Infobae, 9 de
Abril de 2022
El pontífice
argentino reconoció un nuevo milagro atribuido a la intercesión de Zatti, laico
salesiano nacido el 12 de octubre de 1880 en la localidad italiana de Boretto y
fallecido el 15 de marzo de 1951 en Viedma, en la Patagonia argentina.
La familia del
nuevo santo se trasladó en 1897 a Argentina buscando un futuro mejor, asentándose
en Bahía Blanca, y ahí creció Zatti, quien tras trabajar como mozo en un hotel
y como obrero, accedió a los 20 años en los Salesianos.
Su vida cambió en
1902 cuando consigue curarse de la tuberculosis y, convencido de que fue por
intercesión de la Virgen, decide renunciar al sacerdocio para dedicarse a la
asistencia de los enfermos.
Su servicio se
desarrollará toda la vida en el hospital de Viedma, como vicedirector,
administrador y enfermero, a los que visitaba con su bicicleta, recibiendo el cariño
de sus pacientes y de sus familias hasta que muere por un tumor en el hígado en
1951.
Fue beatificado en
2002 por la curación milagrosa de gangrena del seminarista Carlos Bosio,
inspector salesiano en Rosario.
El decreto para el
reconocimiento del nuevo santo italiano, pero querido en Argentina, ha sido ya
autorizado por el papa Francisco, tras una audiencia con el prefecto para la
Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro. La fecha
de su canonización en Roma será decidida por el papa en un Consistorio aún por
convocar.
El supuesto
segundo milagro que el Vaticano ha aceptado para su subida a los altares es la
“curación inexplicable” en 2016 de un hombre en Filipinas que sufrió un ictus
isquémico y que derivó en otras complicaciones, según informó la Congregación
Salesiana.
Los salesianos
expresaron su alegría por el primer santo de su congregación que no fue
sacerdote, sino solo consagrado, y de quien el propio pontífice argentino es
muy devoto.
El camino hacia
los altares tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo
de Dios, la segunda beato y la tercera santo.
Venerable Siervo
de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce “haber
vivido las virtudes de manera heroica”.
Para que un
venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido
a su intercesión, mientras que la canonización, como en el caso de Zatti,
requiere un segundo milagro obrado “por intercesión” después de ser proclamado
beato.
El martirio de
Giuseppe Bernardi y Mario Ghibaudo
El papa Francisco
también reconoció el “martirio” de los sacerdotes italianos Giuseppe Bernardi y
Mario Ghibaudo, asesinados por los invasores nazis en 1943, lo que implicará su
futura beatificación, informó hoy la Santa Sede.
El pontífice
argentino ha autorizado los decretos que atestiguan el martirio de ambos curas,
lo que supondrá su beatificación sin necesidad de constatar un milagro.
El Vaticano
considera así que los dos sacerdotes fueron asesinados por odio a la fe el 19
de septiembre de 1943 en la localidad italiana de Boves (norte), en el contexto
de la II Guerra Mundial. Por aquel entonces el municipio piamontés era
escenario de fuertes batallas entre los soldados de la Alemania nazi y los
partisanos italianos.
El 19 de
septiembre de 1943, tras un enfrentamiento en el que dos soldados alemanes
cayeron cautivos, el coronel alemán Joachim Peiper amenazó con reducir el
pueblo a escombros si no recuperaba a sus soldados presos y el cuerpo de uno
más que había sido asesinado.
El cura Don
Giuseppe Bernardi medió para lograr lo que el asediador reclamaba pero,
después, este no cumplió con su palabra y ordenó atacar el pueblo, obligando al
presbítero a asistir al incendio de las casas y a las ejecuciones sumarias.
Benardi fue ejecutado también al término de la ofensiva.
Por otro lado, el
vicario parroquial Mario Ghibaudo también murió en la matanza de Boves, después
de haber puesto a salvo a las niñas del orfanato local y a otras personas
.Falleció tiroteado cuando acudió a impartir la extrema unción a un hombre que
había caído por las balas de las ametralladoras nazis.
EFE
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