sábado, 22 de febrero de 2014

Ejemplo capcioso

Calificamos así al que dio un cardenal al tratar del tema delicado de los divorciados vueltos a casar. Todo pecado puede ser perdonado, pero el pecador debe cesar en la situación de pecado, como lo señaló Jesucristo a la adúltera: "Vete y no peques más".
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Aica, Viernes 21 Feb 2014

 El cardenal alemán Walter Kasper, a cargo de las iluminaciones previas al momento de deliberaciones del consistorio extraordinario que prepara el próximo sínodo de los obispos, en los que se afrontará la atención pastoral a las familias y los desafíos que plantea el mundo, pidió a los demás purpurados proceder con misericordia ante situaciones concretas. El purpurado aseveró que “no se puede hablar en general” de los desafíos que enfrenta la doctrina eclesial sobre la familia. El Papa le habría pedido que planteara preguntas, no soluciones.
El cardenal alemán Walter Kasper, a cargo de las iluminaciones previas a las deliberaciones del consistorio extraordinario que prepara el próximo sínodo de los obispos, en los que se afrontará la atención pastoral a las familias y los desafíos que plantea el mundo, pidió a los demás purpurados proceder con misericordia ante situaciones concretas. “El Papa me pidió que planteara preguntas, ahora es momento del discernimiento”, dijo al salir del Aula del Sínodo y charlar con la prensa.

“Hice una introducción de carácter teológico sobre la belleza de la familia –dijo a Vatican Insider-. Debemos comenzar de este punto para afrontar lo demás, incluidos los problemas difíciles que existen. También hablé sobre la cuestión de la comunión a los divorciados que han contraído nuevas nupcias, pero en este cuadro en su conjunto”.

El presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos habló de la necesidad de discernir: “Hay situaciones muy diferentes, hay reglas generales, pero también hay situaciones concretas. El Papa habló de una pastoral inteligente, valiente y llena de amor; inteligencia pastoral; yo hablé sobre el discernimiento de las situaciones concretas: cada persona no es solo un caso, sino tiene también su dignidad y debe ser reconocida”.

El purpurado aseveró que “no se puede hablar en general” de los desafíos que enfrenta la doctrina eclesial sobre la familia: “Pongo un ejemplo: fui obispo por diez años y, cuando era obispo, vino a verme un párroco que me habló de una mujer que se había divorciado y vuelto a casar que preparaba a su hijo para la primera comunión. El hijo habría comulgado y ella no. Entonces, él me preguntó: ‘¿Esto es posible?’. Existen el arrepentimiento, la misericordia y el perdón de Dios. ¿Podemos negar la remisión de los pecados?”.


El purpurado alemán contó que se reunió con el Papa, que le habría pedido que planteara preguntas, no soluciones. “Y es correcto plantearse preguntas sobre la fe –dijo-. La situación familiar ha cambiado mucho en la sociedad occidental. Hice preguntas, pero no insisto con mis posturas. Yo no tengo una solución, hay que discernir; después el Sínodo discutirá sobre estas cuestiones. Con Francisco, el consistorio se llevó a cabo en una atmósfera muy relajada, y esto es muy importante. El Papa abrió una discusión en la que no hay decisiones tomadas de antemano”.+ 

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