Aica, 6 Nov 2013
“Aún entre los
bautizados y los discípulos de Cristo hay actualmente una especie de apostasía
silenciosa, un rechazo de Dios y de la fe cristiana en la política, en la
economía, en la dimensión ética y moral y en la cultura post-moderna
occidental”, denunció el cardenal Robert
Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, durante su participación
en el encuentro sobre la caridad, promovido por las Conferencias Episcopales Europeas,
reunidas del 4 al 6 de noviembre en la ciudad italiana de Trieste, Italia.
La reunión contó con
la presencia de cincuenta obispos y responsables de las acciones de caridad de
las Conferencias Episcopales de Europa y se abocaron a la reflexión de la
actividad caritativa de la
Iglesia y el papel del obispo, a la luz del Motu proprio del
papa Benedicto XVI sobre la naturaleza íntima de la Iglesia ya que “no es
posible entender la caridad cristiana, sin tomar en cuenta su estrecho vínculo
con la fe en Cristo y entender que fluye de Él", dicen los obispos en un
comunicado.
El presidente del
Consejo Cor Unum, cardenal Sarah, prosiguió su exposición advirtiendo que “involuntariamente respiran con todos sus
pulmones doctrinas que van en contra del hombre y que generan nuevas políticas
que tienen un efecto de erosión, destrucción, demolición y grave agresión,
lentas pero constantes, sobre todo en la persona humana, su vida, su familia,
su trabajo y sus relaciones interpersonales. No tenemos ni siquiera el
tiempo para vivir, amar, adorar. Este es un desafío excepcional para la Iglesia y para la pastoral
de la caridad. La Iglesia ,
de hecho -subrayó el cardenal- denuncia también las diferentes formas de las
que es víctima la persona humana”.
“Un humanismo sin
Dios, dijo el cardenal Sarah, al lado de un subjetivismo exacerbado, ideologías
que son difundidas por los medios de comunicación y por los grupos
extremadamente influyentes y financieramente potentes, se esconden detrás de
las apariencias del servicio internacional y actúan incluso en el ambiente
eclesial y en nuestras agencias de caridad”.
Para la Iglesia , “los valores cristianos que la guían y la
identidad eclesial de la actividad caritativa no son negociables, se debe
rechazar cualquier ideología que vaya en contra de la enseñanza divina y
rechazar categóricamente cualquier apoyo económico o cultural que imponga
condiciones ideológicas opuestas a la visión cristiana del hombre”.
Finalmente el
cardenal Sarah pidió a los obispos y delegados responsables de la actividad
caritativa de las Conferencias Episcopales Europeas que esta pastoral no se
reduzca “a una expresión puramente filantrópica o solidaria”.
Nuestra primera
tarea, explicó, consiste en “definir correctamente la naturaleza de la actividad
caritativa, para no transformarla en una intervención de tipo político,
puramente social o humanitaria”. A continuación, “nos tenemos que preguntar:
‘¿Qué visión del hombre queremos promover con nuestra acción caritativa?’”.
“Cuántos practiquen la caridad deben ser testigos creíbles de Cristo”,
concluyó.+
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