El Cónclave elegirá
al sucesor de Benedicto
Con motivo de la
renuncia de Benedicto XVI al ministerio petrino y su anuncio de que la sede
pontificia quedará “vacante” desde el jueves 28 de febrero, AICA comparte
algunas consideraciones precisas sobre el gobierno de la Iglesia hasta que el
Colegio Cardenalicio se reúna y elija un nuevo Sucesor de Pedro.
¿Qué es la Sede Vacante ?
Se denomina “Sede
vacante” al período y las circunstancias especiales que se dan cuando una
diócesis o iglesia particular queda sin obispo o pastor. La Sede Apostólica
–Roma- permanece en este estado desde la muerte o la renuncia de un papa y
hasta la toma de posesión de su sucesor, que fue elegido por cardenales con
derecho a voto (menores de 80 años) en una reunión que se conoce como cónclave.
El protocolo a seguir
en estos casos está indicado por la Constitución apostólica Universi dominici gregis,
publicada por el beato papa Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996, y por el
Código de Derecho Canónico.
Las funciones del
Papa no son asumidas por nadie; solamente la administración ordinaria puede ser
desarrollada por un colegio de tres cardenales que asumen en rotación los
diferentes asuntos. A la renuncia del Papa todos los cardenales presidentes de
las congregaciones de la curia romana y el Cardenal Secretario de Estado dejan
automáticamente sus cargos, a excepción del vicario de la diócesis de Roma, del
decano del Colegio Cardenalicio, del Penitenciario Mayor y del camarlengo o
chambelán. Actualmente cumple esta última función el cardenal Tarcisio Bertone,
hasta ahora secretario de Estado. Tampoco cesan los legados pontificios
-nuncios, pronuncios y delegados apostólicos.
¿Cómo continúa la
elección del nuevo Papa?
El Camarlengo convoca
a los cardenales electores. Así, transcurridos entre quince y veinte días, los
cardenales electores se reúnen en cónclave para la elección del nuevo Papa.
¿Qué dice el Derecho
Canónico sobre la renuncia papal?
El canon 332 punto 2
valida la renuncia del romano pontífice siempre que la renuncia “sea libre y se
manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”. Desde el momento
de producirse la vacante se aplica el principio “nihil innovetur”, o que no se
innove nada, según declara el canon 335: “Al quedar vacante o totalmente
impedida la sede romana, nada se ha de innovar en el régimen de la Iglesia universal. Han de
observarse, sin embargo, las leyes especiales dadas para esos casos”.
El gobierno de la Iglesia se confía entonces
al Colegio de los Cardenales, solamente para el despacho de los asuntos
ordinarios o de los inaplazables y para la preparación de lo necesario para la
elección del nuevo Papa.
La misión del Colegio
de Cardenales en este periodo es la organización del Cónclave y asegurar los
derechos de la Sede
Apostólica en este periodo
¿Qué es el cónclave?
Se denomina
“cónclave” a la reunión de cardenales convocados con el propósito de elegir un
nuevo Papa. La elección de un Papa se conduce a puertas cerradas, en
"cónclave" (del Latín cum clavis: "con llave").
El artículo 37 de la Constitución
apostólica “Universi dominici gregis” establece que comenzará 15 días después
de la vacante de la
Sede Apostólica , aunque el Colegio de Cardenales puede
establecer otra fecha, que no puede retrasarse más de 20 días desde la vacante.
El espíritu de la
legislación en vigor establece que el cónclave haya de considerarse no un mero
lugar de reunión de los cardenales con derecho a voto, sino más bien un ámbito
de retiro sagrado en el que los cardenales electores invocan al Espíritu Santo
para proceder a la elección del Romano Pontífice. Los cardenales participantes
en el cónclave no tienen contacto con el exterior.
Esta práctica fue
iniciada por el Papa Gregorio X en 1274 para eliminar interferencias externas y
apresurar el proceso electoral, ya que su propia elección se había extendido
por casi tres años.
¿Quiénes eligen al
Papa?
