Mariana Morales
Yo Influyo, 20
Mar 2014.
A propósito del ahora
Obispo Emérito de Roma, cabe destacar que, de acuerdo con un documento obtenido
a principios de este año por la agencia noticiosa “The Associated Press”, el
entonces Papa Benedicto XVI destituyó a casi 400 sacerdotes en dos años por
abusar sexualmente de niños. Estas estadísticas corresponden a los años 2011 y
2012 y son mucho más que los 170 sacerdotes destituidos entre 2008 y 2009, cuando
el Vaticano reveló por primera vez detalles sobre el número de sacerdotes
despedidos.
El documento fue
elaborado con base en datos recolectados por la Santa Sede para
defenderse ante un comité de la
ONU días antes en Ginebra. El arzobispo Silvano Tomasi,
embajador del Vaticano ante la ONU
en Ginebra, aludió a una sola de las estadísticas en una sesión de ocho horas
en la que el comité de derechos humanos de la ONU lo sometió a un intenso interrogatorio con
fuertes críticas a la Iglesia
católica.
Las estadísticas
fueron compiladas de los propios reportes anuales del Vaticano sobre las
actividades de sus distintas oficinas, incluyendo la Congregación de la Doctrina de la Fe , que maneja los casos por
abuso sexual. Aunque son públicos, los reportes anuales no están disponibles de
primera mano ni se venden fuera de Roma y suelen encontrarse en oficinas del
Vaticano y en bibliotecas de las universidades católicas.
La propia agencia AP,
al revisar los libros de referencia, observó una evolución notable en los
procesos internos de la
Santa Sede para emprender acciones disciplinarias contra los
pedófilos desde 2001, cuando el Vaticano ordenó a los obispos que enviaran a
Roma los casos de todos los sacerdotes, cuya acusación parecía verosímil, para
su revisión.
El Cardenal Joseph
Ratzinger mucho, antes de ser Papa, tenía presente esta problemática tan fuerte
dentro de la Iglesia
Católica ; por ello, durante el Papado de Juan Pablo II fue
introduciendo la necesidad de atender este tema tan delicado. Con esta
preocupación, emprendió acciones por considerar que los obispos del mundo no
estaban siguiendo la ley de la
Iglesia para enjuiciar a los clérigos acusados en los
tribunales católicos. Los obispos solían simplemente cambiar a los sacerdotes
problemáticos de una congregación a otra en vez de someterlos a juicios
canónicos o entregarlos a la policía.
Por siglos, la Iglesia ha tenido sus
propios procedimientos para lidiar con curas que abusan sexualmente de niños.
Pero Ratzinger impulsó normas al respecto en 2001, y sus subsecuentes reformas,
según las cuales, la
Congregación para la Doctrina de la Fe revisa cada caso enviado a Roma y después
indica a los obispos cómo proceder ya sea emprendiendo un proceso administrativo
contra el sacerdote, si la evidencia es contundente, o un juicio clerical. El
sacerdote se puede defender en todo momento.
En 2006, la cantidad
de juicios canónicos que fueron autorizados por el Vaticano se duplicó a 43 y
se escucharon ocho casos en apelación. Y, por primera vez, la Congregación reveló
públicamente el número de casos reportados a la misma: 362, aunque esa cifra
incluye un puñado de casos no relacionados con el abuso sino con delitos que
infringen el derecho canónico. En 2007 se reportaron 365, casi lo mismo que el
año anterior, pero de nuevo la
Congregación no especificó cuántos casos eran de abuso
sexual.
Funcionarios del Vaticano,
sin embargo, dijeron que recibieron entre 300 a 400 casos al año a finales de
la década, a raíz del aumento de casos reportados de abusos sexuales ocurridos
en Estados Unidos. En 2007, 23 casos fueron enviados a las diócesis para
juicio. Para 2008, el tono del Vaticano había cambiado. Ratzinger, quien ya era
entonces el Papa Benedicto XVI, viajó ese año a Estados Unidos, donde el
escándalo por abusos había salido a la luz pública, y es citado en el reporte
anual diciendo a reporteros en su viaje que estaba "mortificado" por
la dimensión del abuso y que no podía comprender "cómo podían caer los
sacerdotes de esa manera".
Ese año también es
destacable porque por primera vez un documento oficial del Vaticano dejó en
claro que nada en el proceso de la
Iglesia impedía a las víctimas reportar el abuso con la
policía. Y por primera vez el Vaticano reveló el número de sacerdotes cesados:
68. Otros 191 casos nuevos fueron reportados.
En 2010 fueron miles
de casos reportados en los medios de comunicación del mundo. Unos 527 casos
fueron finalmente reportados a la Congregación. Ese año no se revelaron cifras de
sacerdotes cesados, pero la
Congregación describió nuevas leyes para removerlos más fácil
y rápidamente. Para 2011 con las nuevas leyes en vigor el número de sacerdotes
destituidos aumentó bastante: 260 fueron cesados en un año y 404 nuevos casos
de abuso contra menores fueron reportados.
Además de los
destituidos, otros 419 sacerdotes fueron sancionados por crímenes relacionados
con abusos. En 2012, el último año del que se tienen cifras el número de
destituciones se redujo a 124, y se reportaron 418 nuevos casos.
Como puede
observarse, Benedicto XVl actuó siempre con energía y tomó medidas severas para
desterrar este flagelo del seno de la Iglesia Católica.
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