miércoles, 4 de junio de 2014

Una pretensión insólita


La explicación del vicario del obispo del lugar, es correcta: hasta un asesino que se confiesa y cumple la penitencia, queda habilitado para recibir la comunión. Un adúltero que no está dispuesto a modificar su conducta, no puede comulgar pues continúa, voluntariamente, en pecado mortal. Pretender que la Iglesia modifique una norma establecida para todos los padrinos de un fiel que va a recibir la confirmación, es realmente insólito. Lo más llamativo es que el aspirante a padrino es presidente del comité de su pueblo, dedicado a una fiesta religiosa.
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Otro problema para el papa Francisco

Julio Algañaraz

Clarín, 4-6-14

Se está convirtiendo en un caso nacional en el mundo católico italiano el de Matteo Mercola, un chico de 13 años que se niega a recibir el sacramento de la confirmación porque su párroco del pueblo de Scorrano y el obispo de Otranto, en la sureña provincia de Lecce, han rechazado por “situación irregular” al padrino que eligió, Vito Maraschio, de 45 años, amigo de familia.

Maraschio escribió una carta pidiendo ayuda al Papa y Matteo espera que el pontífice de Roma lo autorice a que sea Vito su testigo de fe con el sacramento cristiano de la confirmación.

Crece otra vez la cuestión de los católicos divorciados y vueltos a casar por civil, un tema urticante que dominará en parte el Sínodo Mundial de la Familia, convocado por Francisco para octubre que será seguido el año que viene por otra Asamblea Mundial de los episcopales para aplicar en concreto las medidas estudiadas en el primer Sínodo. Para algunos se trata de un pequeño concilio sobre los problemas de la familia católica.

Vito Maraschio está casado por civil con la señora Simona Bongiorno, madre de dos hijas que viven con el matrimonio. Simona se divorció en circunstancias difíciles del primer marido con el que se casó por la Iglesia, que fue condenado a nueve meses de cárcel por golpearla. Maraschio es contador y presidente del comité de la Fiesta de Santa Domenica en Scorrano, de cuyo comité forma parte el padre del pequeño Matteo. 

El diario La Repubblica, que ayer dio amplia difusión al caso, destacó que “según el derecho canónico quien vive con una mujer repudiada, o sea casada con otro hombre, comete adulterio”. Matteo se niega a elegir otro padrino de confirmación. Su madre, Daniela, explicó que “mi hijo está muy mal. Al principio le pedimos que se eligiera otro padrino pero después comprendimos que no habría servido de nada porque está dispuesto incluso a renunciar a la confirmación, aunque sufre mucho por esto”.

El párroco de Scorrano al principio había dado su autorización, pero después dijo que Maraschio debía hablar con el obispo de Otranto, monseñor Donato Negro. En su carta al Papa argentino, Maraschio explicó que había pedido explicaciones “por una situación que considero injusta a mi obispo”. Al parecer, habló con el vicario de monseñor Negro. Según Maraschio, el vicario Quintino Gianfreda le dijo que “un asesino podía confirmar tras haber descontado su pena y arrepentirse y yo no” por la persistencia en su conducta. 

El vicario, desde la Curia de Otranto, señaló que “nosotros estamos cerca de nuestros fieles pero las reglas no son discrecionales: quien vive en una situación irregular no puede ser padrino o madrina. 

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