catolicos-on-line, 10-4-17
La Audiencia de Granada ha absuelto al padre Román
Martínez, único acusado en el juicio del «caso Romanones». La Audiencia ha
condenado además al denunciante a las costas del proceso debido a su procedes
durante la instrucción y el juicio. En su día, el Papa llamó por teléfono a la
supuesta víctima para pedirle perdón en nombre de la Iglesia y le aninó a denunciar
al sacerdote.
El fiscal del caso, Francisco Hernández, retiró a
finales de marzo su acusación contra el padre Román, para el que pedía nueve
años de prisión y una indemnización de 50.000 euros por presuntos abusos a
menores, al no ver «concluyentes» las pruebas ni los testimonios que se
analizaron en las distintas sesiones del juicio.
«No se puede condenar a una persona si no hay pruebas
ni con móviles distintos en las versiones que han dado los distintos testigos»,
explicó entonces el fiscal.
La sentencia
«La absolución del procesado se basa no solo en la
falta de prueba contra el mismo sino, también y a consecuencia de ello, en la
falta de convicción que el testimonio de D. R. (identificado como Daniel) nos
causa, resultando de su relato aspectos absolutamente inverosímiles». El
testimonio del denunciante, que transmitió por carta los hechos al Papa
Francisco y este le telefoneó para pedirle disculpas, «no ha convencido al
tribunal», reza la sentencia, que abunda: un relato «contradictorio, vacilante
y no corroborado».
El tribunal asegura desconocer qué intenciones
llevaron al denunciante a sostener sus acusaciones, pero los jueces rechazan
verter hipótesis sobre su motivación. «No existe prueba alguna en el
procedimiento que apoye la versión del denunciante», subraya el fallo.
Además de haber mentido, la magistrada ponente de la
Sección Segunda de la Audiencia, Aurora Fernández, acusa al denunciante de
haber pretendido ocultar ciertos hechos como negar su presencia en ciertas
fotos o el cese de los abusos en mayo de 2007. «Una actitud que, por otro lado,
no ha sido nada colaboradora cuando la situación se tornaba contraria a sus
intereses (como en las entrevistas policiales mantenidas).
Los jueces consideran que durante el juicio se ha
puesto de relieve la inconsistencia del relato del denunciante, ya que ciertas
circunstancias que daba él por ciertas han sido desmontadas mediante el
material probatorio expuesto en la vista (la ausencia de la mancha de café en
el glande, etc.).
Para el tribunal, el denunciante creó un «proceso
excepcional» al aumentar «injustificadamente el volumen del procedimiento, dado
que la justicia le ha prestado una atención desmesurada». Por ello, el
denunciante deberá pagar las costas del juicio, y ahora tiene la posibilidad de
recurrir el fallo ante el Tribunal Supremo.
El Papa pidió perdón al denunciante
Se da la circunstancia de que este caso provocó la
intervención directa del papa Francisco, quien en agosto de 2014 llamó por
teléfono a la supuesta víctima de los abusos del padre Román, para pedirle
perdón en nombre de la Iglesia y animarle a denunciar. El mismo Papa ordenó al
arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, abrir una investigación.
El caso ha sido usado durante todos estos años por
Religión Digital como herramienta de acoso y derribo contra Mons. Martínez, del
que repetidamente aseguraron que iba a ser retirado de la archidiócesis
andaluza.
Comunicado de la archidiócesis de Granada
Comunicado del Arzobispado de Granada, tras la
sentencia absolutoria del tribunal civil al sacerdote D. Román Martínez.
Al tener noticia de la sentencia absolutoria del
tribunal civil al sacerdote D. Román Martínez de Velasco, este arzobispado se
alegra de la actuación de la justicia.
Aunque falta aún el proceso canónico, que sigue otros
cauces y tiene otras normas, la posición de la Iglesia ha sido y seguirá siendo
la misma: la protección en primer lugar de las eventuales víctimas, la búsqueda
de la verdad y la colaboración con la justicia.
Quiera Dios que el sufrimiento que este asunto ha
causado, en el presbiterio de Granada y en la diócesis -pero en realidad, en la
Iglesia entera- nos sirva a todos para crecer en humildad y en confianza en
Dios, y para un testimonio cada vez más transparente de la verdad de Dios en
nuestras vidas.
Granada, 11 de abril de 2017
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