El papa reflexionó
durante el Ángelus sobre la verdadera pobreza
¡Queridos hermanos y
hermanas!
La segunda viuda, la
del Evangelio, es puesta en evidencia por Jesús en el templo de Jerusalén,
específicamente ante el arca del tesoro, donde la gente dejaba las ofrendas.
Jesús ve que esta mujer deja dos monedas en el arca; luego llama a los
discípulos y les explica que su óbolo es mayor que la de los ricos, porque,
mientras ellos dan de su abundancia, la viuda dio "todo cuanto poseía,
todo lo que tenía para vivir" (Mc. 12,44).
A partir de estos dos
episodios bíblicos, muy bien combinados, se puede obtener una valiosa lección
sobre la fe. Se parece a la actitud interior de aquel que basa su vida en Dios,
en su Palabra, y confía plenamente en Él. La viudez, en la antigüedad, era en
sí misma una situación de gran necesidad. Por esta razón, en la Biblia , las viudas y los
huérfanos son personas de las que Dios se preocupa de modo especial: han
perdido su apoyo en la tierra, pero Dios sigue siendo su esposo, su padre. Sin
embargo, la Escritura
dice que la condición objetiva de la necesidad, en este caso, al ser una viuda,
no es suficiente: Dios siempre exige nuestra libre aceptación de la fe, que se
expresa en el amor a Él y al prójimo. Nadie es tan pobre que no pueda donar
algo.
De hecho, nuestras
viudas de hoy muestran su fe cumpliendo con un acto de caridad: una frente al
profeta y la otra dando la limosna. Así, dan testimonio de la unidad
inseparable de la fe y de la caridad, y entre el amor a Dios y el amor al
prójimo--, como nos recuerda el evangelio del domingo pasado. El papa san León
Magno, cuya memoria celebramos ayer, explica: "En la balanza de la
justicia divina no pesa la cantidad de dones, sino el peso de los corazones. La
viuda del Evangelio depositó en el arca del templo dos monedas y superó todos
los regalos de los ricos. Ningún acto de bondad carece de sentido ante Dios,
ningún acto de misericordia permanece sin fruto (Sermo de jejunio dec. mens.,
90, 3).
CIUDAD DEL VATICANO,
domingo 11 noviembre 2012 (ZENIT.org).-
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