El Papa es elegido
por los cardenales, quienes están vinculados específicamente a la Iglesia de Roma. No
participan, en cambio, los obispos. En la actualidad la mayoría de los
cardenales son pastores de iglesias geográficamente distantes de Roma, pero
ellos están al mismo tiempo incorporados al clero local de Roma. El Colegio
Cardenalicio tiene miembros procedentes de más de 50 países, lo que manifiesta
la catolicidad de la Iglesia
en la elección del Papa. Actualmente cuenta con 183 miembros, de los cuales 117
son electores y 66 no electores.
¿Qué reglas sigue el
cónclave?
El Cónclave obedece a
reglas estrictas y detalladas que regulan quienes pueden estar presentes,
protegen de influencias o interferencias, e incluso especifican como escribir y
doblar el voto.
Para satisfacer las
necesidades personales y de orden relacionadas con el desarrollo de la
elección, sólo pueden entrar en las zonas reservadas a la habitación o a la
elección el secretario del Colegio Cardenalicio, el maestro de las
celebraciones litúrgicas pontificias con dos ceremonieros y dos religiosos
adscritos a la
Sacristía Pontificia y un eclesiástico elegido por el
cardenal decano.
También deberán estar
disponibles algunos religiosos de varias lenguas para las confesiones, y
también dos médicos para eventuales emergencias. Además, si algún cardenal lo
necesita, puede solicitar la presencia de un enfermero que lo acompañe.
Desarrollo del
Cónclave
Antes de la elección
se le impartirá a los cardenales dos conferencias sobre los problemas que la Iglesia enfrenta y sobre
la necesidad de un discernimiento cuidadoso al escoger el nuevo Papa.
El día fijado para el
comienzo del Cónclave, por la mañana, se reúnen los cardenales electores en la
basílica de San Pedro, y celebran la
Misa votiva «Pro eligendo Papa». Esa misma tarde los cardenales
acuden en procesión a la
Capilla Sixtina. Al llegar emiten solemne juramento.
El cardenal
camarlengo debe velar por una total reserva y discreción. Para ello puede
emplear los medios técnicos que estime conveniente, de modo que asegure que no
se instalen medios audiovisuales de grabación y transmisión al exterior.
La elección del nuevo
papa es por escrutinio: los electores realizan una votación individual y
secreta.
Siempre será por voto
secreto. El papa Juan Pablo II eliminó la posibilidad de elección por
aclamación y la elección por delegación (cuando la mayoría de los cardenales
delegan la elección a unos pocos).
Realizan dos
votaciones cada día, además de una votación la tarde en que comienza el
cónclave. Para que sea válida la elección debe contar con dos tercios de los
votos. El artículo 74 de la constitución prevé que, si después de 24
escrutinios los cardenales no consiguen ponerse de acuerdo sobre el elegido,
podrán decidir por mayoría absoluta el modo de proceder, pero nunca se deberá
prescindir del requisito de exigir mayoría simple para que sea válida la
elección.
Después de cada
elección se queman las papeletas de votación. La tradición indica que los
cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro, si no se ha
elegido al Papa, o blanco si se ha elegido al nuevo romano pontífice: es la
conocida fumata negra o fumata blanca, que suele ver el pueblo romano desde la Plaza de San Pedro.
¿Cómo se procede
después de la elección?
Una vez elegido, el
cardenal decano pregunta al elegido si acepta su elección canónica como Sumo
Pontífice. Si el elegido acepta, desde ese momento adquiere la plena y suprema
potestad sobre la Iglesia
universal. Una vez que ha aceptado, le pregunta el nombre por el que quiere ser
llamado. Los cardenales a continuación le rinden homenaje y le prestan
obediencia.
El cardenal francés
Jean-Louis Tauran será el encargado de anunciar el nombre del nuevo Papa que
sucederá a Benedicto XVI, utilizando la fórmula "Nuntio vobis gaudium
magnum: habemus Papam!". Luego, el romano pontífice impartirá la bendición
Urbi et Orbi.
El artículo 92 indica
que "el Pontífice, después de la solemne ceremonia de inauguración del
pontificado y dentro de un tiempo conveniente, tomará posesión de la Patriarcal Archibasílica
Lateranense (San Juan de Letrán, iglesia a cargo del Papa), según el rito
establecido".
Agencia Informativa
Católica Argentina, Lunes 18 Feb 2013
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