By Stefano Gennarini, J.D.
28 de junio 2015 (C-Fam)
La nueva encíclica del Papa Francisco sobre el medio
ambiente impactó en las negociaciones de la ONU esta semana. Pero en el apuro
por destacar su aportación al cambio climático, pasaron por alto su enérgica
condena del aborto y del control demográfico.
En las negociaciones de esta semana sobre el
desarrollo sostenible en la Asamblea General, María Emma Mejía Vélez,
embajadora de Colombia, dijo que la encíclica sobre «cambio climático» es
pertinente para la agenda de desarrollo de la ONU.
El nuevo documento papal sobre el medio ambiente
titulado Laudato Si ha sido calificado de «enorme golpe» de quienes hacen
hincapié en las causas humanas del cambio climático. Ha dado el respaldo moral
del Papa Francisco, y de los mil millones de católicos que él guía, para los
planes del secretario general de la ONU Ban Ki-moon de establecer un acuerdo
mundial vinculante sobre cambio climático en diciembre.
El embajador keniata Macharia Kamau, quien preside las
negociaciones, invocó la encíclica durante un intercambio sobre el concepto de
«límites planetarios», frase a menudo utilizada por Jeffrey Sachs, que
manifiesta el temor de que la Tierra no tenga suficientes recursos para
sustentar a la población mundial.
«Los “límites planetarios” son preocupantes para las
personas que no han leído la encíclica… No, solo estoy bromeando», dijo Kamau
con una sonrisa, insinuando que la tradicional oposición de la Iglesia a las
ideologías que consideran a los seres humanos como parásitos había sido
abandonada por el Papa Francisco.
En realidad, la carta del Papa condena el aborto y el
control demográfico, así como las ideologías que los promueven como medios de
reducir el exceso de población frente a los «límites planetarios» de la Tierra.
El Papa critica a quienes ofrecen justificaciones
fáciles para el aborto y pide a los cristianos que propongan argumentos en
contra de estas ideologías.
«Dado que todo está relacionado», escribe, «tampoco es
compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto. No
parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles que nos
rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión
humano aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades».
El Pontífice denuncia incluso las formas sutiles de
control demográfico que se presentan bajo la apariencia de la asistencia al
desarrollo.
«En lugar de resolver los problemas de los pobres y de
pensar en un mundo diferente», afirma, «algunos atinan sólo a proponer una
reducción de la natalidad. No faltan presiones internacionales a los países en
desarrollo, condicionando ayudas económicas a ciertas políticas de “salud
reproductiva”».
Algunos de los mensajes teológicos más fuertes de la
encíclica abarcan el interés por el embrión humano, e incluyen la descripción
del aborto como «reflejo muy visible de
un desinterés por reconocer el mensaje que la naturaleza lleva inscrito en sus
mismas estructuras».
Asimismo, el Papa critica a los ambientalistas que
quieren límites para la ciencia cuando se trata del medio ambiente y de los
animales, pero se rehúsan a hacer lo mismo con la vida humana.
«Se olvida que el valor inalienable de un ser humano
va más allá del grado de su desarrollo», escribe.
El cardenal Peter Turkson, Presidente del Pontificio
Consejo Justicia y Paz hará una presentación de la encíclica en la sede de la
ONU la semana próxima. Quizás él ayude a centrar la atención en la preocupación
del Papa por las más de 50 millones de víctimas del aborto cada año.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se concretarán
en julio y serán aprobados en torno a la fecha de la visita del Papa Francisco
a las Naciones Unidas, en septiembre. Las metas determinarán cómo han de ser
destinados miles de millones de dólares para el desarrollo en los próximos 15
años. Por el momento, las agrupaciones que ofrecen y promueven el aborto pueden
beneficiarse considerablemente de los nuevos objetivos de desarrollo.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
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