
de teólogos Juan XXIII” organiza anualmente. Su propósito declarado era
rehabilitar esa cuestionada corriente. Pero sus conclusiones se revelan tan
opuestas a las enseñanzas de Jesucristo y de su Iglesia, que más bien parecen
representar el nacimiento de una nueva religión —o una nueva herejía.
Una letanía de
errores y delirios
Después de saludar la
“convivencia fraterno-sororal [sic]” del congreso, el documento final enumera
12 conclusiones, comenzando por la gastada crítica al “modelo neoliberal” como
supuesto causante de que “la democracia no ha llegado a la economía”. Aunque no
se menciona cómo sería esa economía “democrática”, queda claro que lo
significa: igualitaria y socialista.
Frente unido con el
socialismo y falsas religiones – El texto lo dice expresamente, al afirmar que
la respuesta a los graves problemas de la humanidad surgiría, no de una
indispensable regeneración moral, sino de las “experiencias del socialismo del
siglo XXI” , del “diálogo con las cosmovisiones orientales” y de la
“comunicación con las religiones y culturas originarias”. Se diría, por tanto
que la Fe católica no tiene nada a aportar a esa “respuesta”...
De hecho es difícil,
si no imposible, encontrar algo de católico en este revoltijo ideológico. Tanto
más que enseguida el documento afirma que la teología de la liberación “se
reformula en los nuevos procesos de liberación a través de los sujetos
emergentes de transformación: mujeres discriminadas que toman conciencia de su
potencial revolucionario” . Este “potencial” se entiende bien, considerando que
la teología feminista de liberación incluye entre las “mujeres discriminadas” a
prostitutas y lesbianas. O sea, hace trizas a la familia.
Otros “sujetos
emergentes” serían las “culturas otrora destruidas que reivindican su
identidad; comunidades campesinas que se movilizan contra los Tratados de Libre
Comercio; jóvenes indignados, a quienes se les niega el presente y se les
cierra las puertas del futuro”. Esta mención al movimiento de los “indignados”
no es casual. Según Julio Anguita, ex secretario general del Partido Comunista
Español, dichos “indignados” son una nueva versión del propio comunismo: “Son
los nuestros” , aseguró; con ellos “volvemos de nuevo a galopar hacia Utopía”
para relanzar “nuestra militancia comunista”. Por ahí se ve hacia dónde se
orienta esta “teología”...
Divinización de la
naturaleza – Curiosamente la lista de “sujetos de trasformación” incluye no
sólo a personas o movimientos, sino también la “naturaleza depredada, que
grita, sufre, se rebela y exige respeto [sic]”, y por fin a “migrantes
maltratados que luchan por mejores condiciones de vida, religiones indígenas y
afrodescendientes que renacen tras siglos de silenciamiento”.
Todos sabemos que
esas “religiones indígenas y afrodescendientes” son religiones paganas y
conservan ritos horrendos como infanticidio, borracheras, mutilaciones, etc.,
dando razón a lo que dice el Salmo: “omnes dii gentium daemonia” (“todos los
dioses de los paganos son demonios” - Sal. 95, 5). Y entre otros errores,
rinden culto a la naturaleza como si fuese un dios, tal como parecen hacerlo
estos singulares teólogos al afirmar —quedando a milímetros del panteísmo— que
la naturaleza “grita, sufre, se rebela y exige respeto” como lo haría un ser
dotado de inteligencia.
Jesucristo, un simple
“reformador” e igual a Buda – Otra conclusión es que la “liberación integral”
es obra de “reformadores religiosos ... de manera especial Siddharta Gautama el
Buda y Jesús de Nazaret el Cristo”. O sea que Jesucristo sería, no el Hombre
Dios ante cuyo nombre se dobla en adoración "toda rodilla en el Cielo, en
la Tierra y en los infiernos" (Filip. 2, 10), sino un simple “reformador
religioso” equiparado a Buda (que incluso es mencionado en primer lugar)... ¿No
es ya esto otra religión, diferente y opuesta a la católica?
Modelo económico
“comunitario” – Los teólogos plantean además “otro modelo económico cuyos
criterios sean el principio del bien común, la defensa de los bienes de la
tierra, la justicia social y el compartir comunitario” . ¿Y dónde quedan la
propiedad privada, la libre iniciativa y el principio de subsidiariedad,
fundamentos de todo sano orden socioeconómico? ¿Sobrevivirán? ¿Desaparecen? ¿
Los sustituirá el “compartir comunitario”? ¿Y en qué se diferencia éste del
comunismo — si es que hay diferencia?...
“Rechazo” a la
teología de San Agustín y Santo Tomás – Al abordar el tema de la paz, los
teólogos afirman: “Rechazamos la teología de la guerra justa”. ¡O sea, rechazan
sin más un punto de doctrina católica, invariablemente enseñado desde San
Agustín hasta Juan Pablo II, pasando por el gran Santo Tomás de Aquino!
Proponen en su lugar “un mundo sin fronteras” donde exista “la ciudadanía-mundo
frente a la ciudadanía restrictiva vinculada a la pertenencia a una nación”.
