Escrito por Fernando
Sánchez Argomedo y Rosa Martha Abascal /
Enviados especiales
el 22 Abril 2014.
Ciudad del Vaticano.-
Los postuladores de la causa de canonización de los Papas Juan Pablo II y Juan
XXIII, monseñor Slawomir Oder y Fray Giovangiuseppe Califano, respectivamente,
señalaron hoy que la amistad con Cristo, su profunda fe afianzada en la
oración, la Palabra
de Dios, su caridad, humildad, mansedumbre y su fervor mariano, sin olvidar su
entrega a la Providencia
y a la Iglesia ,
fueron algunas características que tuvieron en común ambos pontífices.
Ambos postuladores
sostuvieron este martes un encuentro con periodistas en la sala de prensa del
Vaticano para dar respuesta a la interrogante “¿Por qué son santos?”.
El padre Califano
recordó que después de la muerte del Papa Juan XXIII la gente percibió de
inmediato su santidad. "Gracias a los diarios íntimos del alma de Juan
XXIII, podemos conocer su santidad en todas las etapas de su vida. Entre ellas,
a los 23 años, su empeño de hacerse santo, apoyándose en cuatro puntos: el
espíritu de unión con Jesús, el recogimiento del corazón, el rezo del santo
rosario y la vigilancia en las propias acciones".
En tanto, Monseñor
Oder refirió que desde las clases como universitario, los compañeros de Juan
Pablo II lo señalaban como futuro santo.
Juan XXIII, pastor y
padre
El postulador
franciscano Fray Giovangiuseppe Califano hizo diversas remembranzas del también
conocido como el “Papa Bueno”, quien decía que todos le llamaban Santo Padre, a
lo que él aclaraba que no poseía esa santidad.
Sobre la figura de
Juan XXIII, el padre Califano destacó dos aspectos prioritarios: el de pastor y
padre, los cuales fueron reiterados por el Papa Francisco cuando recibió hace
pocos días en el Vaticano a los obispos de la diócesis de Bérgamo.
Agregó que otro
aspecto es la cordialidad, mansedumbre y alegría, que confluyeron en la
definición de “Papa Bueno”, lo que lo definió más cuando visitó el hospital
pediátrico “Bambino Gesú” y la cárcel romana “Regina Coeli”, pues con ello
logró entrar en el corazón de las personas.
El padre franciscano
subrayó que otra característica especial de Juan XXIII es la obediencia y la
paz, dos palabras que definió como su historia y su vida. “El Papa italiano
tuvo que obedecer y dejar su propia tierra para vivir en realidades muy
difíciles. La raíz de su santidad fue la obediencia evangélica a la voz de su
Señor”, dijo.
El postulador indicó
que la causa inició en 1966, y gracias a un pedido encabezado por la diócesis
natal del Papa, Bérgamo, se envió la solicitud de canonización en el marco de
los 50 años de la muerte de Juan XXIII, en coincidencia con los 50 del inicio
del Vaticano II y del Año de la
Fe.
Juan Pablo II,
místico y Papa cercano a la gente
En su turno, Monseñor
Slavomir Oder, postulador de la causa de Juan Pablo II, recordó que el Papa
polaco tuvo una vida de total sufrimiento, pues perdió a toda su familia,
enfrentó la vida como misterio sin huir. “Él decía que su primer seminario fue
su casa y su papá el primer guía espiritual. La fe que lo formó fue simple,
popular y fue la que vivió con el cardenal Stefan Wyszynski, que era la
encarnación de esa fe”.
Explicó que una
segunda figura importante en la vida de Juan Pablo II fue Jan Teranuwzki, a
través del cual descubrió el significado de la participación de los laicos y le
ayudó a su discernimiento vocacional. Le ayudó en su visión Mariana y en su
vocación carmelita.
La tercera persona
que influyó en Juan Pablo II fue el obispo Sapieja, que era el encargado del
seminario clandestino en Polonia durante el régimen comunista.
Monseñor Oder resaltó
que Juan Pablo II tenía necesidad del contacto con la gente porque le nutría la
fe del pueblo, desde su sacerdocio hasta su elección como Papa. Tenía una
profunda mística, esto es, una vivencia del misterio de Dios; un santo es un
hombre de Dios y Juan Pablo II tenía una relación viva con Dios a través de la
oración profunda. En Cracovia encontraba el espacio eucarístico desde donde
oraba y gobernaba la iglesia de Cracovia.
La síntesis de la
espiritualidad de Juan Pablo II es que a través de la cercanía con el pueblo de
Dios quería sentir con el corazón de la gente, con el propósito de evangelizar
para llevar a la gente a la santidad.
Tuvo siempre un
sentido profundo del don recibido, no mantenía un diario, pero escribía. Al
inicio de su pontificado escribió que sabía que el paso de su vida había sido
un don pagado por el sufrimiento de otros, y que la clave para entender ese
misterio era pagar el débito del amor recibido.
La sencillez, común
denominador de JXXIII y JPII
La fe sencilla y su
total confianza y entrega a Dios, es el común denominador de estos dos Papas,
cuya canonización presidirá el Papa Francisco este domingo 27 de abril,
precisamente en la festividad de la Divina Misericordia
instaurada por Juan Pablo II.
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