La necesidad de
entender la importancia de la solidaridad en la economía actual es el
llamamiento que el santo padre ha hecho a través de un vídeo mensaje para el
Festival de la
Doctrina Social de la Iglesia que tiene como tema "menos
desigualdades, más diferencias" y se celebra en Verona del 21 al 24 de
noviembre.
El santo padre
explica que el tema del Festival es un título que evidencia la riqueza plural
de las personas como expresión de los talentos personales y toma las distancia
de la homologación que mortifica y hace desiguales. Y Francisco ofrece una
imagen para traducir el título: la esfera y el poliedro. "La esfera puede
representar la homologación, como una especie de globalización: es lisa, sin
caras, igual a sí misma en todas las partes. El poliedro tiene una forma
similar a la esfera, pero está compuesta de muchas caras. Me gusta imaginar la
humanidad como un poliedro, en el cual las múltiples formas, expresándose,
constituyen los elementos que componen, en la pluralidad, la única familia
humana", cuenta el santo padre en la grabación.
Dedica en el mensaje
también un tiempo a los jóvenes y a los ancianos: "el reconocimiento de
las diferencias valoriza a las personas, a diferencia de la homologación, que
es el riesgo de descartarles porque no son capaces de comprender el
significado". Por eso, indica el santo padre, "hoy, los jóvenes y los
viejos se consideran descartados porque no responden a las lógicas productivas
en una visión funcionalista de la sociedad, no responden a ningún criterio útil
de inversión". Pero no podemos olvidar - señala Francisco - que los
jóvenes y los ancianos llevan una gran riqueza: ambos son el futuro de un pueblo.
Los jóvenes son la fuerza para ir adelante, los viejos son la memoria del
pueblo, la sabiduría; recuerda el papa.
Hablando del paro
juvenil, Francisco observa que esto es "una hipoteca, es una hipoteca para
el futuro. Y si esto no se resuelve pronto, es la seguridad de un futuro
demasiado débil o un no-futuro".
Otra idea que el
santo padre desarrolla en el vídeo mensaje es la doctrina social de la Iglesia. "El
magisterio social - afirma - es un gran
punto de referencia, que es el resultado de la reflexión y del trabajo
virtuoso. Es muy útil para no perderse".
Asimismo explica que "quien
trabaja en la economía y en las finanzas está seguramente atraído por el
beneficio y si no está atento, se pone a servir el beneficio propio, así se convierte
en esclavo de dinero". Frente a esta situación, Francisco recuerda que la
"doctrina social contiene un patrimonio de reflexión y de esperanza que es
capaz también hoy de orientar a las personas y de conservarlas libres. Es
necesario valor, un pensamiento y la fuerza de la fe para estar dentro del
mercado, para estar dentro del mercado, guiados por una conciencia que pone al
centro la dignidad de la persona, no el ídolo dinero".
Por ello, el santo
padre subraya que "la doctrina social, cuando es vivida, genera esperanza.
Y así cada uno puede encontrar dentro de sí la fuerza para promover con el
trabajo una nueva justicia social". Y la aplicación de esta doctrina
social contiene en sí una mística, explica. "Mirando a los resultados
generales, esta mística lleva sin embargo una gran ganancia, porque está en
grado de crear desarrollo propio en cuanto - en su visión general - pide
hacerse cargo de los parados, de las fragilidades, de las injusticias sociales
y no está sujeta a las distorsiones de una visión economista".
La palabra
solidaridad es clave en la doctrina social, subraya el santo padre. "Pero
nosotros, en este tiempo, tenemos el riesgo de quitarla del diccionario, porque
es un palabra incómoda, pero también - si me permitís - es casi una
'palabrota'. Para la economía y el mercado, solidaridad es casi una
palabrota".
Finalmente dedica
unas palabras a la cooperación. Francisco recuerda cuando se reunió con
representantes del mundo de las cooperativas. "Me ha consolado mucho y
creo que sea una buena noticia para todos escuchar que, para responder a la
crisis, redujeron su margen de beneficio, manteniendo el nivel de empleo . El
trabajo es muy importante. Trabajo y dignidad caminan a la par". Y añade
que la cooperación hoy "es objeto de algunas incomprensiones también a
nivel europeo, pero creo que no considerar actual esta forma de presencia en el
mundo productivo constituya un empobrecimiento que deja espacio a las
homologaciones y no promueve las diferencias y la identidad".
El papa menciona que
con 18 años escuchó a su padre dar una conferencia sobre cooperativismo
cristiano y se entusiasmo con esto, "he visto que ese era el camino",
comenta. A continuación invita a todos los que trabajan y son actores de
reformas cooperativistas "que tengan viva la memoria de su origen. Las
formas cooperativas constituidas por los católicos como traducción de la Rerum Novarum
testimonian la fuerza de la fe, que hoy como entonces es capaz de inspirar
acciones concretas para responder a las necesidades de nuestra gente",
concluye el pontífice.
Zenit, 22-11-13
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