Queridos hermanos y
hermanas:
La Navidad del Señor con su luz ilumina nuevamente las
tinieblas que muchas veces envuelve nuestro mundo y nuestro corazón, y nos trae
esperanza y gozo. ¿De dónde viene esta luz? Desde la gruta de Belén en donde
los pastores encontraron “a María, a José y al niño acostado en el pesebre”
(Lc. 2,16). Delante a la Sagrada Familia se
pone otra pregunta aún más profunda: ¿Cómo pudo aquel niño débil traer una
novedad así radical en el mundo, al
punto de cambiar el curso de la historia? ¿No hay quizás algo misterioso sobre
su origen que va más allá de aquella gruta?
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