Relato
de la aparición de la Virgen de Guadalupe
(www.reinadelcielo.org )
La aparición de la
Virgen de Guadalupe es una maravillosa obra de evangelización de la Madre de
Dios, hecha poco tiempo después del desembarco de los españoles en América. Y
si bien los primeros años de colonización fueron traumáticos para los nativos de América, también sabemos
que Dios saca el bien de los dolores del hombre. María se mezcló con la llegada
de los europeos a México para impulsar el conocimiento de Su Hijo entre indios
y futuros habitantes de las Américas.
Conocemos bien la
esencia del Milagro de Guadalupe. La aparición se inició el 9 de diciembre de
1531 en las cercanías de la Ciudad de México, entonces ciudad capital del
imperio Azteca: la Virgen se aparece al indio Juan Diego, y le pide que
transmita al obispo del lugar su voluntad de que se construya un templo
dedicado a Ella en el cerro Tepeyac. El obispo, al escuchar el relato del
indio, le pide una prueba de la Presencia de la Madre de Dios allí. María hace
crecer entonces un jardín de rosas en un cerro inhóspito y semidesértico, y se
las hace recoger en su tilma (especie de poncho o manta) a Juan Diego. Luego le
pide se las presente como prueba de Su Presencia al obispo. Cuando el indio
abre su tilma frente al obispo, caen las flores al piso y aparece
milagrosamente retratada la imagen de la Virgen María en la rústica tela. El
templo dedicado a la Virgen de Guadalupe fue construido en el cerro Tepeyac,
lugar de las apariciones, donde se exhibe la tilma original de Juan Diego,
impresa con la mundialmente conocida imagen de la Virgen de Guadalupe.
Para entender lo
ocurrido allí en su más fresca y maravillosa expresión, les ofrecemos un relato
escrito en idioma indio pocos años después de los hechos (pleno siglo XVI), por
un sabio indígena (Don Antonio Valeriano): el
documento es conocido como el Nican Mopohua (“aquí se narra”). El autor recoge allí el testimonio del propio
indio Juan Diego, pocos años después de los hechos acontecidos en el cerro
Tepeyac. La naturalidad y belleza de la narración dan una impresión vívida de
los diálogos entre el indio vidente y la Virgen María, así como de la realidad
de la época en que todo ocurrió. Si bien el escrito en lengua Náhuatl fue traducido al español, conserva la inocencia
del indio y su entorno, en sus giros y expresiones.
Nican
Mopohua/”aquí se narra”
Traducido
del Náhuatl al castellano por el Presbítero Mario Rojas
(Comentario de
www.reinadelcielo.org: los títulos subrayados no pertenecen al texto original,
sino que fueron agregados para mejor comprensión del lector)
Párrafo de
introducción que da nombre al documento: (“aquí se narra”)
Aquí se narra, se
ordena, cómo hace poco, milagrosamente se apareció la perfecta Virgen Santa
María Madre de Dios, nuestra Reina, allá en el Tepeyac, de renombre Guadalupe.
El Indio Juan Diego
en camino a la ciudad de México:
Primero se hizo ver
de un indito, su nombre Juan Diego; y después se apareció su Preciosa Imagen
delante del reciente obispo don fray Juan de Zumárraga. Diez años después de
conquistada la ciudad de México, cuando ya estaban depuestas las flechas, los
escudos, cuando por todas partes había paz en los pueblos, así como brotó, ya
verdece, ya abre su corola la fe, el conocimiento de Aquél por quien se vive:
el verdadero Dios. En aquella sazón, el año 1531, a los pocos días del mes de
diciembre, sucedió que había un indito, un pobre hombre del pueblo. Su nombre
era Juan Diego, según se dice, vecino de Cuauhtitlan, y en las cosas de Dios,
en todo pertenecía a Tlatilolco. Era sábado, muy de madrugada, venía en pos de
Dios y de sus mandatos. Y al llegar cerca del cerrito llamado Tepeyac ya
amanecía. Oyó cantar sobre el cerrito, como el canto de muchos pájaros finos;
al cesar sus voces, como que les respondía el cerro, sobremanera suaves,
deleitosos, sus cantos sobrepujaban al del coyoltototl y del tzinitzcan y al de
otros pájaros finos. Se detuvo a ver Juan Diego. Se dijo: ¿Por ventura soy
digno, soy merecedor de lo que oigo? ¿Quizá nomás lo estoy soñando? ¿Quizá
solamente lo veo como entre sueños?. ¿Dónde estoy? ¿Dónde me veo? ¿Acaso allá
donde dejaron dicho los antiguos nuestros antepasados, nuestros abuelos: en la
tierra de las flores, en la tierra del maíz, de nuestra carne, de nuestro
sustento; acaso en la tierra celestial?. Hacia allá estaba viendo, arriba del
cerrillo, del lado de donde sale el sol, de donde procedía el precioso canto
celestial.
-----------------
Texto completo (11 págs.) en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario