que un grupo de mapuches
usurpó un refugio eclesiástico
Por Andrés Klipphan
Infobae, 3 de Septiembre de
2020
En el marco de las
usurpaciones registradas en la localidad de Villa Mascardi, en Río Negro, un
grupo mapuches, que ya intrusó un predio del Parque Nacional Nahuel Huapi, tomó
tierras y cabañas que pertenecen al Obispado de San Isidro. El campamento
recreativo Hueche Ruka (casa de jóvenes) era utilizado por grupos
eclesiásticos, escuelas, y grupos de boy scauts. También por docentes y alumnos
de la zona. Con esta acción protagonizada por la comunidad Lof Lafken Winkul
Mapu, liderada por la “machi” Betiana Colhuan -de 19 años-, las hectáreas
tomadas llegaron a 60 en una de las zonas turísticas de mayor belleza de la
provincia. El Obispado de San Isidro, a cargo de monseñor Oscar Vicente Ojea,
ya realizó la denuncia judicial y el religioso, en persona, se reunió con
funcionarios nacionales que llevan adelante las negociaciones para destrabar el
conflicto que ya derivó en la formación de 47 expedientes por usurpación,
vandalismo y hasta la quema de estancias, campos y materiales de trabajo como
tractores y camiones.
“Queremos dejar en claro que
la acción penal que realizamos no es porque tenemos animadversión con los
mapuches. Solo queremos recuperar lo que nos usurparon, no importa quiénes
sean. Queremos dar certeza que hicimos una denuncia por usurpación. Este lugar
ya había sido saqueado e incendiado. Ahora directamente lo tomaron. Por eso
judicializamos el tema. Monseñor Ojea decidió no hacer declaraciones sobre el
tema y dejamos todo el tema en manos de la justicia”, confirmaron desde la sede
el Obispado de San Isidro a Infobae.
También aclararon que el
área fue intrusada el 1° de abril, pero tuvieron noticias del hecho cuando días
pasados la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu dio a conocer a través de las redes
sociales que habían tomado el “control territorial del territorio lindero
conocido como Hueche Ruka que estaba en manos del Obispado Católico de San
Isidro”, justificando su accionar con la siguiente amenaza: “Continuamos así el
legado de nuestros futakecheyem, manteniendo nuestra conciencia clara en el
marco de resistencia y control territorial hasta expulsar al winka intruso de
nuestro territorio”.
El grupo de mapuches
violentos y encapuchados, también instaron “a seguir recuperando territorio sin
negociar, ni transar, comprendiendo que la única opción es la autodefensa y el
control territorial”.
Infobae pudo confirmar que
monseñor Ojea se reunió con funcionarios del gobierno de Alberto Fernández que
desde hace tres meses abrieron una mesa de negociación para intentar destrabar
de manera pacífica el conflicto que desde hace años esa comunidad mapuche
mantiene con otros habitantes de la zona, que han denunciado incendios y otros
hechos violentos protagonizados por el grupo liderado por la “machi” -la jefa
espiritual- Betiana Colhuan.
La joven de 19 años es prima
de Rafael Nahuel, muerto durante el desalojo del 25 de noviembre de 2017 en la
primera toma realizada en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Los vecinos y
pobladores de la zona la señalan como a la instigadora del grupo de violentos
que incendian cabañas y toman predios, como el perteneciente a la Iglesia.
Infobae pudo saber que la
comunidad Lof Lafken Winkul Mapu no está viviendo en ese predio, sino que allí
cría a parte de los animales que utilizan, como caballos, cabras y ovejas. El
asentamiento principal sigue estando en el Parque Nacional.
Uno de los hombres del
Gobierno que habló con el obispo de San Isidro le informó que la intención de
la Casa Rosada y de la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, es llegar a un
consenso con el grupo mapuche más radicalizado de la zona sin llegar a la
violencia, como ocurrió durante la gestión de Patricia Bullrich al frente de
esa cartera.
“Las negociaciones están
encaminadas, aunque son lentas porque en el camino hay muertos y eso no se
olvida”, le escucharon decir al funcionario nacional. Desde la iglesia, en
cambio, le aseguraron que los abogados que representan al Obispado seguirán
impulsando la denuncia por usurpación contra los mapuches y explicaron que el
predio, que supo ser lugar de descanso y recreativo para estudiantes de
escuelas primarias y secundarias, desde hacía un tiempo estaba desocupado
porque “el lugar se había vuelto muy inseguro por los constantes ataques”.
Cansados por esta escalada
de violencia, vecinos de Villa Mascardi publicaron en redes sociales una carta
abierta al presidente Fernández para expresarles su “cansancio” por los
“saqueos e incendios” de los que son víctimas y expresar su disconformidad por
no haber sido incluidos “en la mesa de negociación que entabló el gobierno
nacional con un grupo de personas que se autoproclamaron miembros del Lafken
Winkul Mapu, una supuesta comunidad mapuche que llamativamente no está
registrada como tal en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), ni en
el Consejo de Desarrollo de las Comunidades Indígenas (CoDeCI), y que en los
últimos días anunció su avance en la toma de tierras en el campamento Hueche
Ruca, que hace más de 60 años pertenece al Obispado Católico de San Isidro”.
Funcionarios vinculados a la
mesa de negociaciones le confirmaron a Infobae que efectivamente la comunidad
liderada por la “machi” Betiana Colhuan no está registrada en el INAI. “Se les
ofreció hacerlo, pero ellos no aceptaron porque no reconocen Estado, fronteras
ni banderas”, explicaron.
El nuevo predio usurpado por
integrantes de la comunidad del Lafken Winkul Mapu y perteneciente a la Iglesia
argentina tiene una historia de décadas. Desde 1963, año en que se inauguró la
primera cabaña, albergó, hasta hace muy poco tiempo, a grupos de jóvenes de
manera ininterrumpida. Entre 1961 y 1962 un cura párroco de San Isidro, Aníbal
Coerezza, y un grupo de laicos encabezados por el matrimonio Traverso,
construyeron la primera etapa de la cabaña ahora vandalizada.
El 22 de septiembre de 2016,
a los 88 años falleció el presbítero Coerezza, fundador además de la parroquia
Nuestra Señora de la Paz, ubicada en Olivos. Fue el mismo monseñor Ojea, quien
ahora denunció la usurpación del predio que con sus manos supo construir el
sacerdote, el que despidió sus restos que descansan en el Cementerio
sacerdotal, ubicado en la Casa de Ejercicios Espirituales Monseñor Antonio
María Aguirre, de la localidad bonaerense de Victoria.
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