Clave en torno a Martín
Lutero
Dwight
LONGENECKER, sacerdote
catolicos-on-line, 12-7-16
Cuando el Papa Francisco habla improvisando siempre
resulta amistoso y afable, pero a veces lo que dice es confuso. Un buen ejemplo
son sus recientes comentarios sobre Martín Lutero, porque pareció que sugería
que hay un grado de concordancia entre católicos y protestantes que simplemente
no lo hay.
Los periodistas que viajan con el Papa pueden contar
con disfrutar a bordo de un espectáculo extraordinario. El Papa Francisco ha
convertido en costumbre aceptar preguntas de los medios, y es habitual también
que mientras las preguntas parecen haber sido cuidadosamente preparadas, las
respuestas de su Santidad no.
Los denominados comentarios «improvisados» a veces no
lo son tanto, ya que en realidad pueden estar apoyados en algunas ideas
preparadas previamente por el orador en previsión de la pregunta. Sin embargo,
los comentarios del Papa no cuentan con ese apoyo preparado de antemano.
Sus maneras informales y su talante abierto y
espontáneo son relajantes pero sus comentarios en vuelo no deben ser tratados
como pronunciamientos papales. Aunque suelen ser comentarios agradables y
amistosos, raramente son integrales, a veces son contradictorios y con
frecuencia confusos.
En el vuelo de vuelta de Armenia el pasado fin de
semana, le preguntaron al Papa sobre el viaje que tiene previsto a Lund,
Suecia, para conmemorar el quinto centenario de la Reforma Protestante. Tilmann
Kleinjung de la Radio Nacional Alemana pidió al Papa que reconociera los «dones
de la reforma» y le preguntó si podría ser retirada la excomunión de Lutero de
1521.
La respuesta completa del Papa se puede leer en este
sitio. Aquí van unos extractos:
«Yo pienso que las intenciones de Martín Lutero no
eran equivocadas. Era un reformador. Tal vez algunos métodos no eran correctos
…. en ese tiempo la Iglesia no era precisamente un modelo a imitar. Había
corrupción en la Iglesia, había mundanidad, apego al dinero, al poder, y por
esto él protestó.»
«Hoy luteranos y católicos, protestantes, todos
estamos de acuerdo en la doctrina de la justificación. En este punto, que es
muy importante, él no se equivocó …»
El Papa concluyó observando que hay división dentro
del propio luteranismo, que el camino del ecumenismo es difícil y que debemos
rezar juntos y trabajar juntos para ayudar a los necesitados.
Nadie negará que el camino ecuménico es difícil y casi
todo el mundo estaría de acuerdo en que la revuelta protestante fue una
tragedia. Además todos afirmaríamos, junto con el Papa, que debiéramos seguir
rezando y trabajando juntos, como hermanos cristianos, tanto como sea posible.
Se trata de la imprecisión que acompaña a las charlas
afables y confusas del Papa Francisco, que exaspera a más y más católicos. He
preguntado a Richard Ballard, un diácono católico que fue pastor luterano
durante veinticinco años, qué opina de la respuesta del Papa Francisco.
Manifestó cierta exasperación con el Santo Padre, e
hizo tres observaciones y objeciones principales.
La primera es que el movimiento protestante desatado
por Martín Lutero no fue una reforma lícita de la Iglesia. Fue una abierta
rebelión contra la Iglesia Católica que acabó en no sólo un cisma sino en
miles. Además provocó disturbios sociales, derramamiento de sangre, y
rebeliones y revolución que desgarraron la Cristiandad.
En este aspecto, considera Ballard, la opinión del
Papa es simplemente errónea. Las intenciones de Martín Lutero sí eran
equivocadas.
Segunda, la opinión del Santo padre de que «hoy
luteranos y católicos, protestantes, todos estamos de acuerdo en la doctrina de
la justificación» es, muy sinceramente, ingenua. Todos los que se preocupan por
la unidad de la iglesia aplauden la Declaración conjunta sobre la doctrina de
la justificación de 1999, pero declarar que todos los protestantes y los
católicos están ya de acuerdo es incorrecto.
Estoy de acuerdo con la valoración de Ballard. Atiendo
como sacerdote en el corazón del Cinturón de la Biblia de los Estados Unidos y
puedo asegurarle que la mayoría de los protestantes de aquí están enérgicamente
en desacuerdo con los católicos en lo referente a la doctrina de la
justificación.
Además, la mayor parte de ellos nunca han oído nada
sobre el documento conjunto de la Federación Luterana Mundial y la Iglesia
Católica de 1999.
Por si acaso alguno piensa que las únicas objeciones
provienen de predicadores palurdos, Ballard tiene dos títulos en teología y
está doctorado en asesoramiento pastoral. Le pregunté qué pensaba de la
sorprendente y enfáticamente recalcada declaración del Santo Padre
de que en el tema de la justificación Lutero «no se equivocó».
«Según la teología ortodoxa católica Lutero se
equivocó», insistió. «Lutero sostenía que hay una justificación imputada
exteriormente, lo cual implica que la persona bautizada sigue en pecado incluso
después de la justificación. En esencia, Dios simplemente hace como que la
persona está justificada y santificada, cuando en realidad no lo está» dijo.
«Esta es una divergencia grave con respecto a la
teología católica, la cual enseña que hay una justificación infusa en lugar de
una justificación imputada exteriormente, dicho de otro modo, la persona
bautizada es realmente transformada y purificada por la Gracia de Dios», dijo
Ballard.
«Además, en la Declaración conjunta, los teólogos
luteranos aún sostienen su punto de vista de la justificación imputada
exteriormente.»
Ballard explicó, «Otra diferencia grave es qué lugar
se considera que ocupan las buenas obras en la justificación y santificación de
la persona bautizada. Los católicos insisten en que las buenas obras (impulsadas
por la Gracia de Dios) son meritorias y contribuyen al proceso de salvación y
purificación del alma. Los luteranos todavía se aferran a la noción de
salvación sólo por la fe y así niegan la importancia de las buenas obras en la
economía de la salvación.»
No es el único.
El mismo Papa Benedicto XVI no es tan optimista como
el Papa Francisco sobre la Declaración conjunta. En una aclaración detallada,
el entonces Cardenal Joseph Ratzinger reconocía que se había avanzado y que se
habían desarrollado verdaderos puntos de convergencia.
Sin embargo, en contraste con la valoración demasiado
optimista del Papa Francisco, Ratzinger declaró: «la Iglesia Católica piensa
que todavía no podemos hablar de un consenso de tal naturaleza que elimine
todas las diferencias entre los católicos y los luteranos en el modo de
entender la justificación. Hay un grado de acuerdo alto, pero no nos permite
afirmar que todas las diferencias que separan a católicos y luteranos en lo
concerniente a la doctrina de la justificación son simplemente cuestión de
énfasis o lenguaje.»
«Algunas de estas diferencias afectan a aspectos
substanciales y por tanto no son compatibles unos con otros» dijo Ratzinger.
La visita del Papa a Lund de octubre para conmemorar
el comienzo del protestantismo debe, con razón, afirmar la fe compartida entre
católicos y protestantes, y celebrar el progreso ecuménico que se ha alcanzado,
pero ambas partes debieran ser claras sobre los importantes obstáculos para la
unidad que aún hay y, en el futuro, avanzar basándose no sólo en la caridad
sino también en la claridad.
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