‘Una monstruosa mezcolanza de judaísmo, de paganismo y
de cristianismo’
Gabriel Ariza
Infovaticana, 18 Junio, 2017
Mientras en Italia han profanado el cadáver de San
Juan Bosco, recordamos sus enseñanzas sobre la amenaza que se cierne sobre
Europa: El Islam.
San Juan Bosco escribió un libro de apologética
llamado «Il Cattolico istruito nella sua religione: trattenimenti di un padre
di famiglia co’ suoi figliuoli, secondo i bisogni del tempo» (El Católico
instruido en su religión: Conversaciones de un padre de familia con sus hijos,
según las necesidades del tiempo) en 1853. En dicho libro habla en forma
dialogada para los fieles sencillos, de la veracidad de la Fe Católica y expone
los errores de las sectas, herejías y demás religiones falsas. Mención en
especial merece la Plática XIII, que versa sobre el islam, y que ofrecemos a
continuación, en traducción del blog Miles Christi:
PLÁTICA XIII: EL MAHOMETISMO
Padre: Sin duda, para un católico no hay ciencia más
importante que aquella que lo instruye en la religión propia. Ciencia
importante, y al mismo tiempo consolantísima, porque tiene los fundamentos
ciertos y claros que hacen manifestar el concurso de la Omnipotencia Divina.
Esta Religión de Jesucristo, que únicamente se conserva en la Iglesia Católica
Romana, de acuerdo a las palabras del mismo Salvador, puede ser en cualquier
manera perseguida, pero no por ello vencida. En todo tiempo, en medio de las
más sangrientas persecuciones, se ha conservado inmóvil como columna, siempre
gloriosa, siempre visible, siempre victoriosa, sin usar otras armas que las de
la caridad y de la paciencia. Esta su invariabilidad conservada desde los
tiempos de Jesucristo hasta nuestros días, no puede atribuirse a otro factor
que a la Omnipotencia Divina.
Establecidos así los fundamentos de nuestra Santa
Religión Católica, quiero platicaros un poco sobre algunos curiosos
avvenimenti: esto es, sobre aquellas Religiones que estaban unidas a la Iglesia
Católica, y que en un tiempo se separaron.
Hijos: Buenísimo, buenísimo. Esto quise saberlo desde
hace tiempo. ¿Cuáles son estas religiones que en un tiempo se separaron de la
Iglesia Católica?
Padre: Antes de hablaros de las religiones que en un tiempo se separaron de
la Iglesia Católica Romana, quiero resaltar que las religiones que no tienen
los caracteres de la divinidad, y que nosotros llamamos falsas religiones, se
pueden reducir al Hebraísmo, a la Idolatría, al Mahometismo, y a las Sectas
Cristianas profesadas por los Griegos cismáticos, Valdeses, Anglicanos y
Protestantes.
Creo que de la Idolatría no es oportuno hablaros,
porque en nuestros días, a excepción de poquísimos países donde aún no ha
llegado la luz del Evangelio, no existe más.
Del hebraísmo os he hablado bastante en la primera
parte de nuestra plática.
Si os place, yo quiero hablaros de las otras
comenzando con el Mahometismo.
Hijos: Sí, sí, comienza por decirnos ¿qué cosa se
entiende por Mahometismo?
Padre: Por Mahometismo se entiende una colección de
máximas tomadas de varias religiones, las cuales al ser practicadas llegan a
destruir cualquier principio de moralidad.
Hijos: ¿En qué países se profesa este mahometismo?
Padre: El mahometismo se profesa en una gran parte de
Asia, y también en una parte de África.
Hijos: ¿De quién debe su principio el mahometismo?
Padre: El mahometismo tiene su principio en Mahoma.
Hijos: ¡Oh! sobre este Mahoma tenemos tanta curiosidad
de oir hablar: dinos lo que sabes de él.
Padre: Lo que la historia cuenta de este famoso
impostor es demasiado largo de referir: lo que voy a daros a conocer
solamente es cómo fundó su religión. Mahoma nació en una familia pobre, de
padre gentil y de madre hebrea, en el año 570, en la Meca, ciudad de la Arabia.
poco distante del Mar Rojo. Hambriento de gloria y deseoso de mejorar su
condición anduvo vagando por muchos países, y llegó a ser agente viajero de una
mercader viuda de Damasco, que enseguida lo desposó. Era tan astuto que supo
aprovecharse de su enfermedad y de su ignorancia para fundar una religión. Padeciendo
de epilepsia, el mal caduco, afirmaba que aquellos sus colapsos frecuentes eran
otros tantos arrebatamientos para tener coloquios con el Ángel Gabriel.
Hijos: ¡Qué impostor, engañar a la gente en esta
manera! ¿Habrá también intentado hacer milagros para confirmar su predicación?
Padre: Mahoma no podía hacer milagro alguno en
confirmación de su religión, porque no era enviado de Dios. Dios solo es autor
de los milagros. Dado que se vanagloriaba de ser superior a Jesucristo, se
creería que pudo hacer milagros a la par de Él. De otro modo, respondería que
los milagros eran hechos por Jesucristo, y que él fue levantado por Dios para
restablecer la religión con la fuerza. Con todo, se vanagloriaba de haber hecho
uno, y decía que, habiendo caído un pedazo de la luna en sus manos, él había
sabido reponerlo; en memoria de este ridículo milagro los mahometanos portan
como divisa la media luna.
