“Prefiero la
Virgen Madre que la empleada de Correos”
Gabriel Ariza 13 Mayo, 2017
Infovaticana
Francisco
ha concedido la tradicional rueda de prensa en el avión a su regreso del viaje
a Fátima.
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En Fátima hemos visto un gran testimonio de fe
popular, la misma que se ve en Medjugorje. ¿Qué piensa sobre las apariciones y
sobre el fervor religioso que han suscitado, puesto que decidió nombrar a un
obispo delegado para los aspectos pastorales?
Todas las apariciones o las presuntas apariciones
pertenecen a la esfera privada, no son parte del magisterio público ordinario.
Para Medjugorje Benedicto XVI instituyó una comisión presidida por el cardenal
Ruini. Yo recibí el resultado, estaba compuesta por buenos teólogos, obispos y
cardenales. La relación de la comisión es muy, muy buena.
Había algunas dudas en la Congregación para la
Doctrina de la Fe, y el dicasterio consideró oportuno enviarle a cada uno de
los miembros de la Feria IV (la reunión mensual de la Congregación) toda la
documentación, incluso los pareceres contrarios a la relación Ruini. Yo recibí
la notificación un sábado, ya tarde. No me pareció correcto: era como
“subastar” la relación Ruini, que está muy bien hecha. El domingo por la
mañana, el Prefecto de la Doctrina de la Fe recibió una carta en la que le pido
que envíe a la Feria IV esas opiniones en contra, que me las envíe a mí
personalmente.
Estos pareceres fueron estudiados, todos (subrayo:
todos). La relación Ruini afirma que hay que distinguir las primeras
apariciones, cuando los videntes eran chicos y dice que hay que seguir
investigando esas. Sobre las presuntas apariciones actuales, la relación
presenta sus dudas.
Yo, personalmente, soy más malo, prefiero a la Virgen
Madre que a la Virgen que se vuelve encargada de una oficina de telégrafos y
envía un mensaje cada día. Y estas presuntas apariciones no tienen tanto valor:
esto lo sigo como opinión personal. Hay quienes piensan que la Virgen dice:
“Vengan, ese día tal, a tal hora, le voy a dar un mensaje a ese vidente”.
Luego, tercer punto, está el hecho espiritual y
pastoral, el nudo de la relación: gente que se convierte, que encuentra a Dios,
que cambia de vida. Y esto no gracias a una varita mágica. Este hecho no se
puede negar. Ahora, para ver esto, nombré a un buen obispo (monseñor Hoser,
ndr.), que tiene experiencia para ocuparse de la parte pastoral. Al final se
dirá algo.
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