EFE , 22.02.2014 -
El papa Francisco
celebró este sábado el primer consistorio de su pontificado en el que nombró en
solemne ceremonia a 19 cardenales, con la presencia excepcional del papa
emérito Benedicto XVI, un hecho histórico ya que es la primera vez se
encuentran dos pontífices en un acto público.
Tras hacer su ingreso
en la Basílica
de San Pedro, Francisco abrazó cariñosamente a Benedicto XVI que vive en un
convento en El Vaticano y es renuente a las apariciones públicas.
El papa emérito ha
sido saludado "con afecto y veneración" por el neo-cardenal y
secretario de Estado, Pietro Parolin, que en el discurso inicial dijo que
estamos "encantados de su presencia ente nosotros".
Palabras que
provocaron un largo aplauso entre los presentes en la Basílica vaticana.
En el discurso antes
del nombramiento de los 19 cardenales, el papa Francisco les aseguró que
"ser un seguidor de Jesús es embarcarse en una aventura de santidad y
amor, cuya medida es aquella que no tiene medida y también puede exigir el don
de la vida, como sucedió y sucede a muchos cristianos en el mundo."
"Expresamos
juntos nuestra cercanía espiritual a las comunidades eclesiales y a todos los
cristianos que sufren discriminación y persecuciones", dijo el papa
argentino.
Tras la lectura en
latín del ritual de creación de cardenales , Francisco les colocó el capelo o
birreta roja y el anillo- los signos del cardenalato- y les asignó una iglesia
o diaconía de Roma, como signo de su participación en el cuidado pastoral del
pontífice por la Ciudad
Eterna.
A excepción de los
cuatro miembros de la curia, el papa sólo ha elegido a tres europeos, el
arzobispo de Perugia (Italia) y el de Westminster (Gran Bretaña) y el arzobispo
emérito de Pamplona y obispo emérito de Tudela (España). Del resto, cinco
proceden de Latinoamérica, dos de Asia y dos de África.
Por primera vez en su
historia, Haití, golpeada por las catástrofes naturales y la pobreza, tiene un
cardenal, el arzobispo de Les Cayes, Chibly Langlois, de 55 años.
Al arzobispo de Río
de Janeiro, Dom Orani Tempesta, la noticia de su designación le sorprendió tras
dar una misa en la Cruzada
San Sebastiao, un deprimido complejo de edificios de interés
social.
El nuevo cardenal
nicaragüense, Leopoldo José Brenes Solórzano (64 años), arzobispo de Managua,
escenifica la imagen de pastor humilde y de la "Iglesia pobre para los
pobres" que quiere el pontífice en su Iglesia y se le puede ver
conduciendo él mismo su camioneta para trasladarse en sus quehaceres
cotidianos.
Menos sorprendentes
fueron las designaciones del salesiano ítalo-chileno Ricardo Ezzati, arzobispo
de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia episcopal nacional, y buen amigo del
papa, y del argentino Mario Aurelio Poli, llamado a ser el sustituto de
Bergoglio al frente de la archidiócesis de Buenos Aires.
Tampoco sorprende el
nombramiento como cardenal del teólogo y autor español Fernando Sebastián
Aguilar, de 84 años, arzobispo emérito de Pamplona y obispo emérito de Tudela
(Navarra, España) a los que renunció en 2007 por motivos de edad, tal y como
recoge el Derecho Canónico.
Fernando Sebastián
llegó a Roma acompañado por decenas de vecinos, amigos y familiares, además de
las delegación oficial española compuesta por doce personas.
Han sido dos los
cardenales de África, el arzobispo de Abiyán, Jean-Pierre Kutwa, y el arzobispo
de Uagadugu, Philippe Nakellentuba Ouédraogo, Burkina Faso, uno de los países
más pobres del mundo.
A todos ellos, el
papa argentino les ha dejado claro que su cargo debe caracterizarse por
"austeridad, sobriedad y pobreza", lejos de todo lo mundano pues el
cardenalato "no es una promoción, sino un servicio".
Un abrazo entre dos
papas
El papa Francisco
abrazó al papa emérito Benedicto XVI en la Basilia de San Pedro, en una ceremonia pública en
la que, por primera vez en la historia, se encuentran dos pontífices.
Joseph Ratzinger,
vestido con un abrigo blanco sobre sotana del mismo color y con el solideo
blanco, se ha situado en la primera fila, al lado de los puestos de los
miembros del Colegio cardenalicio.
El próximo día 28 de
febrero se cumple un año de la renuncia de Benedicto XVI al pontificado y desde
entonces vive en el convento Matter Eclesiae junto a su fiel secretario y
discípulo, el arzobispo Georg Ganswein, y las cuatro laicas consagradas de la
comunidad "Memores Domini" que se ocupan de su aposento, de su
correspondencia y de recibir sus escasas y discretas visitas.
El papa emérito que
lleva "una vida oculta al mundo" se ha encontrado cuatro veces con
Francisco "oficialmente", por lo que su presencia hoy en Basílica de
San Pedro ha resultado la gran sorpresa de la ceremonia de la nombramiento de cardenales.
El ritual de los
nombramientos
Cada nuevo cardenal
se aproximó al pontífice y se arrodilló ante él para recibir el birrete
cardenalicio, el anillo cardenalicio y la asignación de un Título o Diaconía.
El papa colocó el birrete sobre la cabeza del nuevo cardenal y entregó entonces
el anillo cardenalicio. Después asignó a cada cardenal una Iglesia de Roma
(Título o Diaconía) como símbolo de su participación en el cuidado pastoral del
Papa por la ciudad. El Papa entregó después la Bula de creación de cardenales e intercambió el
beso de la paz con los nuevos miembros del colegio cardenalicio.
A media tarde, las
puertas del Aula Pablo VI y del Palacio Apostólico se abrirán para que los
nuevos cardenales reciban los tradicionales saludos de cortesía. Un día después,
este domingo, el Papa Francisco celebrará Misa con todos los cardenales.
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