Esto apunta al viejo sueño revolucionario de abolición de las patrias
nacionales, para dar lugar a la niveladora y tiránica “república universal”.
Reivindicación de
“derechos sexuales” – Revolucionaria es también esta afirmación: “Denunciamos
la negación de los derechos sexuales y reproductivos” y la “alianza de los
diferentes poderes” que “fomenta y refuerza el patriarcado como sistema de
opresión de género”. Recordemos que esos supuestos “derechos sexuales” son
invención de las corrientes feministas y LGBT, e incluyen la legitimación del
hedonismo, del aborto y las perversiones sexuales. Adoptar esa formulación en un
congreso de teólogos católicos es simplemente aberrante.
Ataque a la Iglesia
en nombre del feminismo – Y no podía faltar el ataque a la propia Iglesia, en
nombre del igualitarismo: “En la discriminación y el maltrato a las mujeres
tienen una responsabilidad no pequeña las instituciones religiosas. La teología
feminista de la liberación intenta responder a esa situación reconociendo a las
mujeres como sujetos políticos, morales, religiosos y teológicos”. El texto no
podía ser más injusto. La Iglesia, que dignificó a la mujer sacándola de la
condición degradada y humillante a que la sometían las culturas paganas, ahora
es acusada de “maltrato” a la mujer, en nombre de una no-discriminación de raíz
igualitaria.
Conviene recordar
entre paréntesis que, según una de sus líderes, la tal “teología feminista de
la liberación” no tiene su centro en Dios, sino en el cuerpo divinizado, en la
“interpretación del cuerpo humano físico como absolutamente central”. Y “su
espiritualidad está cimentada en la sensualidad-sexualidad”. Su credo se resume
en esta propuesta: “Ni dios [sic – inicial minúscula], ni la encarnación, ni el
pecado, ni la reparación. Nosotras, las feministas, asumimos la prerrogativa de
transformar las normas tradicionales cristianas, tal como el supuesto de que el
orgullo es pecado”. “Transformar” significa aquí adulterar a su antojo la
doctrina y la moral de la Iglesia...
Contra los Papas
“represivos” – Por fin, el texto pide la inmediata “rehabilitación de todas las
teólogos [sic] y los teólogos represaliados ... sobre todo durante los
pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que fueron especialmente
represivos en cuestiones de teología moral y dogmática, en la mayoría de los
casos por su vinculación con la teología de la liberación”. Por tanto, contestación
abierta a las enseñanzas y la autoridad de ambos Pontífices, por haber
reafirmado puntos esenciales de la milenaria doctrina moral católica.
“Todo es relativo” –
El documento concluye con una frase que lo dice todo: “afirmamos que todo es
relativo, incluida la teología, y que sólo son absolutos Dios, el hambre y la
liberación” . Enunciado absurdo, pues si el hambre y la liberación fueran
absolutos, Dios dejaría de serlo. Y el orden del ser dejaría de ser bueno, pues
el hambre es un defecto. Y la liberación —entendida incluso en su sentido bueno
de liberación del pecado (que no es el que le dan estos teólogos)— tampoco
puede ser un absoluto, pues es una contingencia histórica.
Cabe notar que entre
los asistentes estuvieron el obispo de Saltillo (México), Mons. Raúl Vera, el
controvertido jesuita español P. Juan Masiá, la activista Frida Harth, miembro
del pro abortista grupo “Católicas por el Derecho a Decidir”, todos ellos
conocidos por sus posiciones relativistas extremadas.
Así, la perspectiva
de la dictadura del relativismo, contra la cual oportuna y reiteradamente nos
advirtiera en años recientes el Papa Benedicto XVI, asoma aquí de manera
palpable.
* * *
Insistimos: lo que
predica la “Asociación de teólogos Juan XXIII”, ¿no es ya otra religión,
diferente de la católica? Y esos teólogos relativistas —por no decir ateos— ¿no
son aquellos “falsos profetas...disfrazados con piel de ovejas” y que “por
dentro son lobos voraces” (Mat. 7, 15), contra los cuales nos previno Nuestro
Señor? ¿Su doctrina no equivale a una liberación de la teología, a una
apostasía de la verdadera Fe de Jesucristo?
Nadie podrá negar la
validez de estas preguntas. Y a juzgar por este documento de la “Asociación
Juan XXIII”, la respuesta sólo puede ser afirmativa.
www.tradicionyaccion.org.pe
FUENTES:
1. Mil teólogos piden
al Papa que rehabilite a los castigados por Ratzinger,
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/09/08/actualidad/1378670585_242867.html
2. El retorno anual
de la Asociación de teólogos Juan XXIII,
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=31058
3. Los “indignados” –
Una visión de conjunto,
http://www.tradicionyaccion.org.pe/tya/spip.php?article161
4. CARTER HEYWARD,
Introducción a la teología feminista, in JUAN ANTONIO MONTES V., Desde la
Teología de la Liberación a la Teología eco-feminista – Una revolución
enquistada en la Iglesia, Ed. Acción Familia, Santiago de Chile, 2011, pág. 28
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