martes, 7 de mayo de 2013

La importancia de la educación en el futuro del país







Reflexión de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, en el programa "Claves para un Mundo Mejor" (4 de mayo de 2013)

¿Cómo se puede asegurar el futuro de una Nación? ¿Qué factores hay que poner en juego? Ante estas preguntas podríamos desarrollar una reflexión amplísima, pero yo quiero referirme solamente a un punto que es capital. Uno podría responder a esa cuestión diciendo que es necesario que nazcan muchos niños, hijos de esa tierra, y que puedan ser criados y educados dignamente por sus familias.

Quiero subrayar la importancia de la educación en el futuro de un país, y no me refiero solamente a la instrucción, sino a la educación entendida como la formación integral de una persona, que pueda capacitarse para un proyecto de vida y para colaborar con una inserción adecuada en la vida social, en la vida de la comunidad a la cual pertenece.

Todos sabemos los problemas actuales que afligen al sistema educativo en la Argentina. Ha habido progresos interesantes, como por ejemplo una aplicación presupuestaria muy importante y que, sin embargo, todavía por distintas razones que habría que examinar, no produce resultados seguros en materia de calidad de educación.

Por otra parte sabemos que existen grandes desigualdades y problemas que vienen “de arrastre”. Se ha logrado mejorar, por ejemplo, la inserción y la retención de niños en el sistema educativo pero se sabe que existen cientos de miles de chicos que no estudian ni trabajan. Pensemos sobre todo la problemática del secundario.

Luego, lo de la calidad no se refiere a exquisiteces, sino que se refiere a la transmisión en el plano de la instrucción de saberes elementales; como se decía antes: saber leer, escribir, calcular.

Hay mediciones al respecto: algunas que se hacen en el ámbito local y, por otra parte, se perciben simplemente con poner un poco de atención a los resultados, y otras que tienen que ver con proyectos internacionales de medición. Se sabe bien que hay muchos chicos que acaban su escolaridad primaria sin saber leer y escribir con corrección. En el Secundario esto es mucho más grave todavía; también muchos son los chicos y chicas que no terminan la escuela secundaria.

No es solo un problema del sistema educativo, aunque llama la atención que después de dos reformas consecutivas no se haya mejorado sustancialmente la calidad de la instrucción. Hay problemas que vienen del ámbito familiar, del ámbito social, de la situación de la cultura en el país. Lo de la familia es muy importante: el chico no se educa solamente en la escuela. Cuando comienza su escolaridad, el chico, ya lleva consigo un mundo familiar, con todos sus valores y también con todas sus deficiencias. Y luego la escolaridad no puede limitarse al horario curricular.

Hoy se habla con mucho interés acerca de la jornada extendida y hay proyectos nacionales importantes al respecto pero, sin embargo, todavía queda mucho por hacer. ¿Y que significa la jornada extendida? Significa tratar que la educación sea verdaderamente integral, como lo postula la Ley de Educación Nacional.

Esto concierne a toda la sociedad. No es un problema solo del Estado, sino también de las instituciones de la sociedad civil y de las familias, de cada uno de nosotros. La problemática socio-económica ya produce un handicap tremendo. Muchísimos chicos no están bien nutridos, muchos a los cuales su familia no puede acompañarlos; el hecho de que la madre no esté en la casa, por ejemplo, o que en la familia no se inicie esa formación en los valores fundamentales de humanidad. Todo esto influye negativamente en la educación integral.

Pues bien de esto depende en buena medida el futuro de la Nación. A veces uno toma en cuenta los índices económicos o la ubicación en la política internacional, pero la educación es como la infraestructura del futuro de una Nación. Sobre esto tenemos que pensar, y cada uno tiene que hacer su parte.


Agencia Informativa Católica Argentina, 7 May 2013 

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