jueves, 17 de julio de 2014

La educación católica y su aporte sustancial en la Argentina



Reflexión de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata,
en el programa "Claves para un Mundo Mejor" 
(12 de junio de 2014)

“Para mi es un gusto, cada semana, encontrarme con ustedes en “Claves”, porque pienso que del otro lado de la cámara, frente a la pantalla, están ustedes, a los que ya considero amigos. Hoy quiero hablarles de algo que es un problema argentino muy serio: la educación.

Seguramente habrán leído u oído que, en la actualidad muchos expertos hablan de una grave decadencia de la educación argentina en su conjunto. No parece una exageración; es una verdad indiscutible.

Ahora bien: ¿cuáles son las soluciones? Yo no quiero referirme a eso ahora; además, estrictamente hablando no es mi competencia. Pero sí quiero referirme a los problemas que hoy afectan a la educación católica, los problemas que tenemos en nuestros colegios.

Un colegio es el receptor de toda la problemática de la sociedad, especialmente de las familias, aunque en nuestro caso, en nuestras escuelas, tratamos de mantener un diálogo lo mejor posible con las familias y de ayudar a los chicos en un sentido integral. ¡Ese es el problema que hoy afecta a muchos ámbitos educativos: una educación integral!.

A propósito de la formación integral que deseamos ofrecer en nuestras escuelas, me preocupa, entre otras cosas, la presión que desde el Estado se ejerce acerca de los contenidos, los diseños curriculares, los contenidos curriculares de diversas materias que se han impuesto recientemente, como “Salud y Adolescencia”, “Educación Sexual”, “Construcción de Ciudadanía”.

El Estado pretende que nosotros, en el subsistema educativo de la Iglesia, introduzcamos una orientación ideológica en muchos aspectos contraria a la visión cristiana del hombre y del mundo, de la moral que, siguiendo al Evangelio, la Iglesia nos enseña.

En la Provincia de Buenos Aires, especialmente, he hablado sobre este problema con las autoridades, creo haber encontrado en ellas comprensión. La Constitución de la Provincia de Buenos Aires, que ha sido sancionada en 1994, dice que los chicos bonaerenses deberán recibir una educación integral, con sentido trascendente y según los principios de la moral cristiana, respetando la libertad de conciencia. Pero esta definición no suele ser tenida en cuenta, y los problemas no se revuelven. Además, muchas de las disposiciones que el Gobierno Nacional establece, pasando por sobre la jurisdicción provincial, son anticonstitucionales y menoscaban la libertad de la Iglesia, y la libertad de enseñanza.

Por otra parte, ustedes saben que el Estado en distintas jurisdicciones, hace aportes a la educación católica, como a otras escuelas privadas. Esos aportes son de 40%, 60%, 80% o 100% del costo de la planta funcional, es decir los directivos y los docentes. Yo le decía a las autoridades provinciales: si en lugar del 100%, todos nuestros colegios recibieran el 150% de esos aportes, nuestros colegios serían gratuitos, no tendrían que cobrar ninguna cuota y por añadidura el Gobierno Provincial ahorraría plata, porque les saldría mucho más barato que todas sus escuelas juntas.

Desde la Iglesia estamos ofreciendo un servicio, el mejor posible, a la sociedad argentina, en este momento en que el conjunto de la educación es objeto de críticas muy severas por parte de aquellos que entienden de estas cosas.

En el caso nuestro, la Arquidiócesis de La Plata, estamos promoviendo la creación de colegios en la periferia, en los barrios más pobres, donde a veces hay pocas escuelas estatales o éstas dejan tanto que desear y los padres de familia nos reclaman que nosotros nos lancemos a afrontar las dificultades y riesgo que implica abrir nuevas escuelas.

Quería comentarles esto, para que ustedes recen por la educación cristiana, para que podamos ofrecer a la sociedad Argentina de hoy, tan agobiada por diversos problemas, un aporte que sea verdaderamente sustancial.



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