Reís, ¡oh hijos míos!, y con mucha razón, porque un
hombre de facha similar hubiera podido considerarse cual charlatán, que no
predicador de una nueva religión. Cuando por esta causa se corrió la fama de
que que era un impostor y perturbador de la tranquilidad pública, sus
conciudadanos quisieron apresarlo y darle muerte. Pero él se dio a la fuga, y
se retiró a la ciudad de Medina con algunos libertinos que le ayudaron a
convertirse en señor de la misma (1).
Hijos: ¿En qué cosa propiamente consiste la religión
de Mahoma?
Padre: La religión de Mahoma consiste en una
monstruosa mezcolanza de judaísmo, de paganismo y de cristianismo. El libro de
la ley mahometana es llamado Alcorán, o sea, libro por excelencia [Alcorán
significa recitación, N. del T.]. Esta religión también es llamada Turca porque
está muy difundida en la Turquía [Turquía era como entonces se conocía en
Europa al Imperio Otomano]; Musulmana por Musul, nombre que los mahometanos dan
al director de la oración; Islamismo, del nombre de algunos de sus
reformadores; pero es siempre la misma religión fundada por Mahoma.
Hijos: ¿Por qué Mahoma hizo esa mezcolanza de varias
religiones?
Padre: Porque como los pueblos de la Arabia eran en
parte judíos, en parte cristianos, y otros paganos, él, para llevarlos a todos
a seguirle, tomó una parte de las religiones que profesaban, y escogió especialmente
aquellos puntos que pudieran mayormente favorecer los placeres sensuales.
Hijos: ¿Puede decirse propiamente que Mahoma fuese un
hombre letrado?
Padre: De ninguna manera, ni mucho menos sabía
escribir; y para componer su Alcorán fue ayudado de un hebreo y de un monje
apóstata. Hablando de la Historia Sagrada confunde un hecho con el otro; por
ejemplo, atribuye a María, hermana de Moisés, más hechos que los que conciernen
a María, madre de Jesucristo, con muchísimos otros despropósitos.
Hijos: Esto me parece impresionante: si Mahoma era
ignorante, ni hizo ningún milagro, ¿cómo pudo propagar su religión?
Padre: Mahoma propagó su religión, no con milagros o
con la persuasión de las palabras, sino con la fuerza de las armas. Religión
que, favoreciendo toda suerte de libertinaje, en poco tiempo hizo convertir a
Mahoma en jefe de una formidabile tropa de milicianos. Con ellos recorría los
países del Oriente ganándose a las gentes, no con insinuarles la verdad, ni con
milagros o profecías; sino que por único argumento alzaba la espada sobre las
cabezas de los vencidos gritando: o creer o morir.
Hijos: Qué canalla, ¿son estos los argumentos que se
deben usar para convertir a la gente? Sin duda, siendo Mahoma tan ignorante,
¿hubiera diseminado en el Corán muchos errores?
Padre: El Alcorán contiene una serie de errores a cual
más inmensos contra la moral y contra el culto del verdadero Dios. Por ejemplo,
excusa de pecado a quien niega a Dios por temor de la muerte; permite la
venganza; asegura a sus secuaces un paraíso, pero lleno de solos placeres
terrenos. En resumen, la doctrina de este falso profeta permite cosas tan
obscenas, que el alma cristiana tiene horror de mencionar.
Hijos: ¿Qué diferencia hay entre la Iglesia Cristiana
y la Mahometana?
Padre: La diferencia es grandísima. Mahoma fundó su
religión con la violencia y con las armas: Jesucristo fundó su Iglesia con
palabras de paz, sirvéndose de los pobres sus discípulos. Mahoma fomentaba las
pasiones, Jesucristo mandaba el negarse a sí mismo. Mahoma no hizo ningún
milagro, Jesucristo hizo muchísimos milagros a plena luz del día y en presencia
de innumerables multitudes. Las doctrinas de Mahoma son ridículas, inmorales y
corruptoras: las de Jesucristo son augustas, sublimes y purísimas. En Mahoma no
se cumplió ninguna profecía; en Jesucristo se cumplen todas. En síntesis, la
Religión Cristiana, en cierta manera, conduce al hombre feliz en este mundo
para elevarlo después a los gozos del Cielo; Mahoma degrada y envilece la
naturaleza humana, y cifrando la felicidad en los placeres carnales, reduce al
hombre al grado de los animales inmundos.
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San Juan Bosco, «Il Cattolico istruito nella sua
religione: trattenimenti di un padre di famiglia co’ suoi figliuoli, secondo i
bisogni del tempo». Turín, 1853.
NOTA DEL AUTOR
(1) Esta fuga de Mahoma, llamada Hégira (هِجْرَة), que significa huída, es el punto inicial
de la era musulmana, y corresponde al año de Cristo 622.
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