de hace 135 años
(ACIPrensa/InfoCatólica) 22-8-20
El jueves 20 de Agosto, la
Inspectoría Salesiana del noreste de Brasil, a través de la Agencia Info
Salesiana dio a conocer que entre los documentos del Archivo Inspectorial
provincial en la ciudad de Recife, se encontró uno «realmente precioso, una
misiva fechada 30 de septiembre de 1885, que está guardada en una teca (píxide
litúrgico)».
Este manuscrito forma parte
de las Memorias Bibliográficas de San Juan Bosco, Volumen XVII, Cap. XXII, pg.
622.
«Esta reliquia se añade a
otras extraordinarias, que nuestra Inspectoría conserva con particular cariño,
como el cáliz y la patena usada por Don Bosco, símbolos de la fuente primaria
de toda su actividad educativa; una estola sacerdotal, símbolo de su vocación y
santidad vivida hasta el último respiro a favor de los jóvenes; y ahora la
carta que revela el empeño misionero de su obra que por la Divina Providencia
nos ha llegado», explicó la agencia.
Este es el contenido del
manuscrito:
«Queridísimo P. Giordano,
Con gran placer los
compañeros y yo hemos recibido tus cartas, y las hemos leído en estos
ejercicios espirituales. Estos escritos serán siempre gratos cuando los envíes.
Tendrás seguramente no pocas dificultades al iniciar una misión tan extensa
como la de San Pablo, ¿no es verdad?
Tú tienes por lo tanto que
ocuparte para buscar compañeros y encontrar vocaciones. Me aseguran que estas
son muy raras; por lo tanto, si logras descubrir alguna, deberás hacer cualquier
esfuerzo y cualquier gasto pecuniario que nos sea posible para lograrlo.
Aquí nosotros tenemos
muchos, sin embargo, si pudieras enviarnos algunos cientos sería un placer, y
nosotros intentaremos instruirlos y enviártelos nuevamente, de manera que puedan
ayudarte en las misiones hasta el Mato Grosso.
En los próximos ejercicios o
en otras ocasiones en las que podrás hablar a nuestros hermanos, les dirás que
yo estoy informado que la mies es mucha y el número de operarios escaso, pero
nosotros rezaremos y la ayuda de Dios no nos faltará para proveernos de todos
aquellos que sean necesarios.
Estoy aquí en San Benigno
con 160 novicios que hacen sus ejercicios para emitir los votos. Los
predicadores son el padre Francesia y el padre Lemoyne, que diversas veces me
han hablado de ti y de tus compañeros.
Es el mismo número que la
tanda anterior, si bien los ahora inscritos iniciarán la próxima semana su año
regular de noviciado.
Adiós, mi siempre querido P.
Giordano, sé cuidadoso con la santidad. El Señor te bendiga, bendiga a aquellos
hermanos nuestros que trabajan duro y ganan muchas almas para el cielo. Saludos
a todos de parte mía y les dirás a ellos que cada día en la Santa Misa rezo a
Jesús y María para que nos ayuden a ganar muchas almas y a ser todo un día,
felices en el tiempo y en la bienaventurada eternidad, Amén.
Todos nuestros hermanos te
saludan y rezan por ti. Ustedes recen sin cesar por los suyos.
S. Benigno, 30 septiembre
1885.
Con cariño tu amigo en
Jesucristo
P. GIOV. BOSCO».
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