escrita en la cárcel poco antes de su martirio
"Ten, pues, buen ánimo, hija mía, y no te
preocupes por mi, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme
que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es
en realidad lo mejor".
"Aunque estoy convencido, mi querida Margarita,
de que la maldad de mi vida pasada es tal que merecería que Dios me abandonase
del todo, ni por un momento dejaré de confiar en su inmensa bondad. Hasta
ahora, su gracia santísima me ha dado fuerzas para postergarlo todo: las
riquezas, las ganancias y la misma vida, antes de prestar juramento en contra
de mi conciencia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario