Por Marcos Oliver
Infovaticana, 04 agosto,
2020
Roma no permitió que el
fundador de Schoenstatt, padre José Kentenich, volviera a dirigir el
movimiento, revela el vaticanista Sandro Magister citando una carta de 1982 del
entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, cardenal Ratzinger de 1982.
La imagen de Kentenich, cuya
causa de beatificación se lleva a cabo en la diócesis alemana de Tréveris, sufrió un duro golpe a raíz de un informe de
la académica italiana Alexandra von Teuffenbach publicado el 2 de julio en el
blog Settimo Cielo, del propio Magister, y en el periódico alemán Die
Tagespost, en el que se revela denuncias de abusos de poder y sexuales contra
Kentenich que se remontan a mediados del siglo XX.
Von Teuffenbach se basa en
documentos recientemente abiertos al público del pontificado de Pío XII y a los
hallazgos del teólogo jesuita Sebastiaan Tromp, que realizó una visita
apostólica a la Familia de Schoenstatt a pedido de la Santa Sede, informa ACI
Prensa.
Von Teuffenbach, experta en
historia de la Iglesia, presentó supuestos diálogos de contenido sexual que
habrían ocurrido entre el funfador e integrantes del Instituto de las Hermanas
de María de Schoenstatt antes de la visita apostólica del P. Tromp, así como
una carta en la que se denuncia “abuso sexual”.
Kentenich fundó Schoenstatt
en 1914, pero en 1951 el Vaticano ordenó una visita apostólica a la Familia de
Schoenstatt y envió al fundador a Estados Unidos. Hasta 1965, tres años antes de
su muerte, el sacerdote no pudo regresar a Alemania y reunirse con la Familia
de Schoenstatt.
El padre Juan Pablo
Catoggio, presidente de la Presidencia General de Schoenstatt, reaccionó a las
informaciones asegurando que en 1965 “los decretos que lo separaban de su
fundación fueron revocados, y la causa del fundador fue devuelta a la
Congregación de los Religiosos de la época. De esta manera pudo asumir una vez
más su posición de fundador en la Obra de Schoenstatt. De hecho, con esto se
invalidó también la acusación de abuso de poder”.
Pero no parece ser así, a
juzgar por la carta de Ratzinger que ha desenterrado Magister. En ella, el
propio Ratzinger afirma que “la Congregación [para la Doctrina de la Fe] no es
de la opinión de que las aclaraciones que el visitador hizo entonces a la
doctrina y a la actividad del padre Kentenich, hayan sido un desagradable error
y se hayan basado en informaciones erróneas. En la sesión del Santo Oficio del
29 de octubre de 1965 no se anuló ninguna de las anteriores decisiones del
Santo Oficio que se referían a la doctrina, la actividad y la persona del padre
Kentenich; simplemente no se insistió para que el padre Kentenich, al haber
regresado a Roma desde Estados Unidos sin el permiso de la Congregación, sino
solo sobre la base de un telegrama interpretado en forma errónea, tuviera que
retornar”.
De hecho, sigue la carta,
Doctrina de la Fe “le dio el permiso de incardinarse en la diócesis de Münster,
pero con la condición de que el padre Kentenich no ingresara al instituto
secular de los sacerdotes de Schönstatt y no asumiera la dirección de la obra
de Schönstatt”.
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