”En su persona saludo
a una Iglesia nacida del testimonio que el apóstol Tomás dio del Señor Jesús
hasta el martirio. La fraternidad apostólica que unía a los primeros discípulos
en el servicio del Evangelio une, todavía hoy, a nuestras Iglesias, a pesar de
que en el curso, a veces triste, de la historia, hayan surgido divisiones que,
gracias a Dios, estamos intentando superar en obediencia a la voluntad y al
deseo del Señor”.
Con estas palabras ha
recibido el Papa Francisco a Su Santidad Baselios Marthoma Paulose II,
Catholicos de la
Iglesia Ortodoxa sirio-malankar (India) que estos días visita
Roma al frente de una delegación para rezar ante la tumba de San Pedro, en el
curso de un viaje a lo largo de Europa.
El Santo Padre ha pasado revista a la
historia de las relaciones entre católicos y ortodoxos siro-malankares en los
últimos treinta años recordando que de los encuentros entre unos y otros a
partir de esa fecha “comenzó un camino concreto de diálogo con la institución
de una Comisión Mixta que desembocó en el Acuerdo de 1990 del día de
Pentecostés; una comisión que prosigue su inapreciable labor y que ha llevado a
pasos significativos sobre temas como el uso común de edificios de culto y de
cementerios, la concesión mutua de recursos espirituales e incluso litúrgicas
en situaciones pastorales específicas y sobre la necesidad de individuar nuevas
formas de colaboración ante los crecientes retos sociales y religiosos”.
“He querido recordar
algunas etapas de estos treinta años de progresiva cercanía entre nosotros -ha
dicho- porque pienso que en el camino ecuménico sea importante mirar con
confianza los pasos cumplidos superando prejuicios y cierres que forman parte
de esa “cultura del enfrentamiento” que es fuente de división y dejando espacio
a la “cultura del encuentro” que nos educa a la comprensión recíproca y a
trabajar por la unidad. Sin embargo, solos, esto sería imposible: nuestras
debilidades y pequeñeces retrasan el camino.
Por eso es importante intensificar
la oración...Oración y compromiso para que crezcan las relaciones de amistad y
colaboración en los diversos niveles, en el clero, entre los fieles de las
diversas Iglesias nacidas del testimonio de Santo Tomás.
Que el Espíritu Santo
siga iluminándonos y guiándonos hacia la reconciliación y la armonía, superando
todas las causas de división y rivalidad que han marcado nuestro pasado”.
Vatican.Va, 5-9-13
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