El
obispo de Ratisbona condena la oposición de Marx a la cruz en edificios
oficiales
Carlos Esteban
Infovaticana, 3 mayo, 2018
Rudolf Voderholzer, obispo de Ratisbona, ha saltado a
la palestra para censurar por vía indirecta la condena que hizo pública el Cardenal
Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y Arzobispo de
Munich, de la medida aprobada por el estado de Baviera de colgar cruces en
todos los edificios oficiales.
Marx se oponía a la medida, presentada por las
autoridades bávaras como una reivindicación cultural, asegurando que se trataba
de una acción “divisiva” que sin duda resultaría “ofensiva” por los recién
llegados a Alemania procedentes de países islámicos.
Voderholzer ha respondido con contundencia a las
palabras de Marx, dando calurosamente la bienvenida a esta iniciativa y
rechazando por completo la acusación de que esconde propósitos electoralistas.
Por el contrario, la cruz, ha asegurado el de Ratisbona, protege contra el
“control totalitario”, es un “signo de reconciliación” y “nos conecta con el
Cielo”.
Podría haber recordado Voderholzer igualmente que el
propio Marx no siempre le ha tenido tanta tirria a la cruz colgada en
instituciones públicas, y que su sensibilidad en este asunto, como en algunos
otros, parece ajustarse con maravillosa precisión a los tiempos que corren. De
hecho, siendo obispo de Tréveris, en el pontificado de San Juan Pablo II,
criticó a las autoridades de la ciudad alemana precisamente por eliminar el
símbolo cristiano de una de sus instalaciones.
Pero esta última noticia es solo la última de un
enfrentamiento público de clérigos en los más altos rangos de la Iglesia, signo
de una división más profunda y de mayor alcance.
La oposición de Marx a la cruz también ha provocado la
condena -condena a la condena, podríamos decir- del nuncio apostólico en
Austria, Arzobispo Peter Stefan Zurbriggen, que ha calificado las declaraciones
del cardenal alemán, miembro del consejo privado del Papa, como una “desgracia”
que le “avergüenza”.
También Marx ha sido objeto de las críticas de siete
colegas alemanes por su propuesta, aprobada por la asamblea de la CEA por
abrumadora mayoría, de permitir la comunión a cónyuges luteranos de fieles
católicos “en algunos casos”.
………………………………………….
El
cardenal Reinhard Marx alaba la obra de Karl Marx
(InfoCatólica) 2-5-18
En dos
entrevistas, concedidas al Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung y RPOnline,
el cardenal indica que Marx supo ver que la «prosperidad y el beneficio no son
todo lo que debe orientar a una sociedad».
El purpurado asegura que se sintió profundamente
impresionado al leer la obra más importante de Karl Marx, El Capital, de la que
considera que fue escrita «con un gran lenguaje».
El cardenal alemán deplora las «enormes desigualdades
sociales y daños ecológicos que son resultado de las dinámicas capitalistas».
Que esto haya mejorado «no es un logro del capitalismo, sino el resultado de
una lucha contra estos excesos». Este conocimiento también se debió, según el
prelado, a Karl Marx: «El mercado no es tan inocente como aparece en los libros
de texto de los economistas. Detrás de él hay intereses poderosos».
El presidente de la conferencia episcopal alemana va
más allá al afirmar que Karl Marx, al que califica de «uno de los primeros
sociólogos serios», «puede ser muy útil» a la luz de los actuales conflictos,
revoluciones y guerras que muy bien podrían tener sus raíces en la injusticia
económica. Y añade: «Los derechos humanos están incompletos sin una
participación en lo material».
«Sin él no habría doctrina social de la Iglesia»
El purpurado asegura igualmente que la doctrina social
católica ha «trabajado duro» desde Marx. «Sin él», afirma, «no habría doctrina
social de la Iglesia». Y cita las palabras de Oswald von Nell-Breuning: «Todos
estamos sobre los hombros de Karl Marx». Esto no significa, añade, que sea un
«padre de la iglesia».
Además, el cardenal opina que no cabe acusar a Marx de
los crímenes cometidos por el comunismo durante el siglo pasado y el actual.
Este posicionamiento del cardenal Marx se produce poco
después de que Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, presidente de la Pontificia
Academia para las Ciencias, asegurara que la dictadura comunista china es quien
mejor lleva a cabo la doctrina social de la Iglesia.
El Magisterio pontificio condena el comunismo
Sin embargo, el comunismo, y su defensa del mismo, ha
sido condenado desde siempre por el Magisterio pontificio. Pío XI denuncia en
la encíclica Qui pluribus:
... la enseñanza perversa, sobre todo en materias
filosóficas, que a la incauta juventud engaña y corrompe lamentablemente, y le
da a beber hiel de dragón en cáliz de Babilionia, tal la nefanda doctrina del
comunismo, contraria al derecho natural, que, una vez admitida, echa por tierra
los derechos de todos, la propiedad, la misma sociedad humana; tales las
insidias tenebrosas de aquellos que, en piel de ovejas, siendo lobos rapaces,
se insinúan fraudulentamente, con especie de piedad sincera, de virtud y disciplina,
penetran humildemente, captan con blandura, atan delicadamente, matan a
ocultas, apartan de toda Religión a los hombres y sacrifican y destrozan las
ovejas del Señor.
Manifestaciones similares aparecen, entre otras, en
las encíclicas:
Divini Redemptoris de Pío XI (19 de marzo de 1937),
dedicada expresamente a condenar el comunismo ateo;
Ad Apostolorum Principis de Pío XII (29 de junio de
1958), en la que se condena la intervención en asuntos eclesiásticos del
comunismo en China.
Mater el Magistra de san Juan XXIII (15 de mayo de
1961), en la que recuerda, y confirma, que la encíclica Quadragesimmo Anno de
Pío XI:
El Sumo Pontífice manifiesta además que la oposición
entre el comunismo y el cristianismo es radical. Y añade qué los católicos no
pueden aprobar en modo alguno la doctrina del socialismo moderado.
Ecclesiam suam del beato Pablo VI (6 de agosto de
1964), en la que asegura estar obligado a:
... condenar los sistemas ideológicos que niegan a
Dios y oprimen a la Iglesia, sistemas identificados frecuentemente con
regímenes económicos, sociales y políticos, y entre ellos especialmente el
comunismo ateo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario